AMIGOS DE LA  LIBERTAD
  
  
 -     Se  anuncia por los medios que el 9 de octubre se dictará el fallo contra el Padre  von Wernich como Capellán de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, un  anuncio sin sentido porque todos vimos y oímos las palabras del presidente  Kirchner condenándolo por anticipado.
  
 -     Habrá  algún ingénuo bajo la capa del sol que pudiere pensar que este tribunal sitiado  por las disfrazadas de madres de plaza de mayo y otros compinches podría dar una  fallo de inocencia?
  
 -     Por  supuesto que no, para eso ya gastaron bastante dinero y hasta trajeron gente del  exterior para fortalecer el teatro que montaron cual si fuera un coliseo romano  para echar el reo a los leones por orden del "emperador".
  
 -     La  declaración pública que se inserta abajo pertenece al Episcopado de hace unos  años pero tiene absoluta y real vigencia.
  
 -      Cuando los Obispos suscribieron este documento en febrero 1959, hacía pocos días  que en Cuba había asumido un gobierno surgido de una revolución, pero nadie  sabía que trás su careta se ocultaban el comunismo y la masonería y que en ese  mismo país, años despues se recibiría a comunistas argentinos para aleccionarlos  en terrorismo para paralizar a la población y a sus instituciones con el  objetivo de tomar el poder y transformar a la nación en satélite de la  URSS.
  
 -       Esos jóvenes aleccionados en Cuba, lanzaron la guerra y trás una década de  luchas y miles de muertos fueron vencidos por las fuerzas armadas argentinas con  mandato de su gobierno y beneplácito de su pueblo, pero hoy  lamentablemente  sobrevivientes y herederos de esa delincuencia subversiva  ostentan el poder y han llevado a prisión a más de 300 militares por haberlos  combatido con éxito.
  
 -     Sus  deseos de venganza también se han ensañado con un Capellán policial: el RP.  Christian von Wernich. Lo demás ya lo saben ustedes porque en internet hay mucha  información al respecto en estas horas cruciales de la consumación de la  venganza.
  
 -     Los  argentinos debemos reaccionar, si no lo hacemos a tiempo, perderemos lo ganado y  se nos transformará en esclavos de ideologías superadas en el mundo pero  vigentes aquí que buscan la permanente reivindicación.
  
 gm
  
  
  
  
  
  
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 DECLARACIÓN DEL EPISCOPADO                          ARGENTINO
 SOBRE LA MASONERÍA                         
 
 «El Episcopado Argentino en                          su Reunión Plenaria, ante las diversas manifestaciones                          hechas en la prensa por la masonería, se siente en la                          obligación de hacer una pública declaración en                          cumplimiento de la recomendación de S.S. León XIII: “Lo                          primero que procuraréis hacer será arrancar a los                          masones sus máscaras para que sean conocidos tales                          cuales son” (Encíclica “Humanum Genus”).
 
 
 Los                          Papas, pilotos supremos e infalibles de la civilización,                          comprendieron el peligro que amenazaba al mundo a través                          de las sectas y lo señalaron desde la primera hora                          declarando palmariamente la conjuración satánica que se                          cernía sobre la humanidad.
 
 
 Desde Clemente                          XII, en su Encíclica “In Emminenti” de 1738, hasta                          nuestros días, reiteradamente los soberanos Pontífices                          han condenado las sectas masónicas, y el Código de                          Derecho Canónico señala: “Los que dan su nombre a la                          secta masónica o a otras asociaciones del mismo género                          incurren en excomunión” (Canon 2335).
 
 
 El 24                          de julio de 1958 (en la Octava Semana de Formación                          Pastoral), S.S. Pío XII señaló como “raíces de la                          apostasía moderna, el ateísmo científico, el                          materialismo dialéctico, el racionalismo, el laicismo, y                          la masonería, madre común de todas ellas                          ”.
 
