El mundo visto desde Roma
ZENIT
El mundo visto desde Roma
Servicio semanal - 09 de septiembre de 2007
SANTA SEDE
El Papa se despide de Austria pidiendo que testimonie sus raíces cristianas a Europa
Occidente necesita urgentemente redescubrir el domingo, asegura el Papa en Viena
Benedicto XVI: La crisis de la verdad, origen de la crisis de occidente
El aborto, «profunda herida social» de Europa, asegura el Papa
El Santo Padre llega a Austria para decir que «tenemos necesidad de Cristo»
Tributo del Papa a las víctimas del Holocausto judío
El Papa encomienda a la Virgen en Viena la paz en el mundo
En la globalización, Europa debe redescubrir sus raíces cristianas, constata el Papa
Benedicto XVI alienta al cine a «filmar lo inefable»
El Papa recibe al ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita
Benedicto XVI y Shimon Peres quieren acabar con 60 años de lutos
Llamamiento del Papa a la defensa de la creación, en particular del agua
Cristo está presente en los pobres, recuerda el Papa
El Papa recibe del vicepresidente de Siria un mensaje de Bachar al Asad
MUNDO
Las Iglesias divididas, corresponsables de la secularización de Europa
Llamamiento del cardenal Martino por un condenado a muerte en Texas
Es «monstruoso» permitir la fabricación de embriones híbridos
Encuentro vocacional de más de 100.000 jóvenes en Loreto
Bolivia podría tener su primer santo
El patriarca de Moscú premia al nuncio apostólico en Rusia
ENTREVISTAS
Teresa de Calcuta: Luz desde la oscuridad (I)
Teresa de Calcuta: Luz desde la oscuridad (II)
El Papa se despide de Austria pidiendo que testimonie sus raíces cristianas a Europa
Ceremonia de despedida en el aeropuerto de VienaVIENA, domingo, 9 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI concluyó en la noche de este domingo una visita de tres días a Austria asegurando que este país puede ofrecer una contribución decisiva a Europa y al mundo recuperando la riqueza de sus raíces cristianas.
El séptimo viaje internacional de este pontificado concluyó en el aeropuerto de Viena-Schwechat con una ceremonia de despedida en la que participó el presidente de la República, Heinz Fischer, así como el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Christoph Schönborn.
«Viena, con el espíritu de su experiencia histórica y con su posición en el centro vivo de Europa puede ofrecer su contribución, favoreciendo al mismo tiempo la penetración de los valores tradicionales del continente, impregnados de fe cristiana, en las instituciones europeas y en el ámbito de la promoción de las relaciones internacionales, interculturales e interreligiosas», dijo el Santo Padre.
El Papa partió poco después de las 20.15 abordo de un Airbus de la compañía Austrian Airlines, después de haber recibido los honores militares.
El presidente de Austria subrayó en su discurso la «gran cercanía» que se ha constatado entre el Papa y su país. Existe además, reconoció, un «amplio acuerdo» entre la Santa Sede y Viena, mencionando la voluntad de paz y de «justicia social y de solidaridad», así como de «diálogo entre culturas y religiones».
En los tres días de la visita por tierras austriacas la lluvia y el viento han estado casi siempre presentes, aunque como dijo el Papa con una sonrisa antes de subir el avión esto no ha sido un obstáculo.
Además de Viena, la meta principal de este viaje ha sido el santuario de Mariazell, corazón mariano de Austria, que este sábado celebró los 850 años de su fundación.
En su objetivo de recordar a Austria las raíces cristianas que han forjado su historia, el Papa ha afrontado en sus discursos argumentos decisivos, como la defensa de la vida humana (tanto ante el aborto como ante la eutanasia), los peligros del relativismo que no reconoce la existencia de la verdad, o la necesidad de redescubrir el papel del domingo en la cultura occidental.
Al aterrizar en Roma, Benedicto XVI se dirigió directamente a Castel Gandolfo, la residencia donde continuará desempeñando sus actividades ordinarias en los pocos días que quedan de verano.
Occidente necesita urgentemente redescubrir el domingo, asegura el Papa en Viena
En la misa del último día de su viaje en AustriaVIENA, domingo, 9 septiembre 2007 (ZENIT.org).- El domingo no es un «precepto», sino «una necesidad interior», ha explicado Benedicto XVI durante la misa celebrada este domingo en la catedral de San Esteban de Viena, en el ultimo día de su viaje a Austria.
Unas 40 mil personas siguieron la eucaristía desde la plaza contigua al templo, que se quedó muy pequeño, gracias a grandes pantallas. Con impermeables amarillos trataron de defenderse de una fuerte lluvia y del frío.
En su homilía, Benedicto XVI repitió la frase pronunciada por los mártires de Abitinia, ciudad de la provincia romana del África Proconsular, actual Túnez, en el año 303, quienes respondieron a la prohibición del emperador Diocleciano de reunirse para celebrar la eucaristía con esta frase: «Sin el domingo no podemos vivir».
«El domingo, en nuestras sociedades occidentales, se ha convertido en un fin de semana, en tiempo libre», reconoció el Santo Padre.
«El tiempo libre, especialmente en medio de la prisa del mundo moderno, es ciertamente algo bello y necesario. Pero si el tiempo libre no tiene un centro interior que ofrece una orientación de conjunto acaba convirtiéndose en tiempo vacío que no refuerza ni ofrece descanso».
«El tiempo libre tiene necesidad de un centro, el encuentro con Aquél que es nuestro origen y nuestra meta», añadió.
En su saludo inicial, el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, había explicado al Papa que desde hace tiempo tiene lugar en Austria un «amplio movimiento» en «defensa del domingo de las tendencias de vaciamiento del significado de este día».
Recordando el ejemplo de los primeros cristianos, Benedicto XVI explicó que para ellos la misa dominical no era vista «como un precepto», «sino como una necesidad interior».
«También nosotros tenemos necesidad del contacto con el Resucitado, que nos apoya hasta después de la muerte. Tenemos necesidad de este encuentro que nos reúne, que nos da un espacio de libertad, que nos permite mirar más allá del activismo de la vida cotidiana para contemplar el amor creador de Dios, del que procedemos y hacia el que estamos en camino».
Ahora bien, el Papa explicó que el domingo también recuerda el último día de la creación de Dios, como es narrada en el Génesis.
«Por este motivo, el domingo también es en la Iglesia la fiesta semanal de la creación, la fiesta de la gratitud y de la alegría por la creación de Dios».
«En una época, en la que, a causa de nuestras intervenciones humanas, la creación parece expuesta a muchos peligros, tenemos que acoger conscientemente esta dimensión del domingo», propuso.
Tras la misa, el Papa rezó el Ángelus en la plaza contigua. A su paso, los peregrinos agitaron pañuelos amarillos y banderas de diversos países --entre ellos Israel, e Irán--, aclamando su nombre en italiano.
Benedicto XVI: La crisis de la verdad, origen de la crisis de occidente
Según explica en el santuario austriaco de MariazellMARIAZELL, domingo, 9 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI confesó su convicción de que la crisis actual de occidente se debe a la resignación de no conocer la verdad al visitar este sábado en la mañana el santuario mariano de Mariazell, en Austria.
Fue la conclusión a la que llegó en la homilía de la misa en la que celebró los 850 años de fundación de esta meta de peregrinación que recibe anualmente a un millón de católicos no sólo de Austria, sino también de países vecinos.
En la homilía, ante la imagen de la Virgen, el Papa había proclamado el corazón mismo de la fe de la Iglesia, según el cual, solo Jesús «es el puente que pone en contacto inmediato a Dios con el hombre».
«Ahora bien --aclaró--, si nosotros le consideramos como el único Mediador de la salvación válido para todos, que afecta a todos y del cual, en definitiva, todos tienen necesidad, esto no significa de ninguna manera que despreciemos a las otras religiones ni que seamos soberbios de pensamiento».
Proclamar la fe cristiana significa «únicamente que hemos sido conquistados por quien interiormente nos ha tocado y nos ha colmado de dones para que a la vez podamos entregarlos a los demás».
«De hecho --constató--, nuestra fe se opone decididamente a la resignación que considera al hombre incapaz de la verdad, como si ésta fuera demasiado grande para él».
