«Lo que está claro es que Bin Laden no ha muerto ahora»
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«Lo que está claro es que Bin Laden no ha muerto ahora»
El asesinato del líder de Al Qaida es considerado por algunos como una información «absurda», «nada coherente» y, en definitiva, un «montaje del Gobierno de Estados Unidos»
Coinciden en que la muerte de Bin Laden es una farsa del Gobierno estadounidense
Considerados simples paranoicos por algunos y seguidos por otros a través de la difusión de internet (existen ya grupos «por la verdad sobre el 11 de septiembre» de arquitectos e ingenieros, líderes políticos, religiosos, pilotos, médicos, bomberos, abogados, militares o científicos), coinciden y denuncian ahora que la muerte de Bin Laden no es más que una farsa promovida por el propio la Casa Blanca para dar un giro a los bajos índices de popularidad que estaba alcanzado el presidente Obama.
«Hace tres días publicaba la CBS que el índice de popularidad de Obama entre los americanos había bajado hasta el 44%, el más bajo de todo su mandato, y ahora, tras la noticia de la muerte de Bin Laden, su índice de aprobación ha subido hasta el 80%», explica a ABC Mitoa Edjang, piloto de transporte de una gran compañía aérea en activo y responsable del «Proyecto Escaner» contra el exceso de seguridad en los aeropuertos tras la «psicosis» del 11 S. «Es muy curioso –añade– que haya salido la noticia ahora, después de matar al hijo de Gadafi, que no es Gadafi, y a tres de sus nietos, dejando un montón de heridos inocentes, mientras la gente se pregunta el porqué de esta intervención, el porqué de la cuarta guerra en la que están metidos, con unos índices de aceptación tan bajos».
Bin Laden, ¿muerto desde 2001?
«La noticia era el golpe para entronar a Obama en la próximas elecciones»
En esta misma línea, los defensores de las teorías de la conspiración son escépticos con toda la información oficial que se ha ido publicando en los medios de comunicación en los últimos días, desde la operación militar misma, hasta que Obama se estuviera planteando en algún momento publicar alguna imagen del cadáver de Bin Laden, de las fotografía que puedan salir a partir de ahora y hasta de los futuros ataques terroristas en respuesta a la muerte del líder de Al Qaida: «Si mañana hay un atentado, me dará bastante pena y rabia, pero estaré seguro de que, por negligencia o participación activa, el Gobierno o los servicios secreto estadounidenses estarán metido en el ajo», asegura tranquilamente Edjang.
José Luis C. E., un trabajador de la industria química que denuncia en su web (www.mundodesconocido.com) versiones oficiales como la anunciada por Obama, no duda en declarar que el anuncio de la muerte de Bin Laden no es más que «el golpe necesario para entronar a Obama en la próximas elecciones» y que «el cadáver ya no aparecerá». «Todas la fotos que aparezcan a partir de ahora –añade–, serán falsas, sistemas de propaganda o falsificaciones para marear la perdiz. Nunca será oficiales, y el Gobierno lo único que hará será desmentir».
«Si tienen el cadáver, que lo muestren»
«¡Pero si Bin Laden está criando malvas hace muchos años!»
Miguel Celades, director de los congresos de «Ciencia y Espíritu», en el que suele haber conferencias de temas como guerras provocadas, atentados de falsa bandera o el «falso» cambio climático cuenta a ABC que cuando se enteró de la noticia «se río mucho». «¡Pero si está criando malvas hace muchos años!», exclama y recuerda, inmediatamente después, una entrevista en la que la ex primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto, un mes antes de ser asesinada (en el atentado del 27 de diciembre de 2007) anunció en una entrevista de televisión que Bin Laden había sido abatido por un agente secreto.
Y va muchos más lejos, en unas declaraciones que a los ojos de muchos resultarán increíbles: «Ya hace muchos años que estamos viendo que el Bin Laden que aparece en los vídeo es otra persona». «La versión oficial ya ni la miro. Pero estoy seguro de que no va a parecer el cadáver y de que si llegamos a ver imágenes, serán montajes», concluye Celades muy seguro de sí mismo.
En fin, ¿teorías «conspiranoicas», como las han llamado algunos, o conjeturas creíbles? Es usted libre de pensar lo que quiera.