 
 
 --------------------------------Doctrina                          y fines de la                          masonería-----------------------------------
 
 
 El                          inmortal Pontífice León XIII, en la carta Encíclica                          “Humanum Genus” –condenatoria de la masonería- al                          afirmar que “junto al reino de Dios en la tierra, que es                          la verdadera Iglesia de Cristo, existe otro reino, el de                          Satán, bajo cuyo imperio se encuentran todos los que                          rehusan obedecer a la ley divina y eterna y acometen                          empresas contra Dios, o prescinden de El”, nos advierte                          que “en nuestros días todos los que favorecen al segundo                          de estos bandos parecen conspirar de común acuerdo y                          pelear con la mayor vehemencia, siéndoles guía y auxilio                          la sociedad que llaman de los masones.
 
 
 Audazmente se animan –continúa el Papa-                          contra la Majestad de Dios y maquinan abiertamente y en                          público la ruina de la Santa iglesia, y esto con el                          propósito de despojar enteramente a los pueblos                          cristianos de los beneficios que les granjeó Jesucristo                          Nuestro Salvador”.
 
 
 Más adelante dice León                          XIII: “Entre los puntos de doctrina en que parece haber                          influído en gran manera la perversidad de los errores                          masónicos se hallan las enormidades sostenidas por los                          socialistas y comunistas y los ataques contra la                          verdadera y genuina noción de la familia cristiana, la                          cual tiene su origen en el matrimonio uno e indisoluble;                          y contra la educación cristiana de la juventud y la                          forma de la potestad política modelada según los                          principios de la sabiduría cristiana.
 
 
 Por                          eso, a ejemplo de nuestros Predecesores, hemos resuelto                          declararnos de frente contra la sociedad masónica,                          contra el sistema de su doctrina y sus intentos y manera                          de sentir y obrar, para más y más poner en claro su                          fuerza maléfica e impedir así el contagio de su funesta                          peste. Hay varias sectas –anota el Papa- que si bien                          diferentes en nombre, forma y origen, se hallan sin                          embargo unidas entre sí por cierta comunión de                          propósitos y afinidad entre sus opiniones capitales,                          concordando de hecho con la secta masónica: especie de                          centro de donde todas ellas salen y adonde todas                          vuelven”.
 
 
 “Su último y principal intento no                          es otro que el de destruir hasta los fundamentos todo el                          orden religioso y civil establecido por el cristianismo;                          levantando, a su manera, otro nuevo fundamento y leyes                          sacadas de las entrañas del Naturalismo , el cual                          sostiene que la naturaleza y la razón humana ha de ser                          en todo maestra y soberana absoluta”.
 
 
 Luego,                          el Papa enumera algunos intentos masónicos por los                          cuales los sectarios “niegan toda divina revelación,                          atacan con saña a la Iglesia Católica, cuyo deber propio                          es guardar y defender en incorrupta pureza el depósito                          de las doctrinas reveladas por Dios; propugnan la                          separación de la iglesia y el Estado, fomentan el                          indiferentismo religioso, sostiene la igualdad de todos                          los cultos, privan a la Iglesia de su libertad,                          propician la educación laica obligatoria, con exclusión                          de toda idea religiosa, el matrimonio civil, el divorcio                          absoluto y el ateísmo de estado” (Encíclica “Humanum                          Genus”).
 
 
 
 ----------------------------Medios                          recomendados en la actualidad por la                          masonería-------------------------------
 
 
 
 En                          1958, en la cuarta conferencia Interamericana de la                          Masonería, realizada en Santiago de Chile, se manifestó                          que, “La Orden presta ayuda a sus adeptos para que                          puedan alcanzar altas jerarquías en la vida pública de                          las naciones”; y luego se desarrolló el temario                          titulado: “Defensa del laicismo”.
 
 
 Señalóse a                          continuación la nueva táctica de la masonería con la que                          coinciden también las últimas consignas del comunismo                          internacional.
 
