En LIBERTAS de LEÓN XIII
LIBERTAS
De S.S. LEÓN XIII.
( 20 de junio de 1888 ).
Sobre la verdadera y la falsa libertad.
LIBERTAS PRAESTANTISSIMUN NATURE BONUM. La libertad es el don más preciado de la naturaleza, así comienza León XIII esta magnífica En cíclica en que recopila y condena los principales errores del LIBERALISMO. Ensalzando la libertad verdadera, comienza por exponer la doctrina católica acerca de la misma. Dante en el Paraíso (V) había dicho preciosamente de ella palabras muy semejantes a las que el Pontífice repitió más tarde:
Lo maggior don che Dio per sua larghezza
fesse creandi, e dalla sua bontate
piú conformato, e quel ch´el piú apressa
fú della volontá la libertate
di che la creature intelligenti
e tutte e sole, furo e son dotate.
La sociedad del siglo XIX había abandonado a Dios y no le costó mucho dar un ídolo que lo suplantara. Se miró a sí misma, vió las excelencias y prerrogativas de la RAZÓN, y la erigió como diosa del nuevo paganismo. Un filósofo francés había dicho que la enfermedad que comenzaba con la exaltación de la razón, había de llegar a las puertas de la muerte por medio del ateísmo. Y así fue. Las doctrinas de KANT desligando de todo lazo a la razón pura y libre ; las enseñanzas de la REVOLUCIÓN FRANCESA sobreponiendo al hombre sobre todo ser y haciéndole independiente, trajeron como consecuencia el INDIFERENTISMO, EL LATITUDINARISMO Y EL LIBERALISMO con todos sus errores.
En la ENCÍCLICA INMORTALE DEI (1885 ), LEÓN XIII, ya había combatido contra este mismo liberalismo que vaciaba las relaciones entre la Iglesia y el Estado ; aquí abiertamente se dirige contra los errores nefastos de todos los matices liberales, desde los más extremosamente radicales hasta los mal llamados católicos. ; y comenzando por remover el fundamento de todos ellos- la libertad de cultos- ,va desmontando uno a uno todos los sillares del edificio ideológico liberal que culmina en la libertad de Prensa, de enseñanza y de conciencia.
Eran estas libertades hijas del INDIFERENTISMO condenado por GREGORIO XVI (ENC. MIRARI VOS. 15 DE AGOSTO DE 1832.) y como tales las había también repetidamente reprobado PIO IX ( Multiplices Inter., 10 de junio de 1851; Maxima quidem, 9 dejunio de 1862 : Nunquam fore, 15 de diciembre de 1856 ). Eran las LIBERTADES DE PERDICIÓN- COMO LAS LLAMÓ TAMBIÉN EL Pontífice PIO IX -. Pero ningún Pontífice las condenó con más detenimiento después de hacer patentes sus absurdos, como LEÓN XIII en la ENCÍCLICA LIBERTAS.
A todos los patriarcas, primados, arzobispos y obispos del orbe universo, en gracia y comunión con la
Sede apostólica
LEÓN, PAPA , XIII.
Venerables hermanos:
Salud y Bendición Apostólica.
`[1 ]. La LIBERTAD, don excelente de la naturaleza ,prerrogativa propia y exclusiva de los seres dotados de inteligencia, o razón, confiere al hombre la dignidad de ser árbitro de sus determinaciones y dueño absoluto de sus actos. Sin embargo, es de sumo interés el uso que se haga de esta facultad, pues así como puede producir grandes bienes, también puede originarse de ella grandes males. Porque puede, ciertamente ,el hombre seguir los dictámenes de la razón, practicar el bien moral y seguir rectamente por el camino que le conduce a su último fin ; pero también puede obrar en sentido contrario , y, en seguimiento de bienes ficticios y falaces, quebrantar el orden debido y precipitarse voluntariamente en su propia perdición.
Jesucristo, Redentor del género humano, habiéndonos restituido y acrecentado nuestra primera dignidad, fortaleció en gran manera nuestra voluntad ; y ya con las ayudas de su gracia, ya con la promesa de una eterna felicidad, la elevó a superiores aspiraciones. También la Iglesia Católica siempre ha sido, y lo será constantemente, insigne sostenedora de este excelente don de la naturaleza, ya que es de su incumbencia dispensar y extender a través de los tiempos los bienes que nos adquirió Jesucristo.
Sin embargo, hay no pocos que piensan que la Iglesia es enemiga de la libertad. Este error se origina de un falso y torcido concepto que de esa misma libertad se tiene ; pues o se falsea la noción de la misma, o se la dilata demasiado su campo de acción , extendiéndola sobre muchas cosas en las cuales, si se piensa rectamente, de ningún modo puede considerarse el hombre considerarse libre.
[2] En diversas ocasiones , y principalmente en la ENCÍCLA “INMORTALE DEI “ nos hemos referido a las llamadas LIBERTADES MODERNAS , distinguiendo lo lícito de lo que no es ; también hemos demostrado que lo que hay de bueno en estas libertades, es tan viejo como la verdad misma , y la Iglesia de buen grado lo ha siempre aprobado y practicado. Lo único nuevo que hay en ellas , si hemos de decir la verdad, es lo, peor que han producido estos tiempos tan revueltos y un afán desmedido de innovarlo todo.
Mas puesto que hay muchos que se empeñan en sostener estas libertades, aun en lo que tienen de viciado , constituyen una suprema conquista de nuestra época y una necesidad fundamental para la vida de las sociedades modernas , hasta el punto de asegurar que sin ellas sería imposible el perfecto gobierno de los pueblos, nos ha parecido conveniente , puesta la mira en el bien universal, tratar en particular sobre este punto.
I
DOCTRINA CATÓLICA ACERCA DE LA LIBERTAD INDIVIDUAL.
[3]. Tratamos aquí directamente de la libertad moral, ya se considere en los individuos o en la colectividad. Diremos sin embargo, ante dos palabras acerca de la libertad natural , que aunque muy distinta de la libertad moral, es no obstante la fuente y el principio de donde espontáneamente se deriva todo género de libertad.
( Continuaremos : A. La libertad es propia de los seres humanos. El Director.)