La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1
martes, noviembre 28, 2017
ARA San Juan: Rusia envía el avión más grande del mundo
Por orden del Presidente Vladimir Putin, el Antonov y un
submarino se sumarán al operativo. La ayuda llegará gracias a una charla
entre Mauricio Macri y el Jefe de Estado ruso.
El avión carguero más grande del mundo, el Antonov ruso, será enviado
a la Argentina por el Presidente Vladimir Putin tras un diálogo
telefónico con Mauricio Macri para contribuir en la búsqueda del
submarino ARA San Juan. El mandatario europeo decidió ayudar también con
un minisubmarino.
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Rusia es el décimo país que se suma al rastreo de la nave argentina,
que se encuentra en un estado crítico de oxígeno según informó el vocero
de la Armada, Enrique Balbi. El Antonov es una aeronave capaz de
transportar una carga de hasta 150 toneladas y será uno de los más de 30
vehículos que aportan en las tareas de rescate.
Los Jefes de Estado, Macri y Putin, acordaron este miércoles en una
charla por teléfono la ayuda de los rusos para detectar y, si es
posible, rescatar el submarino que se perdió hace 8 días en el Atlántico
Sur.
El Antonov ya estuvo en la Argentina en septiembre pasado cuando
aterrizó en la provincia de Córdoba procedente de Houston, con máquinas
para la planta termoeléctria que MSU Energy (UENSA) construye en Villa
María.
http://www.perfil.com
Isabel la Católica, el último deseo de la primera gran Reina de Europa
El
escritor y periodista Giles Tremlett publica una biografía de la Reina
castellana en la que defiende su importancia a nivel internacional y
trata de aislar la leyenda negra contra su figura
Al día siguiente de la muerte de Enrique IV, Isabel -una Infanta española rubia y de ojos verdosos- se proclamó por sorpresa Reina de Castilla en la iglesia de San Miguel,
en Segovia. Tal vez la joven lloró lágrimas en la intimidad por el
fallecimiento de su medio hermano, como se encargó de proclamar la
propaganda de los Reyes Católicos, pero lo cierto es que no tuvo tiempo
de sentir mucha lástima. La rápida maniobra de la Reina sorprendió a
todo el mundo, incluido a su marido, Fernando de Aragón, que desde Zaragoza se llevó las manos a la cabeza frente a la que se les venía encima.
«Muchos hombres a lo largo de la vida de Isabel la apoyaron pensando que podrían ejercer el poder en su nombre. Fue el caso del obispo Carrillo
o de Fernando y sus consejeros aragoneses. Todos ellos se equivocaron.
Era una mujer testaruda, que no se dejó manejar por otros», explica Giles Tremlett, que presenta estos días su libro «Isabel la Católica: la primera gran reina de Europa»
(Debate, 2017). Una obra en la que el periodista británico, autor de
otros dos libros sobre la memoria de España, trata de reivindicar la
figura de la castellana como una de las grandes reinas de la historia de
Europa. «Mi idea era escribir una defensa de Isabel fuera de España,
siendo una figura manchada por la leyenda negra», asegura el británico,
que la compara por su fortaleza con Margaret Thatcher:
«Son dos mujeres que se impusieron a los hombres, pero que no hicieron
nada por mejorar las condiciones de las mujeres de su tiempo».
La Segovia Real
En
un recorrido por el casco histórico de Segovia junto a la prensa, Giles
Tremlett ilustró ayer los pasajes de su trabajo biográfico a través de
rincones como el palacio del Rey Enrique IV o el imponente Real Alcázar.
Precisamente, en este último Isabel pasó parte de su infancia debido a
que su medio hermano, Enrique, quería alejar a los nobles de ella y de
su hermano pequeño, Alfonso «El Inocente». El Rey era débil y la aristocracia castellana revoltosa, a lo que ordenó que sus hermanos abandonaran a su madre en Arévalo.
«Su madre se quedó sola y terminó enloqueciendo. Isabel se endureció,
probablemente, con la experiencia de su madre, y aprendió que no podía
depender de nadie. Debía abrirse camino ella sola en un mundo de
hombres», afirma Tremlett, en las calles que tantas veces recorrió la
joven Infanta.
Isabel defendió siempre su derecho a elegir con quién casarse, que al final fue el heredero de la Corona de Aragón.
Tampoco hacia él ejerció dependencia, dando lugar a una Monarquía dual
inédita en la historia. «Me ha costado encontrar otro caso igual,
incluso en el terreno empresarial, de una pareja de gobernantes que
compartiera tanta confianza y tanto respeto», apunta sobre la relación
entre Fernando e Isabel. Curiosamente -recuerda el britanico- los
catalanes se apoyaron varias veces en la castellana para que
intercediera ante su marido: «Fue una buena aliada para Barcelona». Tanto monta, monta tanto. La construcción de España estaba ya en marcha.
La emotiva plegaria por los 44 marineros del ARA San Juan que se reza desde las Malvinas
Un mensaje en Twitter une a argentinos y malvinenses en una larga cadena solidaria
La angustiosa búsqueda del submarino argentino perdido
en el Atlántico ha suscitado un emotiva muestra de solidaridad de los
isleños de las Malvinas, popularmente conocidos en Argentina como
«kelpers».
La cuenta en Twitter de Falkland Islands publicó ayer un mensaje con el inicio de una conocida oración al «Padre Eterno» por «los que están en peligro en el mar» junto a la etiqueta del #ARASanJuan y de #Los44 tripulantes de la nave desaparecida y un emoticono con el que mostraban que se reza por ellos en las Malvinas.
El
tuit, que ha recibido el apoyo de más de 3.400 usuarios, originó un
largo hilo de respuestas desde Argentina. Un veterano de la guerra de
las Malvinas y prisionero en aquellas islas no tardaba en adherirse al
primero de los agradecimientos, subrayando los vínculos que les unen.
