Gato por liebre
| Gato por liebre | |
| Al  tarifazo lo llaman proceso de redireccionamiento. Al corralito  cambiario lo denominan luchan contra la evasión. Al vaciamiento del  Central, Fondo de Desendeudamiento. El gobierno vive vendiendo gato por  liebre. Por Roberto Cachanosky | |
| Realmente  hay que reconocer que el gobierno tiene una fenomenal capacidad para  dar vueltas las cosas y decir que lo que es blanco es negro o lo que es  cuadrado es redondo. No tengo idea si su dialéctica tiene efectos de  credibilidad en la gente, pero lo cierto es que vive, como dice el dicho  popular, vendiendo gato por liebre. Veamos algunos ejemplos. Cuando  en el 2008 decidió confiscar los ahorros que teníamos en las AFJP, el  gobierno lo presentó como una medida estratégica que apuntaba a  establecer un sistema de reparto y solidario. En otras palabras, nos  quitaron la plata que habíamos ahorrado, se apropiaron de nuestro flujo  de ingresos que destinábamos a nuestra futura jubilación y lo  “vendieron” como una acto de solidaridad y de justicia social, cuando,  en realidad, necesitaban la caja mensual de nuestros fondos que antes  iban a las AFJP y, además, usaron los stocks de ahorros para financiar  el gasto público. Es como si un ladrón nos robara y argumentara que lo  hace en beneficio nuestro. A  principios del 2010 Cristina Fernández firmó un DNU para quedarse con  las reservas de libre disponibilidad del Banco Central y así seguir con  el llamado proceso de desendeudamiento. De esta forma llegó Marcó del  Pont al BCRA y empezó a transferirle reservas al tesoro a cambio de  papeles basura, técnicamente llamados Letras Intransferibles con  vencimientos en el 2021. Una especie de paga Dios. Lo concreto es que de  $ 36.000 millones de stock que tenía el BCRA en enero del 2010 de esos  bonos basura, al 23 de octubre superaban los $ 109.000 millones dejando  al BCRA con un patrimonio neto negativo de casi $ 74.000 millones, como  mínimo. Encima, desaparecieron las reservas de libre disponibilidad, las  reservas brutas, que no son todas del BCRA, solo cubren el 87,6% de la  base monetaria, incumpliendo con el decreto 1599 del 2005 firmado por  Néstor Kirchner por el cual se establecieron las reservas de libre  disponibilidad. En definitiva, la tan mentada política de  desendeudamiento no es otra cosa que un suerte de vaciamiento del BCRA,  que no solo no defiende el valor de la moneda dada la inflación que  genera, sino que, encima, para cumplir como pueden con el pago de la  deuda dejan tambaleando al Central. Sin embargo, siguen vendiendo este  vaciamiento del Central como una política de desendeudamiento que nos  blinda contra la crisis internacional. Otra vez gato por liebre. Los  serios problemas de fuga de capitales, caída del tipo de cambio real y  miedo a confiscaciones fueron enfrentados por el gobierno con diferentes  medidas intervencionistas. Primero, en nombre de la defensa de la  industria nacional establecieron las autorizaciones no automáticas para  importar. Después, contrariando toda la lógica económica dispusieron que  por cada dólar que alguien importe, debe exportar un dólar. Es decir,  si me voy de vacaciones a Brasil tengo que lograr que venga un brasileño  a veranear a la Argentina. Como esto tampoco funcionó, hicieron mil  piruetas más y, finalmente, el 31 de octubre decidieron que antes de  comprar dólares la gente tiene que tener una autorización de la AFIP.  Esta medida la vendieron como una medida para combatir la evasión y el  lavado de dinero. La realidad es que la fuga de capitales es de tal  magnitud que tuvieron que ponerle un corralito a la venta de divisas  porque el Central iba a quedar como vino al mundo en materia de  reservas. Ya de por sí venía complicado y con la corrida cambiaria que  no se ha detenido, iba a estar más complicado. Otra vez gato por liebre. Días  pasados la presidente Cristina Fernández afirmó que el modelo no tiene  como meta la inflación sino de crecimiento, como si un país pudiera  crecer con las tasas de inflación que tenemos. En otras palabras, ante  la evidencia que la inflación se les va cada vez más de las manos, ahora  nos quieren vender que la inflación no es un problema, hasta sería  buena para crecer. De nuevo nos venden gato por liebre.  Cuando  en el 2009 se les venía la noche en las elecciones, bajo el argumento  que no se podía estar en campaña política en medio de la crisis  económica mundial, el gobierno decidió adelantar las elecciones y de  paso establecieron las candidaturas testimoniales. De nuevo gato por  liebre, porque ningún país civilizado del mundo adelanta las elecciones  por una crisis económica. En todo caso el primer mandatario renuncia y  se llama a elecciones en aquellos países cuya constitución lo permite.  