 
 Los masones deben procurar el                          laicismo en todos los órdenes y los comunistas la                          subversión del orden social como terreno apto para sus                          intentos finales. La consigna es la siguiente: “
 
 Intensificar la campaña laicista por intermedio                          de los diversos partidos políticos influenciados.
 
 Tratar de apaciguar la alarma de la Iglesia                          Católica contra la masonería evitando la acción masónica                          directa.
 
 Incrementar la acción conducente al                          quebrantamiento de la unidad de los movimientos obreros,                          para apresurar luego su copamiento.
 
 La masonería                          y el comunismo persiguen momentáneamente el mismo objeto                          en América latina; por lo cual debe procurarse la mayor                          armonía en la acción, sin que aparezca públicamente su                          alianza”.
 
 Segundo Congreso Internacional por la                          Fraternidad Universal
 
 Una prueba de todo esto                          tenemos en el “Segundo Congreso Internacional por la                          Fraternidad Universal”.
 
 
 La masonería mundial                          y el comunismo se aprestan a realizar en la ciudad de                          Montevideo, el denominado “Segundo Congreso                          Internacional por la Fraternidad Universal”. Es éste un                          congreso masónico de inspiración comunista que aspira a                          hacer servir los fines masónicos de “fraternidad                          universal” a la expansión del comunismo soviético                          internacional.
 
 
 Se realizará este congreso en                          los días de la próxima Semana Santa (del 26 al 28 de                          marzo) y se propone aprestarse para “ luchar por la                          confraternidad humana y la paz del mundo ”. Dos lemas en                          que ocultan sus perversas intenciones la Masonería y el                          Comunismo.
 
 
 
 --------------------------------------Masonería                          y                          Comunismo------------------------------------------
 
 
 “El                          Marxismo y la Masonería tienen el ideal común de la                          felicidad terrestre.
 
 Un masón puede aceptar                          enteramente las concepciones filosóficas del marxismo.
 
 Ningún conflicto es posible entre los principios                          del marxismo y de la masonería”: lo afirma el gran                          Maestre de la Masonería de París.
 
 Para lograr                          sus fines, la masonería se vale de la Alta Finanza, de                          la alta política y de la prensa mundial; el marxismo se                          vale de la revolución en lo social y económico contra la                          patria, la familia, la propiedad, la moral y la                          religión.
 
 Los masones cumplen su fin con medios                          secretamente subversivos; los comunistas con medios                          abiertamente subversivos. La masonería mueve a las                          minorías políticas sectarias; el comunismo se apoya en                          una política de masas, explotando los anhelos de                          justicia                          social.
 
 
 
 ---------------------------------------------A                          los                          jóvenes------------------------------------------------
 
 
 
 Todo                          argentino, pero principalmente la juventud, debe saber                          que Catolicismo y Masonería son términos que se                          contradicen y excluyen absolutamente como el Cristo y el                          Anticristo. Y también debe saber que el liberalismo o                          laicismo, en todas sus formas, constituyen la expresión                          ideológica propia de la masonería.
 
 
 Poco                          importa que muchos liberales no sean masones; hay                          instrumentos lúcidos e instrumentos ciegos.
 
 Lo                          importante es que unos y otros colaboran objetivamente                          en la destrucción de la Iglesia de Cristo y del orden                          católico de la República.
 
 Lo que mueve toda la                          acción de la masonería es, en última instancia, el odio                          a Cristo y a todo lo que lleva su nombre en las almas y                          en las instituciones humanas. Su objetivo final es la                          destrucción de lo católico y de todo lo que se                          fundamenta o inspira en su doctrina.
 
 La Iglesia                          de Cristo ha presidido todas las funciones de la patria                          misma. Ella está presente –vigilante y actuante- en                          todos los hechos trascendentes y decisivos de nuestra                          historia. Católico es el origen, la raíz y la esencia                          del ser argentino . Quiere decir que atentar contra lo                          católico es conspirar contra la Patria.
 