Otros internautas tradujeron al español este himno conocido como el «Himno de la Marina» que escribió el clérigo inglés William Whiting en 1860, inspirado en los peligros del mar descritos en el Salmo 107.
Y otros continuaron la plegaria, formando un largo y sentido rezo por los 44 marineros desaparecidos.
Twitter,
tantas veces escenario de enfrentamientos, une desde ayer a argentinos y
malvinenses en una larga cadena de solidaridad.
La carta que les adjunto la preparé antes de los sucesos
ocurridos con nuestro submarino San Juan y sus 44 valientes tripulantes, sin
dudas el tema excluyente por estos días. No pretendo en lo más mínimo
desviar la atención de este tema con mi escrito pero entiendo que lo acontecido
guarda relación con lo ahí expresado. "No son los valientes patriotas
quienes ocupan el podio del honor..."
Un fuerte abrazo.
¡Por Dios y por la Patria!
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.
Buenos Aires, 22 de noviembre de 2017
Sr. Director:
“El sindiosismo”
El poeta, pintor, escritor, escultor, actor, director de cine y cantautor español Luis Eduardo Aute, sobre la base de la letra de la obra Cambalache de nuestro inefable don Enrique Santos Discépolo, y con música de una melodía de Bob Dylan, compuso un tema de similares características sobre el mundo moderno pero referido al siglo XXI. Y él mismo, lejos de disimularlo, en la misma obra deja constancia de su supuesto “plagio” cuando dice:
“Me diréis y con razón que yo también soy un ladrón,
Que la música y la letra de este fraude de canción
Son un plagio de Bob Dylan y del gran Discepolín...
Es verdad pero, ¡cojones!, quien desprecia ese botín”…
En lo personal, si bien el autor admite que la fuente de inspiración de su tema se debe a la extraordinaria descripción que de la corrupción hizo Discépolo a mediados del siglo pasado, considero que la que él hace ahora del siglo XXI es también una genialidad.
Dice Aute en otro de sus versos:
“Siglo XXI, el hombre ha muerto ¡viva el capital!
No será aquel cambalache donde todo daba igual...
Para entonces no serán lo mismo un sabio que un traidor,
El más judas será el que se suba al podio de honor”…
Y sin dudas que esta última estrofa fue lo que me motivó a escribir estas líneas, intentando ahondar en eso de que “el más Judasserá el que se suba al podio del honor”.
En tal sentido creo que el autor no pudo haber encontrado personaje más descriptivo del mundo de hoy donde todo se encuentra patas para arriba, siendo Judas entonces, la imagen de lo peor para representar lo mejor, lo más honorable, lo más digno, lo más noble.
Si bien no se percibe en Aute una intencionalidad metafísica o teológica para describir el siglo XXI, la mención de Judas me da cierta licencia para darle esa interpretación a su obra. Muy respetuosamente por cierto.
En tal sentido, en innumerables escritos he hecho referencia a que absolutamente todo lo malo que sucede en el mundo moderno, es producto de la revolución anticristiana que ha quitado a Dios del corazón de los hombres. Con lo cual, el hombre se ha alejado de la virtud, de lo bueno y lo bello. Es lo que el gran escritor Católico Hugo Wast definió en sus novelas proféticas como la entrega al “sindiosismo”. Un mundo sin Dios…
En el “sindiosismo” no hay lugar para la Ley Natural, ni siquiera para el buen criterio o el sentido común. En la falsa creencia sólo tiene lugar el sin sentido, la mentira, el horror y la traición. Es como dice Aute cuando aclara que ya no es que sea lo mismo “ser derecho que traidor”… No, ya no es lo mismo. Ya no da igual… Ahora los que no debían ser Son y los que debían ser ya No son.
Llevado al plano de ejemplos concretos y cercanos, menciono lo que ocurre en nuestro país respecto de la aberración que significa que los integrantes de las Fuerzas del Orden de la Nación que derrotaron a la subversión terrorista en los años setenta, hoy sean prisioneros de un poder político en el que jueces, al mejor estilo de Judas, traicionan a la justicia cometiendo prevaricato y no haciendo nada con quienes formando parte de la guerrilla subversiva secuestraron, torturaron y asesinaron a innumerables compatriotas. Con el agravante de haber avalado judicialmente para ellos, indemnizaciones millonarias basadas en relatos falaces.
En el mundo del “sindiosismo” se alcanza la categoría de casi héroe si alguien milita a favor del aborto, la igualdad de géneros, la homosexualidad o el matrimonio entre personas del mismo sexo. El “sindiosismo” repudia el matrimonio y la familia tradicional que nos viene de nuestra cultura Cristiano Católica, el “sindiosismo” desprecia el orden, la autoridad y los uniformes por considerarlos sinónimos de opresión y totalitarismo. La anarquía y el relativismo son sus dogmas.
En síntesis, el “sindiosismo” ensalza todo aquello que no es agradable a los ojos de Dios y, quizás sea ésta la característica más evidente de este cada vez más decadente siglo XXI que, con otras palabras, describiera tan bien Luis Eduardo Aute.
¡Por Dios y por la Patria!
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.
Diario Foreign Policy se pregunta que hacia
el Ara San Juan tan Lejos de la zona CEE y lo relaciona con el
hundimiento de pesquero Chino el año pasado
Es interesante y leer entre lineas al Diario Britanico , que
plantea algunas preguntas inquietantes , que hacia el ARA San Juan en
la Milla 240..Y lo relaciona con el hundimiento de PNA ( prefectira
Naval) al pesquero Chino ocurrido el ano pasado .
