Así sucedio en Bragado: La subversión paga a sus activistas callejeros. - Vísperas de la matanza de La Tablada.
DIARIO LA PRENSA de Buenos Aires; 2 de Diciembre de 1988
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Así sucedió en Bragado
La subversión paga a sus
Activistas callejeros
Por Carlos Manuel Acuña
Bragado - "Padre. .., tenga usted estos cien australes. A mí me queman en las manos. . . no los podría retener.
Me los dieron para que lo insulte durante la manifestación. Déselo a los pobres. . ." Este diálogo sintetiza en buena medida los acontecimientos desatados desde mediados de este mes en la localidad bonaerense de Bragado, cuando fue designado cura párroco de la iglesia local Santa Rosa de Lima, el sacerdote Christian von Wernich.
Como se recordará, en nuestro reciente comentario sobre este asunto demostrativo de los mecanismos con que la subversión pretende avanzar al terreno de las imágenes y de las ideas, analizamos en detalle el papel cumplido por esa izquierda durante la movilización que concitó la presencia de grupos de distintas siglas pero unidos por un idéntico objetivo en acciones perfectamente coordinadas.
En esa oportunidad dimos cuenta de la presencia de figuras representativas de la banda "montoneros"; ahora estamos en condiciones de señalar que también participaron elementos pertenecientes a la otra vertiente de la subversión marxista, el autodenominado "ejército revolucionario del pueblo" (erp), vinculado con el gobierno mediante representantes de organizaciones colaterales que le permiten actuar en la superficie política.
El aparato comunista
Así, además de elementos que actúan dentro de la estructura del "movimiento todos por la patria" -especialmente el marxista ex cura Puigjané, quien se desató en diatribas contra von Wernich y contra la misma Iglesia- se aprecia que la principal coordinación de lo sucedido estuvo a cargo del aparato de movilización que posee el partido Comunista argentino.
En tal sentido y dada la conexión que existe entre ambos, la concurrencia en taxis desde la capital federal de las llamadas "Madres de la Plaza de Mayo" fue otro dato concordante de este esquema, cuya directriz operativa se habría instalado en la cercana localidad de 9 de Julio. Desde allí se envió parte del dinero necesario para convocar a la asistencia a las "manifestaciones movilizadoras", previo relevamiento de los candidatos a dejarse tentar por cien y hasta quinientos australes diarios para que las concentraciones tuvieran una dimensión más o menos aceptable.
Sin adhesión popular
Al respecto, para los observadores uno de los elementos de juicio más interesante que surge de lo acontecido, es el que indica la escasa aceptabilidad por parte de la población que tuvieron los incidentes, no obstante el notable apoyo en favor de los activistas desplegado por la prensa gráfica, radial y televisiva de Bragado.
Así, se señala que la "manifestación del silencio" realizada el sábado último bajo la conducción de agitadores profesionales, incluyéndose a la titular de una de las dos corrientes en que están divididas las "Madres de la Plaza de Mayo", Hebe de Bonafini, apenas si pudo sumar a unas 500 personas que se "estiraron" a lo largo de una cuadra y media para dar una idea de mayor número, lo que apenas se pudo disimular en las pocas fotografías que se publicaron, coincidentes con las tomas de televisión que solamente mostraron la cabeza de la manifestación prácticamente cubierta por extendidos y oportunos carteles alusivos.
Dentro de este mismo análisis, fue digno de destacar el hecho de que los curiosos que se asomaron para presenciar el acontecimiento, se ubicaron a lo largo de la acera sin tomar partido en las exteriorizaciones, insultos e improperios que se lanzaron contra la Iglesia, contra von Wernich y contra el obispo de 9 de Julio, Alejo Guilligan.
Todo esto que dejamos consignado, tiende a ratificar la idea de que esta verdadera pulseada desatada por la subversión tiende a diluirse con el correr de los días.
Dentro del marco gramsciano
De todas maneras, lo ocurrido y lo que ocurre, no puede dejar de ser interpretado como parte sustancial de la estrategia "gramsciana" que se ha puesto en marcha en el país desde diciembre de 1983 que en lo que hace al tópico específico de la Iglesia Católica -y de cualquier manifestación religiosa-, intenta bloquear la reconocida y amplia identificación que posee dentro del campo popular.
Los sucesos de Bragado se insertan directamente en este problema que, de acuerdo con la filosofía de Antonio Gramsci, para que triunfe el marxismo se hace indispensable, entre otras cosas, reemplazar el sentido trascendente de la vida por una concepción inmanente. En tal sentido, agredir políticamente a la Iglesia y a sus representantes -que es lo mismo- constituye para esta trama el inicio de una serie de pasos sucesivos para minar las bases religiosas de la población, no para suprimirle valores, principios y fineS, sino para reemplazarlos por los del materialismo socialista.
En parte, esto que decimos explica por qué el "gramscismo" pone tanto interés en controlar los medios de comunicación social y protagonizar acontecimientos como los de Bragado que, en definitiva, apuntan a cuestionar primero y limitar después la autoridad natural que posee la Iglesia en sus propios asuntos.
Politización del problema
De alguna manera, esto explica que ahora los ediles bragadenses se vean impulsados por terceros a buscar una escalada para tratar de encontrar una salida política al enfrentamiento que instrumentaron contra las autoridades de la Iglesia. Para ello pusieron en movimiento los contactos partidarios para interesar a las distintas bancadas del Congreso Nacional y de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, a los efectos de sumarIas a nuevas presiones para que von Wernich sea retirado de la Iglesia Santa Rosa de Lima, iniciativa que abre instancias sino peligrosas, por lo menos muy serias y graves.
