Otra vergüenza de Oyarbide
            Si al cabo de seis meses que lleva esta investigación 
-lapso en el que el juez mantuvo casi sin interrupciones el secreto de 
sumario- los superiores de Oyarbide tienen que pedirle ese tipo de 
precisiones elementales, es porque la investigación ha fracasado.
            Cuando estalló el caso sostuvimos en esta columna que la 
falta de acción inicial de este magistrado resultaba inadmisible y 
sospechosa. Ahora, el fallo de los camaristas Eduardo Freiler, Eduardo 
Farah y Jorge Ballestero confirma que eran fundados aquellos temores.
            Por ejemplo, Freiler afirmó que el trabajo de Oyarbide 
"se destaca por la ausencia de racionalidad en la búsqueda de 
información", "amenaza con ser sólo escenográfico" y "conspira contra el
 éxito de la pesquisa" porque "el propio magistrado se ha encargado de 
construir un pajar" con información desordenada donde es muy difícil 
localizar las pruebas de los presuntos delitos.
            Si a esa forma de trabajar para no arribar a nada le 
agregamos que es más que conocido el oficialismo de Oyarbide y que la 
investigación -si hubiera sido tal y no lo que es- tendría que haber 
abarcado a los altos funcionarios nacionales que permitieron el desvío 
de dinero público, podemos entonces sospechar aún con más fundamento que
 lo hecho por Oyarbide no ha sido un largo y pertinaz error. En efecto, a
 la luz del fallo de la Cámara -que en ningún momento plantea quitarle 
la causa al magistrado ni solicitarle el juicio político- es imposible 
no suponer que el juez haya orientado su trabajo con el solo objetivo de
 condenar la investigación al fracaso para proteger al Gobierno y a la 
presidenta de la Fundación, Hebe de Bonafini, tan aliada del Gobierno 
como el propio juez.
            Una malversación de cientos de millones de pesos 
estatales destinados a paliar el déficit de viviendas de los sectores 
carenciados jamás podría concretarse a lo largo de varios años sin la 
activa complicidad de altos funcionarios del Gobierno.
            Para comprender la descarada actitud de Oyarbide y del 
Gobierno que lo protege tanto como él al Gobierno, hay que tener en 
cuenta que este caso desnuda la manipulación ejercida por el 
kirchnerismo con el tema de los derechos humanos y la captación de 
históricos organismos del área. Se trató, desde ya, de una operación 
para encubrir el déficit que el kirchnerismo arrastraba en la materia 
mientras gobernó Santa Cruz.
            En el caso de que una investigación en serio llegara a 
probar que ese apoyo a la causa de las Madres -convertida ahora en una 
gigantesca empresa constructora- escondía un negociado con fondos 
estatales para ganar voluntades políticas en las provincias y comunas 
donde se edificarían las viviendas y, al mismo tiempo, permitía el cobro
 de coimas, pues no había control oficial de los fondos, el escándalo 
sería mucho mayor. Por eso puede conjeturarse que Oyarbide lo 
circunscribió a los hermanos Schoklender y sus socios, y a un simple 
caso de administración infiel por parte de éstos.
            El juez habría sido cómplice del encubrimiento cuando, en
 los inicios del caso, no allanó la Fundación para hacerse con sus 
libros contables, que seis meses después siguen sin aparecer. Del mismo 
modo, y siempre debido a este magistrado, difícilmente aparezca la 
verdad real del escándalo y la nómina completa de los culpables. Quizá 
por eso, inmune a las críticas de la Cámara, Oyarbide afirmó cínicamente
 al día siguiente que seguirá "adelante" y "con más fuerza que nunca"..
sábado, diciembre 03, 2011
Un duro fallo de Casación muestra que el juez parece haber arruinado la causa Schoklender-Madres de Plaza de Mayo
En
 su primera intervención en la causa por el desvío de fondos públicos 
administrados por la Fundación Madres de Plaza de Mayo para la 
construcción de viviendas sociales con dinero estatal, la Sala I de la 
Cámara Federal criticó severamente la investigación del cuestionado juez
 federal Norberto Oyarbide.
Tan fuerte fue la crítica de los tres camaristas que en 
su fallo instaron al magistrado a precisar qué investiga y quiénes son 
los acusados. 
 
 