Es llamativo y es de preguntar si el San Juan estaba haciendo
tareas de protección de Soberanía y Pesca Ilegal , seria descabellado
que un buque de Guerra o Submarino Chino haya torpedeado el Ara San Juan
para defender sus pesqueros ? O bien Un Buque , que es menos probable /
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http://foreignpolicy.com/2017/11/22/five-questions-about-the-missing-argentine-submarine/ ¿Qué estaba haciendo el submarino cuando se perdió? Saber qué estaba haciendo el submarino y dónde estaba cuando
perdió contacto es el punto de datos clave a partir del cual se
determina el área de búsqueda, según Richard Bryant, ex comandante del
USS Miami. Hubo una “falta de transparencia” por parte del gobierno
argentino al describir lo que estaba haciendo el barco, dijo a Foreign
Policy, aunque enfatizó que no estaba sugiriendo que estaba ocurriendo
“algo nefasto”. En cambio, podría reflejar que el gobierno de Buenos Aires no
estaba preparado para lidiar con un submarino perdido, que es
relativamente raro en la era moderna. Argentina “nunca tuvo que lidiar
con algo como esto antes”, dijo. “Tal vez no estaban realmentepreparados para esto”. Las pistas para las operaciones del submarino se pueden encontrar
en la historia reciente de Argentina. El año pasado, su guardacostas
hundió un barco chino que, según afirmaba, estaba pescando ilegalmente
en aguas territoriales, informó BBC News. En 2012, Argentina capturó dos
buques chinos que, según afirmó, estaban pescando en su zona económica
exclusiva
EL GOBIERNO CHINO SUBSIDIA LOS BARCOS PESQUEROS PIRATAS
El mensaje de Donald Trump por la desaparición del submarino ARA San Juan
"Que Dios esté con los tripulantes y todo el pueblo argentino", escribió el presidente norteamericano
Estados Unidos es el país que más ayuda brindó a la Argentina en los
operativos. Envió el avión más grande que tienen (C-5) y varios C-17, en
donde se transportaron las cámaras de rescate y el "mini" submarino que
se utilizarán para localizar el navío extraviado.
"Desde hace un tiempo que di la orden de ayudar a la Argentina con la
búsqueda y el rescate del submarino perdido", comenzó el presidente de
Estados Unidos.
Y completó: "45 personas a bordo y sin mucho tiempo restante. Que Dios esté con ellos y con todo el pueblo argentino".
Aunque escribió que eran 45 los tripulantes en el San Juan, el número informado hasta ahora por la Armada Argentina es de 44.
Estados Unidos es el país que más ayuda brindó a la Argentina en los
operativos. Envió el avión más grande que tienen (C-5) y varios C-17, en
donde se transportaron las cámaras de rescate y el "mini" submarino que
se utilizarán para localizar el navío extraviado.
Habló la jueza que investiga la desaparición del submarino: "La misión del ARA San Juan es un secreto de Estado"
La magistrada federal de Caleta Olivia confirmó que hay 44 personas a bordo del navío
Piden que se investigue la responsabilidad de Cristina Kirchner en la muerte del fiscal Alberto Nisman
Lo solicitó una de las partes querellantes en un escrito presentado ante el juez Julián Ercolini
La querella considera que hubo un plan criminal para asesinar al fiscal
Nisman y que en lo ocurrido posteriormente para limpiar la escena del
crimen y presentarla como un "suicidio" resultaron esenciales las
acciones de los custodios Miño, Niz, Benítez y Durán. Todo ello con conocimiento y siguiendo un plan emanado de autoridades superiores. Para la querella, los policías encargados de cuidar a Nisman, al igual que el técnico informático Lagomarsino participaron consciente y deliberadamente
en el hecho que terminó con la muerte del fiscal que había denunciado a
Cristina Kirchner por encubrimiento del atentado a la AMIA.
Por ese motivo la querella solicitó se los impute formalmente a
Lagomarsino, Miño, Niz, Benítez y Durán por su intervención en el
supuesto plan criminal urdido para asesinar a Nisman, decidido, ordenado
y ejecutado a partir de la denuncia contra la ex mandataria, y con el
fin de silenciarlo para garantizar la impunidad de los denunciados por
la negociación del Memorándum con el régimen de Irán.
Para la querella se debe imputar a Lagomarsino y a los custodios por homicidio calificado. "Estamos en presencia de un crimen de Estado", dice el escrito presentado en el juzgado a cargo de Julián Ercolini.
Solicitó además que se investigue la responsabilidad en la muerte de
Nisman de los grupos de choque que le eran afines a la ex presidente
Cristina Kirchner, entre ellos Quebracho, grupos de inteligencia de la
ex SIDE, del ex jefe del Ejército César Milani, de algunos sectores de
la policía, del juez federal Daniel Rafecas; del fiscal ante la Cámara
de Casación y militante de Justicia Legítima, Javier De Luca; del ex
Secretario de Seguridad, Sergio Berni; de la fiscal Viviana Fein y del
juez De Campos, entre otros.
Martin Lutero, el «rayo» alemán que odiaba de forma cruel a los españoles
Ya
en 1537 el monje escribió que eran «sunt plerunque Marani, Mamelucken»
(la mayoría son marranos, mamelucos). Un insulto, marrano, que los
alemanes tomaron prestada de los italianos a partir de esa fecha para
referirse a los españoles
xx
El
Imperio español era odiado por sus enemigos anglosajones y germanos
porque, básicamente, era católico, imperial y de habitantes latinos. Un
cóctel que vertebró la propaganda contra los españoles y, con el tiempo, caló profundamente en la historiografía europea.
Esta
base racista contra los españoles tuvo su origen paradójicamente en
otro pueblo latino. La mala reputación del Imperio español en Italia,
transformada en hostilidad abierta durante el reinado de Carlos I de España, hundía sus raíces en la expansión mediterránea de la Corona de Aragón
a finales de la Edad Media. El recelo se trasladó pronto también a los
castellanos, que eran vistos como la punta de la lanza de un sistema
imperial que tenía sus garras puestas en Italia. En 1527, las tropas
imperiales, formadas en su mayoría por mercenarios, saquearon Roma y
obligaron al pontífice del momento, Clemente VII, a refugiarse en el Castillo de San Ángelo (el antiguo Mausoleo de Adriano).
