´Prensa Independiente´ - Edición semanal- 12 d e octubre del 2006 - Nro. 729
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"PRENSA INDEPENDIENTE"
- República Argentina -
"La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma
Representativa, Republicana Federal..."
Síntesis de prensa - ´ Edición Semanal´
12 de octubre del 2006
Año 7to. - Número 729
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"La venganza es tan eficaz para apagar pasiones
como el agua de mar para calmar la sed."
Walter Wecker
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Índice
1 - Notas de lujo I - ¨Panorama político semanal¨ - Por Gabriela Pousa: "Arrepentidos y herejes abstenerse".
2 - Notas de lujo II - Por Malú Kikuchi: "Militares y militantes: todos ciudadanos".
3 - Impagables de Jorge Asís: "Malevaje" - Para resistirse, hoy, "hay que ir a misa, e hincarse a rezar". Tío Plinio querido...
4 - Cartas de lectores - Por Jorge Norberto Apa: "La noche de los lápices". Otra gran mentira.
5 - De ´La Nación´ - Cartas de lectores - Por Horacio Bicain: "Apología del delito", en un claustro de una universidad pública.
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1 – Notas de lujo I
¨Panorama político semanal¨ - 1º de octubre de 2006
Por Gabriela Pousa:
"Arrepentidos y herejes abstenerse"
"Después supe… ¡Hay tantas cosas que se saben después! Todas las que hubiesen cambiado mi vida de haberlas sabido antes" Silvina Bullrich
Posiblemente toda evaluación sobre el Gobierno Nacional resulte, a esta altura, redundante y termine por llevar al lector a los límites de un hartazgo peligroso. Sin embargo, hay conceptos que vale la pena rescatar para evitar confundir los escenarios. Por un lado, es dable afirmar que no han sido los jueces y testigos de un determinado caso los únicos amenazados.
El país entero está amenazado hace ya un tiempo y sobre él continúan esparciéndose amenazas cotidianas.
En primer lugar, la institucionalidad. La representación y la necesaria independencia institucional en la Argentina están perdida como lo está Jorge Julio López y nadie, parece dar con su paradero. ¿Hacia adónde rumbeamos? No lo saben en el Gobierno y la oposición, tal como está planteada en estos días, tampoco da señales de saberlo.
Intentar una fuerza alternativa más que una corriente opositora se ha tornado utopía. Todos aspiran a todo y, al unísono, ninguno quiere riesgos.
Pero no hay política con seguro, menos aún sin determinación. Los dirigentes políticos no quieren entenderlo. En consecuencia, las figuras extra-partidarias empiezan a cobrar fuerza. Pero, ¿acaso saben éstas hacia dónde enfilar? Algunas ideas hay, y en un escenario dónde éstas escasean, un argumento medianamente sustentado pasa a ser la mejor moneda.
El fracaso de la políticos a empujado a otros sectores a involucrase. Misiones es un caso concreto. No es sólo la voz oficial la que debe manifestarse. Sin embargo, la política no es para improvisados…, por algo estamos como estamos.
En este escenario, la inseguridad ha comenzado a convocar figuras que bregan por políticas tendientes a reparar la desidia oficial. De allí a plantear un orden a nivel institucional, el camino es más corto pero no fácil. El país no es un club social y deportivo a cuya presidencia cualquiera puede llegar. O no debería serlo…
Sin duda, el actual mandatario concibe a la Argentina como un feudo razón por la cuál las provincias van perdiendo, día tras días, mayor independencia y los gobernadores necesitan de los fondos que se manejan en Balcarce 50 para la supervivencia. Sin embargo, esos fondos a veces no bastan y es entonces cuando las papas queman.
No alcanza la famosa "caja" del oficialismo para determinar la suerte de un testigo. ¿Para qué alcanza? Para armar una parafernalia en torno al mismo y, a falta de proyección de futuro, retroceder en el tiempo donde todo ya fue hecho. Y deshecho…
El tema cansa. La opinión pública puede estar desvelada por el paradero de aquel hombre pero la política está interesada en ver como se "zafa". Para ello está la maquinaria montada. Para la dirigencia no es López el problema. Y para la sociedad, el drama sigue siendo la inseguridad. En la Argentina nadie está seguro de salir y volver sano y salvo a su casa.