 Más                          todavía, la disminución de la fe en el pueblo argentino                          comporta a la vez una disminución de su patriotismo.
 
 De ahí que la defensa de la Fe Católica y la                          restauración de la Patria en Cristo sea la forma más                          pura y plena de servir a la Patria. La impiedad                          masónica, por el contrario, es causa de indiferencia,                          desprecio y deslealtad hacia la                          Patria.
 
 
 ---------------------------------------A                          los padres y madres de                          familia-----------------------------------------
 
 
 A                          los padres y madres de familias cristianas, asociados                          por Dios a su divina paternidad, que tienen en sus hijos                          la prolongación de sus vidas, les exhortamos a cuidar                          celosamente la educación de sus hijos, que son también                          hijos de Dios.
 
 Frente a las insinuaciones del                          mal y del engañoso y falso modo de proceder de las                          sectas, ejerzan la patria potestad y cumplan sus                          sagrados compromisos contraídos cuando presentaron sus                          hijos a la Iglesia para que fueran hechos hijos de Dios                          por el                          Bautismo.
 
 
 ------------------------------------------------A                          todos los                          argentinos----------------------------------------
 
 
 A                          cuantos sienten en su pecho el amor a la Patria les                          señalamos como enemigos de nuestras tradiciones y de                          nuestra futura grandeza, la masonería y el comunismo que                          aspiran a la destrucción de cuanto hay de noble y                          sagrado en nuestra tierra.
 
 Dado en “Villa San                          Ignacio”, San Miguel, a veinte días del mes de febrero y                          año del Señor de mil novecientos cincuenta y  nueve.
   
 Antonio Cardenal Caggiano, Obispo de                          Rosario y
 Presidente de la Asamblea Plenaria del                          Episcopado Argentino ;
 Fermín E. Lafitte,                          Administrador Apostólico de Buenos Aires S.P. ;
 Nicolás Fasolino, Arzobispo de Santa Fe ;
 Zenobio L. Guilland, Arzobispo de Paraná ;
 Roberto J. Tabella, Arzobispo de Salta ;
 Audino                          Rodriguez y Olmo, Arzobispo de San Juan ;
 Antonio J.                          Plaza, Arzobispo de La Plata ;
 Germiniano Esorto,                          Arzobispo de Bahía Blanca ;
 Juan Carlos Aramburu,                          Arzobispo de Tucumán ;
 Ramón J. Castellano,                          Arzobispo de Córdoba ;
 Leopoldo Buteler, Obispo de                          Río Cuarto ;
 Carlos F. Hanlon, Obispo de Catamarca ;
 Froilán Ferreyra Reynafé, Obispo de La Rioja ;
 Francisco Vicentin, Obispo de Corrientes ;
 Enrique Muhn, Obispo de Jujuy ;
 Anunciado                          Serafini, Obispo de Mercedes ;
 José Weimann, Obispo                          de Santiago del Estero ;
 Alfonso Buteler, Obispo de                          Mendoza ;
 Emilio Di Pasquo, Obispo de San Luis ;
 Silvino Martínez, Obispo de San Nicolás de los                          Arroyos ;
 Manuel Marengo, Obispo de Azul ;
 Enrique Rau, Obispo de Mar del Plata ;
 José                          Borgatti , Obispo de Viedma ;
 Agustín A. Herrera,                          Obispo de Nueve de Julio ;
 Miguel Raspanti, Obispo                          de Morón ;
 Carlos M. Pérez, Obispo de Comodoro                          Rivadavia ;
 Jorge Kemerer, Obispo de Posadas ;
 Jorge Chalup, Obispo de Gualeguaychú ;
 Jorge                          Mayer, Obispo de Santa Rosa ;
 Antonio M. Aguirre,                          Obispo de San Isidro ;
 Alberto Deane, Obispo de                          Villa María ;
 Pacífico Scozzina, Obispo de Formosa ;
 José Marozzi, Obispo de Resistencia ;
 Juan José                          Iriarte, Obispo de Reconquista ;
 Alejandro Schell,                          Obispo Coadjutor de Lomas de                          Zamora
 .......................-
 