Escuchaban al Papa varias decenas de miles de peregrinos que participaron en la celebración eucarística que presidió al aire libre, en el exterior de la basílica del santuario.
El obispo de Roma expresó su «convicción», según la cual, «esta resignación ante la verdad es el origen de la crisis de occidente, de Europa».
«Si para el hombre no existe una verdad, en el fondo, no puede ni siquiera distinguir entre el bien y el mal».
«Entonces --señaló-- los grandes y maravillosos conocimientos de la ciencia se hacen ambiguos: pueden abrir perspectivas importantes para el bien, para la salvación del hombre, pero también --y lo vemos-- pueden convertirse en una terrible amenaza, en la destrucción del hombre y del mundo».
«Tenemos necesidad de la verdad –reconoció--. Pero claro, a causa de nuestra historia, tenemos miedo de que la fe en la verdad comporte intolerancia».
«Si este miedo, que tiene sus buenas razones históricas, nos asalta, es tiempo de contemplar a Jesús», dijo, hecho niño.
Y al contemplarle, dijo, se puede descubrir que «la verdad no se afirma mediante un poder externo sino que es humilde y sólo es aceptada por el hombre a través de su fuerza interior: por el hecho de ser verdadera».
«Necesitamos esta fuerza interior de la verdad. Como cristianos, nos fiamos de esta fuerza de la verdad. Somos testigos de ella».
Esta desconfianza en la verdad implica también desconfianza ante el futuro, sentimiento que, según el Papa, explica el invierno demográfico del viejo continente.
«Europa se ha empobrecido de niños: queremos todo para nosotros mismos, y tal vez no nos fiamos demasiado del futuro», reconoció.
Para recuperar la confianza en la verdad, el Papa propuso redescubrir a Dios.
«La tierra carecerá de futuro si se apagan las fuerzas del corazón humano y de la razón iluminada por el corazón, cuando el rostro de Dios deje de lucir sobre la tierra», señaló.
«Allí donde está Dios, allí hay futuro», concluyó.
El aborto, «profunda herida social» de Europa, asegura el Papa
Ante políticos austriacosVIENA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI considera que el aborto es una «profunda herida social» en la Europa de hoy.
En su discurso del viernes por la tarde, en la espléndida residencia imperial de Hofburg, durante el encuentro con los dirigentes políticos austriacos y con el Cuerpo Diplomático, el Santo Padre hizo un llamamiento a la defensa de los derechos humanos.
«El derecho humano fundamental, el presupuesto para todos los demás derechos, es el derecho a la vida misma», aclaró el pontífice ante buena parte de los miembros del parlamento austriaco y del mundo de la cultura.
«Esto debe aplicarse a la vida desde la concepción hasta su ocaso natural. El aborto, por tanto, no puede ser un derecho humano, es su contrario».
«Es una “profunda herida social”», dijo, recordando una famosa expresión del cardenal Franz König, difunto arzobispo de Viena.
«Al decir esto, no expreso un interés específicamente eclesial --reconoció--. Más bien, me hago abogado de una petición profundamente humana y me siento portavoz de los que todavía no han nacido y no tienen voz».
«No cierro los ojos antes los problemas y los conflictos de muchas mujeres --aseguró-- y me doy cuenta de que la credibilidad de nuestro mensaje depende también de lo que hace la Iglesia misma para ayudar a las mujeres afectadas».
«Hago un llamamiento por tanto a los responsables de la política para que no permitan que los hijos sean considerados como casos de enfermedad ni que se quite la calificación de injusticia atribuida en vuestro sistema jurídico al aborto», aclaró.
El Papa hizo también referencia a la «ayuda activa a morir».
«Es de temer que un día pueda ejercerse una presión no declarada o incuso explícita a personas gravemente enfermas o ancianas para que pidan la muerte o se la impongan por su cuenta», advirtió.
El Santo Padre llega a Austria para decir que «tenemos necesidad de Cristo»
VIENA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- En el vuelo de Roma a Viena, Benedicto XVI ha explicado que con su séptimo viaje apostólico internacional a Austria quiere decir che «tenemos necesidad de Cristo».En el tradicional encuentro con los periodistas a bordo del vuelo papal, el Papa confesó los motivos que le han impulsado a visitar este país que considera como una segunda patria.
«Voy a Austria para confirmar a la gente en la fe, pues hoy tenemos necesidad de Dios y una vida sin Dios no tiene orientación», subrayó.
«El relativismo lo relativiza todo, el bien y el mal ya no se distinguen --reconoció--. Tengo que decir que tenemos necesidad de Cristo».
Benedicto XVI quiso aclarar que su viaje no es político, sino una peregrinación que busca confirmar a los austriacos «en la conciencia de sus raíces cristianas».
Consultado sobre las dificultades vividas por la Iglesia en Austria en los últimos tiempos, en parte a causa de escándalos de algunos miembros del clero, el Papa dio las gracias a «todos los que han sufrido y que en tiempos difíciles han permanecido fieles a la Iglesia y han reconocido el rostro de Cristo».
«Gracias a todos ellos, laicos y religiosos», aclaró.
Tributo del Papa a las víctimas del Holocausto judío
VIENA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Al comenzar su viaje apostólico a Austria, Benedicto XV quiso rendir un solemne tributo a las víctimas austriacas del Holocausto en la «Judenplatz» (la plaza de los Judíos) de Viena.El Papa fue acogido bajo la lluvia por el rabino jefe de Viena, Paul Chaim Eisenberg, ante el austero monumento que conmemora a los 65.000 judíos vieneses que murieron en los campos de concentración nazis.
Horas antes, mientras viajaba en avión de Roma a Viena, el obispo de Roma había explicado a los periodistas que con este gesto quería expresar «la tristeza, el arrepentimiento y la amistad con los hermanos judíos para continuar adelante con el diálogo».
Un diálogo, aclaró, que debe continuar obviamente con las demás confesiones cristianas y con los musulmanes.
El Papa encomienda a la Virgen en Viena la paz en el mundo
Primera etapa de su visita apostólica en AustriaVIENA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI puso este viernes en manos de la Virgen la paz en Austria, en Europa y en el mundo, en su primera etapa en Viena, la Mariensäule (la columna de María), que se encuentra en la plaza «Am Hof».
«¡Ayúdanos a todos nosotros a seguir tu ejemplo y a orientar nuestra vida totalmente hacia Dios!», dijo en la oración que elevó a María en el primer acto público de su visita de tres días
«Haz que, contemplando a Cristo, nos hagamos cada vez más semejantes a Él: ¡verdaderos hijos de Dios! », añadió en una ceremonia, comenzada en torno a las 12.30, bañada por la lluvia, con la participación de varios miles del personas.
«Entonces, también nosotros, llenos de toda bendición espiritual, podremos corresponder cada vez mejor a su voluntad y convertirnos así en instrumentos de paz para Austria, Europa y el Mundo», aseguró.
El Papa se encontraba en un balcón de la fachada de la Iglesia «Am Hof de los Nueve Coros Angélicos», y fue acogido e introducido por el arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn.
En su discurso, el Santo Padre explicó que había escogido como primera etapa de su peregrinación la «Mariensäule» de la capital austriaca «para reflexionar un momento con vosotros sobre el significado de la Madre de Dios para la Austria del pasado y del presente, así como sobre su significado para cada uno de nosotros».
«En su seno materno, María acoge también hoy bajo su protección a personas de todos los idiomas y culturas para llevarlas juntas, con una unidad multiforme, hacia Cristo. A ella nos podemos dirigir en nuestras preocupaciones y necesidades», explicó.
«Pero de ella también tenemos que aprender a acogernos mutuamente con el mismo amor con el que nos acoge a todos nosotros: cada uno, individualmente, querido como tal y amado por Dios», advirtió el Papa.
«En la familia universal de Dios, en la que para toda persona está previsto un lugar, cada quien debe desarrollar los propios dones por el bien de todos», subrayó.
Al final del encuentro, el Papa entró en la iglesia para participar en un acto de adoración del Santísimo Sacramento, que continuarán los jóvenes durante toda la duración del viaje papal.
