Kirchner obliga a la tripulación a abandonar su buque escuela en Ghana - ABC.es
Internacional
Kirchner obliga a la tripulación a abandonar su buque escuela en Ghana
Malestar entre los marinos antes de emprender el regreso a Argentina
La tripulación de la fragata ARA Libertad,
equivalente al Juan Sebastián Elcano español, quedó reducida este
miércoles a su capitán y 44 marineros. El resto, unos 281
guardiamarinas, volaban de regreso a casa después de permanecer más de
tres semanas inmovilizados en Ghana.
Atrás dejaban el buque escuela con el que soñaron realizar
el viaje de sus sueños. La embarcación permanece embargada en el Puerto
de Tema, por orden judicial, desde el 2 de octubre. Así seguirá hasta
que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner decida pagar la fianza de veinte millones de dólares para que el buque insignia de la Marina argentina vuelva a surcar los mares del sur.
También puede suceder un golpe de suerte y que la Justicia
del país se expida a velocidad del rayo y considere que el patrimonio
del Estado argentino, caso del barco, no se puede confiscar porque goza
de inmunidad diplomática. Existe otra alternativa para liberar a la
fragata: que la presidenta ordene saldar la deuda impagada de cerca de
trescientos millones de dólares a los fondos de inversión que la
reclaman, desde el crack de 2001, y que recurrieron en última instancia
ante los tribunales.
Entre los marinos que este miércoles tenían previsto aterrizar en Buenos Aires reinaba gran malestar. Pese a las instrucciones de mantenerse en silencio y lejos de los medios de comunicación, algunos dieron un paso al frente y alzaron su voz.
Cabo Ivana González: «Nos mató lo que dijo Cristina»
Consciente de que puede sufrir sanciones de un gobierno que
llegó a tender la sombra de la sospecha conspirativa en esta crisis
sobre los medios de comunicación críticos, zanja: «Seguro que me van a
decir algo pero ya no me importa nada».
En sintonía con sus declaraciones, «La Nación»
recoge otros testimonios de compañeros de la cabo González: «La Fragata
representa a Argentina en todo el mundo. Que la dejen en un lugar como
éste o en cualquier, aunque fuera Francia, Inglaterra o donde sea… que
la abandonen y la presidenta diga lo que dijo, fue una puñalada».
Se enteraron por los periódicos
Con los ánimos caldeados, el contingente de marinos también
protestaba porque «nos enteramos de que nos vamos mañana –por este
miércoles- porque lo leemos en los diarios o nos llaman las familias.
Acá, no nos dicen nada, no sabemos si es un vuelo directo, si podemos
llevar dos valijas, qué podemos llevar… ¡Es una incertidumbre de las
pelotas!», protestan.
La única certeza que tenían es que embarcarían en un avión de Air France.
La odisea del buque escuela comenzó el pasado 2 de junio,
fecha en la que zarpó con toda la tripulación, incluidos 36 extranjeros
de países como Chile, Venezuela, Uruguay, Paraguay y Brasil.
Por primera vez en estas travesías , y van 43, se incorporó
una escala en Ghana, país donde Argentina no tiene Embajada abierta. La
misma se concretó el 2 de octubre.
Ese día, en el puerto de Tema, a unos 30 kilómetros al este
de Accra, capital del país africano, a instancias de un juez
estadounidense, el magistrado ghanés Richard Adjei Frimpong ordenó el
embargo del buque. Miembro del Tribunal de Comercio de Accra, considera
que la embarcación no goza de inmunidad diplomática porque Argentina
renunció a ésta cuando emitió, con la garantía del Estado, la deuda que
hoy reclama el fondo NML Capital Limited de Elliot Management; donde, por cierto, Ann Romney, esposa del candidato republicano a la Presidencia de EE UU, tiene invertido un millón de dólares.
El regreso de los marinos y el dispositivo o «corralito» para evitar a la prensa
al que el Gobierno les intenta someter, ha hecho recordar el de los
soldados argentinos que lucharon en Las Malvinas. Pero lo de Ghana,
aunque podría ser un guión de cine, no es una guerra. Es solo cuestión de dinero.