Pasó la marcha de Juan Carlos Blumberg, pasan hordas y hordas de policías por las filas bonaerenses y nada cambia. ¿Con qué parámetros se hace la depuración? También, como López, las estadísticas desaparecen y las respuestas tardan.
¿Qué pasa? En el trance por enarbolar el pasado como política de Estado, se ha perdido noción de presente y en consecuencia, el "hoy" es un adverbio vano. Mientras se juzga el ayer, el "ahora" se desvanece y para "mañana" falta siempre demasiado…
¿En el transcurso, el Gobierno qué hace?: Investiga, saca a relucir fotos viejas y después se arrepiente. No hay política sin arrepentidos confesos o confesados. Se arrepiente porque las cosas se les van de las manos. La Argentina no tenía un sistema de protección de testigos pero igual se avanzó en juicios… ¿Ahora? A pasarse la pelota.
La culpa es de la provincia de Buenos Aires. La reelección de Felipe Solá al freezer mientras la de Carlos Rovira en Misiones avanza con todos los avales y bendiciones oficiales. Es esta "igualdad" política que se practica… muy parecida a la "igualdad" jurídica argentina.
Destruidos las estructuras partidarias, colapsados los poderes de la República y diezmadas las Instituciones, ¿qué queda? El coraje de los de afuera y alguna ayuda divina. Así es como la política entra a la Iglesia (o viceversa). El Gobierno reacciona no sólo desde la diatriba de atril del Presidente sino con una propuesta indecente , poco confesa y menos efectiva que efectista… Se trata de dejar sin fondos públicos al clero.
Una decisión de la Legislatura bonaerense podría terminar con algunos beneficios como las becas para seminaristas, subsidios para viajes al extranjero, entrega de tierras fiscales giros mensuales para mantenimiento de edificios y jubilaciones especiales para monjas concedidos a la Iglesia en los ochenta. Hasta ahora, el Estado bonaerense debía girar unos 890 mil pesos por año a los establecimientos eclesiásticos.
Nadie sabe a ciencia cierta si es la voz del cardenal Bergoglio o las declaraciones misioneras de Juan Piña lo que han llevado al Gobierno a empezar a discutir estos temas.
La excusa oficial no es nueva, menos aún original: "Económicamente es muy poca plata, pero la iniciativa tiene toda una explicación político-ideológica. Si no podemos rever la legislación de la dictadura, no podemos cumplir con lo que nos pidieron al votarnos", confesó la diputada kirchnerista Liliana Di leo encargada de promover esta idea. "Derogar esos decretos es un resarcimiento para los demás bonaerenses que no tuvieron esos privilegios" Es el concepto de "igualdad" que siempre tuvo el Gobierno.
Ahora bien, a un gobierno que tanto parece gustarle la historia no le vendría mal recordar los tiempos en que el peronismo decidió meterse con la Iglesia. Dos mil años de poder podrían haber enseñado que hay cosas con las que no se juega. El fuego quema…
Con ese mismo "ideal" (o pretexto) de "igualdad" se lleva a cabo la política de "derechos humanos"… Así es como hoy, el albañil Julio Jorge López no es un "privilegiado" ¿?Pareciera que todo cuanto respiró en los setenta debe desparecer de la faz de la tierra y en contrapartida dejar el espacio a…, a quienes propiciaron que los setenta tengan hoy, paradójicamente, tanta presencia… No, no es un juego de palabras. Es política.
En ese marco se trata de instaurar tribunales "ad hoc" con fiscales "ad hoc"… contradiciendo la constitucionalidad argentina pero conforme a los ideales setentistas.
