Brindis
Anteayer, un brindis        de fin de año juntó a la ministra de Defensa, Nilda Garré --que aún hoy        reivindica lo actuado por las organizaciones terroristas de los años        '70--, al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde --el mismo        que desde la revista      "Militancia" alentaba la estrategia criminal        del ERP y Montoneros--, y al inefable almirante Jorge Godoy, jefe de la        Armada.
     De la señora Garré y el señor        Duhalde nada hay para agregar. Defienden las mismas ideas que hace treinta        años nos llevaron a la guerra civil. La actitud del almirante Godoy, en        cambio, se resiente por su falta de decoro y por el desprecio, que su        presencia en ese ágape supone, a tantos oficiales y suboficiales muertos        de la Armada a manos de las bandas a las cuales pertenecían o apoyaban        personas como Nilda Garré y Eduardo        Duhalde.
     Pero, fundamentalmente, lo que        ha quedado en evidencia, por si hubiesen dudas, es que el titular de la        Armada, a cambio de una jefatura, la alfombra colorada y el chofer en la        puerta, es capaz de cualquier cosa.
 
 
 