En la globalización, Europa debe redescubrir sus raíces cristianas, constata el Papa
No hay alternativa a la convivencia social surgida de la tradición judeocristianaVIENA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- En tiempos de globalización y de eficacia económica, para ser ella misma y desempeñar su papel, Europa tiene que redescubrir sus raíces cristianas, afirmó Benedicto XVI en su primer día de viaje a Austria.
«La "casa Europa"», dijo en la Sala de Recepciones de la residencia imperial de Hofburg, en el encuentro con los dirigentes políticos austriacos y con el cuerpo diplomático, «será para todos un lugar agradable para vivir sólo si se construye sobre un sólido fundamento cultural y moral de valores que sacamos de nuestra historia y tradiciones».
«Europa no puede y no debe renegar de sus raíces cristianas. Son un elemento dinámico de nuestra civilización para el camino en el tercer milenio», explicó a un auditorio en el que también estaban presentes exponentes del mundo de la cultura, en particular, rectores de las universidades del país.
El Papa comentó el concepto de «modelo de vida europeo» concebido en la opinión pública como «un orden social que significa eficacia económica con justicia social, pluralismo político con tolerancia, liberalidad y apertura pero al mismo tiempo conservación de valores que han dado a este continente su posición particular».
«Este modelo, bajo los condicionamientos de la economía moderna, se encuentra ante un gran desafío», reconoció.
«La frecuentemente citada globalización no puede ser detenida, pero es una tarea urgente y una gran responsabilidad de la política dar a la globalización un orden y límites adecuados para evitar que tenga lugar en detrimento de los países más pobres y de las personas pobres en los países ricos, dañando a las generaciones futuras», añadió.
En este contexto, citó al filósofo y amigo Jürgen Habermas, quien no se reconoce en la fe cristiana, para recordar que los grandes valores europeos de «libertad y de convivencia social son una herencia inmediata de la justicia judía y de la ética cristiana del amor».
«Inmutada en su esencia, esta herencia ha sido siempre asumida de manera crítica y reinterpretada. Hasta el día de hoy no existe una alternativa», constató el Papa citando al filósofo y pensador alemán.
Por eso, el obispo de Roma ha pedido a la Unión Europea que viva también hoy estos valores, en particular, asumiendo «un papel de guía en la lucha contra la pobreza en el mundo y en el compromiso a favor de la paz».
«Con gratitud podemos constatar que los países europeos y la Unión Europea se encuentran entre los que contribuyen principalmente al desarrollo internacional, pero deberían también hacer valer su peso político, por ejemplo, ante los urgentísimos desafíos planteados por África, ante las enormes tragedias de ese continente, como el flagelo del sida y la situación de Darfur, el injusto abuso de los recursos naturales y el preocupante tráfico de armas», explicó.
«Así también el compromiso político y diplomático de Europa y de sus países no puede olvidar la grave situación de Oriente Medio, donde hace falta la contribución de todos para favorecer la renuncia a la violencia, el diálogo recíproco y una convivencia verdaderamente pacífica».
«Tiene que seguir creciendo también la relación con las naciones de América Latina y con las del continente asiático, a través de oportunos lazos de intercambio», dijo entre sus propuestas para Europa.
Benedicto XVI alienta al cine a «filmar lo inefable»
En un mensaje de apoyo a una nueva iniciativa surgida en MéxicoGUADALAJARA, jueves, 6 septiembre 2007 (ZENIT.org-El Observador).- Mediante un mensaje dirigido al arzobispo de Guadalajara, cardenal Juan Sandoval Íñigüez, el Papa Benedicto XVI se ha hecho presente en el inicio de los trabajos del Simposio Internacional «Filmar lo Inefable 2007».
La misiva, firmada por el secretario de Estado del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone, representa un espaldarazo al Simposium y a la iniciativa llevada a cabo en esta ciudad mexicana de poner en marcha el Centro Superior de Producción Cinematográfica, Filmar lo inefable, A.C. (CSPC)
En la carta el Papa Benedicto XVI subraya que la iniciativa del Centro de Producción Cinematográfica católico «favorece un diálogo eclesial con los profesionales de la comunicación audiovisual, especialmente los cineastas, que buscan en una visión antropológica cristiana una fuente de inspiración para su trabajo artístico».
En otra parte de su misiva, el mensaje pontificio invita a quienes trabajan en el campo de la cinematografía, «a desarrollar un cine de calidad que, evitando aspectos tantas veces reductivos, proponga valores universales y modelos de convivencia ciudadana, y favorezca también el diálogo entre los pueblos y una cultura de paz, presupuesto irrenunciable para la civilización del amor».
En el documento se expresa que el mundo del cine, cuando se abre a la dimensión trascendente de la vida y al misterio que late en el fondo del ser humano, es capaz de promover un auténtico humanismo lleno de genuinos valores como la esperanza y la fraternidad, la concordia y la paz.
El Santo Padre envía su bendición apostólica hasta la sede de este Simposio y asegura que reza al Señor para que ilumine a cuantos participan en éste, especialmente a los jóvenes cineastas, «para que compartan este mensaje en su propio ambiente».
El cardenal Sandoval Íñigüez, arzobispo de Guadalajara, inauguró y bendijo el 3 de septiembre las instalaciones del Centro Superior de Producción Cinematográfica, Filmar lo inefable, A.C., así como los trabajos que inician formalmente con los 21 cineastas que trabajarán en estas instalaciones.
Antes de la lectura de la bendición de locales destinados a medios de comunicación, el cardenal Sandoval encomendó los trabajos del Centro para que quienes ahí trabajan y los jóvenes que vienen a estudiar, contribuyan en algo «a la luz que hace falta en este mundo».
«Mucha gente --expresó el purpurado mexicano-- vive su vida sin sentido, sin fe, a veces los medios de comunicación contribuyen mucho a eso mismo. Que los que aquí estudien lleven ese propósito de sumarse y sumar sus capacidades que aquí adquieran, a una gran obra para iluminar este mundo con los valores de la fe, los que sean creyentes, o con los valores humanos que están radicados en la misma naturaleza del hombre».
Estos valores, dijo, pueden ser una guía para vivir decentemente y encontrarle un sentido a la existencia humana.
El Padre Javier Magdaleno Cueva, director del CSPC, presentó al cardenal Sandoval Íñigüez la primera generación que conforma este Centro y que está compuesta por jóvenes provenientes de Venezuela, Itlaia, Uruguay, Chile, Brasil, Colombia y Cuba, así como otros cineastas de origen mexicano, que han dejado sus trabajos, sus casas y familias, para iniciar este nuevo proyecto cinematográfico.
En el acto de inauguración se hizo presente también, a través de una carta, el cardenal Paul Poupard, hasta hace unos días presidente del Consejo Pontificio de la cultura, en la que destacó que el desafío del CSPC consiste en «recuperar, o incluso crear, nuevos lenguaje expresivos capaces de manifestar esta dimensión profunda y trascendente de la existencia humana….en algún momento, nuestra época perdió el asombro ante la realidad. Nos hemos vuelto analfabetos de lo inefable, inhábiles para descifrar el código de belleza que nos ofrece la realidad en su candidez originaria, y consecuentemente, para reproducirlo con medios adecuados».
Al tiempo que expresó sus mejores deseos a los organizadores y participantes del Simposio, el cardenal Poupard advirtió que la tarea del CSPC no es hacer cine religioso, «sino desarrollar nuevos métodos expresivos para transmitir y hacer llegar al hombre de hoy lo inefable, en la línea del concepto “amplio” de razón, el Logos, que Benedicto XVI no cesa de proponer».
Más información en http://filmarloinefable.org.
El Papa recibe al ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita
Hablan sobre libertad religiosa y diálogo interreligiosoCASTEL GANDOLFO, jueves, 6 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha recibido en audiencia en la residencia pontificia de Castel Gandolfo al príncipe Saud Al Faisal, ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita.
Un comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede explica que, «en el curso del cordial coloquio» que duró unos 20 minutos, «se afrontaron varios argumentos de interés común».
