sábado, diciembre 14, 2013

Buenos Aires, 10 de diciembre de 2013

Sr. Director

¡Todo desmadrado!

¡”Se fue de madre”!. Esta frase común en el vocabulario argentino, utilizada  para graficar cuando una situación o algo se ha ido fuera de control, al igual que un río que sale de su curso normal, desborda y se descontrola, viene bien a cuento para explicar lo que ocurre hoy en la Argentina.

La situación política, económica y social está totalmente desmadrada, prima el estado de anomia (ausencia de normas), el vandalismo y la falta de autoridad, en síntesis, estamos al borde de la guerra social.

Guerra social que no pocos supimos avizorar hace ya tiempo como resultante de las políticas demagógicas implementadas por una clase política corrupta, anticristiana e irresponsable.

En particular este gobierno está experimentando cómo, el monstruo que él creó al mejor estilofrankestein, se está levantando de su camilla y comenzando a mostrar algo de la maldad e irresponsabilidad con que fue concebido.

Ese monstruo es la falta de justicia, son los jueces corruptos y los malos ejem­plos, es el lumpen que durante más de diez años fue alimentado con subsidios y planes demagógicos contrarios al esfuerzo del trabajo. Monstruo que fue cre­ciendo en una contracultura en la que aprendió que a los vagos, atorrantes y violentos hay que darles todo lo que quieran y que todo lo que viste un uni­forme representa el mal y la represión.

Un monstruo sin valores espirituales, alejado de Dios. Ese monstruo que sin límites morales se animaliza y desciende a la sola satisfacción de sus necesidades más bajas. Ese monstruo que también está presente en la desnaturalización de las FFAA, FFSS y FFPP confundiendo todos sus roles. Hoy la Gendarmería y la Prefectura han abandonado el cuidado y la protección de nuestras fronteras, ríos y mares, para hacer de policías. Nuestras FFAA reemplazan a las Fuerzas de Seguridad y los vigi­ladores privados a la Policía… Todo está desmadrado.

Y todo esto, como si fuese una extraña ironía del destino, ocurre exactamente en oportunidad en que se cumplen 30 años de democracia. Para quienes han hecho un endiosamiento de esta forma de gobierno y consideran que el hombre sólo es un voto para contabilizar y no un Ser creado a imagen y semejanza de Dios que necesita dignidad más que subsidios clientelistas, sólo les interesa el cumpleaños y festejar sin importar los abusos, la persecución política, los negociados, los jueces comprados, el vicepresidente corrupto, los ministros ladrones, la en­trega del patrimonio nacional, el hambre del pueblo, el prevaricato y arbitrariedad para encarcelar a militares que combatieron a la subversión, el pago escandaloso de indemnizaciones para terroristas, el enriquecimiento ilícito de la presidente, de sus funcionarios y amigos, o el tremendo odio sembrado que dividió a la sociedad argentina.

En cambio, para quienes consideramos que estamos en presencia de lo que los manuales definen como una democracia degenerada, vemos estos acontecimientos de la adoración al “becerro de oro” con mucha preocupación, al tiempo que alertamos que lo que hoy está ocurriendo en nuestro país debe ser tomado como el prolegóme­no de lo que podría llegar a ser la guerra social.

El monstruo se ha despertado y se ha vuelto contra sus creadores… Todo está desmadrado.

Sin embargo y pese a tanto dolor, los argentinos de Fe debemos ver estos tiempos de inevitable destrucción y dolor con la esperanza puesta en la reconstrucción de una nueva República que, guiada por nuevos líderes que seguramente surgirán, será conducida a un nuevo orden social más solidario y más justo basado en la restauración de los valores trascendentes de nuestra querida Patria.

¡Por Dios y por la Patria!


Hugo Reinaldo Abete
Ex mayor E.A.