SANTA ELENA, DESCUBRIDORA DE LA CRUZ DE CRISTO           
        |          |         |        SANTA ELENA ERA LA MADRE DEL EMPERADOR CONSTANTINO, EN CUYA CONVERSIÓN INFLUYÓ.  
 
 SIENDO ANCIANA PEREGRINÓ A TIERRA SANTA Y HALLÓ LA SANTA CRUZ DE CRISTO.  
        
MANDÓ CONSTRUIR UNA GRAN CANTIDAD DE BASÍLICAS.          |        
                      Estatua de Santa Elena        
 
 La Iglesia celebra su fiesta el 18 de agosto. 
 
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      VIDA    Nació hacia el 242 en Drepanum, llamada luego Helenépolis en    su honor. Según otra hipótesis desconocida en tiempos de Constantino,    fermentada en los conventos medievales y poetizada por Goffredo de Monmouth y    por los escritores del siglo XII, y expuesta todavía por E. Carte en su Historia de Inglaterra (vol. I, 149),    era hija de un rey de Britania. Allí la habría conocido Constancio Cloro,    general de las legiones de Bretaña, que la recibió como esposa. Pero la crítica    moderna, asintiendo con San Ambrosio, que la llama stabulariam, la hace hija de un tabernero (S. Ambrosio, o.c. en    bibl. 42)           Constancio Cloro era noble y bisnieto por su madre del    emperador Claudio. Ninguno de ellos eran cristianos. El matrimonio entre ellos    se celebró en el año 273 y al año siguiente nació en Naïssus (Dardania) su hijo    Constantino el Grande. La expresión    de Eutropio ex obscuriore matrimonio,    eius filius, mal interpretada por Zósimo dio pie a la creencia de que Santa    Elena no fue legítima esposa, sino concubina de Constancio; debe en cambio    verse en la frase una alusión al humilde origen de Elena.           
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        |        Santa Elena  |        
     En el año 293 los emperadores Diocleciano y Maximiano    nombraron césares a Galerio y a Constancio Cloro. Para estrechar los lazos de    la política con vínculos familiares, como se hacía de antiguo en Roma,    Maximiano adoptó por hijo a Constancio, otorgándole la mano de su hijastra    Teodora. Pero el emperador exigió previamente el divorcio entre Constancio y    Elena, prueba de la manifiesta legitimidad de su matrimonio.         Desde este año hasta el 306, en que a la muerte de    Constancio es nombrado césar su hijo Constantino, Elena vivió seguramente en    Tréveris, bajo los efectos del repudio de un hombre al que amaba y alejada de    su hijo que derrochaba valor en los campos de batalla. Una de las primeras    preocupaciones de Constantino cuando toma el título de Augusto (307) fue llevar    a palacio a su madre, a quien al quedar él solo como Emperador (324) asoció a    sí con el título de Augusta, o Emperatriz.            Seguramente fue durante los años de abandono y de soledad    cuando Elena se hizo cristiana. Al volver, ya cristiana, a la corte de su hijo    el emperador, hubo de procurar desde luego que Constantino abrazase la fe.            En el palacio imperial vivió sencillamente, hasta el punto    que San Gregorio pudo decir: “su    encantadora modestia enardece de entusiasmo a los romanos”. Animó a su hijo    a la construcción de templos para la gloria de Dios. Constantino le confió la    administración del erario imperial, y acuñó monedas con la efigie de su madre    orladas con la inscripción FLAVIA IVLIA HELENA.      
    
    DESCUBRIMIENTO DE LA SANTA CRUZ Y CULTO          
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        |        Santa Elena |        
     Ya muy anciana, deseosa de venerar los lugares santificados    por la presencia de su Salvador, fue a Tierra Santa, buscando todos los    vestigios cristianos. Tuvo la fortuna de encontrar y distinguir por repetidos    milagros la Cruz del Redentor.            Sobre los lugares santos levantó espléndidas    basílicas, así en el Calvario, en el Olivete, en Belén. Terminada su    peregrinación, volvió junto a su hijo, en cuyos brazos murió el año 328 ó 329.                  Fue sepultada en la Via Labicana, iglesia de los mártires Pedro y Marcelino, en    un mausoleo cilíndrico de ladrillo, del que todavía quedan algunas ruinas, en    el pueblo Torre Pignattara. Allí se encontró el estupendo sarcófago de pórfido,    bellamente esculpido, que ahora se encuentra en los Museos Vaticanos.      Su culto    comienza tardíamente. San Ambrosio, San Paulino de Nola y Teodoreto le tributan    grandes alabanzas, pero nunca la llaman santa. Este título lo recibe en el    siglo VII en Constantinopla, y en el siglo IX en Occidente. Su fiesta se    celebra el 18 de agosto.               Fuente: J. Guillén Cabañero, Gran Enciclopedia Rialp. |