Mientras tanto, la relación del Ejecutivo con el empresariado tambalea y la presión a la petrolera Shell aparece como sinónimo de la "libertad de empresa" según la lógica kirchnerista. Nada aumenta hasta que la reelección esté completa. Después…
Parece que no hay después en la Argentina. ¿O después son los setenta…?
Gabriela Pousa
Analista Política. Lic. en Comunicación Social (Universidad del Salvador) Master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE) Queda prohibida su reproducción total o parcial sin mención de la fuente.
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2 - Notas de lujo II
Por Malú Kikuchi:
"Militares y militantes: todos ciudadanos"
La Argentina es un país curioso, adecua el sentido de las palabras al tiempo. No es lo mismo decir "militar" (sustantivo), hoy, que haberlo dicho en los finales de los 70. Ni tiene el mismo significado que en los 70 la palabra "militante". Y sin embargo, el idioma no cambió, las palabras, descriptivamente, tampoco cambiaron.
Los tiempos políticos hicieron cambiar la percepción que las personas tienen de lo que significan esas palabras. En los 70, ser un militar era prestigioso, socialmente hablando, y denigraba el hecho de ser un militante. Hoy, en referencia a los 70, es exactamente lo contrario. ¿Qué cambió? Cambió de manos el poder.
Militar es aquel que se dedica al servicio o profesión militar. Es una persona que se prepara para la guerra y está dispuesto a defender su patria en caso de ser necesario.
Militante es el miembro de un partido (político o religioso o social) que participa activamente de las actividades del mismo.
Tanto la palabra "militar" como la palabra "militante" tienen el mismo origen, "milicia". Milicia, del latín, quiere decir: 1)arte de hacer la guerra y de disciplinar a los soldados para ella, 2) servicio o profesión militar, 3) tropa o gente de guerra. Deriva de "mil", el número ideal del ejército romano, el decurión tenía 10 soldados bajo su mando, el centurión 100. El ejército, como entidad social, nace en Roma, y está compuesto por el pueblo organizado para la guerra. De donde se desprende, que en un principio, militares y militantes, todos ellos parte del pueblo, estaban del mismo lado.
Estaban, militares y militantes, del mismo lado. A tal punto estaban del mismo lado que cuando Cayo Mario (156 a 86 AC), primer Cónsul plebeyo, se hace cargo del ejército romano, incorpora a los pobres, a los que no pagaban impuestos, a los "proletarios", a los que sólo podían aportar "la prole". Y ese fue el principio de la igualdad entre los ciudadanos romanos.
La Argentina a mediados de los 70 vivió una guerra civil. Militares y militantes de izquierda se enfrentaron de la peor de las maneras. Errores y horrores se sucedieron de los dos lados. Enormes errores, monstruosos horrores.
La guerra de los 70 terminó con el triunfo de los militares. Triunfaron con las armas, perdieron en los medios. En los 70, al tener los militares la suma del poder, nadie pudo cuestionarles nada.
Pero llegó la democracia y con ella, llegaron los juicios a las Juntas, llegaron las condenas, llegaron las leyes del punto final y de la obediencia debida.
Cambió el gobierno. Llegaron los indultos para un lado y para el otro. La mayoría de los Argentinos empezó a olvidar. Las heridas comenzaron a cerrarse, de un lado y del otro.
El tiempo pasó, volvió a cambiar el gobierno. Hoy, los que perdieron con las armas ocupan el poder político. Y los perdedores juzgan a los vencedores.
En el juicio a Miguel Etchecolatz, subjefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en los 70, un testimonio clave para su condena, fue el del testigo Jorge Julio López. López, albañil jubilado, 77 años, desapareció de su casa el domingo 17 de septiembre y desde entonces no se sabe nada de él. Curiosamente, un testigo de vital importancia en el tema de los DDHH, tan caro a los gobiernos nacional y provincial, no tenía nadie que lo custodiara ( Pontaquarto tiene 3 custodios permanentes). Y es a partir de la desaparición de López que se suceden las diferentes versiones dadas a determinadas palabras.
