Vuelve hoy con fuerte polémica la misa en latín
| Ciudad del Vaticano (EFE, ANSA) - El documento del papa Benedicto XVI que facilita la celebración de la misa en latín entrará en vigor hoy, entre los elogios de una parte de la Iglesia Católica y el recelo de otra.
El documento «Motu Proprio», publicado el pasado 7 de julio, subraya que el Misal salido del Concilio Vaticano II es el «normal» pero da a los sacerdotes la posibilidad de celebrar la antigua misa de San Pío V, conocida como tridentina, sin tener que pedir autorizaciones especiales.
De esta manera, desde hoy todos los sacerdotes que quieran podrán acoger la petición de los fieles de celebrar en sus parroquias la misa y el resto de celebraciones (bodas, bautizos, funerales) con el rito tridentino.
«Es un motivo de alegría para todos aquellos que aman la tradición y para todas las parroquias, en las que no habrá más divisiones», señaló ayer el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos.
Para el cardenal, «Benedicto XVI no quiere volver atrás, ya que el Concilio Vaticano II nunca prohibió la liturgia de Pío V», sino que ahora «se da la libertad al párroco de acoger la petición de los fieles que quieran que se celebre la misa con la tradición litúrgica anterior a la reforma».
El purpurado colombiano, que es presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, será el primero en aplicar el «motu proprio» al celebrar hoy mismo en el santuario de Loreto (noroeste de Italia) una misa con el rito en latín.
En un artículo del próximo número de la revista de la orden de los jesuitas, «Civilta Cattolica», se afirma que la « liberalización» de la misa en latín tendrá «un gran y positivo influjo sobre el mundo» y que servirá para «enriquecer la dos formas del rito romano».
En el artículo, los jesuitas aseguran que tienen confianza en que tras la entrada en vigor del documento papal se logre «unificar» los diferentes puntos de vista sobre el tema «que aún se muestran distanciados».
Por ejemplo, la Asociación Italiana de Profesores de Liturgia ha redactado un documento «de crítica constructiva» en el que da algunos consejos para evitar que el impacto de la utilización del Misal en latín pueda «generar divisiones y contraposiciones».
El presidente de la asociación, el sacerdote Filippo Resta, explicó que se puede correr el peligro «de un formalismo litúrgico» que «tenga consecuencias negativas sobre la calidad pastoral parroquial y la espiritualidad individual».
Los profesores de Liturgia presentan algunas dudas: «¿Serán misas ocasionales o serán introducidas en la agenda parroquial? Y, sobre todo, «¿ estarán los párrocos formados para celebrar la misa en latín?».
Para los profesores, es difícil que los párrocos de ahora estén preparados para celebrar una misa en latín, ya que se han formado con el rito del Concilio Vaticano II, y además «el latín ya no lo sabe casi ninguno».
Los medios de comunicación italianos afirmaron ayer que cardenales como Carlo Maria Martini o el arzobispo de Milán, Dioni Tettamanzi, «no son entusiastas» con el regreso de la misa en latín.
Por ahora, tampoco se han dado respuestas a las comunidades judías que mostraron su indignación por el uso del Misal en latín, donde se invita a la conversión de los hebreos.
En la misa en latín, una de las oraciones pide la conversión de los judíos al cristianismo, rogando a Dios para que elimine «la ceguera de este pueblo, para que, reconocida la verdad de tu luz, que es el Cristo, salga de las tinieblas».
En el documento de julio, Benedicto XVI pidió a los obispos que dentro de tres años le manden un informe para conocer cómo ha ido la medida y aseguró que «si salen a la luz dificultades serias, se buscarán soluciones». | |