Nuevo papelón de Moreno: les gritó a periodistas de Clarín en la embajada de EE.UU.
Nuevo papelón de Moreno: les gritó a periodistas de Clarín en la embajada de EE.UU.
Por Natasha Niebieskikwiat
El polémico secretario de Comercio estalló ante una consulta sobre el acuerdo de precios. Empezó a levantar la voz y generó una escena de tensión. Qué les dijo.
Guillermo Moreno y su esposa Marta Cascales junto a la embajadora de Estados Unidos, Vilma Martínez. (Embajada de EE.UU)
05/07/13 - 00:01
Es evidente que Guillermo Moreno parece disfrutar su papel de
malvado. Ayer volvió a protagonizar otro escándalo del que inclusive
pareció avergonzarse su propia mujer, la escribana Marta Cascales, de
íntima confianza de la presidente Cristina Kirchner. El secretario de
Comercio Interior increpó a gritos a periodistas del diario Clarín,
durante los festejos por el día de la independencia en la embajada de
los Estados Unidos, de la que se hizo habitué en el último año.
Moreno es el único funcionario kirchnerista que asistió a la embajada. Lo hace regularmente desde los dos viajes que hizo el año pasado a Estados Unidos y que lo entronaron como el hombre que maneja la relación comercial con la administración de Barack Obama. Ayer también apareció contento para el cóctel de festejos del 4 de julio, que coincidieron con la despedida de la embajadora Vilma Martínez. Llegó de la mano de Cascales, de las que no se separó hasta que estalló el escándalo.
Todo comenzó cuando la editora de Economía del diario Clarín, Silvia Naishtat, le preguntó sobre la política de precios y el desabastecimiento. Moreno primero reaccionó tranquilo pero no quiso hablar. Naishtat intentó varias veces obtener una respuesta profesional y objetiva. Para entonces, varios periodistas habían seguido a Moreno, entre ellos el jefe de la sección "El País" de Clarín, Walter Curia.
Moreno dijo "basta" con la mano trenzada a la de Cascales, que ya sonreía incómoda. También la periodista Naishtat, quien no hizo otra cosa que insistir con una pregunta a un funcionario dificil de encontrar. Su presencia en la embajada era una oportunidad para hacer preguntas que el Gobierno no suele contestar. “Vos deberías pedirme permiso y decirme... señor secretario, ¿usted quiere hablar conmigo?", la increpó él cambiando inesperadamente de estado de ánimo, como enloquecido. Hasta parecía actuar el papel de villano. Primero hubo risas incrédulas de los periodistas. Pero empezó a gritar, tras lo cual Curia reaccionó pidiendole que no le levantara “la voz a la señora”. Moreno cambió el foco y le preguntó al editor “¿Y vos quién sos? Preséntese”.
“Soy Walter Curia, del diario Clarín, defiendo a la señora porque es mi compañera”. Entonces, ahí Moreno siguió con su furia. Cascales, se hizo a un costado, miró a un hombre que parecía un custodio y se escabulló. El ánimo de Moreno empeoró. “¡Vos no sos una señora. Vos sos periodista de Magnetto! ¿Saben lo que son ustedes? Son empleados de Magnetto. Ustedes tienen las manos manchadas de sangre. Los periodistas de Magnetto tienen las manos manchadas de sangre”, gritaba mientras los invitados estaban estupefactos, porque además en otro salón la embajadora Martínez ya había empezado su discurso. Algunos miraban desde allí confundidos por los gritos.
Marina Aizen, periodista de la revista Viva, tuvo una reacción instintiva: le exhibió las manos a Moreno para mostrarle que no tenían sangre. Y que tampoco la tienen ninguno de los compañeros de Naishtat, de Curia, y de todo el diario Clarín. En tanto, Curia se limpió la barbilla y le dijo "bueno, Moreno, pero me está escupiendo". Pero el Secretario siguió. Y le dijo a otro periodista que era testigo, siempre a gritos: “¡Le voy a decir a la embajadora. Le voy a decir a la embajadora! ¡Vos, decile a la embajadora”, insinuando que pidiera no invitar más a los periodistas de Clarín al cóctel.
Después
entró a otro salón donde había periodistas de medios oficialistas y con
los que, ya terminado el trance, decidió hacerse el simpático. Se sacó
fotos, y repartió besos. A la periodista Cristina Pérez, de Telefé, le
preguntó primero desconfiado por qué le sacaba fotos (con el celular) y
ella objetiva y respetuosamente, le dijo que “para informar”. Según
contó Perez en su cuenta de Twitter, le preguntó al secretario por qué
había discutido con colegas. “Me dijo q si eran de Clarin tenian las
manos manchadas con sangre. Le dije que tal vez pensaban distinto. Me
dijo que eran casi complices” tuiteó la periodista.
Cuando
Moreno se refiere a las manos "manchadas con sangre" está hablando de
sus acusaciones por Papel Prensa, en las que la Justicia nunca pudo
avanzar.