5 AÑOS PRESO
5 AÑOS PRESO
Cumplí ya 5 años como prisionero político o perseguido por la Fe. Fe  en la Constitución, en el cumplimiento de órdenes superiores y por estar  ideológicamente enfrentado al terrorismo (que es el propio Satanás),  así lo expresó nuestro Obispo Emérito al proclamar a San HÉCTOR  VALDIVIELSO SÁEZ (primer santo argentino), como nuestro patrono.
Nuestro País se encuentra en un clima negativo de tensiones que no  aseguran la paz social. Hay hipocresía, fuimos discriminados  jurídicamente alterando el derecho (Argentino y mundial) aplicando la  retroactividad de la ley penal. Se anularon indultos al punto que los  estragos y asesinatos masivos causados por los terroristas son actos no  condenables y se fabricó la visión casera de los llamados delitos de  lesa humanidad, excluyendo al terrorismo, negando a los militares toda  exculpación por el juramento de obediencia debida sin el cual sería  imposible actuar y comandar una guerra.
El gobierno constitucional en 1975 ordenó a las FFAA “aniquilar a la  guerrilla” firmando esa orden sus máximos dirigentes pertenecientes al  mismo partido que hoy nos gobierna y apaña a los subversivos, los  destaca como personalidades, los acoge en el gobierno y hasta les paga  abundantes indemnizaciones. A la vez nos mantiene detenidos. Somos  detenidos, procesados y condenados en un ejercicio de venganza  disfrazada de justicia.
Ningún País repudió a su Ejército por lo que le exigieron sus  gobiernos. Ni Francia por lo de Argelia, ni Alemania por las matanzas en  Rusia, ni Rusia por las masacres de Polonia y Berlín, ni EEUU por  Hiroshima. Se pierden energías en la banalidad de las venganzas y en la  ilusión de muchos derrotados persistentes que quieren transformar a  nuestras FFAA en milicias organizadas con ideas muertas y enterradas.  Urge aunarnos en la conquista del futuro inmediato, no se puede engañar a  todos todo el tiempo y no se puede humillar a nadie tanto tiempo (ABEL  POSSE).
La Argentina va en jet hacia la catástrofe, con FFAA diezmadas con el  objeto enconado que ya no tiene que ver con “castigo a los represores”,  sino en su demolición total. No se trata de olvidar, sino de renunciar a  la venganza, en un País que llega a la indefensión nacional para  castigar a unas FFAA por hechos sucedidos hace casi cuatro décadas.
No quieren ni justicia ni reconciliación, solo venganza y miedo,  miedo a la verdad, a que se sepa que muchos de los desaparecidos  reaparecieron para cobrar jugosas indemnizaciones olvidándose de quienes  lo defendieron. Es el miedo de muchos jueces, querellantes y fiscales a  que se acabe el negocio de juzgar y condenar a los militares, es el  miedo de muchos ciudadanos comunes que aplaudieron el golpe como si  fuera la llegada del Mesías, de aquellos que decían “por algo será” y  pedían degüello para los terroristas y hoy tienen miedo que se los  recuerde, es el miedo contagioso e infame que se convierte en moneda de  extorsión para jueces, periodistas, políticos, empresarios y ni hablar  de los lacayos uniformados que por mantener una ilusión de poder olvidan  a sus camaradas hoy presos injustamente. Es el mismo miedo que alimenta  la persecución
El pasado es mirado con un ojo tuerto donde las FFAA recibimos el  repudio sentados en el banquillo de los acusados y los terroristas están  en el gobierno y son considerados héroes. Hasta hemos escuchado que el  fallecido dijo: “Todos somos hijos de Hebe” … sobran las palabras. ¿Cómo  dejar afuera a los que en nombre de la libertad, asesinaron a mansalva?  Pareciera que nuestro País hoy prefiere chapotear en un eterno  barrizal.
El Estatuto de Roma fue quién tipificó los delitos de lesa humanidad  estableciendo que estos pueden ser cometidos tanto por agentes del  Estado como por organizaciones. Me pregunto: ¿Eran el ERP, MONTONEROS v  otros grupos armados organizaciones, o no? Nuestro País K con su  justicia prevaricadora e influenciable lo niega inescrupulosamente.