Frente a la superioridad militar de los españoles –«Dio s´era fatto Spagnuolo»
(«Dios estaba de su parte»)– surgió la burla italiana. De aquella época
datan los chistes sobre la virtuosidad de los militares españoles
presentados como bravucones y fanfarrones, tales como el soldado español
que aparece en «La ilusión cómica» de Corneille. Del sarcasmo y la
burla se pasó pronto al antisemitismo a través de la proclamación de que
los españoles tenían sangre de «marranos», esto es, que se mezclaban
con los judíos.
Sin ir más lejos, el Papa Paulo IV
detestaba a los españoles, de los que decía ser «malditos de Dios,
simiente de judíos, moros y herejes, de hez del mundo». Y sobre Carlos I
y Felipe II, el napolitano afirmaba: «Quiero declararlos despojados de
sus reinos y excomulgarlos, porque son herejes».
De
Italia el odio racial a los españoles se trasladó a Alemania, terreno ya
abonado al rechazo a otras razas. «En el caso del nacionalismo alemán
hay un antisemitismo muy violento y una inquina contra lo latino ya en
el siglo XVI. Es complicado encontrar el origen de tanto odio», explicó
la autora de «Imperiofobia y leyenda negra» en una entrevista a ABC en marzo de este año.
Al valerse Carlos I de España y V de Alemania
del oro y la infantería española para hacerse con el cetro imperial,
los príncipes alemanes temieron que un emperador con poder real pudiera
amenazar su independencia. La religión solo fue una excusa para
enfrentarse al Emperador del Sacro Imperio Romano, cuyo
poder había sido durante la Edad Media más nominal que real, puesto que
era un imperio fragmentado en muchos pequeños principados y ducados.
En
esas circunstancias, Martín Lutero inició una reforma religiosa
auspiciado y protegido por algunos nobles que querían fastidiar al
Emperador. Además de los agravios contra Roma y el Papa, Lutero
incorporó pronto a su discurso una fuerte carga racista contra el pueblo que había proporcionado poder real al Emperador. Consideraba a los españoles y
a los italianos unos ladrones de los bienes alemanes por encargo de la
Iglesia de Roma. Ya en 1537 escribió que los españoles «sunt plerunque Marani, Mamelucken»
(la mayoría son marranos, mamelucos). Un insulto, marrano, que los
alemanes tomaron prestada de los italianos a partir de esa fecha para
referirse a los españoles, no a los judíos.
Profundamente antisemita, como buena parte de los personajes de su tiempo, Lutero dejó plasmado su odio hacia los judíos en «Sobre los judíos y sus mentiras».
«Debemos primeramente prender fuego a sus sinagogas y escuelas,
sepultar y cubrir con basura todo aquello a lo que no prendamos fuego
para que ningún hombre vuelva a ver de ellos piedras o ceniza», afirmó
en un texto que, en opinión del filósofo alemán Karl Jaspers, vertebra parte del programa nazi.
Además
de judíos, el monje alemán acusó a los españoles de aliados del Imperio
turco, a pesar de que Carlos I de España fue el más incansable enemigo
de esta potencia musulmana frente a franceses, holandeses e incluso
príncipes luteranos, aliados con el sultán. A finales de su vida, Lutero
comenzó a usar la expresión «türkischen Spanier» (español turco),
porque sostenía que los españoles solo estaban disimulando ser
cristianos, pero en verdad planeaban conquistar, junto a los musulmanes, toda Alemania. Satanás, el Imperio español, la Iglesia católica y el Imperio otomano eran los enemigos recurrentes, y aliados entre sí, de la propaganda coordinada por Lutero.
Un rayo llamado Lutero
Martín
Lutero, hijo de una familia burguesa de Mansfeld (Alemania), dejó sus
estudios universitarios para ingresar en un monasterio agustino de
Erfurt cuando, en 1505, un rayo estuvo a punto de alcanzarle de camino a
la casa de sus padres. Aterrado, el joven gritó: «¡Ayuda Santa Ana! ¡Me haré monje!».
Lutero entró así en el clero empujado «por el terror y la angustia de
una muerte repentina», y a través de esta obsesión moral dio lugar a
unos escritos donde exhortaba, entre otras cuestiones, a reestructurar
la Iglesia y a regresar a las enseñanzas originales de la Biblia.
En
las 95 tesis, un texto clavado en las puertas de la Iglesia del Palacio
de Wittenberg en 1517, el agustino cargó contra la doctrina papal sobre
la venta de indulgencias para financiar la renovación de la Basílica de San Pedro en Roma. León X contestó excomulgando al fraile e instando a Carlos a tomar medidas. En Worms,
el popular fraile y el imberbe Emperador tuvieron su primera
confrontación teológica, que se celebró bajo la promesa de Carlos de que
Lutero podría explicar sus tesis sin acabar en la hoguera como Juan Huss tras la Dieta de Constanza (1414).
Carlos le permitió hablar e incluso marcharse. «Ayer escuchamos el
discurso de Lutero y lamento haber tardado tanto en intervenir contra
él. Nunca más volveré a escucharlo.
Que utilice su salvoconducto, pero, a partir de hoy lo consideraré
hereje notorio y espero que vosotros, por vuestra parte, cumpláis con
vuestro deber de buenos cristianos», se justificó el Monarca sobre su
decisión. Carlos lamentaría al final de su vida no haber matado a Lutero
en Worms.
A través del Edicto de Worms declaró a
Lutero como prófugo, hereje y autorizaba a cualquiera a matarle sin
sufrir consecuencias penales. Temiéndose lo peor, Federico de Sajonia
simuló un secuestro cuando Lutero regresaba a su casa y lo escondió en
el Castillo de Wartburg. Con el tiempo, convirtió su antiguo convento
agustino en su casa particular, donde vivió y crió a sus hijos.