Todo el mundo opina, se preocupa, se ocupa, habla, elabora hipótesis sobre la desaparición de López. La abogada de López, cuando pronuncia la palabra "militante", con la connotación de los 70, lo hace con unción, como rozando algo muy sagrado. Cuando los representantes de las organizaciones de DDHH dicen que López fue un "militante" montonero, la religiosidad del término desborda los medios de comunicación.
Cuando Hebe de Bonafini expresa que López no era un militante en los 70, el desprecio enloda la figura de López.
Cuando Bonafini acusa a López de haber sido, ¡horror! hijo de un comisario, hermano de un policía y de vivir en un barrio habitado por policías, la palabra policía se convierte en una cosa rastrera, sucia y maligna.
Las palabras no tienen la culpa. Ser un militante no es en si ni bueno ni malo. Significa actuar activamente a favor o en contra de algo. Es el a favor de qué o en contra de qué, lo que puede ser calificado de bueno o de malo. Ser policía es formar parte de una honrosa profesión, que se presupone al servicio de la comunidad. El hecho que haya buenos o malos policías no implica una adjetivación sobre la carrera policial en si.
No son las palabras, son las personas. No son las palabras, es el tono con que se dicen, es el trasfondo político con que se dicen, son los tiempos en las que se dicen.
Los militares eran buenos. Los militantes eran malos. Hoy los militares son malos y los militantes son buenos.
Hubo y hay militares buenos y malos. Hubo y hay militantes buenos y malos. Todos los ciudadanos no son militares, pero todos los militares son ciudadanos. Todos los ciudadanos no son militantes, pero todos los militantes (de lo que sea) son ciudadanos. Hay un número reducido de integrantes de las FFAA y contabilizando a sus familiares se está alrededor del millón de personas.
Los militantes de las organizaciones de DDHH, más la suma de toda la izquierda Argentina, no tienen peso electoral. Militares y militantes, numéricamente, son pocos.
Entre militares y militantes, todos ellos ciudadanos, están los millones de ciudadanos de a pie que no tienen nada que ver con ellos. Millones de ciudadanos obligados a toda hora a participar, sin querer, de una guerra terminada. Millones de ciudadanos obligados a tomar partido, aunque no quieran ni tengan porqué hacerlo.
Millones de ciudadanos, ni militares ni militantes, sumergidos en el túnel del tiempo, atrasando los relojes 30 años. Millones de ciudadanos que intentan ingresar al siglo XXI y no se les permite.
El planeta Tierra avanza en tecnología, en sistemas de aprendizaje, en biología, en comunicación, en nuevas formas de energía, y los ciudadanos argentinos, ni militares ni militantes, y los ciudadanos argentinos militares y los ciudadanos argentinos militantes, todos, condenados a repetir los años 70 como en una infinita y reiterada pesadilla.
Lo único nuevo en la muy vieja historia de los 70, historia que los Argentinos son obligados a repetir interminablemente, es la adjetivación agregada a las palabras "militares" y "militantes".
Considerando que todos los Argentinos, militares y militantes (pocos) y los demás millones (muchos), son ciudadanos ; ¿podría el Gobierno permitirles entrar al 3º milenio? ¿Sería posible enterrar los 70 en los 70 y avanzar en el tiempo? ¿O será que el tema de los 70, el tema de los militares versus los militantes, el escarbar en el pasado una y otra vez, provee de distracción suficiente como para no indagar sobre lo que sucede hoy?
Militares y militantes son dos palabras chiquitas. Sin embargo, hoy alcanzan para tapar una inflación contenida, las valijas de Southern Wings, los desaparecidos millones de Santa Cruz, la falta de transparencia en el manejo de los subsidios, las renuncias de 143 jueces, los superpoderes inconstitucionales, el malestar internacional con el país, la creciente brecha entre ricos y pobres, el manejo discrecional del Consejo de la Magistratura, los DNU porque si, los aprietes a la prensa, el dólar sobrevaluado, la falta de inversiones, los impuestos astronómicos, el progresivo lavado cerebral en la enseñanza, la acumulación de poder, el desprecio por las instituciones ... y ... y ...
