lunes, junio 01, 2009

Multimillonarios planean estrategias contra la natalidad

Multimillonarios planean estrategias contra la natalidad
Vuelve a surgir el fantasma de la superpoblación.
Daniel Pérez del Castillo
Arquitectos de la cultura de la muerte
Donald De Marco, Benjamin D. Wike


Aún con independencia de los Gobiernos
         “Es más rentable gastar un dólar en control de natalidad que en desarrollo”. Esta frase atribuida a Robert Mc. Namara, secretario de Defensa de Kennedy y presidente del Banco Mundial, vuelve a ser actual 30 años después. La idea renació en la última reunión del “Good Club” el grupo de multimillonarios que han donado más de 60 mil millones de euros para obras benéficas en los últimos 13 años.
         El encuentro, convocado por Bill Gates, reunió en Manhattan, entre otros, a David Rockefeller, Warren Buffett, George Soros, Michael Bloomberg y a los empresarios de la prensa Ted Turner y Oprah Winfrey. Pero esta vez los debates quisieron mantenerse en el más absoluto secreto y solo trascendieron por casualidad o por la confidencia de un participante indiscreto. Y el periódico inglés The Times se extrañó ya que “normalmente estos magnates siempre están dispuestos a revelar sus programas benéficos”.
         La explicación hay que encontrarla sin duda en que todos acordaron que el tema de la superpoblación era prioritario pero que había mantenerlo en secreto debido a que “algunos políticos del tercer mundo consideran que la contracepción y la educación de las mujeres debilita los valores tradicionales”.
         Gates, principal impulsor de estas políticas antinatalistas, apuntó en una intervención anterior: “Con intervenciones caritativas tales como mejores cuidados de salud reproductiva –que como se sabe son a menudo proabortistas– podríamos invertir las proyecciones de crecimiento demográfico en el mundo“.
         El participante ‘indiscreto’ añadió que en esta reunión de Manhattan se había decidido “establecer una estrategia para afrontar el aumento de la población ya que se estima que es una amenaza potencialmente desastrosa desde el punto de visto social y del medio ambiente“. Se convino además “que estos planes se lleven a cabo con independencia de los Gobiernos ya que son incapaces de enfrentar el desastre que se avecina”.