El
monje hereje continuó con su obra hasta su muerte, en 1546,
incrementando cada vez más sus ataques contra la Iglesia, como evidencia
su obra «Sobre el papado de Roma fundado por el Diablo» (1545), y contra los españoles en particular. Federico de Sajonia,
cuyo apoyo había sido decisivo para que Carlos fuera elegido emperador,
jamás permitió que dañaran al reformador, aunque curiosamente nunca lo
conoció en persona.
Desde su refugio alemán, Lutero alimentó la
propaganda protestante que se extendió por Europa al calor de la
imprenta de Gutenberg. Solo el monje reformador produjo hasta 1530,
según los cálculos de John M. Todd, alrededor de 3.183
panfletos. Maestro visionario de su tiempo en este campo, el monje sabía
del poder taumatúrgico de las imágenes para crear mitos sobre la
Inquisición española, la codicia de la Iglesia y la inferioridad de los
pueblos latinos.
En 1545, se imprimió el libelo «Hic oscula pedibus Papae figuntur» (Aquí besan los pies al Papa), en el que Lutero encargó al pintor Lucas Cranach el Viejo
nueve imágenes de fuerte contenido escatológico. Sabía que por los ojos
entra todo antes que por las palabras. Claro está que otros autores
procedentes del Humanismo alemán, una versión profundamente nacionalista
de esta corriente surgida en Italia, también recogieron el guante.
De
Italia el Humanismo alemán aprendió que los españoles eran racialmente
impuros por su contaminación semita. En la versión alemana de la «Cosmographia Universalis», de Sebastián Münster,
se afirma que los españoles mezclan el latín con su propia lengua y con
la de los marranos. Además, en los panfletos protestantes de aroma
humanista, los hispanos son sodomitas y violadores.
Cuando
murió el Emperador, los españoles eran ya la personificación de Satanás
para la Alemania protestante (no hay que olvidar la importancia de la
Alemania católica: «Se denunciaba el advenimiento del Anticristo y su
séquito español».
Los rastros de este odio extremo contra los
hispanos siguen presentes hoy en refranes y dichos despectivos tales
como la expresión «eso me parece español» o «me suena español» (das kommt mir spanish vor) para significar que algo no es de fiar.
La
hostilidad contra los españoles, en cualquier caso, era la evolución
del odio hacia lo extranjero plasmado en el adjetivo intraducible
«welsch». Como explica Roca Barea en su libro «Imperiofobia y leyenda negra»,
la palabra significaba «céltico» en su origen, pero evolucionó con el
tiempo a «italiano o románico». Y a lo largo del siglo XVI la palabra se
cargó de tintes peyorativos, tales como «falso», «mentiroso», «inmoral», además de extenderse su uso a españoles y, de forma menos habitual, a franceses.
martes, noviembre 21, 2017
De las masacres de indios, a la maldad de Felipe II: las mentiras que forjaron la leyenda negra contra España
ABC HISTORIA te recomienda las conferencias de Miguel Arenas, un experto capaz de desvelar las falacias históricas que giran en torno a España o de hacer un recorrido por los personajes más destacados del pasado madrileño
Los conquistadores españoles asesinaron a millones de indios en América, los corsarios ingleses saquearon hasta la extenuación las flotas de la Monarquía Hispánica que regresaban del Nuevo Mundo y Felipe IIconspiró para asesinar al secretario Juan de Escobedo. Estas y otras tantas mentiras (como la de que la Santa Inquisición quemó a cientos de personas en la hoguera) forman parte de la leyenda negra que se ha generalizado sobre España. Falacias creadas dentro y fuera del país desde el siglo XV para denigrar el que, por entonces, era el Imperio más extenso de la Vieja Europa. Pero una serie de enfermizos engaños que, a día de hoy, se creen incluso muchos de los ciudadanos de este país.
La realidad, por el contrario, es bien diferente. Así lo demuestra el que las enfermedades llevadas desde Europa acabaran con más nativos que las espadas y los arcabuces; que solo el 2% de las flotas hispanas del Atlántico fuesen hundidas por piratas o que -a día de hoy- no se haya demostrado que el monarca fuese responsable de la muerte del mencionado Escobedo.
¿Por qué diantres, entonces, estas mentiras siguen narrándose en medio mundo? Según afirma a ABC el historiador Miguel Arenas, por culpa de varios libros llenos de exageraciones, mentiras, y falsedades. Obras como la «Apología» de Guillermo de Orange (un libro en el que el líder rebelde cargaba frontalmente contra la monarquía española sin ningún fundamento) o las «Cartas» de Antonio Pérez (un rencoroso y traicionero secretario real al que solo le preocupó emponzoñar la memoria de aquella primitiva España).
Contra todas estas falacias, sin embargo, se alzó el pasado martes Arenas en Madrid con una conferencia titulada «La Leyenda Negra hoy: Antiespañolismo interno y externo». Una de las charlas que ofrece en múltiples centro de la capital y en las que está logrando reunir cada vez a más interesados en el mundo de la historia. En la hora y media que se extendió su ponencia, el experto se introdujo en los diferentes libros que -a lo largo de los siglos- han ayudado a generalizar la leyenda negra sobre nuestro país.
¿Qué es la leyenda negra?
Pero... ¿Qué significa este término tan manido a día de hoy? Uno de los primeros historiadores españoles que lo estudió de forma amplia fue Julián Juderías en su popular obra «La leyenda negra. Estudios acerca de España en el extranjero». Según sus palabras, es un vocablo que evoca mentiras repetidas hasta la extenuación. Falacias que acaban convirtiéndose en una realidad tan falsa como una moneda de madera tras ser escritas en libros sin haber sido contrastadas.