Militares y militantes; todo se tapa con esas dos palabras. ¿Hasta cuando? Hasta el domingo 28 de octubre de 2007. Entonces, los ciudadanos, todos, tendrán la palabra. Una palabra sin adjetivos: el voto. Los ciudadanos votarán.
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3 – Impagables de Jorge Asís - 9 de octubre de 2006
"Malevaje"
Para resistirse, hoy, "hay que ir a misa, e hincarse a rezar".
Tío Plinio querido,
Para resistirse a Kirchner habrá que meterse en la iglesia.
Es la penúltima alternativa. Sabiamente la sugirió, en 1929, Enrique Santos Discépolo. Con el tango "Malevaje":
"Ya no me falta/ pa´ completar/
más que ir a misa/ e hincarme a rezar".
El Gran Empomador
Vulgarcito, tío Plinio querido, es un Gran Empomador. Sabe envolver a la sociedad escandalosamente trivializada.
Ante el crecimiento imponente del hartazgo, Kirchner envuelve igual, con su retórica de papel de diario. Parece contundente, incluso invulnerable. Pero se le puede desgarrar la impostura banal de la hegemonía . Hacer un bollito con su envoltorio. Y desplazarlo, en la primera de cambio, hacia el cesto de la historia.
Resulta ofensivo tanto primitivismo conceptual. Útil, aunque sorprenda, para manejar la agenda ideológica del semejante. Y lograr la proeza de construir la oposición funcional que necesita. A la medida exacta del dictamen de su voluntad.
Aún no se entiende, al escoger como adversario al Cardenal Bergoglio, que Kirchner degrada, hasta minimizarlos, a la totalidad de referentes funcionales. Los que suponen representar la oposición real. Es innecesario nombrarlos.
Con la precaria perfección del envoltorio, El Gran Empomador impone, por ejemplo, que aquel que no está adentro de su paquete, es una especie de defensor del Terrorismo de Estado.
O un clerical fundamentalista, casi maurrasiano. De los purificados que se debaten, desde los estamentos medievales de la irracionalidad, por prohibir el progresismo revolucionario del aborto.
O es un moralista especulativo que mantiene, para hacerle una guiñada de luces al Vaticano, cierta visión hipercrítica, más bien hipócrita, acerca de la pecaminosidad del preservativo.
Así que, aquel que no lo aplaude o no se agarra a los flecos de su Caja, está perdido.
Sólo resta "hincarse a rezar". Confiar sólo en el coraje cívico de los curas. Los que debieran estar para otra cosa. De ningún modo para marcar la intrascendencia de la civilidad.
Como aún no alcanza para vencerlo, habrá que conformarse, tío Plinio querido, con la impotencia perversa de esperarlo. Las genialidades de su procacidad resultaron útiles, al fin y al cabo, para santacrucificar la Argentina entera. Con mayor facilidad que a la provincia aportadora del neologismo.
La coherencia
"Es un monstruo", suele evaluar, admirablemente, el positivista veneciano Martiniano Picca Benedettini. "Está a un campo de distancia del resto".
Conste que Kirchner atravesó, la totalidad del Proceso, preocupado por el fortalecimiento consagratorio de la alcancía . Puso la firma, a menudo, en escribanías. Jamás en un petitorio declamatorio de humanismo. Y sólo enfrentó el riesgo de la desaparición de un plazo fijo.
Sin embargo Kirchner se destapa, 30 años después, como si fuera Antonio Das Mortes, El Matador de Cangaceiros, de la filmografía de Glauber Rocha. La película que tanto apasionaba al amigo muerto, Eduardo Mignogna.
Kirchner se transforma en El Justiciero que llega del sur. A enchastrar, con su champú utilitario de verdad y justicia. Hasta alcanzar la perfección del simulacro, que le permite ocultar su inclaudicable coherencia.