Fuimos las FFAA, Policiales y de Seguridad quienes arriesgamos  nuestras vidas combatiendo contra las organizaciones terroristas  armadas, cumpliendo órdenes emanadas del gobierno constitucional.  Terminemos con la hipocresía. Se debe reconocer que fueron los  terroristas subversivos quienes atacaron en el marco de una guerra  revolucionaria, iniciada y elegida por ellos, y que hoy se están  manejando impunemente, con un halo de legalidad y esto tarde o temprano  terminará afectándonos a todos. Nuestra democracia se está convirtiendo  en la fachada virtual de un estado tiránico virtual oculto.
Es necesario reclamar que los jueces ajusten sus fallos a derecho,  que respeten la declaración de derechos y garantías de nuestra  Constitución Nacional, que terminen de crear jurisprudencia para luego  citarla como fuente de derecho con el fin de servir de herramienta al  designio del poder político de turno.
Los hoy presos políticos nos sentimos desprotegidos por nuestras  Instituciones que nada hacen y aceptan en silencio que a sus hombres nos  enrostren delitos inexistentes en el momento de los hechos no  respetando el principio de igualdad ante la ley, el principio de  inocencia, la cosa juzgada, la irretroactividad ni las prescripciones,  todos ellos principios básicos del derecho.
Los magistrados aceptan a testigos comprometidos autodefinidos como  testigos de cargo, ignorando la falsedad de sus testimonios y las  denuncias orquestadas a más de 34 años de los hechos, como si se tratase  de terceros ajenos, sin intereses políticos o económicos, justificando  la lucha armada o percibiendo parte de los 1700 millones de dólares de  indemnizaciones que ya llevan cobrados.
Reconozco que estos 5 años se me están haciendo pesados, pero me auto  impuse seguir mirando hacia arriba. La tristeza mira hacia atrás, la  preocupación mira alrededor, la depresión mira hacia abajo, pero la fe  mira siempre hacia arriba.
Esto me recuerda algo que leí en un folleto (“Venid a mí”) que dice  así: Si pones un buitre en un cajón de 2×2 completamente abierto en la  parte superior, pese a su habilidad para volar no saldrá de allí, la  razón es que el buitre comienza su vuelo desde el suelo con una carrera  de 3 a 4 metros, sin ese espacio no intentará volar y quedará prisionero  de por vida en esa cárcel sin techo.
El murciélago que vuela por todos lados durante la noche, no puede  elevarse desde un lugar a nivel del suelo, en esa celda abierta arriba  todo lo que puede hacer es arrastrarse indefenso pero no volará.
La abeja al ser depositada en un recipiente abierto permanecerá allí  hasta morir, nunca ve la posibilidad de escapar que existe arriba y  persiste en encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos  al fondo.
Nosotros en muchas formas somos como el buitre, el murciélago y la  abeja. Lidiamos con nuestros problemas y frustraciones sin darnos cuenta  que todo lo que tenemos que hacer es ver hacia arriba y El nos dará  esperanza. Esa es la gran expectativa que abrigamos todos los creyentes.  Cuando tenemos una esperanza, algo que movilice nuestro corazón,  podemos tolerar la adversidad del presente. Si no espero nada todo se me  hace más pesado y desolador y precisamente, en este momento difícil,  viendo tanta injusticia debo creer en la esperanza y me doy cuenta  cuales son las cosas valiosas de verdad en la vida y cuáles son los  verdaderos amigos.
Para poder vivir y sacar fruto de estos momentos necesito esperanza.  Una esperanza qua vaya más allá de decir “ya va a pasar”. Debo  incrementar mi esperanza en Dios. Este sin dudas, es el camino. Pedirle  al Señor que me sostenga en la esperanza, porque el dolor vivido desde  la fe es enriquecedor. Lo que cura el hombre no es esquivar el  sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptarlo,  madurar en el y encontrar en ella un sentido mediante la unión con  Cristo. El nos acompaña hasta el fin.
Recuerdo aquí la última estrofa de la marcha de los Presos Políticos que escribió el profesor BARBERA que dice:
“Y SI CRISTO NACIÓ CON SU MUERTE Y EN LA LUCHA DEBEMOS MORIR, PREFERIBLE LA CRUZ DEL CALVARIO QUE SIN PATRIA Y SIN DIOS VIVIR”
 
  
Eduardo R. Cabanillas
General de División (R)
Preso Político
General de División (R)
Preso Político
 
 
 