 
 
 compatriota
 DIFUNDA                          ESTE CERTERO DOCUMENTO DE NOTABLE ACTUALIDAD
 
 
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Nota completa        en:
        
        
       http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Ratzinger/Ratzinger_02.htm#C7         
        
       Declaración sobre la        masoneria
       Se ha solicitado que se altere el juicio de la Iglesia sobre la        masonería por el hecho de que en el nuevo Código de derecho canónico no se        hace mención explícita de ésta, tal como se hacía en el Código        anterior.
       Esta S. Congregación juzga a bien responder que tal circunstancia se ha        debido a un criterio redaccional seguido también para las otras        asociaciones igualmente no mencionadas por el hecho de estar incluidas en        categorías más amplias.
       Se mantiene, por tanto, inmutable el juicio negativo de la Iglesia        respecto a las asociaciones masónicas, ya que sus principios han sido        considerados siempre inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por        ello la adscripción a las mismas permanece prohibida. Los fieles que        pertenecen a las asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y        no pueden acceder a la Santa Comunión.
       No le compete a las autoridades eclesiásticas locales pronunciarse        sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas, con un juicio que        implique la derogación de cuanto ha sido arriba establecido, según el        parecer de la declaración de esta Congregación dada el 17 de febrero de        1981.
       El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en el curso de la audiencia concedida        al infrascrito Cardenal Prefecto, ha aprobado la presente declaración,        formulada en la reunión ordinaria de esta S. Congregación, y ha ordenado        su publicación.
       Roma, en la sede de la S. Congregación para la Doctrina de la Fe, 26 de        noviembre de 1983.
       Joseph Card. Ratzinger
Prefecto
       Fr. Jérôme Hamer, O.P.,
Secretario
       