Porque continua, aunque en euros, con la regularidad del llenado de alcancías. Fortalece, en definitiva, el máximo objetivo movilizador. El Sistema Recaudatorio de Acumulación.
El óbolo
"Es un campeón. No hay con qué darle. Se los lleva puestos a todos, como un guante", insiste el pensador Picca Benedettini, mientras devora una pizza napolitana.
El simulacro le cierra. Le resulta redituable, para Artemiópolis, la explotación de las ceremonias mohosas de la tragedia. Sirven para mantener, en el bolso, a los choripaneros, próximamente frustrados, del progresismo.
Como le resulta redituable, para "construir poder", la estoica berretada del maltrato feroz.
O el Látigo Coggi de La Caja. El Instrumento eficaz para domesticar la blandura pragmática del peronismo. O para colonizar a los radicales más misericordiosos.
Y hasta le resulta redituable atemorizar a la blindada nomenclatura de los sensibles empresarios. Los cuales, vaya paradoja, consumen con entusiasmo, por ejemplo, esta epístola. La reenvían, casi en la clandestinidad, aunque se muestran, en general, temerosamente incapaces para ofrendar, hacia las arcas del sobrino que les aporta línea, algún óbolo.
Ensalada de décadas
Entonces Kirchner empoma, como puntualiza el pensador italiano, al resto de la clase política. Los desorienta, con su agridulce ensalada de décadas.
¨ Con gigantesca audacia Kirchner reinstaura, en los dos mil, el simulacro de la problemática de los setenta.
¨ Mientras tanto degrada, con énfasis, a los noventa.
¨ Pero ocurre que lleva al país hacia el naufragio de los ochenta.
No sólo por la efectividad demagógica del tráfico humanitario. Temática que curtió, infinitamente mejor, Alfonsín. Cuando resultaba más dificultoso tratarla. Cuando los acusados se encontraban vencidos pero fuertes. Y con veinte años menos.
Kirchner impone un regreso a los ochenta por la catastrófica actualidad de los servicios públicos.
En el país petrificado se discute, hasta la monotonía y el hartazgo, sobre los tormentos, el genocidio y los Montoneros . Pero el negocio más redituable consiste en vender los olvidados grupos electrógenos. A montañas pueden encontrarse los superados generadores. Hasta en supermercados.
Mientras se estimula artificialmente, con la búsqueda mediática de la Verdad, pronto habrá que encarar alguna inversión de riesgo . En velas.
Hacer gimnasia en escaleras. Diagramar colas apasionantes, como en aquellos ochenta, por el combustible, mientras las mangueras, en los surtidores, van a lucir como bufandas. Con el bidón en la fila del habitante racionado. Con desfiles cotidianos por diversas estaciones de servicio, para conseguir cinco litros de gasoil.
Aunque Kirchner se fotografíe, con el grotesco del casco, junto a De Vido, habrá que suplicar que no vengan seguidos muchos días de calor. Para el verano ochentista que se aguarda, no habrá, por televisión, siquiera el consuelo del fútbol nocturno.
"Ir a misa", como en Malevaje, e "hincarse a rezar". Se le dijo, al comienzo, tío Plinio querido, que es la penúltima alternativa.
Aún queda otra. Desenmascarar las claves del juego. Con el objetivo de aniquilar políticamente al Gran Empomador. Y empomarlo.
Habrá que lanzar, con la perversidad necesaria, otro proyecto. Usted, hombre pacientemente sabio, siempre enseñó acerca de la inconveniencia de la ansiedad. El ansioso, decía, siempre pierde.
Entonces no quiera saber ya cuál es el proyecto. O cómo se lo va a empomar. Dígale a tía Edelma, que sus innumerables amigas tendrán que ponerse el casco. Como ella.
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4 – Cartas de lectores
Por Jorge Norberto Apa:
"La noche de los lápices". Otra gran mentira.