«Principalmente --especifica--, la defensa de los valores religiosos y morales, el conflicto en Oriente Medio, la situación política y religiosa en Arabia Saudita, la importancia del diálogo intercultural e interreligioso y la contribución de los fieles de las diferentes religiones a la promoción del entendimiento entre los hombres y los pueblos».
«Para lograr este objetivo se auspiciaron iniciativas comunes a favor de la paz», concluye el comunicado.
Benedicto XVI y Shimon Peres quieren acabar con 60 años de lutos
En una audiencia concedida en Castel GandolfoCASTEL GANDOLFO, jueves, 6 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI y el presidente de Israel Shimon Peres consideraron que ha llegado finalmente la hora de acabar con 60 años de lutos en Tierra Santa, en una audiencia de 35 minutos en la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
El Papa recibió al jefe de Estado en su primer viaje al extranjero desde su nombramiento. Sucesivamente Peres se entrevistó con el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado. En el encuentro estuvieron también presentes el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados, y Oded Ben-Hur, embajador de Israel ante la Santa Sede.
Según ha explicado un comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede, «los cordiales coloquios han permitido un intercambio de información sobre la reciente reanudación de los contactos entre israelíes y palestinos para restablecer la paz en Tierra Santa, respetando las Resoluciones de las Naciones Unidad y los Acuerdos alcanzados hasta ahora».
«Se ha auspiciado que en el contexto internacional actual que parece ser particularmente favorable gracias a la Conferencia Internacional programada el próximo mes de noviembre, cada una de las partes implicadas haga todos los esfuerzos posibles para responder a las expectativas de las poblaciones, extenuadas por una crisis que dura desde hace 60 años y que sigue sembrando luto y destrucción».
«También se han examinado las relaciones entre el Estado de Israel y la Santa Sede --aclara--, manifestando el deseo de una conclusión rápida de los importantes negociados, todavía en curso, y de la instauración de un diálogo constante entre las autoridades israelíes y las comunidades cristianas locales, de cara a la participación plena de estas últimas en la construcción del bien común».
El comunicado concluye revelando que «el presidente Peres ha renovado al Santo Padre la invitación a visitar Tierra Santa».
Benedicto XVI ha sido invitado en varias ocasiones por las autoridades israelíes, pero el Vaticano ha subrayado que este viaje podría tener lugar en tiempo de paz, o al menos con una tregua sólida.
Llamamiento del Papa a la defensa de la creación, en particular del agua
La atención por el cambio climático es de gran importancia, aseguraCIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 5 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI lanzó este miércoles un apremiante llamamiento a la defensa de la creación, en particular del agua, y aseguró que la atención por los cambios climáticos es de gran importancia.
Antes de despedirse de los 16 mil peregrinos que llenaban este miércoles la plaza de San Pedro, el Papa envió un saludo a los participantes en el simposio que lleva por título «El Ártico: espejo de la vida».
El encuentro será inaugurado este jueves en la costa occidental de la isla de Groenlandia por Su Santidad Bartolomé I, patriarca ortodoxo ecuménico de Constantinopla.
Hablando en inglés, el pontífice aseguró que «la defensa de los recursos hídricos y la atención por el cambio climático son temas de grave importancia para toda la familia humana».
«Animado por el creciente reconocimiento de la necesidad de preservar el medio ambiente, os invito a uniros a mí en la oración y a trabajar en favor de un respeto cada vez mayor de las maravillas de la creación divina», afirmó.
El simposio se celebra bajo los auspicios del patriarca Bartolomé I, así como de José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, y de Kofi Annan, antiguo secretario general de las Naciones Unidas.
El encentro es organizado por séptima edición por «Religión, ciencia y ambiente» («Religion, Science and the Environment», RSE) para fomentar la conciencia ambiental en diferentes partes geográficas del planeta.
El simposio será una plataforma para una reunión extraordinaria de líderes de las diferentes religiones, explican los organizadores en un comunicado.
Cristo está presente en los pobres, recuerda el Papa
En el décimo aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa de CalcutaCIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 5 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Cristo «está presente en los pobres», explicó Benedicto XVI este miércoles, en el décimo aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta.
Hizo esta constatación al proponer algunos aspectos de la doctrina de san Gregorio de Nisa, sobre quien ya había hablado la semana anterior, continuando con la serie de meditaciones sobre los grandes personajes de los inicios de la Iglesia.
En particular, el obispo de Roma presentó a los 16 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano algunos pasajes de profunda belleza literaria escritos por el obispo del siglo IV y considerado como padre de la mística.
El fin del hombre, decía Gregorio, «es el de hacerse semejante a Dios, y este fin lo alcanza sobre todo a través del amor, del conocimiento y de la práctica de las virtudes», «rayos luminosos que descienden de la naturaleza divina»
«Cristiano es quien lleva el nombre de Cristo y por tanto debe asemejarse a Él también en la vida. Nosotros, los cristianos con el Bautismo, nos asumimos una gran responsabilidad», aclaró.
«Ahora bien, Cristo», aclaró el Papa citando a Gregorio, «está presente también en los pobres, de manera que no tienen que ser nunca ultrajados».
«No desprecies a quienes están postrados, como si por este motivo no valieran nada. Considera quiénes son y descubrirás cuál es su dignidad: representan a la Persona del Salvador», advertía el obispo de Nisa.
«Y así es --recalcaba--, pues el Señor, en su bondad, les prestó su misma Persona para que, a través de ella, tengan compasión por quienes son duros de corazón y enemigos de los pobres».
El amor, según Benedicto XVI, «es la escalera que lleva a Dios». Por eso lanzó esta exhortación que tomó prestada del padre y doctor de la Iglesia: «Sé generoso con estos hermanos, víctimas de la desventura. Da al hambriento lo que le quitas a tu estómago».
San Gregorio recordaba que «todos dependemos de Dios», y por ello exclamaba: «¡No penséis que todo es vuestro! Tiene que haber también una parte para los pobres, los amigos de Dios».
«Pero, de qué te sirve ayunar y hacer abstinencia, si después con tu maldad no haces más que daño a tu hermano? --preguntaba-- ¿Qué ganas, ante Dios, por el hecho de no comer de lo tuyo, si después, actuando injustamente arrancas de las manos del pobre lo que es suyo?».
Al final de la audiencia, el Papa saludó a Misioneros y Misioneras de la Caridad, las dos obras fundadas por la beata Teresa de Calcuta, y les invitó a seguir su ejemplo, siendo «por doquier instrumentos de la divina misericordia».
El Papa recibe del vicepresidente de Siria un mensaje de Bachar al Asad
En una audiencia, afronta el problema de los cristianos y la paz en Oriente MedioCIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 5 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió este miércoles un «mensaje personal» del presidente de Siria, Bachar al Asad, que le fue entregado por el vicepresidente de esa República, Farouk al-Charaa, en el transcurso de una audiencia privada.
El representante sirio fue recibido, además, por el arzobispo Doninique Mamberti, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, según informa un comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede.
«Durante las conversaciones --explica la nota--, tras haber subrayado el esfuerzo de acogida de centenares de miles de refugiados iraquíes por parte de Siria y la ayuda que se espera de los organismos multilaterales, se analizaron las condiciones y los problemas de los cristianos en el país».
El texto revela que en los encuentros se habló también «sobre la contribución decisiva que la República Árabe de Siria puede dar a la superación de las grave crisis que experimentan muchos pueblos de Oriente Medio».
El 12 de septiembre se inaugurará en Roma la exposición fotográfica «Siria en las raíces de la cristiandad», organizada por la embajada de Siria ante Italia con la colaboración de un organismo del Vicariato de la diócesis de la ciudad eterna. Participará el ministro de Turismo, Saadalla Agha al-Kalla.
El encuentro del vicepresidente sirio tuvo lugar el día anterior a la visita al Santo Padre del presidente de Israel, Shimon Peres.
Las Iglesias divididas, corresponsables de la secularización de Europa
Dijo el cardenal Kasper en la III Asamblea Ecuménica del viejo continenteSIBIU, domingo, 9 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Las divisiones entre católicos, ortodoxos y evangélicos «son corresponsables de las divisiones en Europa y de la secularización de este continente», afirma el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.
