Los Santos son nuestros
modelos, son un regalo de Dios para que crezcamos al comparar
nuestra vida con la de ellos. Si ellos pudieron, nosotros también;
así debemos pensar pues la santidad suena en estos tiempos
como algo
lejano e inalcanzable, quizás hasta pasado de moda. Sin embargo, es
nuestra misión de vida como cristianos, nuestra meta obligada. Por
supuesto que solo podemos llegar a la santidad con la ayuda y Gracia
de Dios, pero El ve nuestro esfuerzo y pone Su parte cuando
iniciamos el camino con decisión y
compromiso.
Algunos
santos son muy especiales, porque demostraron en
vida la fortaleza necesaria para imponerse a los frenos que el
mundo pone a la conversión. Ellos son soldados, soldados de Dios.
Soldado de Dios es aquel que lucha con las armas de la fe, el amor y
la Palabra, contra las tentaciones y ataques que el mal hace a las
obras de Dios. De este modo un soldado es un defensor de las obras
del Señor ¡No es acaso un honor gigantesco el ser de este modo
soldado!
El 19 de abril de cada año la Iglesia celebra
el día de San Expedito, donde nuestro santo fue sacrificado junto a
otros cinco heroes y compañeros de lucha. San Expedito
es sin dudas un modelo de fortaleza y compromiso con el Amor de Dios, un defensor
de Su Divina Voluntad. En estos tiempos su devoción ha crecido
porque la gente busca ayuda espiritual, intercesión ante el Trono de
Dios, y San Expedito viene a ocupar un espacio importante en esa
fundamental misión. Conozcamos su historia y
devoción.
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