[red22] Un poco de psicología para entender al presidente.
UN POCO DE PSICOLOGÍA PARA ENTENDER AL PRESIDENTE:
Kirchner, en su última y deplorable aparición, les dice desafiante a los oficiales: "no les tengo miedo"...
Pero le está hablando al Ejército, desde su posición de Comandante en Jefe.
Me pregunto... ¿por qué habría de tenerles miedo?
Durante la dictadura militar, vía 1050 de Martínez de Hoz, Kirchner se enriqueció a lo grande, como prestamista usurero siguiendo la tradición de su familia.
Durante el gobierno de Menem se re-contra-enriqueció hurtando u$s 600 millones + intereses por las regalías, que nunca aparecieron.
No obstante esa historia (indiscutible) Kirchner es anti-milico y anti-Menem a muerte.
Pero...¿A quiénes teme en realidad?
Creo que el peor de los terroristas delincuentes montoneros apátridas es mejor que él, porque al menos se jugó por una causa, equivocada, pero causa al fin.
Y eso es a lo que realmente él teme: A SU COBARDÍA, A SU HISTORIA.
Nada de lo que haga podrá contener sus culpas y sus miedos.
Mientras otros morían por una causa que (ahora) dice defender, él ejecutaba hipotecas y embargaba propiedades.
Por eso debe estar siempre a menos de 3 metros de un baño, por eso su colon le hace tantos reclamos.
Aunque parezca paradojal, el verdadero enemigo de Kirchner no es el Ejército Argentino, ni la derecha, ni la Iglesia, sino la izquierda de verdad, no la de pico (como él).
A tal punto llega su conflicto mental, cae en el delirio, y llega a nombrar a la Hebe de Bonafini como "su madre".
Pero él no es un hijo desaparecido (bueno, curiosamente los de la Hebe aparecieron también), sino un simple y vulgar usurero que aprovechó bien las circunstancias mientras otros ponían el cuerpo.
Y eso él lo sabe.
Todos lo sabemos.
Y él sabe que lo sabemos.
El "vive" con eso, no puede despegarse de esa lacra culposa.
En el nombre de Dios, yo lo perdono.
Sólo falta que se perdone él.
Hasta que no lo haga, no habrá paz en la Argentina.
Fernando De Cesare
Doctor en Medicina
DNI. 8.076.242 (dato para facilitar la labor de los espías, obvio)