«Por leyenda negra entendemos el ambiente creado por los fantásticos relatos que acerca de nuestra patria han visto la luz pública en casi todos los países; las descripciones grotescas que se han hecho siempre del carácter de los españoles como individuos y como colectividad […]; la leyenda de la España inquisitorial, ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos lo mismo ahora que antes, dispuesta siempre a las represiones violentas; enemiga del progreso o de las innovaciones; o, en otros términos, la leyenda que habiendo empezado a difundirse en el siglo XVI, a raíz de la Reforma, no ha dejado de utilizarse en contra nuestra desde entonces y más especialmente en momentos críticos de nuestra vida nacional», explica en su libro.
La leyenda interior
A pesar de lo que pueda parecer, no fueron temas como el de la Santa Inquisición los que abrieron la veda del odio contra España. Miguel Arenas coincide con el popular hispanista Stanley G. Payne (autor de «En defensa de España» -Espasa, 2017-) en que la leyenda negra nació allá por el siglo XV. Más concretamente, cuando nuestro país era una potencia política y los primigenios tercios empezaban a dominar los campos de batalla de manos del Gran Capitán. «Las primeras críticas a los españoles surgieron en Italia a finales del siglo XV, cuando las fuerzas militares de la monarquía se habían convertido en una entidad más poderosa que la de la antigua Corona de Aragón», señala el autor británico en su obra.
Por entonces la Corona andaba metida hasta el corvejón en la Conquista de América (llamada «Colonización» por autores como Juan Sánchez Galera). Una aventura que -a la postre- llenó de oro las arcas del país. Pero también una correría mediante la que se forjó la leyenda más negra de nuestra historia.
Y todo, por «culpa» (si es que se puede decir así) de un fraile más sevillano que un botijo: Bartolomé de las Casas. Este religioso pisó el Nuevo Mundo allá por 1502 y, varias décadas después, se dedicó a cargar frontalmente contra los españoles en su «Brevísima relación de la destrucción de las Indias». Obra en la que acusaba a sus compatriotas de maltratar y asesinar a millones de nativos. Todo exageraciones, atendiendo a Payne.
Los textos de De las Casas fueron aprovechados a nivel internacional por todas aquellas potencias ávidas de atacar a España. Ninguna entró a valorar que realmente fue otro factor el que segó la vida de millones de nativos. «En el Caribe, el primer sitio donde pisaron, hubo una debacle por enfermedades como el sarampión o la gripe. Enfermedades benignas para las que en América no había anticuerpos. Para ellos eran mortales. Por eso los caribes de la zona se redujeron en un 90%», determinaba Arenas en su conferencia.
El divulgador histórico Juan Eslava Galán es de su misma opinión. Así lo señala en su última obra («Enciclopedia Eslava» -Espasa, 2017-), donde explica que la verdadera arma secreta de los conquistadores españoles fueron las bacterias.
Arenas, a su vez, es partidario de que -aunque nuestro país cometió tropelías contra los nativos- también fue una región pionera en idear leyes para salvaguardar la integridad de los nativos. «España fue el primer país, y hasta el siglo XX el único, que promovió leyes para protección de los indígenas. Ni Francia, ni Inglaterra, ni Portugal... Estas leyes fueron las primeras que se establecieron para proteger a los indígenas. Los monarcas reunieron en Salamanca un grupo de expertos que llegó a la conclusión de que esas gentes eran seres humanos y que había que educarles y pasarles a la santa religión para que fuesen súbditos de pleno derecho», explicaba en su conferencia.
Con todo, el historiador también es realista y afirma que hubo multitud de españoles que no se comportaron acorde a las normas. «¿Todos los españoles cumplen las leyes ahora? No. Y eso que estamos juntos. Pues lo mismo ocurría a 5.000 kilómetros de distancia», señalaba durante su charla.
Finalmente, también carga contra aquellos países como Inglaterra. La misma región cuyos colonos convirtieron casi en una deidad al fraile y se dedicaron a extender la leyenda negra de nuestro país afirmando que los conquistadores habían perpetrado todo tipo de crímenes contra los nativos. «Hay que tener cuidado. Bartolomé de las Casas escribió a favor de los indios, pero afirmando que había que cambiarlos por negros. Para Bartolomé de las Casas, si los indios eran súbditos de su majestad, los negros no. Por eso hay que hablar de su humanidad con cautela», añadía.
El consejero traidor
En palabras de Arenas, otro de los personajes que logró suscitar el odio contra España fue uno de los políticos más destacados del siglo XVI: Antonio Pérez. Hombre poco de Estado, y mucho -según parece- de la buena vida, el lujo y el maquiavelismo.
Cuenta el historiador decimonónico Salvador Bermúdez de Castro en su obra «Antonio Pérez, Secretario de Estado del rey Felipe II», que el personaje que nos atañe nació en Zaragoza de la simiente de Gonzalo Pérez. Hombre posteriormente famoso por ser el «secretario único de Estado» y servir durante cuarenta años al Emperador (Carlos I de aquí, y V de allá) y a su hijo. Con ese valedor como padre, a nadie le resultó extraño que nuestro protagonista entrara al servicio de la monarquía en abril de 1566.
Inteligente y buen conversador (cualidad esta última que adoraba especialmente Felipe II), Antonio Pérez se ganó primero un hueco en la corte y, posteriormente, otro en el lecho de Ana Mendoza y la Cerda -más conocida como la princesa de Éboli-. Mujer que, además de ser viuda de Ruy Gómes (antiguo mentor de nuestro protagonista) destacaba por su carácter astuto y engañoso. «Joven, altiva y espléndida […] era el encanto de la grandeza española y […] dominaba con su belleza y con su lujo toda la sociedad de Madrid», determina Bermúdez. Amantes ambos, siempre intentaron esconder su relación de cara al monarca.
