La Cámpora: una farsa del pasado
La Cámpora: una farsa del pasado
Dejando  a un lado las consecuencias políticas del discurso de Hugo Moyano en el  Día del Camionero −de las que hoy se publicarán ríos de tinta y se  dedicarán cuantiosas horas de análisis en los medios−, interesa desde  estas líneas reflexionar específicamente acerca de la definición que el  líder sindical dio de La Cámpora: “chicos bien […] gente que no conocemos y que nada tiene que ver con el peronismo”.
Por Agustín Laje (*)
Tal  definición trae inevitablemente a la memoria aquellos años de  sangrienta guerra interna en el peronismo, caracterizada por el  enfrentamiento entre los Montoneros (organización terrorista guiada por  los principios del marxismo-leninismo, constituida en su inmensa mayoría  por sectores medios y medios-altos provenientes del estudiantado) y el  sector sindical (engrosado por capas sociales más bajas, que tachaban a  los primeros como “infiltrados”). Nos estamos refiriendo a los trágicos  años `70.
 Hoy  La Cámpora, la organización juvenil ultra-kirchnerista, se intenta  posicionar tácitamente como la heredera directa de los Montoneros en el  plano ideológico. Su nombre, en homenaje al fugaz presidente que tanto  hiciera en tan poco tiempo por el terrorismo subversivo (liberando a  todos los guerrilleros detenidos, juzgados y condenados por la Cámara  Federal Penal; desarticulando los mecanismos institucionales  contraterroristas; y colocando a terroristas en puestos claves de su  gestión, como a Rodolfo Galimberti o a Norberto Habegger), lo dice todo.
 La  Cámpora es la consecuencia natural de un gobierno que ha hecho de una  versión historietística del pasado, el centro de gravedad de su discurso  ideológico y político. Pero a pesar de que los muchachos camporistas  tomen como referencia directa a los muchachos terroristas de Montoneros y  la llamada “Tendencia Revolucionaria”, en puridad no logran más que  constituirse, cuanto mucho, en una parodia de estos.
 Mientras  que gran parte de los guerrilleros que en los `70 combatían al  capitalismo hoy se han transformado sin vacilar en verdaderos  empresarios de los Derechos Humanos, aquellos jóvenes que desde La  Cámpora intentan inspirarse en la épica de la izquierda revolucionaria  del peronismo, militan no por imponer el marxismo (como lo hacía  Montoneros), sino por conservar el modelo mercantilista de “capitalismo  de amigos” que encabeza el kirchnerismo.
 Mientras  que los guerrilleros de los `70 protagonizaron numerosos y cruentos  enfrentamientos directos contra las Fuerzas Armadas, los delicados  muchachos de La Cámpora lloriquean porque la policía los empujó en la  asunción de Scioli.
 Mientras  que los guerrilleros de los `70 tenían el propósito a corto plazo de  imponer la “dictadura del proletariado”, los muchachos de La Cámpora  tienen el propósito a corto plazo de ser beneficiados con algún puestito  público… por los menos.
 Si  tomáramos por cierto que “la historia se repite, primero como tragedia y  luego como farsa” tal como señalaba Karl Marx, pues no cabrían dudas de  que estamos asistiendo a una farsa del pasado que tiene por  protagonistas a los aburguesados muchachos de La Cámpora y sus intentos  por ser reflejo de un pretérito manoseado por el poder de turno.
 (*)  Tiene 22 años. Es autor del libro “Los mitos setentistas. Mentiras  fundamentales sobre la década del ’70″, disponible en la cadena de  librerías Cúspide. agustin_laje@hotmail.com | @agustinlaje
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 Contacto: politicaydesarrollo@gmail.com
  
 
 
