Importante.
http://www.urgente24.com/
La esposa del capitán Viola pide que el asesinato de su familia sea juzgado como crimen de lesa humanidad
La esposa del capitán Humberto Viola, asesinado por el ERP junto a su pequeña hija María Cristina el 1º de diciembre de 1974 en Tucumán, pide que la masacre de su familia sea juzgada de lesa humanidad, tal como la condena a prisión perpetua a los ex generales Antonio Bussi y Luciano Menéndez.
| 29/08/2008 | 09:59
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) El domingo 1º de diciembre de 1974 el sol pegaba con fuerzas en la capital tucumana. Ese día estaba por suceder una de las operaciones más criticadas del ERP: El asesinato del capitán Humberto Viola y su pequeña hija de 3 años, María Cristina. Así sucedían los hechos.
La familia Viola, compuesta por el Capitán Humberto Viola de 31 años, su señora embarazada y sus dos pequeñas hijas, María Fernanda de 5 años y María Cristina de 3 había desayunado en familia y luego de asistir a misa llegaban a la casa de sus abuelos paternos en pleno centro de Tucumán para almorzar.
Entonces, un comando guerrillero del ERP había rodeado el auto del militar y los acribilló a balazos. La pequeña María Cristina murió en el acto, al igual que su papá mientras María Fernanda quedó gravemente herida y debió pasar por muchas operaciones. Maby, la esposa de Viola, que en su panza llevaba a Luciana, no podía creer ni entender lo que estaba sucediendo.
Según publica Wikipedia, en el parte de guerra de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jimenez del ERP, que ajecutó el atentado, se describen los hechos de esta manera:
"A las 13:13 se acerca el objetivo. Se marca la señal y se retira el compañero. Se aproximan el auto operativo y el de apoyo separados 50 a 60 metros; queda el de apoyo semicruzado en la calle cortando el tráfico y apoyando a los compañeros. El automóvil operativo se aproxima hasta la misma altura que el objetivo – el auto y sus ocupantes - quedando medio auto adelantado. Siempre en los chequeos el sujeto descendía, en esta oportunidad la que descendió fue la esposa, quedando él al volante a la espera, seguramente para guardar el auto en el garaje. Al frenar el automóvil operativo disparan el primer escopetazo que da en el parante delantero izquierdo del parabrisas, el sujeto se agacha en ese momento y los balines dan de rebote sobre la hija de tres años que estaba atrás. El compañero de la ametralladora desciende y metiendo el arma por la ventanilla, dispara una ráfaga corta (4) tiros que dan en el sujeto que alcanza a descender, la ametralladora se traba, pero los disparos le dan a la altura de la base del pulmón izquierdo desde atrás, se adelanta mas y dispara con su pistola y remata al Capitán con un tiro en la cabeza y retoma el auto, mientras que el camarada de apoyo dispara a quema ropa con su ametralladora, hiriendo a la hija de 5 años que corre escapando hacia delante. Ejecutada la operación, la retirada se cumple correctamente. El abandono de los autos se realizó según lo planificado, lo mismo que la retirada de los compañeros."
Dicha operación se realizaba en el marco de una campaña de represalia desarrollada por el ERP a raíz de la Masacre de Capilla del Rosario. Según el ERP, Viola formaba parte del Destacamento 142 de Inteligencia del Ejército Argentino, caracterizado por el ERP como miembro del grupo de tareas que, entre otras acciones, asesinó al líder sindicalista Juan de la Cruz Olmos.
Hoy, la esposa de Viola reclama justicia por la memoria de su marido y de su pequeña hija. Pide que los asesinatos de Humberto y Cristina se consideran de lesa humanidad.
Un corte de la carta publicada el 11 de octubre por la esposa de Viola
"(...) Relatar el estado en que se encontraban mis hijas seria demasiado morboso y no deseo caer en eso. No dejando de contar que Fer fue sometida a traumáticas 8 operaciones, quedando con secuelas permanentes. Todo esto aconteció durante el gobierno de la Sra. María Estela Martínez de Perón. Desde entonces cargo en mis espaldas la mochila del dolor, y enfrenté desde muy joven el duro camino de vivir. Fue pasando el tiempo y con él mil cosas difíciles de relatar. Rehice mi vida y llegó la menor de mis hijas Agustina, ella es al igual que sus hermanas, una cruzada de la verdad histórica.
Estoy orgullosa de ellas .En el año 2003 cuando creía que las heridas empezaban a cerrarse y que los argentinos caminábamos hacia un futuro en común sin odios ni rencores; el gobierno nacional nos enfrentó con acontecimientos que me produjeron un profundo disgusto.
Hasta hace muy poco no hablé ni di entrevistas, pero hoy me siento movilizada, enojada y triste porque veo que la sociedad se ha vuelto a dividir arengada por un gobierno con las mismas ideologías de aquellos que atacaron a mi famila. Es por eso que siento que debo defender los ideales por los que a Humberto y a mi pequeña les arrancaron la vida.
