La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1
sábado, diciembre 23, 2006
Brindis
Anteayer, un brindis de fin de año juntó a la ministra de Defensa, Nilda Garré --que aún hoy reivindica lo actuado por las organizaciones terroristas de los años '70--, al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde --el mismo que desde la revista "Militancia" alentaba la estrategia criminal del ERP y Montoneros--, y al inefable almirante Jorge Godoy, jefe de la Armada.
De la señora Garré y el señor Duhalde nada hay para agregar. Defienden las mismas ideas que hace treinta años nos llevaron a la guerra civil. La actitud del almirante Godoy, en cambio, se resiente por su falta de decoro y por el desprecio, que su presencia en ese ágape supone, a tantos oficiales y suboficiales muertos de la Armada a manos de las bandas a las cuales pertenecían o apoyaban personas como Nilda Garré y Eduardo Duhalde.
Pero, fundamentalmente, lo que ha quedado en evidencia, por si hubiesen dudas, es que el titular de la Armada, a cambio de una jefatura, la alfombra colorada y el chofer en la puerta, es capaz de cualquier cosa.