Sin duda, los concejales no sopesaron el significado que podría adquirir una gestión de tamaña naturaleza, sobre todo si llegara a prosperar, aunque sea parcialmente.
Si bien esta situación sería aprovechada por las distintas expresiones de la izquierda, sin excluir el FRAL, el MAS, la Fundación Plural y la prensa que los acompaña, cabe preguntarse hasta dónde podrían llegar las derivaciones políticas de esta crisis que se desea provocar, especialmente en vísperas electorales.
Como si esto fuera poco, se sabe que existen proyectos de llevar el caso hasta niveles internacionales mediante la utilización de varios canales, entre ellos un llamado "Comité Internacional .Independiente Emancipación e Identidad de América Latina", creado especialmente para agredir la historia católica de América latina y que posee sedes en " distintos países, entre ellos el nuestro, Alemania Federal y México.
Esta última entidad que también, actúa en Cuba y Nicaragua y cuenta el con el apoyo de instituciones como la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), la Universidad Centroamericana Cañas, de El Salvador, y de figuras como Adolfo Pérez Esquivel, Rafael Alberti, Ernesto Cardenal y Gregorio Selser, se ha formado para desarrollar una campaña mundial y en el continente con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América y para "desnudar la política imperialista y oscurantista hispano-católica".
Como puede observarse, todos son vasos comunicantes pero en el caso concreto que nos ocupa, los indicios parecen demostrar que la firmeza con que actuaron y actúan las autoridades eclesiásticas permitirá que al menos en esta nueva etapa de la batalla, el extremismo quede derrotado. Ya veremos.
------------La Prensa 2/12/88
(CLARIN lo cuenta a "su manera". Sabrán ellos por qué lo hacen.
No lo ven claro, deben de estar "encapuchados".
El ""gran diario argentino"" en cualquier momento se fabrica otra novela "nunca más"
Sólo se olvidaron de decir que el responsable del asalto fue el Padre von Wernich)gm
DIARIO CLARIN: http://www.clarin.com/diario
A 15 AÑOS DEL COPAMIENTO DEL REGIMIENTO 3 DE INFANTERIA
El ataque a La Tablada, la última aventura de la guerrilla argentina
El asalto del MTP dejó unos 40 muertos. Nunca quedaron en claro los motivos.
Alberto Amato
aamato@clarin.com
Ya no queda nada. Sólo el recuerdo del horror, que no es poco. Y las heridas imborrables, físicas, políticas y sociales, que dejó la locura. Por lo demás, quienes estuvieron presos están libres y donde se alzaba el cuartel, ahora hay un hipermercado. Pero en enero de 1989, los argentinos no usábamos la palabra "híper". No había habido hiperinflación y la desmesura no era ni una teoría económica ni una práctica política ni un estilo de vida.
Hace quince años el copamiento a sangre y fuego del Regimiento 3 de Infantería Mecanizada de La Tablada por parte de guerrilleros del Movimiento Todos por la Patria, y la batalla que siguió para recuperarlo librada por el Ejército y la Policía de Buenos Aires, preanunciaron de algún modo el país que, de nuevo, estaba por pegar uno de sus cíclicos saltos mortales hacia ninguna parte.
Al frente del MTP, una agrupación de izquierda que había nacido en 1986, estaba un joven abogado, Jorge Baños, que diez días antes del ataque denunció en conferencia de prensa un intento de golpe carapintada para finales de ese enero caluroso de electricidad racionada. Esa fue la excusa que siempre esgrimieron los guerrilleros, liderados en lo "militar" por Enrique Gorriarán Merlo, un ex jefe del ERP, el grupo guerrillero marxista de los años 70: habían tomado el cuartel para evitar un golpe de Estado. El informe oficial del jefe del Ejército, Francisco Gassino, afirmó en cambio que el grupo, que incluía a varios ex miembros del ERP, se proponía "tomar el poder". Una tercera versión de lo inentendible, nunca comprobada, aseguraba que el MTP había sido víctima de una operación de inteligencia.
Lo cierto es que en la mañana del lunes 23, La Tablada fue una carnicería. Los guerrilleros entraron al cuartel con un camión de Coca-Cola y varios autos. Se hicieron fuertes en el casino de suboficiales y en algunas compañías del cuartel. Primero enfrentaron a la Policía. Y luego a las tropas de la X Brigada de Infantería. A la caída del sol había ya treinta y nueve muertos, tres desaparecidos, sesenta heridos, cinco cadáveres que nunca se identificarían y veintiún guerrilleros presos. El cuartel quedó destruido y los cadáveres de los guerrilleros, carbonizados algunos, aplastados por los tanques otros, diseminados en el césped y las ruinas humeantes. Ese panorama de espanto vio Alfonsín la mañana siguiente, mientras caminaba custodiado por comandos con sus caras pintadas, no muy lejos del juez federal de Morón, Gerardo Larrambebere, que hoy integra el tribunal que juzga otro acto de terror: la voladura de la AMIA en 1994.
A lo largo de catorce años los presos de La Tablada recuperaron su libertad poco a poco. Los últimos se beneficiaron con una conmutación de penas dictada por Fernando de la Rúa en 2000. El 23 de mayo de 2003, dos días antes de la asunción de Néstor Kirchner, el presidente Eduardo Duhalde liberó a Gorriarán Merlo. El ex jefe guerrillero dijo: "Es un acto de justicia".