Desnudando a Timerman
Timerman no tiene nada de sex symbol. Imagínenlo DESNUDADO, NADA MENOS QUE POR Lanata, Y no en un baño turco……. El obsecuente que llegó a canciller POR JORGE LANATA
Tuvo un padre
célebre, tiene una mujer millonaria y recibe órdenes de una Presidenta
dominante .
“Es un
obsecuente natural”, lo definen en privado sus amigos. Como escribió Capote
citando a Santa Teresa, “se derraman más lágrimas por plegarias atendidas que
por las no atendidas”. Está donde siempre quiso estar: es Canciller. Pero el
hijo de Jacobo Timerman, el esposo de Anabel Sielecki, el “venga, Héctor,
sáqueme una foto” de Cristina Kirchner, siente que su mundo tambalea: la
Fragata Libertad ya lleva 18 días anclada en el puerto de Tema, en Ghana. Y ya
hay 882.000 dólares de gastos, un frustrado intento de fuga de la tripulación y
una larga serie de renuncias que no parece terminar.
Aunque se
decidió culpar a la Armada y cortar el hilo por lo más delgado, el torbellino
aún sopla entre los ministros de Defensa y Exterior . La nota 59/2012
firmada por el embajador Eduardo Zuaín, secretario de Relaciones Exteriores,
advierte que durante el viaje no se podía garantizar que la Fragata no “pudiera
ser objeto de posibles reclamos, medidas precautorias o de ejecución”, señalando
que los mayores riesgos se podían correr en puertos europeos (España y
Portugal). Y párrafo aparte pronuncia las “famous last words”: “En cuanto al
resto de los países del itinerario no se tiene conocimiento de que existan
reclamos judiciales contra la Argentina ”.
El 2012 no fue
un gran año para el canciller: tuvo que mudar el casamiento de su hija en José
Ignacio, empeoró sus relaciones con la comunidad judía por el diálogo con
Irán y Africa le quitó el sueño. Primero una gira de vergüenza ajena en
Angola que quedó en la nada y ahora Ghana.
“Ni bien
sepamos lugar y fecha les avisamos para que puedan hacer los planes de viaje y
acompañarnos!”, decía el mail que envió Jordana Timerman anunciando su boda con
Martín Levinton, prevista para marzo de 2013.
Pero ya no
será en La Huella , el restó de
Martín Pittaluga en José Ignacio: la idea fue embestida por el cepo cambiario.
Nadie podía imaginarse a los invitados llenando el formulario de la AFIP y
retirando diez dólares por día para participar de los festejos. Para el
canciller fue, en algún punto, una liberación. Semanas atrás había confesado a
un amigo su peor temor en el verano 2013: que lo silbaran en La Huella
.
Jordana es
melliza junto a Amanda y trabaja desde 2010 como asesora en la subsecretaría de
Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia. Entró a la
administración pública autorizada por Aníbal Fernández, ya que es norteamericana
y no cumple el requisito de nacionalidad (argentino nativo, por opción o
naturalizado) para desempeñar un empleo público. Amanda es empleada de Lacoste.
Anabel Sielecki, su madre, desciende de la familia que fundó los Laboratorios
Phoenix, primeros importadores de penicilina y de la vacuna contra la
poliomielitis.
Anabel es
accionista de la Petroquímica Cuyo , de la constructora AREC, de South Water
(distribuidora de agua en varias provincias) y de los laboratorio Parke Davis,
Elea y Dexter y tiene su debilidad por la producción de vinos : posee la
mitad de Baealieu, una bodega que fabrica el vino Mendel (Manuel, en idish, en
recuerdo de su padre). Está claro que los problemas de Timerman Junior no son
de dinero .
“¿Sabés cómo
se hace en Argentina una pequeña fortuna? Se empieza por una gran fortuna”, dice
el humor judío sobre los hijos que dilapidan la fortuna de los padres
.
Dicen que
Junior es un buen relator de chistes judíos, y hay uno que lo tiene como
protagonista: sucede en La Comercial , el mítico bar de Gotlieb en pleno Once,
Corrientes entre Uriburu y Junín, reducto de los debates de la “cole”. En la
Comercial había una mesa para cada grupo. Estaban los comunistas, los que
vendían diamantes, los sionistas, los que prestaban guita, todos. Un día entra
Héctor y le pide a Gotlieb que le cambie un cheque . Gotlieb lo toma del
brazo, amablemente, y lo acompaña a la puerta. Ahí le señala el Banco Mercantil,
que estaba enfrente, y le dice: “Yo hice un arreglo con Werthein. El no vende
arenques y yo no cambio cheques”.
La relación de
Timerman con los Sielecki fue tortuosa: boicotearon todo lo posible su
casamiento y en los últimos años los ha distanciado la política: mientras
Héctor se pone las medias de Clarín Miente, su suegra toma el té con
Ernestina Herrera de Noble .
Pero el hombre
que me contestó en Angola que la del eterno presidente Santos no le parecía una
dictadura está habituado a convivir con las contradicciones : dirigió de
marzo a agosto de 1976 el diario La Tarde , una de las espadas periodísticas de
la dictadura que hoy recuerda con cierta vergüenza. “Mi incidencia era escasa”,
le dijo a Perfil en 2007,aunque fue el director del periódico . “Siempre
me cuestiono esos meses de mi vida. No iba casi nunca a la
redacción”.
Timerman
sufriría, según Kundera, la insoportable levedad del canciller:siempre está
pero nunca del todo . Aterrizó en la diplomacia haciendo gala de sus
contactos con el lobby judío en Nueva York, que nunca resultaron tantos y hoy le
dan la espalda por su acercamiento a Irán, fue denunciado por Ocaña y Garrido
por retrasar el exhorto suizo por Moyano y tuvo que defender la valija de
Antonini Wilson comparándolo con el Gordo Valor.
Ahora hace
equilibrio rezando para que quien se hunda con la Fragata sea Puricelli. Después
de todo, el conflicto fue el Africa. ¿Y desde cuándo Cancillería tiene que
ver con lo que pasa en el exterior
?