En su intervención ante la asamblea, clausurada este domingo próximo, al purpurado alemán trazó un breve balance de los avances en el camino ecuménico y de sus repercusiones en el proceso de unificación en el viejo continente.
Según el cardenal Kasper, las Iglesias, aún moviéndose sobre un sólido terreno común, custodian la fe en Jesucristo como un «tesoro en vasijas de barro».
«A causa de nuestras divisiones hemos obscurecido la luz de Jesucristo a muchas personas y hemos hecho que la realidad de Jesucristo no fuera creíble», dijo.
«Nuestras divisiones --y la historia es testigo-- son corresponsables de las divisiones en Europa y de la secularización de este continente», añadió.
«Nuestras divisiones, además, son corresponsables de las dudas que muchos tienen respecto a la Iglesia y de que cuestionen su existencia. Frente a tal situación, en la que se encuentran nuestras Iglesias, no podemos quedarnos tranquilos; no podemos seguir adelante como si no hubiera pasado nada».
El purpurado aludió a las reacciones al reciente documento vaticano, publicado el 10 de julio pasado por la Congregación para la Doctrina de la Fe y titulado «Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la Doctrina sobre la Iglesia» (o más brevemente conocido como «Responsa»), en el que se precisa «el significado auténtico de expresiones eclesiológicas magisteriales que, en el debate teológico, corren el riesgo de ser mal comprendidas».
En este sentido, el purpurado afirmó: «Sé que muchos, en especial muchos hermanos y hermanas evangélicos, se han sentido heridos por ello. Esto no deja indiferente ni siquiera a mí y representa un peso también para mí».
«Porque el sufrimiento y el dolor de mis amigos es también mi dolor. No era nuestra intención herir o minusvalorar a nadie», admitió.
«Queríamos dar testimonio de la Verdad, lo que esperamos también de las otras Iglesias, como seguramente hacen», subrayó.
A pesar de esto, siguió diciendo el purpurado, en el documento se subraya que «Jesucristo está presente con su poder salvífico también en las Iglesias y en las comunidades eclesiales separadas de nosotros».
«Las divergencias no se refieren por tanto al ser cristiano, y ni siquiera a la cuestión de la salvación; las diferencias tienen que ver con la cuestión de la concreta mediación salvífica, así como con la forma visible de la Iglesia», explicó.
Sin embargo el «verdadero nudo gordiano» que hay que deshacer se refiere a la comprensión de la Iglesia y de la Eucaristía y la «terapia» puede tener lugar sólo a través de «la purificación de la memoria», dijo, recordando la famosa expresión usada por Juan Pablo II.
«Ningún progreso ecuménico será posible sin conversión y penitencia. De ello debe brotar la disponibilidad a la renovación y a la reforma, que es necesaria en toda Iglesia y que pide a cada Iglesia empezar por sí misma», dijo.
El purpurado afirmó que «el método de las convergencias», adoptado hasta ahora en el diálogo ecuménico se ha revelado fructífero en muchas cuestiones, como lo demuestra la firma de la Declaración Conjunta de la Iglesia Católica y de la Federación Luterana Mundial sobre la Doctrina de la Justificación (Augusta , 31 octubre 1999). Ahora bien, reconoció, mientras tanto «este método se ha agotado evidentemente».
En este momento de estancamiento del ecumenismo el purpurado hizo un llamamiento a «dar testimonio los unos a los otros de nuestras respectivas posturas, de modo honesto y atrayente», evitando tonos polémicos y mediante un enriquecimiento mutuo.
En este sentido, el purpurado subrayó algunos ámbitos específicos en los que las diversas confesiones cristianas han podido beneficiarse como la profundización de la Sagrada Escritura, la renovada atención a las formas litúrgicas, y la mayor sensibilidad por el sentido de lo sagrado y el arte sacro.
Sin embargo, subrayó, la unidad «no puede ser obra nuestra. Es un don del Espíritu de Dios; Sólo él puede reconciliar los corazones. Este Espíritu de unidad es el que demos pedir en la oración».
Más tarde, el cardenal relacionó la cuestión de la unidad visible y plena de todos los cristianos con el destino de Europa.
Lamentablemente, «hoy Europa corre no tanto el riesgo de traicionar los propios ideales cuanto de olvidarlos de modo banal».
«El peligro principal no está representado tanto por la oposición atea cuanto más bien por el olvido de Dios, que sencillamente pasa por encima de los preceptos de Dios, por la indiferencia, por la superficialidad, por el individualismo y por la falta de disponibilidad a comprometerse en favor del bien común y a saber sacrificarse por este fin», añadió.
«La nueva evangelización es nuestra tarea. Se necesita el verdadero pan de la fe convencida y vivida. Europa no puede ser sólo una unidad económica y política; Europa necesita, si quiere tener futuro, una visión común y un sistema común de valores fundamentales».
«Europa, y esto significa nosotros, los cristianos de Europa, tenemos que despertar de una vez; Europa debe alinearse con lo que le es propio, con su historia y sus valores que un tiempo le dieron grandeza y que pueden garantizarle un porvenir nuevo», subrayó.
«Esta es nuestra misión común», concluyó.
Llamamiento del cardenal Martino por un condenado a muerte en Texas
ROMA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Renato R. Martino, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, lanzó este viernes un llamamiento a favor de un condenado a muerte en Texas, Joseph Lave, de 42 años.La petición por Lave, desde hace 13 años en el corredor de la muerte, resonó en el XII Congreso Internacional de Pastoral de las Cárceles, que se está celebrando en Roma.
El purpurado italiano pidió que las autoridades del Estado norteamericano salven la vida al prisionero o que al menos suspendan la ejecución para que pueda ser revisado el proceso.
El presidente del Consejo vaticano subrayó que «la inhumanidad y la inutilidad de la pena de muerte» y constató que «empobrece a la sociedad que la legitima y la práctica», entre otras cosas, porque no deja posibilidad de rehabilitación para los condenados.
Martino apoyó una campaña promovida por la Comunidad de San Egidio, movimiento eclesial, para salvar la vida de Joseph Lave.
Es «monstruoso» permitir la fabricación de embriones híbridos
Monseñor Screccia llama a la movilización de la comunidad científicaROMA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- La decisión de la Autoridad Británica para la Fertilización y la Embriología (HFEA) de permitir a los científicos crear embriones híbridos a partir de seres humanos y animales, para la investigación, ha sido calificada por el obispo Elio Sgreccia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, como «un acto monstruoso contra la dignidad humana».
Monseñor Sgreccia añadió que «es necesario que la comunidad científica se movilice cuanto antes. El Gobierno británico, según monseñor Sgreccia, «ha cedido a las exigencias de un grupo de científicos», en detrimento «ciertamente de la moral».
El prelado declaró al diario italiano «Il Corriere della Sera: «Es necesario que la comunidad científica se movilice lo más pronto posible».
En una declaración, la agencia británica anunció que ahora considerará dos propuestas de investigación para crear tales embriones --que los científicos han denominado ‘quimeras’, como las existentes en la mitología griega, que tenían parte humana y parte animal--. La agencia espera tener una decisión sobre ambas propuestas en noviembre próximo.
La agencia añade que «no se trata de dar luz verde de manera indiscriminada... a la investigación con híbridos, sino el reconocimiento de que este área de investigación puede permitirse siempre que sea con cuidado y discernimiento cuidadoso».
Monseñor Screccia afirma en sus declaraciones que la decisión británica marca un punto de no retorno: «Esta frontera, la del cruce de distintas especies, ha sido traspasada hoy con la decisión de ir adelante del Gobierno británico. Hasta hoy, estaba prohibida en el campo de la biotecnología y no sólo por parte de las asociaciones religiosas».
El obispo, de 79 años, añade que, con esta decisión, «la dignidad humana está en peligro, ha sido agraviada».
Señala que la autoridad británica estipula en su decisión que el embrión híbrido sea destruido antes de los 14 días, «porque existe la conciencia de que el resultado será una monstruosidad».
«La política que ha sido aprobada es repugnante desde un punto de vista emocional, pero es también irracional --añadió monseñor Sgreccia--. Explicó que la ética de Maquiavelo está siendo usada para justificar una causa noble –la curación de enfermedades--, con malos medios, aplicados a la investigación científica».