Volviendo a la política (pese al interés que general los líos de faldas), Antonio Pérez empezó a cavar su tumba cuando envió a uno de sus ayudantes a espiar a don Juan de Austria, hermanastro de Felipe II (y mandamás en Flandes). Todo, eso sí, por orden del mismísimo monarca, que no se fiaba ni pelo del pelucón de su familiar.
A ambos les salió el tiro por la culata del arcabuz, pues el «agente», Juan de Escobedo, no tardó en pasarse al bando contrario. Aquella traición del que, hasta entonces, consideraba un hombre de confianza, hizo que nuestro secretario emponzoñase la mente del monarca. Más por miedo personal (pues el rebelde atesoraba secretos sobre él que podían ser letales) que por fidelidad a la corona, todo sea dicho.
El 23 de marzo de 1578 Escobedo fue asesinado en una callejuela de Madrid durante uno de sus viajes a la capital y, como cabía esperar, los enemigos políticos de Antonio Pérez le acusaron de ser el instigador. En ese punto empezó el calvario de nuestro protagonista. Y es que Felipe II, sabedor del odio de su consejero a Escobedo, ordenó apresarle en 1579. Por ello, y porque -para entonces- los enemigos de Pérez se habían encargado de sacar todos sus trapos sucios a la luz. «Pronto se supo que él y la princesa de Éboli se habían dedicado a vender secretos reales. Además, parece que estuvieron en relación con Portugal y con Flandes. Con Portugal porque Ana tenía un hijo que quería casar con la hija de la princesa de Braganza (y así hacerlo posible heredero de Portugal); y con Flandes, porque les habían vendido multitud de secretos», explicaba Arenas en su ponencia.
Nuestro protagonista pasó diez años de prisión antes de escapar y dirigirse como un rayo hacia Aragón donde, en palabras del historiador español, no podía ser juzgado por el monarca. «Como España todavía no era un estado a nivel político, las leyes de Castilla no eran válidas en Aragón. Allí no se le podía perseguir», añadía Arenas.
La solución por parte de la monarquía fue tajante. «Rápidamente se le denuncio a la Inquisicion, que mandaba en todas partes, por hereje. Posteriormente fue capturado y metido en una cárcel de Zaragoza», completaba el ponente. Para desgracia de Felipe II, Antonio Pérez logró escapar y huir hasta Francia, donde se desquitó escribiendo varias obras cargando contra Su Majestad: las «Relaciones» y las «Cartas».
«Fueron el inicio de la leyenda negra española que llegó desde Francia. En ellas atacó a Felipe II de múltiples formas», determinaba Arenas. La cantidad de mentiras que dejó sobre blanco fueron ingentes.
En sus obras llegó a señalar (entre otras tantas cosas) que el propio monarca había sido el instigador del asesinato de Escobedo: «Es de saber que el Rey Católico, por causas mayores y forzosas y muy cumplideras a su servicio y Corona, resolvió que el Secretario Juan de Escobedo muriese sin proceder prisión ni juicio ordinario por notorios y evidentes inconvenientes de grandes riesgos de turbación de sus reinos».
También fuera
El origen de la tercera obra que ayudó a forjar la leyenda negra de España hay que buscarlo en el siglo XVI. Más concretamente, en 1555, cuandoCarlos I abdicó en favor de su hijo, Felipe II. Aquello marcó un antes y un después en la relación entre nuestra patria y los Países Bajos. «Carlos I había nacido en Gante, y allí le apreciaban porque era uno de ellos. Pero Felipe II era de Valladolid y solo hablaba castellano, por lo que no le entendían y generaba animadversión», destacaba Arenas.
En la región se generaron todo tipo de revueltas contra la Monarquía Hispánica en 1566. Pequeñas rebeliones que el monarca aplastó con mano de hierro enviando hasta la zona a Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, tercer Duque de Alba.
En poco tiempo los rebeldes estuvieron controlados y sus líderes huidos. Una humillación para nobles como Guillermo de Orange, más conocido por su apodo («Taciturno»). «El más distinguido de los nobles que apoyaban a los rebeldes, el príncipe de Orange y su hermano Luis de Nassau, huyeron a las posesiones de su familia en Alemania, tras vender sus posesiones en los países Bajos, abandonando a sus correligionarios», explica el historiador Federico Gallegos en su dossier «La Guerra de los Países Bajos hasta la tregua de los doce años».
Guillermo se transformó a partir de entonces en uno de los máximos valedores de la leyenda negra española. Y es que, escribió en 1580 desde Alemania su famosa «Apología». Obra en la que cargaba contra Felipe II y que el hispanista Jean-Frédéric Schaub define en «La Francia española: las raíces hispanas del absolutismo francés» como «un ataque de lesa majestad sin equivalentes» contra la Monarquía Hispánica.
Lo cierto es que solo hay que leer alguno de los pasajes de esta obra para ver el cruel tono de Orange: «Si decimos, pues, que rechazamos el gobierno de semejante rey incestuoso, parricida y asesino de su mujer, ¿quién nos podría acusar justamente? ¿cuántos reyes ha habido expulsados de sus reinos y derribados sin haber cometido crímenes tan horrendos? En cuanto a Don Carlos ¿acaso no debía ser nuestro señor y amo?».
«En su apología dijo que Felipe II había cometido incesto con su hermana Juana, que había tenido varios hijos antes de casarse (desde que tenía 13 años) y que había asesinado a su esposa, a su hijo Carlos, y a Juan de Escobedo. Además, afirmaba que estaba celoso de su hermanastro Juan de Austria, que solo tenia éxitos allá donde iba, y que era el impulsor principal de los excesos de la Inquisición. Ese libro fue un “best seller”. Se tradujo y se publicó en toda Europa», destaca Arenas.
