ABC HISTORIA RECOMIENDARomanos en Hispania, godos o conquistadores españoles: allá cada cual con su aventura
ABC Historia recomienda la reedición de tres de los libros más conocidos del divulgador ya deparaecido Juan Antonio Cebrián
Juan Antonio Cebrián, periodista y escritor, falleció en 2007 de un súbito ataque al corazón a la edad de 41 años. Distinguido con varios galardones, entre los que destacan el Premio a la «Mejor divulgación» (1998) por el Fondo Mundial de Protección a la Naturaleza WWF Adenea; su trabajo como divulgador histórico marcó a toda una generación de lectores y oyentes de obras históricas. Además, sirvió para acercar al gran público a través de sus libros y programas de radio períodos de la historia de España que, sepultados bajo toneladas de leyenda negra e indiferencia de los propios españoles, permanecían abandonados en frías páginas de tomos voluminosos.
Del Gran Capitán a la aventura de Cortés y otros aventureros… aún sus programas en «La Rosa de los Vientos» siguen siendo una referencia en la materia y un excelente compañero de viajes en formato podcast. Su legado está vivo en su amplia obra escrita, además de en su programa habitual en Onda Cero y en el que algunos de sus colaboradores mantienen vía online en «La Escóbula de la Brújula».
En el décimo aniversario de su muerte, «La Esfera de los libros» ha publicado una edición especial e ilustrada de tres de sus libros temáticos, uno dedicado a «La aventura de los Godos», otra a «La aventura de los romanos en Hispania» y otra a «La Aventura de los conquistadores». Tres libros amenos a los que se les ha añadido ilustraciones a color, realizadas por el ilustrador histórico-militar Antonio Gillos, de los protagonistas de estas aventuras. De Julio César y Catón el Viejo (¡ojo a su ilustración con formas cadavéricas!), pasando por Teodorico II o Don Rodrigo, hasta Hernán Cortés o Cabeza de Vaca...
Cebrián cuenta en «La aventura de los romanos en Hispania» los episodios principales del paso romanos por Hispania, un territorio fácil de conquistar pero infernalmente difícil de someter. Aquí trasladaron originalmente su lucha contra los cartagineses a través de la familia Escipión y, cuando ya no había enemigos externos que enfrentarse a Roma, hicieron los propio con las guerras civiles. De los caudillos patrios como Viriato a las luchas intestinas como la de Pompeyo contra Sertorio. La importancia de la provincia de Hispania que hoy ocupa España y Portugal queda retratada en que tres emperadores nacieron en esta tierra. Marco Ulpio Trajano fue el primer emperador no itálico de la historia, más allá de la coincidencia de que Claudio naciera de forma circunstancial en la Galia.
En «La aventura de los Godos», Cebrián recorre a través de los diversos reyes visigodos la aventura de esta misteriosa civilización de bárbaros que vieron caer imperios como el romano y levantarse otros, a su costa, como el musulmán. En esos tres siglos de hegemonía pasaron de ser nómadas bárbaros a hallar, al fin, su particular Ítaca. Y es que al fin y al cabo, los feroces godos, empujados por hordas aún más salvajes solo querían un territorio que llamar hogar. Su presencia en España dejó un profundo calado en la memoria colectiva cristiana. Todavía en tiempos de Felipe IV diría el poeta Francisco de Quevedo: «Las descendencias gastan muchos godos, todos blasonan, nadie los imita». Todo el mundo pretendía descender de algún linaje godo, aquel pueblo que había llegado con la fama de ser meros salvajes.
El estudio de Cebrián sobre el Descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo, plasmado en «La Aventura de los conquistadores», define a la perfección la obsesión que guió su obra de combatir la leyenda negra contra lo español y hablar con naturalidad y objetividad de la historia de Cortés, Pizarro y el resto de héroes españoles. Sin amilanarse, el divulgador narra la peligrosa aventura que se vivió en aquella tierra, convertida de inmediato en el paraíso prometido para miles de esforzados soñadores, ávidos de aventura y fuerte emociones, como de riqueza y posición social. Hombres que, en todo caso, constituyeron una avanzadilla prodigiosa que abrió los caminos necesarios para el conocimiento y colonización de un Nuevo Mundo. Con toda probabilidad, uno de los grandes acontecimientos de la historia del mundo.