Y añade: «Nos encontramos ante una subversión de la ética. O mejor todavía: Con esta decisión de ir adelante, nos quedamos completamente fuera del fin de la ética y de la humanidad».
Por su parte, el arzobispo Peter Smith de Cardiff, Gales, presidente del Departamento de Responsabilidad Cristiana y Ciudadanía, de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, dijo en una declaración el pasado 5 de septiembre que esta decisión tomada por los legisladores británicos tiene un «profundo significado».
«Los seres humanos --añadió--, tienen una única naturaleza, específicamente distinta de la todos los demás animales, y la profunda cuestión ética es: ¿Es correcto transgredir las fronteras de las especies e intentar mezclar las naturalezas humana y animal, aunque sea de una manera limitada?»
Los científicos quieren crear embriones híbridos --lo cual se realizará inyectando ADN humano en óvulos de vacas y conejos- en un intento de extraer células estaminales. Quienes apoyan el proyecto afirman que esto resolvería el problema de encontrar buenos óvulos humanos de calidad.
El arzobispo Smith lanzó el interrogante de por qué se necesita «una investigación como la de embriones híbridos, tan problemática desde el punto de vista ético» cuando la investigación con células estaminales procedentes de adultos y del cordón umbilical han sido aprobadas con éxito.
«La Iglesia católica no está en contra de toda la investigación con célula estaminales –dijo--, y apoya con fuerza la investigación a partir de células adultas y del cordón umbilical. Esto ya ha llevado a importantes beneficios clínicos, mientras que parece que la investigación con células estaminales procedentes de embriones todavía no ha producido ninguno».
Encuentro vocacional de más de 100.000 jóvenes en Loreto
Organizado por el Camino NeocatecumenalLORETO, martes, 4 septiembre 2007 (ZENIT.org).-Más de 100 mil jóvenes de comunidades neocatecumenales participaron este lunes en Loreto, junto a Kiko Argüello, Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi, responsables del Camino Neocatecumenal, en un encuentro vocacional.
Al final, se alzaron 3.200 jóvenes para manifestar su decisión de consagrarse a Dios: 2000 chicos dieron su disponibilidad para entrar al seminario y 1.200 chicas para abrazar la vida religiosa.
La reunión, que tuvo lugar al día siguiente del encuentro del Papa Benedicto XVI con los jóvenes italianos, fue presidida por el arzobispo Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, y estuvieron presentes numeroso obispos.
Desde el primer encuentro de Juan Pablo II con los jóvenes, en Roma de 1984, y después con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud, los iniciadores del Camino han convocado a los jóvenes de las comunidades a participar en un encuentro vocacional en el que se recogen los frutos del encuentro con el Santo Padre, explica el Camino Neocatecumenal en un comunicado enviado a Zenit.
El encuentro, una liturgia de la Palabra, comenzó con una solemne procesión con más de mil presbíteros que cargaron con la estatua de la Virgen de Loreto con el Niño Jesús.
Monseñor Rylko aseguró al tomar la palabra que Benedicto XVI «quiere transmitir un mensaje a todos los jóvenes: ser cristiano es bello».
Según un cálculo del Camino Neocatecumenal, más 4 mil muchachas procedentes de esta experiencia ya han abrazado la vida religiosa. Muchas tomaron esta decisión en momentos como ése.
Los muchachos que deciden en estos encuentros emprender el camino de la formación sacerdotal han dado vida, en buena parte, a los 70 seminarios diocesanos misioneros «Redemptoris Mater» que hay en el mundo.
En estos encuentros, aclara el Camino Neocatecumenal, muchos jóvenes también han encontrado la vocación de formar una familia cristiana en el matrimonio.
En la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Sydney en julio de 2008, también participarán miles de jóvenes de las comunidades neocatecumenales. Por invitación del cardenal George Pell, arzobispo de la ciudad, se han preparado 40 itinerarios misioneros para diferentes grupos de jóvenes de todo el mundo.
Bolivia podría tener su primer santo
La Iglesia inicia el proceso de beatificación de Tito YupanquiLA PAZ, martes, 4 septiembre 2007 (ZENIT.org).-La Iglesia de Bolivia ha expresado su deseo de impulsar el proceso para que uno de sus miembros más señalados y también más humildes llegue a ser modelo de santidad universal, el venerable y siervo de Dios, Tito Yupanqui. Un amerindio de sangre real que recuerda en su actitud humilde y perseverante, y el amor a María, a otro gran santo americano, San Juan Diego.
Francisco Tito Yupanqui, escultor de la imagen de la Virgen de Copacabana, goza ya de gran popularidad y simpatía en el país.
A principios de este año, la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano, dió la autorización para iniciar el proceso.
«La Iglesia Católica está animada a que podamos encontrar el primer santo boliviano y por eso está reconociendo algunas virtudes del que es ahora el venerable y siervo de Dios, Francisco Tito Yupanqui, autor de la imagen de la Virgen de Copacabana», declaró el pasado 1 de septiembre el padre Carmelo Galdos, miembro de la comisión que sigue el proceso.
Por su parte, René Vargas, guardián del Santuario de Copacabana, al anunciar el inicio del proceso, indicó que queda mucho camino por recorrer pero que los pasos serán firmes y adecuados.
«Este un proceso que se esta poniendo en marcha y tiene el aval del obispo de El Alto y se ha conformado la primera comisión que es la comisión histórica quien irá investigando todo lo que tiene que ver con la persona de Tito Yupanqui; de manera que tiene fundamental importancia el trabajo de esta comisión siendo la primera que se ha conformado» señaló el padre Vargas.
En cuanto al proceso de beatificación, explicó que tiene muchas etapas: «Nosotros poco a poco debemos ir superando estas etapas y respondiendo a los requerimientos que la Santa Sede haga», subrayó.
El libro de firmas es otra iniciativa que pretende poner en conocimiento de las personas el proceso iniciado.
«Sabemos que la devoción a la Virgen de Copacabana es incuestionable, hay mucha gente que llega al santuario desde lugares muy distantes a rendirle homenaje, dar gracias o hacer peticiones, pero Francisco Tito Yupanqui está por detrás como un desconocido, es por eso que nosotros pretendemos que él también sea conocido y apreciado, queremos también poner de manifiesto que la santidad no es algo que solamente a determinadas personas se les viene como una gracia sino es una vocación de todos los cristianos e incluso de personas que no son cristianas», señaló el padre René Vargas.
Yupanqui nació en Copacabana entre los años 1551-1552; era el cuarto hijo de Tola Yupanqui (Tola) y de María Yupanqui, ambos descendientes del Inca Huayna Cápac.
Convertidos al cristianismo, su padre lo bautizó con el nombre de Francisco. Según Fray Antonio de la Calancha --cuya investigación sobre Yupanqui se publica en el boletín «La Voz del Santuario de Copacabana»--, Yupanqui fue un «devoto iluminado, de quien se vale Dios para realizar un milagro».
Hasta la fecha no hay ninguna persona natural de Bolivia, nacida en su territorio, que haya sido reconocido santo por la Iglesia Católica.
Yupanqui viajó a Potosí para aprender las técnicas de pintura y tallado de esculturas, siendo probablemente su maestro Diego de Ortiz.
Tomó tal decisión porque según narra la tradición –explica Cristóbal Serna Sánchez, en «Tiempo, Espacio e Historia de Copacabana»--, hizo votos para labrar una estatua de la imagen de la Virgen María a fin de que sus hermanos copacabaneños se convirtiesen al cristianismo. Él no conocía cómo labrar una escultura, de modo que pedía inspiración constante a la Virgen.
Un día, dice la tradición, vió en su cuarto una luz vivísima en medio de la que había una mujer con aspecto muy dulce y tenía un niño con la cabecita apoyada en el seno de la mujer. Yupanqui pensó que la Virgen María se le había aparecido mostrándole cómo quería que fuera su imagen, de modo que resolvió esculpirla él mismo. Hizo una de barro al principio, pero era demasiado tosca e imperfecta. Esa fue la razón por la que decidió trasladarse a Potosí y convertirse en aprendiz de escultor, entregándose febrilmente a su labor.