Ahora  que se viene el gran tarifazo producto de la imprevisión y la horrorosa  política energética y de transporte, resulta que esta es una medida de  justicia social y “un cuidado proceso de redireccionamiento que busca  mantener la equidad y la competitividad”. Además, según De Vido y Bodou  esta medida no tiene nada que ver con el problema fiscal porque no hay  problemas fiscales. La realidad es que el rubro subsidios, me refiero a  los subsidios a la energía, el transporte, pérdidas de empresas  estatales y otros rubros menores más, es el segundo en importancia  dentro del presupuesto. El tesoro terminará este año con un bache fiscal  del orden de los $ 30.000 millones y la realidad es que la caja ya no  alcanza. Este tarifazo, superior al rodrigazo de 1975, tiene que ver con  un serio problema de precios relativos.  En  varias oportunidades he sostenido que aquí hay una distorsión de  precios relativos, entendiendo por tal que unos precios están  artificialmente bajos y otros artificialmente altos. Los artificialmente  bajos son las tarifas de los servicios públicos (por eso el tarifazo) y  el tipo de cambio. El que está artificialmente alto es el salario en el  sector formal de la economía. Lo que se viene es un aumento de salarios  menores a la tasa de inflación y un salto cambiario que ya empezó y,  muy posiblemente, una corrida financiera. Los datos de redescuentos del  BCRA muestran que la asistencia del Central a algunas entidades  financieras sigue subiendo, lo cual indica problemas de liquidez. Pero,  volviendo al tarifazo, quieren vender gato por liebre. ¿Es  cierto que empleados estatales han recibido la “sugerencia” de  renunciar a los subsidios? Encima quieren vendernos este tarifazo como  una carrera por la solidaridad mostrando por la televisión a figuras  conocidas diciendo que renuncian al subsidio por solidaridad. Es como si  este nuevo rodrigazo quisieran mostrarlo como un acto de solidaridad  cuando en rigor es un machazo ajuste. Dicho sea de paso, aquí no hay que  renunciar a ningún subsidio porque nadie lo pidió. Ellos lo  establecieron para disimular la inflación y crear un auge artificial de  consumo. Ahora que los números fiscales les hacen agua pretenden que  mediante un formulario les demos el apoyo al nuevo rodrigazo. Que ellos  se hagan cargo políticamente del lío económico que hicieron.  Personalmente no pienso llenar ningún formulario que constituya un apoyo  a un fenomenal desmanejo económico. Y por más que lo llene igual me van  a quitar el subsidio porque para retener el subsidio hay que ser un  homeless de acuerdo al cuestionario del formulario.  Todo  lo anterior muestra a un gobierno que ha demostrado una fenomenal  incapacidad para administrar la economía del país limitándose a hacer  caja para acumular poder político. Ahora que la caja no alcanza tendrá  que ver cómo sostiene ese poder político. El punto es que cada parche  que le ponen al modelo por el lío que hicieron el día anterior, lo  presentan como la gran genialidad económica, la inclusión social, la  solidaridad y cosas por el estilo. En  el 2005 Néstor Kirchner sostenía que los productores ganaderos querían  lucrar con el hambre del pueblo argentino. Las medidas aplicadas  hicieron bajar el precio de la carne a costa de consumirnos 10 millones  de cabezas de ganado. Durante un tiempo la gente estuvo feliz porque  tenían el asado barato. Ahora comer carne es un lujo asiático en el país  de la carne y el trigo. Lo  mismo hizo el gobierno con la energía. Durante años se consumieron el  stock de capital en reservas gasíferas y en centrales eléctricas. Ahora  que ya no hay plata para financiar esa fiesta aparece el tarifazo y lo  quieren vender como un cuidado proceso de redireccionamiento que busca  mantener la equidad y la competitividad. Todo  va saltando a la vista de la gente. Así como ya saltó el tema de la  carne y de las tarifas, los próximos pasos serán salarios que se  retrasan frente a la inflación, suba del tipo de cambio y, como decía  antes, corrida cambiaria que puede transformarse en corrida financiera.  En economía se puede hacer cualquier cosa menos dejar de pagar los  costos de los horrores económicos. Estoy  ansioso por conocer qué nuevo discurso inventarán cuando llegue la hora  del ajuste de los salarios, el Central tenga que aumentar más el stock  de redescuentos para hacer frente a los pagos en ventanilla y el tipo de  cambio se escape a niveles impensados. Más información www.politicaydesarrollo.com.ar | |
 
 
 