Estoy convencida de que debemos reivindicar al viejo ejército, el que se jugó, el que entregó por convicción y valores morales la vida de muchos de sus integrantes.
Vidas de muchos valientes que vestían con orgullo el uniforme conseguido en el glorioso Colegio Militar de la Nación.
Hoy siento que quien comanda el nuevo ejército prefiere claudicar el honor y la dignidad de su investidura, antes que acompañarnos y aceptar la alternativa de verse integrando una lista de desocupados. "General Bendini, ¿Dónde se encontraba usted cuando la cruenta guerra de los años 70?
Hoy duele ver jóvenes oficiales cumplir órdenes que nada tienen que ver con su sentir.
Es inexplicable que por presiones de sus superiores no puedan expresarse, no puedan acompañarnos a rendir homenaje a sus camaradas vistiendo sus uniformes. ¡Que falta de lealtad y de respeto a los que son sometidos! y no lo acepto.
Soy una madre de los '70 como se nos ha dado en llamar. Una mamá que siente lo mismo que otra sin importar la ideología política. Una mamá que vio como a los trece años de lo sucedido el entonces juez federal en Tucumán Dr. Jorge Parche, dejaba en libertad a uno de los asesinos de mis muertos, condenado a prisión perpetua por "buena conducta, mantener limpia su celda y leer diariamente la Biblia", según me lo expresó personalmente. Adujo También a los organismos de derechos humanos. ¿De que derechos humanos me hablaba? Yo no lo escuche jamás, ni cuando asesinaron a Cristina, tampoco en las operaciones de Fernanda y mucho menos cuando Luciana nació sin papa.
Me pregunto: ¿Los asesinatos de Humberto y Cristina no se consideran de lesa humanidad?
Todas las madres debemos tener los mismos derechos. Hemos sufrido por igual y vivido el mismo dolor. Debemos tener las mismas consideraciones, ser dignas de respeto por parte de quienes nos gobiernan. Las madres de las victimas de la subversión somos DISCRIMINADAS.
Para el dolor y el sufrimiento no existen ideologías.
Pese a todo lo que estoy viviendo mi esencia pacifista sigue inalterable.
Quiera el Señor que llegue el momento de poder caminar todos juntos. Seguro que esto sucederá cuando desde el gobierno terminen de alimentar el odio, el rencor y los resentimientos y se cuente por fin la historia completa ya que cuando no es total es doble mentira.
Estoy aquí de pie frente a ustedes creyendo día a día en la justicia divina.
Agradezco su atención y el silencio que me brindaron.
Me despido con una estrofa de los versos que el My. retirado Luis Daniel de Urquiza expresara a la memoria de mi hija Maria Cristina "SIGUE VELANDO POR NOSOTROS EN LA GLORIA QUE AQUÍ ESTOS VARONES Y MUJERES TIENEN CON QUE HACERSE CARGO DE LA HISTORIA"
Gracias y hasta siempre.
Entonces, un comando guerrillero del ERP había rodeado el auto del militar y los acribilló a balazos. La pequeña María Cristina murió en el acto, al igual que su papá mientras María Fernanda quedó gravemente herida y debió pasar por muchas operaciones. Maby, la esposa de Viola, que en su panza llevaba a Luciana, no podía creer ni entender lo que estaba sucediendo.
Según publica Wikipedia, en el parte de guerra de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jimenez del ERP, que ajecutó el atentado, se describen los hechos de esta manera:
"A las 13:13 se acerca el objetivo. Se marca la señal y se retira el compañero. Se aproximan el auto operativo y el de apoyo separados 50 a 60 metros; queda el de apoyo semicruzado en la calle cortando el tráfico y apoyando a los compañeros. El automóvil operativo se aproxima hasta la misma altura que el objetivo – el auto y sus ocupantes - quedando medio auto adelantado. Siempre en los chequeos el sujeto descendía, en esta oportunidad la que descendió fue la esposa, quedando él al volante a la espera, seguramente para guardar el auto en el garaje. Al frenar el automóvil operativo disparan el primer escopetazo que da en el parante delantero izquierdo del parabrisas, el sujeto se agacha en ese momento y los balines dan de rebote sobre la hija de tres años que estaba atrás. El compañero de la ametralladora desciende y metiendo el arma por la ventanilla, dispara una ráfaga corta (4) tiros que dan en el sujeto que alcanza a descender, la ametralladora se traba, pero los disparos le dan a la altura de la base del pulmón izquierdo desde atrás, se adelanta mas y dispara con su pistola y remata al Capitán con un tiro en la cabeza y retoma el auto, mientras que el camarada de apoyo dispara a quema ropa con su ametralladora, hiriendo a la hija de 5 años que corre escapando hacia delante. Ejecutada la operación, la retirada se cumple correctamente. El abandono de los autos se realizó según lo planificado, lo mismo que la retirada de los compañeros."
