Ataque al monumento de un prócer: Argentino del Valle Larrabure
Sección: Nota3
Con la clandestinidad con la que nos tienen acostumbrados los
bajos, los cobardes, los que alguna vez lastimaron su carne y su
persona, fue atacado nuevamente el monumento en homenaje al Coronel
Argentino del Valle Larrabure.
No nos dejemos engañar, no fue simple vandalismo; como puede verse en
el fondo de la imagen, en la zona hay otros monumentos que no fueron
tocados.
La saña con la que atacaron el monumento sólo es comparable con la que
emplearon con el Coronel (PM) Larrabure, durante sus 372 días de
cautiverio.
Dignamente resistió la tortura, el hambre, el encierro en un pozo
minúsculo, sin aire, sin posibilidad de extender totalmente su cuerpo. Sólo lo sacaban de allí para picanearlo y golpearlo.
Nunca cedió a la tortura. Los terroristas querían obligarlo a armar explosivos para ellos y que les enseñara a armarlos.
Al no poder doblegarlo lo asesinaron cobardemente. El crimen de un hombre indefenso, atado, sin fuerzas por la desnutrición es el mérito que pueden exhibir sus captores.
Los “jóvenes idealistas” que hoy desfilan por los juzgados donde se
ventilan parodias de juicios a militares, no pueden ostentar el mismo
mérito que Larrabure.
Son, como los ha definido Carlos Manuel Acuña, doble traidores puesto
que ante un infinito menor rigor en el cautiverio entregaron todo lo que
pudieron, amigos, camaradas, novios, dinero de secuestros. Incluso trabajaron de buena gana para las Fuerzas Armadas y cobraron, por supuesto, salarios y ayudas económicas.
Asegura Carlos Manfroni en su obra “Montoneros, soldados de Massera”
que en una redada en la que cayó Juan Gasparini, antes siquiera de que
fuese trasladado, llamó a los gritos al jefe del operativo para
ofrecerle un millón de dólares por su libertad. Dinero manchado con sangre.
Nada de esto pasó con Larrabure, aceptó su dolor con resignación y patriotismo. En el extremo de su calvario perdonó a sus torturadores e instó a sus deudos a vivir sin odio.
Hoy, los miserables que lo martirizaron en ese pozo minúsculo tienen un monumento en el Parque de la Memoria. Una Nación infecciosa que no es la Argentina los ha premiado.
Así como los que asesinaron al Juez Quiroga fueron indemnizados por un
país sucio que no es el nuestro, los soldados mercenarios que atacaron
nuestra Patria tienen monumentos, reconocimiento a la tarea ruin de
esclavizar hombres libres.
Cada día las dos Patrias se separan más con rumbos inciertos.
Larrabure es nuestro, reclamamos para nuestra Patria su integridad y su valor.
El monumento se volverá a levantar una y mil veces porque reposa en el corazón de todo argentino de bien.
“Mis enemigos son miedosos y pusilánimes ante iguales y superiores. Impulsivos y autoritarios, ante débiles, cautivos y desarmados. Valientes en las sombras, en la sorpresa o en el impiadoso dardo arrojado por detrás…”
Coronel Larrabure