       Imposibilidad de conciliar Fe cristiana y Masonería
       Reflexiones sobre la Declaración de la Congregación        para la Doctrina de la Fe.
       Publicación de L´Osservatore Romano edición en italiano, 23        de febrero de 1985, p. 1.
       El 26 de noviembre de 1983 la Congregación para la Doctrina de la Fe        publicaba una declaración sobre las asociaciones masónicas. Poco más de un        año de su publicación puede ser útil ilustrar brevemente el significado de        este documento.
       Desde que la Iglesia comenzó a pronunciarse acerca de la Masonería, su        juicio negativo sobre ésta ha estado inspirado en múltiples razones,        prácticas y doctrinales. La Iglesia no ha juzgado a la Masonería solamente        por ser responsable de actividad subversiva en contra suya, sino que desde        los primeros documentos pontificios sobre la materia, en particular en la        Encíclica Humanum genus de León XIII (20-4-1884), el Magisterio de la        Iglesia ha denunciado en la Masonería ideas filosóficas y concepciones        morales opuestas a la doctrina católica. Para León XIII se trataba        esencialmente de un naturalismo racionalista, inspirador de sus planes y        de sus actividades en contra de la Iglesia. En su carta al pueblo italiano        Custodi (8-12-1892) escribía: «Recordemos que el cristianismo y la        Masonería son esencialmente inconciliables, al punto de que inscribirse en        una significa separarse del otro».
       No se podía, por tanto, dejar de tomar en consideración las posiciones        de la Masonería desde el punto de vista doctrinal, cuando en los años        1970-1980 la S. Congregación mantenía correspondencia con algunas        conferencias episcopales particularmente interesadas en este problema, con        motivo del diálogo sostenido entre personalidades católicas y        representantes de algunas logias que se declaraban no hostiles o incluso        favorables a la Iglesia.
       Un estudio más a fondo ha llevado a la S. Congregación para la Doctrina        de la Fe a reafirmarse en la convicción de la imposibilidad de fondo para        conciliar los principios de la Masonería y los de la fe cristiana.
       Prescindiendo, por lo tanto, de la consideración del comportamiento        práctico de las diversas logias, de la hostilidad al menos en la        confrontación con la Iglesia, la Sagrada Congregación para la Doctrina de        la Fe, con su declaración del 26-11-83, ha intentado colocarse en el nivel        más profundo y, por otra parte, esencial del problema: esto es, en el        plano de la imposibilidad de conciliar los principios, y lo que ello        significa en el plano de la fe y de sus exigencias morales.
       Partiendo de este punto de vista doctrinal, en continuidad con la        posición tradicional de la Iglesia - como lo testimonian los documentos de        León XIII arriba citados -, se derivan seguidamente las necesarias        consecuencias prácticas, que valen para todos aquellos fieles que        eventualmente estuvieren inscritos en la Masonería.
       En algunos sectores se ha dado por objetar, respecto de las        afirmaciones sobre la imposibilidad de conciliar los principios, que sería        esencial a la Masonería precisamente el hecho de no imponer ningún        «principio», en el sentido de una posición filosófica o religiosa que sea        obligatoria para todos sus miembros, sino por el contrario de acoger a        todos, más allá de los límites de las diversas religiones y visiones del        mundo, hombres de buena voluntad basados en valores humanos comprensibles        y aceptados por todos.
       La Masonería constituiría un punto de cohesión para todos aquellos que        creen en el Arquitecto del universo y se sienten comprometidos en la lucha        por aquellos ordenamientos morales fundamentales que están definidos por        ejemplo en el decálogo; la Masonería no alejaría a nadie de su religión,        sino por el contrario constituiría un incentivo para un mayor        compromiso.
       Los múltiples problemas históricos y filosóficos que se esconden en        tales afirmaciones no pueden ser discutidos aquí. Después del Concilio        Vaticano II ciertamente no es necesario subrayar que la Iglesia Católica        alienta una colaboración entre todos los hombres de buena voluntad. Sin        embargo, asociarse a la Masonería va evidentemente más allá de esta        legítima colaboración y tiene un significado de mucha mayor relevancia y        especificidad.
       Antes que nada se debe recordar que la comunidad de los «Liberi        Muratori» y sus obligaciones morales se presentan como un sistema        progresivo de símbolos de carácter extremadamente impositivo. La rígida        disciplina del secreto que allí domina refuerza a la postre el peso de la        interacción de signos e ideas. Para los inscritos este clima reservado        comporta, entre otras cosas, el riesgo de terminar siendo un instrumento        de estrategias para ellos desconocidas. 
       Incluso si se afirma que el relativismo no se asume como un dogma, sin        embargo se propone de hecho una concesión simbólica relativista, y por lo        tanto el valor relativizante de tal comunidad moral-ritual, lejos de poder        ser eliminado, resulta por el contrario determinante.
