El Papa Francisco, ante el naufragio de Lampedusa: «Sólo me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza» - ABC.es
El Papa Francisco exclamó hoy «sólo me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza» para referirse al naufragio registrado cerca de la isla de Lampedusa en el que han muerto al menos 93 personas y otras 250 están desaparecidas al volcar una embarcación con 500 inmigrantes.
El Papa argentino improvisó estas palabras al término del
discurso a los participantes en el convenio sobre el aniversario de la
encíclica «Pacem in Terris».
«Hablando de crisis, hablando de la inhumana crisis
económica mundial, que es un síntoma grande de la falta de respeto por
el hombre, no puedo dejar de recordar con gran dolor las numerosas
víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy cerca de Lampedusa»,
añadió.
«Recemos junto a Dios por los que han perdido la vida,
hombres, mujeres, niños, por los familiares y por todos los inmigrantes.
Unamos nuestros esfuerzos para que no se repitan tragedias similares. Sólo una decidida colaboración de todos puede ayudar a prevenirlas», dijo a los presentes.
Previamente el pontífice manifestó a través de su cuenta en
la red social Twitter: «Recemos a Dios por las víctimas del trágico
naufragio».
El primer viaje que hizo Francisco como Papa fue a la isla de Lampedusa el pasado mes de julio en el que quiso mostrar al mundo el drama de la inmigración.
Los servicios de rescate siguen recogiendo cadáveres del
mar que ya se elevan a 93, de los 500 inmigrantes que se encontraban a
bordo.
Según explicaron los supervivientes de la tragedia,
decidieron encender un fuego en la embarcación para permitir ser
localizados, puesto que no lograban contactar con los servicios de
rescate con los teléfonos que llevaban.
La barcaza después se incendió y muchos inmigrantes
tuvieron que arrojarse al mar y en el caos consiguiente la embarcación
acabó volcando.
Segunda tragedia en una semana
La tragedia de hoy se suma a la ocurrida el pasado 30 de
septiembre cuando trece indocumentados fallecieron después de haber sido
obligados por los traficantes a saltar de la barcaza en la que viajaban
a pesar de que no sabían nadar y había un fuerte oleaje.
El grupo de 200 inmigrantes fue obligado a tirarse al mar a
pocos metros de playa del «Pisciotto» de la localidad de Scicli, en la
provincia de Ragusa, Sicilia.
El pasado 10 de agosto, otros seis indocumentados, entre
ellos un menor de edad, fallecieron al intentar alcanzar a nado la costa
de Sicilia tras haber encallado el pesquero en el que viajaban junto a
un centenar de inmigrantes procedentes de Siria y Egipto.