¿VOLVER AL CINTURÓN DE CASTIDAD? 30 de noviembre de 2008 El delincuente escapó Robo y violación en el barrio de Recoleta 27 de noviembre de 2008 Justicia El ministro Ciurca cuestionó a la fiscal que investiga la violación de la turista alemana 26 de noviembre de 2008 Frondoso prontuario Tiene 15 años, 25 causas penales y está acusado de violación 25 de noviembre de 2008 Ataque sexual Queja diplomática por la violación a la turista alemana 14 de noviembre de 2008 Violación Cayó en Las Heras un presunto violador; etc., etc., etc. 2) El comentario: Los atroces y perversos hechos referidos arriba, ampliamente detallados por el periodismo, no merecen aquí mayores apostillas, pero nos sirven al menos para hacer de algún modo referencia a la sistemática campaña de difamación contra la Edad Media y los cruzados, a quienes se atribuyó el empleo en sus mujeres del denominado “cinturón de castidad”. Según tal campaña contra esa época –marcada por la fe y, en particular, por el extraordinario movimiento causado por las Cruzadas– el cruzado tenía que ser –como bien expresa Vittorio Messori– “además, un sanguinario salteador, un católico misógino y tal vez algo cornudo; o que, para no llegar a serlo, no encontraba mejor solución que encerrar a la mujer en un cepo de hierro”. Pero, como añade el mismo Messori, basta pensar un poco para advertir que semejante sistema habría causado en poco tiempo la muerte a la mujer por septicemia o tétano… Lo que sí está documentado –a diferencia de la leyenda que objetamos– es que eran casi siempre las propias mujeres las que se procuraban esas “guarniciones” o “arneses” en caso de viaje, estancias en albergues o del paso de tropas. En síntesis, se trataba de un método de autodefensa contra una violencia en la que los maridos, ni aún cuando fueran cruzados, no tenían nada que ver. Y cabe preguntarse si ante la colosal expansión actual de la violencia sexual entre nosotros, no habrá alguien que quiera optar por volver a esa práctica de resguardo, frente a la inseguridad física y la desprotección jurídica en las que nos encontramos inmersos, en gran medida por acción u omisión de quienes deben guarecernos.
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