Tras varias pruebas, por fin logró esculpir una escultura que le satisfacía. Junto con el cacique de Copacabana, Alonso Viracocha Inka, viajaron a Charcas para obtener los permisos que les permitieran fundar la cofradía de Copacabana.
Al presentar copias en lienzo de la imagen, lo único que recibió fue rechazo y burla, pero no se desanimó. En los trámites para conseguir los permisos, fue mejorando su trabajo, y lo trasladó a La Paz.
Estaba en Ayo Ayo cuando la imagen sin querer, fue quebrada por el corregidor de Larecaja, quien al enterarse de la historia de Yupanqui, se postró ante esta imagen.
Al llegar a La Paz, Yupanqui se enteró de que se estaba construyendo un retablo en el convento de San Francisco. Le ofreció al maestro que estaba a cargo de la obra, ser su doméstico a cambio de que le enseñara el oficio y le contó su misión. El maestro vió la imagen quebrada, pero animó a Yupanqui a perseverar.
Un tiempo después, el permiso para fundar la cofradía fue concedido y la imagen terminada.
La población de Copacabana se encontró dividida en dos posiciones: los Urinsayas que apoyaban que el patrono de la población fuera san Sebastián, y los Aransayas, que querían que fuera entronizada la Virgen de la Candelaria (Urinsayas y Anansayas representan la dualidad del mundo andino, que siempre tiene dos partes opuestas pero complementarias).
Ante el problema, se aconsejó vender la imagen pero ésta durante las noches, lanzaba destellos luminosos. Pronto, Calamarca, Guaqui y Achacachi deseaban conseguir la imagen para sí.
El corregidor de Achacachi y Copacabana, finalmente se reunió con el líder de los Urinsayas Diego Churatupa, y acordaron llevar la imagen a Copacabana.
Sin embargo, por un tiempo, ésta se quedó en Tuquina, hasta que finalmente fue trasladada a Copacabana, donde fue recibida en medio de una gran multitud.
El patriarca de Moscú premia al nuncio apostólico en Rusia
MOSCÚ, martes, 4 septiembre 2007 (ZENIT.org).-Su Beatitud Alejo II, patriarca de Moscú y de todas las Rusias, ha entregado al arzobispo Antonio Mennini, nuncio apostólico en Rusia, el galardón de San Danilo, príncipe de Moscú.El arzobispo, según informa la agencia Interfax, ha sido premiado por «sus esfuerzos orientados a establecer buenas relaciones entre las Iglesias ortodoxa rusa y la católica».
El reconocimiento fue entregado este lunes en la nunciatura apostólica por el vicepresidente del Departamento del patriarcado para las relaciones exteriores, el padre Vsevolod Chaplin, y por el secretario, el padre Igor Vyzhanov.
Con motivo de su 60 cumpleaños, el patriarca Alejo II ha enviado además al arzobispo Mennini un mensaje de felicitación.
«Desde el inicio de su servicio como enviado del Vaticano a Rusia se ha hecho la reputación de incansable promotor de buenas relaciones entre los dos Estados y entre nuestras iglesias», reconoce el mensaje.
Teresa de Calcuta: Luz desde la oscuridad (I)
Habla el postulador de la causa de canonización, padre KolodiejchukROMA, jueves, 6 septiembre 2007 (ZENIT.org).- ¿Cómo fue la «noche oscura» de la Madre Teresa de Calcuta? A esta pregunta responde en esta entrevista concedida a Zenit el padre Brian Kolodiejchuk, misionero de la Caridad.
El padre Kolodiejchuk acaba de publicar el libro «Come Be My Light» («Ven, sé mi luz»), en el que recoge escritos de la beata, en parte inéditos, que revelan cómo durante largos años de su vida experimentó el terrible sufrimiento de no experimentar el amor de Dios.
--La extraordinaria vida interior de la madre Teresa ha sido descubierta después de su muerte. Según sus directores espirituales, ¿cómo era su vida, especialmente su sufrimiento de oscuridad espiritual, oculto a todos los que la conocieron?
--Padre Kolodiejchuk: Nadie tenía ni la menor idea de lo que vivía interiormente, pues sus directores espirituales conservaban estas cartas. Los jesuitas conservan algunas, otras están en el arzobispado, y el padre Joseph Neuner, otro de sus directores espirituales, tiene algunas.
Estas cartas fueron descubiertas cuando buscábamos los documentos para la causa.
Cuando vivía, la madre Teresa pidió que su información biográfica no se diera a conocer.
Pidió al arzobispo Ferdinand Périer de Calcuta que no dijera a ningún otro obispo cómo empezó todo. Le dijo: «Por favor no les dé nada de los inicios porque, una vez que la gente conozca los inicios, cuando oigan hablar de las locuciones interiores, entonces la atención se centrará en mí y no en Jesús». Ella siempre decía: «Obra de Dios. Esta es la obra de Dios».
Incluso las hermanas más cercanas a ella no tenían ni idea de su vida interior. Muchos podrían haber pensado que ella tenía una gran intimidad con Dios y que ésta iluminaba su camino en medio de dificultades de la Orden o de la pobreza material que sufrió.
--El libro habla el voto secreto que ella hizo al principio de su vocación por el que prometió no negar a Dios nada que tuviera que ver con el dolor provocado por el pecado mortal. ¿Qué papel desempeñó este voto en su vida?
--Padre Kolodiejchuk: La madre Teresa hizo el voto, en 1942, de no negar nada a Dios.
Sus cartas inspiradas por Jesús llegaron enseguida. En varias cartas, Jesús le pregunta, comentando su voto: «¿Dejarás de hacer esto por mí?».
Por tanto su voto es el sustrato de su vocación. Luego, en las cartas inspiradas, se ve que Jesús le explica su llamamiento.
Ella entonces sigue adelante porque sabe que Jesús lo quiere. Está motivada por el pensamiento del dolor de Jesús porque los pobres no le conocen y, por tanto, no le aman.
Este fue uno de los pilares que la mantuvo en su camino a través de la prueba de la oscuridad. Gracias a la certeza de su llamamiento y a este voto, en una de las cartas escribe: «Estuve a punto de dejarlo y entonces recordé el voto, y esto me hizo levantarme».
--Se ha hablado mucho sobre la noche oscura de la madre Teresa. Su libro la describe como un «martirio de deseo». Su sed de Dios ha sido desconocida durante mucho tiempo. ¿Puede describirlo?
--Padre Kolodiejchuk: Un buen libro para leer y comprender algunas de estas cosas es «Fire Within» («Fuego interior»), del padre Thomas DuBay's, habla del sufrimiento de la pérdida y del sufrimiento de la sed para explicar que el sufrimiento de la sed es más duro.
Como aclara el padre Dubay, en el camino hacia la auténtica unión con Dios, existe la etapa purgativa, llamada «noche oscura», y después el alma entra en un estado de éxtasis y verdadera unión con Dios.
En el caso de la madre Teresa, parece que la etapa purgativa tuvo lugar durante su formación en el convento de Loreto.
En el momento de su profesión, dijo a una compañera que a menudo experimentaba la oscuridad. Las cartas de esa época son las típicas cartas de una persona que está en la «noche oscura».
El padre Celeste Van Exem, su director espiritual en aquella época, dijo que probablemente en 1946 ó 1945 se encontraba ya cerca del éxtasis.
Después se da una referencia al momento en que aparecieron las inspiraciones y las locuciones interiores, el momento en el que las dificultades de fe cesaron.
Posteriormente, la madre Teresa escribió al padre Neuner, explicando: «Y usted sabe cómo actuó Él. Y fue como si nuestro Señor se me entregara plenamente. Pero la dulzura, el consuelo y la unión de aquellos seis meses pasados desapareció pronto».
De manera que la madre Teresa experimentó seis meses de intensa unión, tras las locuciones interiores y el éxtasis. Estaba ya en la etapa espiritual de la unión transformante. En ese momento, volvió la oscuridad.
Pero. a partir de entonces, la oscuridad que experimentaba se daba en medio de la unión con Dios. Esto no significa que vivió la unión y luego la perdió. Perdió la consolación de la unión que se alternaba con el dolor de la pérdida y con una profunda nostalgia de Dios, una verdadera sed.
