miércoles, noviembre 20, 2013

ARISTÓTELES Y LA TEORÍA DE LAS CLASES MEDIAS

ARISTÓTELES Y LA TEORÍA DE LAS CLASES MEDIAS 


                  

   
DR. JORGE H. SARMIENTO GARCÍA
ARISTÓTELES Y LA TEORÍA DE LAS CLASES MEDIAS                  ARISTÓTELES Y LA TEORÍA DE LAS CLASES MEDIAS


ARISTÓTELES Y LA TEORÍA DE LAS CLASES MEDIAS


Se ha dicho que, si exceptuamos a los fundadores de las religiones, nadie ha ejercido sobre la humanidad una influencia mayor que Aristóteles, el cual no solo dio leyes al Occidente, sino que también gobernó el Oriente, y además dominó en todos los ramos del saber humano.

Su entendimiento estaba libre de los desvaríos de la imaginación, y sus vastas facultades se aplicaban solo a cosas reales y posibles. Aristóteles fundó siempre sus teorías en la experiencia; y si hay quienes se han valido de sus escritos para especulaciones mezquinas y vanas sutilezas, esto consistió en no haberle entendido, pues cuanto más se le conoce, más motivo se halla para reírse de los delirios de la dialéctica y de tantas necedades vacías de sentido.

La introducción que antecede es necesaria para la exposición de lo que a mi juicio es principal en su teoría de las clases medias, la que ningún buen político puede desconocer, y que paso a sintetizar.

Todo Estado contiene tres clases de ciudadanos, a saber, los ricos, los pobres y las personas acomodadas (clase media), colocadas entre dichas dos clases; y si admitimos como preferible el término medio en todas las cosas, se sigue que en punto de riqueza una propiedad media será la más conveniente de todas.

La propiedad media obedece mejor a la voz de la razón, que tan difícilmente se oye cuando se presume de belleza, de fuerza, de poder o de riqueza, o cuando hay excesiva pobreza, debilidad o humillación.

Los ciudadanos de mediana fortuna aseguran principalmente la existencia de toda asociación política; y donde quiera que la mucha riqueza se halle al lado de la excesiva indigencia, estos dos extremos producen la absoluta demagogia, la pura oligarquía o la tiranía.

La propiedad media no se rebela nunca, y los movimientos revolucionarios y las disensiones suceden con menos frecuencia en donde son muchas las fortunas medias; éstas hacen a las democracias más tranquilas y duraderas.

Cuando el número de pobres se aumenta sin que a proporción se acreciente el de las fortunas medias, el Estado está en decadencia y camina rápidamente a su ruina. 

Aclaro que, para Aristóteles, en la demagogia el pueblo se erige en déspota y protege a los aduladores, equivaliendo a la tiranía: en ambos gobiernos se dan los mismos vicios, están igualmente oprimidos los buenos y hay la misma arbitrariedad de órdenes. El adulador goza de una influencia ilimitada sobre el pueblo corrompido…

“Entonces dice Aristóteles es evidente que la mejor comunidad política es la formada por ciudadanos de la clase media, siendo probable que estén bien administrados aquellos Estados en los cuales la clase media es grande, y a ser posible, mayor que las otras dos, o por lo menos mayor que cada una de ellas, aisladamente considerada; porque la adición de la clase media altera el equilibrio e impide que domine cualquiera de los extremos. Por ello es grande la fortuna de un Estado en el que los ciudadanos tienen una propiedad moderada y suficiente; porque donde algunos poseen mucho y otros nada, puede surgir una democracia extremada o una oligarquía pura; o puede surgir de cualquiera de los extremos una tiranía…”

Estoy convencido de que esto es aún hoy moderno, y reparto el fragmento que antecede para que sirva de lección viva, convencido del poder del entendimiento que se difunde por medio de la educación verdadera en todos los ánimos y en todas las clases.