Dicha operación se realizaba en el marco de una campaña de represalia desarrollada por el ERP a raíz de la Masacre de Capilla del Rosario. Según el ERP, Viola formaba parte del Destacamento 142 de Inteligencia del Ejército Argentino, caracterizado por el ERP como miembro del grupo de tareas que, entre otras acciones, asesinó al líder sindicalista Juan de la Cruz Olmos.
Hoy, la esposa de Viola reclama justicia por la memoria de su marido y de su pequeña hija. Pide que los asesinatos de Humberto y Cristina se consideran de lesa humanidad.
Un corte de la carta publicada el 11 de octubre por la esposa de Viola
"(...) Relatar el estado en que se encontraban mis hijas seria demasiado morboso y no deseo caer en eso. No dejando de contar que Fer fue sometida a traumáticas 8 operaciones, quedando con secuelas permanentes. Todo esto aconteció durante el gobierno de la Sra. María Estela Martínez de Perón. Desde entonces cargo en mis espaldas la mochila del dolor, y enfrenté desde muy joven el duro camino de vivir. Fue pasando el tiempo y con él mil cosas difíciles de relatar. Rehice mi vida y llegó la menor de mis hijas Agustina, ella es al igual que sus hermanas, una cruzada de la verdad histórica.
Estoy orgullosa de ellas .En el año 2003 cuando creía que las heridas empezaban a cerrarse y que los argentinos caminábamos hacia un futuro en común sin odios ni rencores; el gobierno nacional nos enfrentó con acontecimientos que me produjeron un profundo disgusto.
Hasta hace muy poco no hablé ni di entrevistas, pero hoy me siento movilizada, enojada y triste porque veo que la sociedad se ha vuelto a dividir arengada por un gobierno con las mismas ideologías de aquellos que atacaron a mi famila. Es por eso que siento que debo defender los ideales por los que a Humberto y a mi pequeña les arrancaron la vida.
Estoy convencida de que debemos reivindicar al viejo ejército, el que se jugó, el que entregó por convicción y valores morales la vida de muchos de sus integrantes.
Vidas de muchos valientes que vestían con orgullo el uniforme conseguido en el glorioso Colegio Militar de la Nación.
Hoy siento que quien comanda el nuevo ejército prefiere claudicar el honor y la dignidad de su investidura, antes que acompañarnos y aceptar la alternativa de verse integrando una lista de desocupados. "General Bendini, ¿Dónde se encontraba usted cuando la cruenta guerra de los años 70?
Hoy duele ver jóvenes oficiales cumplir órdenes que nada tienen que ver con su sentir.
Es inexplicable que por presiones de sus superiores no puedan expresarse, no puedan acompañarnos a rendir homenaje a sus camaradas vistiendo sus uniformes. ¡Que falta de lealtad y de respeto a los que son sometidos! y no lo acepto.
Soy una madre de los '70 como se nos ha dado en llamar. Una mamá que siente lo mismo que otra sin importar la ideología política. Una mamá que vio como a los trece años de lo sucedido el entonces juez federal en Tucumán Dr. Jorge Parche, dejaba en libertad a uno de los asesinos de mis muertos, condenado a prisión perpetua por "buena conducta, mantener limpia su celda y leer diariamente la Biblia", según me lo expresó personalmente. Adujo También a los organismos de derechos humanos. ¿De que derechos humanos me hablaba? Yo no lo escuche jamás, ni cuando asesinaron a Cristina, tampoco en las operaciones de Fernanda y mucho menos cuando Luciana nació sin papa.
Me pregunto: ¿Los asesinatos de Humberto y Cristina no se consideran de lesa humanidad?
Todas las madres debemos tener los mismos derechos. Hemos sufrido por igual y vivido el mismo dolor. Debemos tener las mismas consideraciones, ser dignas de respeto por parte de quienes nos gobiernan. Las madres de las victimas de la subversión somos DISCRIMINADAS.
Para el dolor y el sufrimiento no existen ideologías.
Pese a todo lo que estoy viviendo mi esencia pacifista sigue inalterable.
Quiera el Señor que llegue el momento de poder caminar todos juntos. Seguro que esto sucederá cuando desde el gobierno terminen de alimentar el odio, el rencor y los resentimientos y se cuente por fin la historia completa ya que cuando no es total es doble mentira.
Estoy aquí de pie frente a ustedes creyendo día a día en la justicia divina.
Agradezco su atención y el silencio que me brindaron.
Me despido con una estrofa de los versos que el My. retirado Luis Daniel de Urquiza expresara a la memoria de mi hija Maria Cristina "SIGUE VELANDO POR NOSOTROS EN LA GLORIA QUE AQUÍ ESTOS VARONES Y MUJERES TIENEN CON QUE HACERSE CARGO DE LA HISTORIA"
Gracias y hasta siempre.