Señor director:
Los medios de comunicación social se están refiriendo a un episodio de la guerra contra la subversión terrorista, deformando totalmente el rol de quienes formaban parte de la organización Montoneros, presentándolos como jóvenes inocentes que bregaban por un boleto estudiantil.
Del libro "Montoneros. Soldados de Menem. ¿soldados de Duhalde?" de la escritora Viviana Gorbato, en una entrevista al "ex oficial del Ejército Montonero" Jorge "Chiqui" Falcone, hermano de la principal protagonista del episodio, María Claudia Falcone, (dirigente de la UES en la ciudad de La Plata), he extraído algunos párrafos que permiten ubicar los hechos en su real dimensión y no como parte de la falaz propaganda setentista, como lo fueron el libro y la película realizada sobre el tema.
¨ … "Cuando sucede lo de María Claudia, yo formaba orgánicamente en Montoneros en el área de Prensa…"
¨ "Mi hermana no era una chica ingenua que peleaba por el boleto estudiantil. Ella era toda una militante convencida -afirma con orgullo Jorge Chiqui Falcone- manifestando su oposición absoluta a la versión Light de los jóvenes ingenuos"
¨ .."Nadie nos usó ni nadie nos pagó. No fuimos perejiles como dice la película de Héctor Olivera que yo mismo asesoré hasta donde pude. Nadie nos escribió los libretos. Fuimos a la conquista de la vida o la muerte".. " En el departamento donde cayó mi hermana se guardaba todo el arsenal de la UES de la Plata"
¨ …"Cuando se dio la película, fui llevado en andas junto con Pablo Díaz, hasta el Obelisco. Allí dije que mi hermana estaba en la clandestinidad con un documento trucho y que respondía a una organización nacional revolucionaria. Eso puso nervioso a todos. No querían escuchar más esas cosas.
¨ …" Mi hermana no era una Caperucita Roja a la que se tragó el lobo, aunque tampoco tengo la intención de convertirla en una guerrillera heroica. Era una militante convencida..Era miliciana . La gente que tenía conducción en el colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar"
Jorge Falcone, de profesión publicista, estaba casado con Susana Estela Carlotto, hija de la presidenta de las "Abuelas de Plaza de Mayo". Escapado en 1976, volvió en la llamada "Contraofensiva" de Montoneros del 79/80.
En realidad Pablo Díaz no fue el único sobreviviente. El diario Página 12 publicó el 16 de septiembre de 1998 un reportaje a Emilce Moler, ex UES de Montoneros, donde expresaba que ella y Gustavo Calloti (radicado en Francia), conjuntamente con otra mujer con domicilio en La Plata, eran los sobrevivientes de lo que, la propaganda de los derechos humanos unidireccionales dio en llamar "La Noche de los Lápices" .
Señores, por favor, basta de mentir y deformar la historia con fines políticos e ideológicos.
Grl Br ( R ) Jorge Norberto Apa
jorgeeneapa@ciudad.com.ar
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5 – De ´La Nación´ - Cartas de lectores
Por Horacio Bicain:
"Apología del delito"
Señor Director:
"En un matutino, leí un artículo en el que se informó sobre un homenaje hecho en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA a tres integrantes de la organización Montoneros que el 5 de octubre de 1975 (gobierno constitucional) participaron en el brutal ataque al Regimiento 29 de Formosa, con pérdida de vidas, como fue de público conocimiento.
"Si bien por una particular interpretación de nuestra Justicia esos delitos hoy estarían prescriptos o no son de lesa humanidad , el hecho en sí existió y fue a todas luces un violento delito, no borrado ni amnistiado, dado que las leyes que así lo hacían fueron anuladas y/o declaradas inconstitucionales.
"Me pregunto si alguno de los tantos fiscales que presurosos han iniciado acciones por el ¨terrorismo de Estado¨ harán lo mismo con esta muestra evidente de una «apología del delito», tipificada en el Código Penal, llevada a cabo en un claustro de una universidad pública, mantenida con los impuestos de los contribuyentes."
Horacio Bicain
Perú 619, Capital
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