Hoy la Iglesia festeja la Fiesta de los
Arcángeles, y de acuerdo a la Biblia conocemos por nombre a tres
Arcángeles: San Miguel, San Rafael y San Gabriel. En diversos tramos
Bíblicos se presenta a San Gabriel como el encargado de realizar
anuncios extraordinarios a la humanidad, como fue la Anunciación de
la venida del Mesías a María en Nazaret. A San Rafael se lo presenta
como la medicina de Dios, aquel que viene a sanarnos en cuerpo y
alma. Y finalmente a San Miguel se lo presenta como el Jefe de la
Milicia de Dios en la lucha contra satanás y sus huestes
infernales.
Los
ángeles son una realidad presente en múltiples tramos Bíblicos, como
cuando un Ángel consuela a Jesús en el desierto luego de los
cuarenta días de ayuno y tentación, o en el Getsemaní cuando Jesús
sudó sangre. Ángeles se presentaron a los pastores en Belén para
anunciar el Nacimiento del Niño Dios, y Ángeles anunciaron la
Resurrección de Jesús en la tumba en el huerto en Jerusalén. También
fueron Ángeles los que ayudaron a José a tomar importantes
decisiones como jefe de la Sagrada Familia, para preservar a María y
al Niño, y fueron Ángeles los que hicieron fundamentales anuncios al
Padre de Juan el Bautista en el Templo de Jerusalén como a tantos
otros santos hombres de Dios que fueron guiados de este modo
providencial en el camino de la Salvación.
Los
Ángeles existen, y cada uno de nosotros tiene un Ángel asignado por
Dios para cuidarnos en nuestro paso por esta vida, y para
acompañarnos luego de esta vida también. Yo creo en los Ángeles, no
solo porque es una verdad revelada por la Palabra de Dios, sino
porque es parte fundamental del Catecismo de la Iglesia Católica y
de la tradición de nuestra Iglesia a lo largo de los siglos. Y creo
en los Ángeles porque Dios me ha dado la fe con la que reconozco su
ayuda inestimable, su presencia gloriosa, su amistad cotidiana. Hoy
celebramos una gran Fiesta no solo por los Arcángeles, sino por los
Ángeles todos.
ORACION
A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Una
oración fundamental en nuestra vida de cristianos, de la que muchos
desconocen el origen, el que aquí compartimos con ustedes. Se cuenta
que el 13 de octubre de 1884 el papa León XIII experimentó una
visión en la cual vio a Satanás y a sus demonios desafiando a Dios,
diciendo que podía destruir su Iglesia si quería. Sin embargo, el
pontífice pensó que si el demonio no lograba su cometido, sufriría
una derrota humillante. Vio entonces aparecer a Miguel y lanzar a
Satanás y sus legiones en el abismo del Infierno. Después llamó a su
Secretario para la Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de
papel y mandó que se enviara a todos los obispos del mundo,
indicando que la oración que había escrito tenía que ser recitada
después de cada misa. Esta oración no es obligatoria en la
actualidad, pero se la puede decir al finalizar cada Misa, y es muy
recomendable su oración piadosa en forma diaria.
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