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CFK está padeciendo su propia herencia económica
El modelo siempre fue inconsistente,
pero ahora se nota más porque ya no quedan muchos recursos para
financiar la fiesta populista.
Por Roberto Cachanosky
Confieso que no sé si es por que así lo buscan o por que chocan
contra la realidad, pero lo cierto es que en el gobierno no hay medida
económica que tome que no les salga exactamente al revés de lo que
pretenden conseguir o dicen que pretenden conseguir.
Por ejemplo, Moreno se la pasa controlando los precios, pidiendo
planillas de costos, regulando y demás tipo de intervenciones inútiles,
pero lo cierto es que la inflación cada vez se les dispara más. Yo diría
que la inflación se ubica un par de escalones más y ya está en el orden
del 27% anual. Es decir, a mayores controles más inflación, lo cual es
obvio que así ocurra porque la emisión monetaria está totalmente
desbordada.
A un año de haber establecido crecientes restricciones a la compra de
dólares (se cuidaron bien de no establecer estas prohibiciones antes de
las elecciones) bajo el argumento de que las divisas son necesarias
para financiar el crecimiento y la inversión, lo cierto es que, de
acuerdo a datos del INDEC, las importaciones de bienes de capital
cayeron el 16% comparando los primeros 9 meses de este año con igual
período del año anterior. Cabe resaltar que es el rubro que más bajó,
incluso más que la importación de bienes de consumo.
Comparando el mismo período de nueve meses, veamos qué paso con la
importaciones de bienes intermedios (insumos para la producción), la
baja es del 10%. Como puede verse el argumento de que los dólares son
necesarios para financiar el crecimiento y por eso le prohíben a la
gente comprar divisas, es totalmente falso. Es falso por las
estadísticas del INDEC y es falso conceptualmente porque no todos los
dólares que ingresan en a un país provienen del comercio exterior. Un
país serio, con disciplina monetaria y fiscal y respeto por los derechos
de propiedad, es un país que atraen inversiones en el sector real de la
economía y, por lo tanto, no necita estar violando la propiedad privada
impidiéndole a la gente comprar lo que quiere con el fruto de su
trabajo.
Hablan de crecimiento inédito y el INDEC acaba de informar que en
septiembre la producción industrial cayó el 4,4% con relación a
septiembre del año pasado. Ya llevamos 6 meses consecutivos de caídas en
la producción industrial y, a pesar de ello, siguen con la cantinela
del modelo de sustitución de importaciones e industrialización, cuando
en realidad una industria eficiente y competitiva no necesita ser
protegida, y la que protegen no para de caer.
Si uno mira la evolución de la recaudación tributaria, los impuestos
que reflejan el nivel de actividad económica como el IVA DGI o el
impuesto al cheque, vienen aumentando por debajo de la tasa de inflación
real, marcando el proceso recesivo.
En rigor, el modelo siempre fue inconsistente, y lo que estamos
viendo no debería sorprender a nadie. La diferencia con el pasado es que
ahora se notan más la inconsistencia porque cada vez hay menos plata
para financiar la fiesta populista a pesar de la confiscatoria carga
tributaria que soportamos los que estamos en el sector formal de la
economía. A esto hay que agregarle que a cada pifiada económica que se
manda el gobierno, le responde con una pifiada mayor, a punto de ir
violando cada vez más los derechos individuales y de propiedad.
Justamente la semana pasada un grupo de aparentemente economistas k,
aunque por lo escrito dudo que lo sean, trató de explicar lo
inexplicable en 20 puntos que competían entre ellos para ver cuál era el
más impresentable como argumentación.
Pero uno de los 20 puntos que en particular resaltó tenía que ver con
la seguridad jurídica, esa que Kicillof en algún momento sostuvo que
era un concepto horrible.
Según ellos China tiene una economía socialista y sin embargo tiene
una inversión del 40% del PIB, por lo tanto, no es cierto que se
necesarios tener seguridad jurídica ni ambiente de negocios para
conseguir inversiones. Este solo argumento muestra lo que tenemos que
esperar hacia el futuro respecto a las medidas que puede llegar a
adoptar el gobierno. En otras palabras, cada vez serán más violentos los
ataques a la propiedad privada y menos libertad tendrá la gente.