       En tal contexto, las diversas comunidades religiosas a las que        pertenecen los miembros de las logias no pueden ser consideradas sino como        simples institucionalizaciones de un anillo más amplio e inasible. El        valor de esta institucionalización se muestra, por tanto, inevitablemente        relativo, respecto a esta verdad más amplia, la cual se manifiesta más        fácilmente en la comunidad de la buena voluntad, esto es en la fraternidad        masónica. 
       Aun así, para un cristiano católico no es posible vivir su relación con        Dios de una manera doble, es decir, escindiéndola en una forma        humanitario-supraconfesional y en una forma interior-cristiana. Éste no        puede cultivar relaciones de dos tipos con Dios, ni expresar su relación        con el Creador por medio de formas simbólicas de dos especies. Ello sería        algo completamente distinto a aquella colaboración, que le es obvia, con        todos aquellos que están comprometidos en la realización del bien, aunque        partan de principios diversos. Por otro lado, un cristiano católico no        puede al mismo tiempo participar de la plena comunión de la fraternidad        cristiana y, por otra parte, mirar a su hermano cristiano, desde la        perspectiva masónica, como a un «profano».
       Incluso si, como ya se ha dicho, no hubiese una obligación explícita de        profesar el relativismo como doctrina, aún así la fuerza relativizante de        una tal fraternidad, por su misma lógica intrínseca, tiene en sí la        capacidad de transformar la estructura del acto de fe de un modo tan        radical que no sea aceptable por parte de un cristiano «que ama su fe»        (León XIII).
       Este trastorno en la estructura fundamental del acto de fe se da,        además, usualmente de un modo suave y sin ser advertido: la sólida        adhesión a la verdad de Dios, revelada en la Iglesia, se convierte en una        simple pertenencia a una institución, considerada como una forma        representativa particular junto con otras formas representativas, a su vez        más o menos posibles y válidas, de cómo el ser humano se orienta hacia las        realidades eternas.
       La tentación de ir en esta dirección es hoy tanto más fuerte cuanto que        ésta corresponde plenamente a ciertas convicciones predominantes en la        mentalidad contemporánea. La opinión de que la verdad no puede ser        conocida es característica de su crisis general.
       Precisamente considerando todos estos elementos, la declaración de la        S. Congregación afirma que la inscripción en la masonería «permanece        prohibida por la Iglesia» y los fieles que se inscriben en ella «están en        estado de pecado grave y no pueden acceder a la Santa Comunión».
       Con esta última expresión, la S. Congregación indica a los fieles que        tal inscripción constituye objetivamente un pecado grave y, precisando que        los que se adhieren a una asociación Masónica no pueden acceder a la S.        Comunión, quiere iluminar la conciencia de los fieles sobre una grave        consecuencia a la que deben llegar en caso de adherirse a una logia        masónica.
       La S. Congregación declara, finalmente, que «no le compete a las        autoridades eclesiásticas locales pronunciarse sobre la naturaleza de las        asociaciones masónicas, con un juicio que implique la derogación de cuanto        ha sido arriba establecido». Con este fin el texto hace también referencia        a la declaración del 17 de febrero de 1981, que ya reservaba a la Sede        Apostólica todo pronunciamiento sobre la naturaleza de estas asociaciones        que implicase la derogación de la ley canónica entonces vigente (can.        2335).
       Igualmente, el nuevo documento emitido por la S. Congregación para la        Doctrina de la Fe en noviembre de 1983 expresa idénticas intenciones de        reserva en relación a pronunciamientos que no coincidan con el juicio aquí        formulado sobre la imposibilidad de conciliar los principios de la        masonería con la fe católica, sobre la gravedad del acto de inscribirse en        una logia y sobre la consecuencia que de ello se derive para el acceso a        la Santa Comunión. Esta disposición indica que, no obstante la diversidad        que pueda subsistir entre las obediencias masónicas, en particular en        cuanto a su postura declarada hacia la Iglesia, la Sede Apostólica vuelve        a encontrar en ellos principios comunes que piden una misma valoración por        parte de todas autoridades eclesiásticas.
       Al hacer esta declaración, la S. Congregación para la Doctrina de la Fe        no ha pretendido desconocer los esfuerzos realizados por quienes, con la        debida autorización de este dicasterio, han buscado establecer un diálogo        con representantes de la Masonería. Pero, desde el momento en que existía        la posibilidad de que se difundiese entre los fieles la errada opinión de        que ahora ya era lícita la adhesión a una logia masónica, ha considerado        como su deber hacer de su conocimiento el pensamiento auténtico de la        Iglesia sobre este asunto y ponerlos en guardia ante una pertenencia        incompatible con la fe católica.
       En efecto, sólo Jesucristo es el Maestro de la Verdad y sólo en Él        pueden los cristianos encontrar la luz y la fuerza para vivir según el        designio de Dios, trabajando por el verdadero bien de sus hermanos.