Como decía el padre Dubay, «a veces la contemplación es deleitosa y otras es sustituida por una fuerte sed de Dios». Pero en el caso de la madre Teresa, a excepción de un mes, en 1958, no tuvo esta consolación de la unión.
Hay una carta en la que ella dice: «No padre, no estoy sola, tengo su oscuridad, tengo su dolor, tengo una terrible nostalgia de Dios. Amar y no ser amado, yo sé que tengo a Jesús en la unión que no ha sido rota, mi mente está fija en Él y sólo en Él».
Su experiencia de la oscuridad en la unión es sumamente rara, incluso entre los santos, pues para la mayoría el final es la unión sin oscuridad.
Su sufrimiento, entonces --utilizando el término del teólogo dominico Reginald Garrigou-Lagrange--, se debe más a los pecados de los demás que a al carácter purificador de sus propios pecados. Está unida a Jesús con una fe y un amor capaces de llevarla a compartir su experiencia del huerto de Getsemaní y de la cruz.
La madre Teresa comentó que el sufrimiento en Getsemaní fue peor que el de la cruz. Y ahora comprendemos de dónde venía esto, porque ella había comprendido la sed de almas de Jesús.
Lo importante es que se trata de una unión. Como indicaba Carol Zaleski en un artículo publicado en la revista «First Things», esta clase de prueba es nueva. Se trata de una experiencia moderna de santos de los últimos cien años: sufrir el sentimiento de que uno no tiene fe y de que la religión no es verdadera.
[La segunda parte de esta entrevista será publicada el viernes]
Teresa de Calcuta: Luz desde la oscuridad (II)
Habla el postulador de la causa de canonización, padre KolodiejchukROMA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Sin el sufrimiento, la labor de la madre Teresa de Calcuta hubiera sido simplemente trabajo social y no obra de Jesucristo, explica el postulador de su causa de canonización citando a la misma beata.
En la segunda parte de esta entrevista concedida a Zenit, el padre Brian Kolodiejchuk, misionero de la Caridad, explica puntos centrales del libro que acaba de publicar con el título «Come Be My Light» («Ven, sé mi luz»), en el que recoge escritos de la madre Teresa, en parte inéditos, que revelan cómo durante largos años de su vida experimentó el terrible sufrimiento de no experimentar el amor de Dios.
La primera parte de esta entrevista se publicó en el servicio informativo de Zenit del 6 de septiembre --Cf. Teresa de Calcuta: Luz desde la oscuridad (I) --
--El nombre del libro «Ven, sé mi luz» fue una petición de Jesús a la madre Teresa. ¿Cómo se relaciona su sufrimiento redentor por los demás, en medio de esa profunda oscuridad, con su carisma particular?
--Padre Kolodiejchuk: Durante los años cincuenta del siglo pasado, la madre Teresa se rindió y aceptó la oscuridad. El padre Joseph Neuner [uno de los directores espirituales que tuvo en su vida] la ayudó a comprenderlo, relacionando la oscuridad con su carisma: saciar la sed de Jesús.
Ella solía decir que la mayor pobreza era no sentirse amado, solicitado, cuidado por nadie, y era exactamente lo que ella estaba experimentando en su relación con Jesús.
Su sufrimiento redentor era parte de la vivencia de su carisma al servicio de los más pobres de los pobres.
De manera que, para ella, el sufrimiento era no sólo un medio para identificarse con la pobreza física y material, sino que, a nivel interior, se identificaba con los no amados, con los que están solos, con los que son rechazados.
Renunció a su propia luz interior para iluminar a quienes vivían en la oscuridad, diciendo: «Sé que no son más que sentimientos».
En una carta a Jesús, escribió: «Jesús, oye mi oración, si esto te complace. Si mi dolor y sufrimiento, mi oscuridad y separación, te da una gota de consolación, haz conmigo lo que quieras, todo el tiempo que desees. No mires mis sentimientos ni mi dolor».
«Soy tuya. Imprime en mi alma y vida los sufrimientos de tu corazón. No mires mis sentimientos, no mires ni siquiera mi dolor».
«Si mi separación de ti permite que otros se acerquen a ti y tú encuentras alegría y deleite en su amor y compañía, quiero de todo corazón sufrir lo que sufro, no sólo ahora, sino por la eternidad, si fuera posible».
En una carta a sus hermanas, hace más explícito el carisma de la Orden: «Mis queridas hijas, sin sufrimiento, nuestro trabajo sería sólo trabajo social, muy bueno y útil, pero no sería la obra de Jesucristo, no participaría de la redención. Jesús deseaba ayudarnos compartiendo nuestra vida, nuestra soledad, nuestra agonía y muerte. Todo esto él lo asumió en sí mismo, y le llevó a la noche más oscura. Sólo siendo uno de nosotros nos podía redimir».
«A nosotros se nos permite hacer lo mismo: toda la desolación de los pobres, no sólo su pobreza material, sino también su profunda miseria espiritual deben ser redimidas y debemos compartirlas; rezad entonces así cuando esto os resulte difícil: “Quiero vivir en este mundo que está lejos de Dios, que se ha alejado tanto de la luz de Jesús, para ayudarle, para cargan con una parte de su sufrimiento”».
Y esto resume lo que considero el fundamento de su misión: «Si un día llego a ser santa, seguramente seré una santa de la “oscuridad”. Seguiré estando ausente del Cielo para dar luz a quienes están en la oscuridad en la tierra...».
Así es como comprendió su oscuridad. Muchas de las cosas que dijo tienen más sentido y resultan más profundas ahora que sabemos esto.
--Entonces, ¿qué les dice usted a quienes califican su experiencia como una crisis de fe y que ella realmente no creía en Dios, o a quienes sugieren que su oscuridad era un signo de inestabilidad psicológica?
--Padre Kolodiejchuk: Ella no tuvo crisis de fe, o falta de fe, sino que tuvo una prueba de fe en la que experimentó el sentimiento de que ella no creía en Dios.
Esta prueba requirió mucha madurez humana porque, si no, no habría sido capaz de soportarla. Se habría desequilibrado.
Como dijo el padre Garrigou Lagrange, es posible experimentar simultáneamente sentimientos contradictorios entre sí.
Es posible tener una «alegría cristiana objetiva», como la llamó Carol Zaleski, y al mismo tiempo entrar en la prueba o sentimiento de no tener fe.
No hay dos personas aquí sino una persona con sentimientos a diferentes niveles.
Podemos realmente estar viviendo la cruz de algún modo --es dolorosa y nos hace daño--, y aunque la espiritualicemos esto no quita el dolor. Ahora bien, al mismo tiempo, podemos estar alegres porque estamos viviendo con Jesús. Y esto no es falso.
Aquí está el cómo y el por qué la madre Teresa vivió una vida tan llena de alegría.
--Como postulador de su causa de canonización, ¿cuándo cree que podremos llamarla santa?
--Padre Kolodiejchuk: Necesitamos otro milagro --hemos examinado algunos, pero ninguno es suficientemente claro--. Hubo uno para la beatificación pero estamos esperando el segundo.
Quizá Dios ha esperado que se publicara antes el libro, pues muchos tenían a la madre Teresa por santa pero era tan sencilla y se expresaba de una manera tan sencilla que no comprendían la profundidad de su santidad.
El otro día escuché hablar sobre ello a dos sacerdotes. Uno decía que él nunca había sido muy aficionado a la madre Teresa porque pensaba que era piadosa, devota, y que hizo obras admirables, pero que cuando oyó hablar de su vida interior, esto le cambió lo que pensaba de ella.
Ahora tenemos algo más que una mera idea de su evolución espiritual y una parte de su profundidad ha sido revelada.
Una vez que llegue el milagro, tardaremos al menos dos años, aunque el Papa podría acelerar el proceso si lo desea.
--¿Qué ha pasado con la Orden desde la muerte de la madre Teresa?
--Padre Kolodiejchuk: La Orden ha crecido casi en mil hermanas, de unas 3.850 a
4.800 hoy, y hemos añadido unas 150 casas en más de catorce países. La obra de Dios sigue.
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