Pero lo que no entienden los k es que aún en una economía socialista,
que no es justamente el caso chino porque está moviéndose hacia el
capitalismo, hay previsibilidad en las reglas de juego, aunque ellas
sean ineficientes en términos de asignación de los recursos productivos.
Incluso en la Cuba de Fidel hay inversiones extranjeras en hotelería,
porque los inversores acuerdan con el dictador de la isla y el dictador
les respeta la palabra. La diferencia entre una economía socialista o la
de un dictador como Fidel Castro y el kirchnerismo es que el
kirchnerismo no respeta la palabra. Los Esquenazi fueron aliados del
gobierno en la compra de YPF y miren como terminaron. El mismo grupo
Clarín acordó con Kirchner al principio de su mandato y consiguió la
fusión de Cablevisión con Multicanal y hoy tienen un enfrentamiento a
matar o morir con el gobierno. Así que uno podría decir que hoy es más
riesgoso invertir en Argentina que en la Cuba de Fidel, porque el viejo
dictador respeta los acuerdos, al menos mientras esté vivo.
Obviamente que el óptimo no es la previsibilidad de un Fidel Castro,
sino la previsibilidad que otorgan las instituciones de un país estable,
en el que cualquiera sea el partido político que gobierno, las reglas
de juego no cambian gran cosa. Solo en aspectos marginales.
Esos países con institucionalidad, son los países que crecen más que
los que dependen de la voluntad del dictador. Pero en el caso del
kirchnerismo ni siquiera respectan los acuerdos de los dictadores como
señalaba anteriormente. Si a esto le agregamos que el gobierno se pone
más violento contra los derechos de propiedad en la medida que tiene más
complicaciones económicas, nadie puede esperar en su sano juicio
inversiones que sostengan el crecimiento de largo plazo. De manera que
el cepo cambiario, que Cristina Fernández de Kirchner dice que no
existe, va a seguir porque necesitan cerrarle las puertas a la gente
para que no pueda defenderse de la inflación. Todos los otros argumentos
que usan para defender la pesificación de la economía, no son otra cosa
que triples saltos mortales para explicar lo inexplicable. Ellos tienen
como estrategia comunicacional decir que los que es redondo, es
cuadrado, que lo que es negro, es blanco y que lo que esta abajo en
realidad está arriba. Lo hacen sin ponerse colorados y, lo que es peor,
por momentos parecen terminar comprando sus propias mentiras.
Con los recursos cada vez más escasos para financiar el populismo, en
muy poco tiempo han destruido sectores que les sirvieron para la fiesta
populista. La actividad de la construcción se desplomó. La actividad
inmobiliaria está paralizada. Dos sectores que por distorsiones de la
economía habían actuado como locomotoras que empujaban la economía. La
actividad inmobiliaria no crecía porque la gente tuviera acceso al
crédito hipotecario, sino porque cada departamento era como una caja de
seguridad en la que la gente ponía su dinero. Eso se acabó con la
pesificación de los contratos, quedando reflejado en la constante caída
de las escrituras. Y ni que hablar del delirante proyecto de obligar a
los countries a entrega el 10% de su superficie para construir viviendas
sociales.
La industria automotriz está seriamente afectada, entre otras cosas,
por las restricciones que impone Moreno a las importaciones, lo que
determina que haya faltantes para terminar los autos. Recordemos que el
sector automotriz fue otro que ayudó mucho al aumento de la producción
industrial, y ahora también es destruido por el famoso “modelo”. Es
decir, ellos mismos, acorralados por la falta de recursos, terminan
destruyendo lo que los ayudó a mantener la fiesta. Se están pegando un
tiro en el pie aún dentro de su modelo y parecen estar dispuestos a
vaciar el cargador si es necesario para seguir negando la realidad.
En síntesis, salvo que ocurra un milagro de despegue económico de
Brasil o del mundo, vamos a ver como le van a ir estallando cada vez más
bombas de tiempo que ellos mismos le pusieron a la economía, y la
respuesta que van a darle a cada explosión consistirá en adoptar medidas
que acelerarán la explosión de las otras bombas colocadas.
Le guste o no, el gobierno está caminando en el campo minado que
ellos mismos plantaron. En concreto, el problema de CFK es que está
padeciendo su propia herencia económica.