En palabras de Arenas, aquella obra fue tomada como referencia principal de todos los autores que, posteriormente, extendieron la leyenda negra de nuestro país por media Europa. Así lo afirma también el periodista Jesús Ávila Granados en su obra «El libro negro de la historia de España»: «No solo trataba de condenar públicamente la conducta del Duque de Alba y de los tercios de Flandes, sino de escarbar en la intimidad de la alcoba de Felipe II y exteriorizar la tormentosa vida del monarca español. Su objetivo no era otro que ridiculizar al monar en particular, y a España en general».
Miguel Arenas: «La Corona enviaba auditores a América para evitar los maltratos»
1-¿Qué es la leyenda negra?
La leyenda negra es pensar, escribir o hablar mal de un país. Pero mal de una manera muy general, basándose en hechos más o menos ciertos, o en otros más o menos inventados. Es igual que el ataque que te hace un enemigo personal, que piensa mal de ti por todo, pero entre países que, por alguna razón, se tienen rabia, recelo o envidia.
2-¿Cuál es el caso más típico de leyenda negra española?
El caso más típico es el de la Conquista de América. España no mato millones de personas en América, ni a cientos de miles... mató a miles. Pero por una cuestión de números. Hasta el Nuevo Mundo apenas fueron unos cientos de soldados en principio. Por eso es lógico que no pudieran acabar con a tantos. Sí es cierto que los españoles ganaban todas las batallas porque estaban mucho mejor organizados y tenían mejores armas, pero eso no implica que fueran de masacre en masacre.
3-¿Se comportaron mal los conquistadores españoles en América?
Sí, pero no al nivel que afirmaba De las Casas. En las encomiendas, por ejemplo, los españoles solían tratar mal a los nativos. Pero lo hacían saltándose las leyes de la Corona, en la que se les obligaba a ser benévolos. Pero hay que entender que estaban a miles de kilómetros de la Península Ibérica. Con todo, la Corona enviaba periódicamente auditores (oidores) para evitar los maltratos. Estos trajeron a cientos de españoles encadenados por su mal comportamiento con los indígenas. El problema es que el viaje era muy largo.
4-¿Era este fraile, entonces, un mentiroso?
Lo que criticó Bartolome de las Casas era en general correcto. Pero podría, con un cierto españolismo, haber lavado los trapos sucios dentro de casa. De todos los libros que han generalizado la leyenda negra, el menos absurdo fue el suyo. Pero no podemos olvidarnos de que en España había leyes contra esas barbaridades. Además, hay que tener en cuenta que, lo que han hecho los ingleses en Nueva Zelanda hasta el siglo XIX, los españoles lo hacían cuando todo el mundo era un bárbaro. El problema es que otros lo han seguido haciendo cuando ya existía la Declaración de los Derechos Humanos.
5-También se suele afirmar que los españoles que viajaron al Nuevo Mundo eran hombres que no tenían futuro en España...
Sí Al principio se fueron los que aquí no tenían el futuro claro. Muchos eran hidalgos con muchísima ambición que solo tenían un poco de dinero. El resto era gente desarrapada que no tenía nada que perder. De hecho, las autoridades vigilaban mucho quién se marchaba. Los señores, por ejemplo, no dejaban que se fueran sus siervos para que siguieran haciendo las tareas. Posteriormente, en el siglo XVI, cuando la región estaba organizada en virreinatos, empezaron a viajar funcionarios y las batallas se terminaron.
6-¿Tienen el resto de países leyenda negra?
Creo que la leyenda negra tiene final en el antiespañolismo. Todos los países tienen leyenda negra, pero la que más dura es la de España porque la soportamos y regamos los españoles. Los españoles somos los primeros en creer cualquier cosa negativa que se dice de nosotros. El resto han logrado destruirla.
7-¿Se convirtieron los libros de De las Casas, de Orange y de Pérez en “best sellers?
Sí. Muchos supuestos historiadores o expertos los glosaron y comentaron posteriormente dandoles un presunto rigor científico. Pero eran todo mentiras y barbaridades.
8-¿Por qué el español tiende a aceptar su leyenda negra?
Porque el español en general es ruidoso y vociferante en el bar, pero cuando sale es un pobre diablo. Además, como una buena parte de la sociedad solo se informa por la tele y las redes sociales, es imposible que tengan capacidad para responder a los ataques.
9-¿Cómo comenzó a dar conferencias sobre historia?
Estoy jubilado desde el año 2003. Siempre he trabajado de ingeniero industrial, pero dedique 11 años a sacarme por la UNED el titulo de Geografia e Historia como hobby. Cuando me jubilé estuve algún tiempo dando cursos en compañías que me pedían, por mi experiencia en el sector, que aleccionase a sus trabajadores en el campo de las ventas y el márketing. Pero con la crisis de 2007 las empresas dejaron a un lado este tipo de eventos. Entonce empecé a dedicarme a dar conferencias voluntarias en centros de la Comunidad de Madrid. Lo hago desde 2007 aproximadamente. En principio doy las que me piden, pero están funcionando muy bien las relacionadas con la Historia.
10-¿Es la conferencia sobre la leyenda negra de España una de sus favoritas?
La he dado ya un par de veces en otros centros. Es una de las que tengo preparadas. Hace ya unos tres años que la impartí por ultima vez, y la he vuelto a recuperar ahora. La verdad es que suele ser bien recibida.
11-¿Cómo elige los temas para sus conferencias?
Siempre hago propuestas de muchos temas, incluyendo algunos que no son de historia. Pero me piden mucha historia. También me gusta meter temas técnicos. Tengo algunos como “la generación de electricidad”. Lo hago en tres sesiones y explicó qué es la electricidad, los métodos actuales de producción, la electricidad en España y qué se incluye en el recibo de la electricidad. También tengo otra sobre el agua. Hay que tener en cuenta que el agua potable es un producto industrialista y hay que potabilizarla. Gracias a eso se que España es una potencia en la gestión de agua. Últimamente me están pidiendo que explique el funcionamiento del estado.