lunes, agosto 09, 2010

El Director Resume.Parte 14ª.3.08.10.

El Director Resume:

“La mentalidad “ Católico liberal “ del P.G. de Roussel

14 ª Parte.QUE ES EL “ Católico Liberal , y que no es..

Cierto que no es inmoral y hasta presenta un cierto gusto por el “ moralismo “, es devoto de un sabor protestante, siempre sin preparación suficiente por la verdad especulativa, dogmática o metafísica, que es la que fundamenta la moral, la regula desde lo alto y la corona. Pero, aún esta moral, el “ católico liberal” la entiende reduciéndola demasiado. Desde un principio él calla el aspecto sobrenatural que hace su grandeza y solidez; y en cuanto a la moral natural, desconoce la jerarquía de los valores.De esta manera, da una enorme importancia a lo material regulado por la virtud de la templanza y deja casi en el olvido los pecados del espíritu; preocupado por la castidad corporal hasta el puritanismo, no tendrá nigún escrúpulo en mezclar los principìos: lo que llamaríamos propiamente la impureza del espíritu. En el orden social extiende hasta el exceso el dominio de la justicia a expensas de la caridad, y el campo de libertad en detrimento de la obediencia a la autoridad legítima..

No es irreligioso, al contrario, es hasta piadoso y a menudo muy practicante, más su piedad es frecuentemente más sentimental que dogmática, más indivualista que “ Romana “; hasta podría decirse que se inclina al pietismo pues a menudo sólo busca en las prácticas piadosas, la emoción de las que ellas pueden ser fuentes, lo que lo expoone al peligro de caer en un puro sensualismo del alma. También Rousseau y sus didcípulos románticos tenían un sentido religioso, como, más recientemente ciertos imanentistas y modernistas allá en su subconsciente todo empapado de “ divino “. Sumando a esto, el hecho de ser ordinariamente inclinado a equívocos, ama establecer una distinción, de comienzo desgraciado, entre el orden privado y el orden público: piadoso, muy piadoso en lo privado, pretende ser neutro en lo público, sin duda por temor de rozar siquiera, la plena libertad de conciencia de otro; religión es la asunto privado de la conciencia de cada uno, y no debemos tener ni la apariencia de condenar a aquellos que no piensann como nosotros, afirmando radicalmente nuestras creencias.

No es un “ libertario “ ni en el orden político y social, pero es , a menudo- ¡ sin imaginárselo sin duda, pero en el fondo lo es ¡- ,un anarquista; los principios de libertad e igualdad que admite sin crítica, que quiere con devoción, lo arrastran fácilmente a una especie de cortesano más que de mártir, cede sin mucho problema, logicamente satisfecho.

No es tampoco “ Revolucionario,pero experimenta una extraña o ninguna simpatía por los “ grandes antepasados “, sobre todo sobre los virtuosos “ Constituyentes “ y queda inerme contra las fórmulas equivocadas de los principios de 1789. Consternado por ver a la Iglesia y la Revolución en contradicción y en lucha, quiere disipar el malentendido: limando un poco el tema el dogma católico ( lo llama “ suavizar las aristas “ o “ hacerse todo a todos “ ) apreciando con indulgencia la filosofía revolucionaria, se vanagloria de acercarlos y unirlos en un abrazo de paz que supone será definitivo, no haciendo como los intransigentes que lo comprenden todo.

Propiamente hablando, no es un “ innovadorni adversario declarado de la tradición, pero tiene el gusto muy pronunciado por las novedades. Esto se percibe en las palabras con que se expresa preferentemente: juventud, aurora, nueva era, porvenir, vida, movimiento. No admite tampoco el dogma racionalista del progreso necesario e ineludible, pero se siente obligado a confesar que la era moderna de la libertad de conciencia es incomparablemente superior a aquella que denomina “ régimen restrictivo inquisitororial de la Edad Media “.Afirma que es feliz vivir bajo el reinado de “ la Hipótesis “, por otra parte esto es lo que mejor conviene a pueblos salidos de la infancia, adultos que buscan el máximo de conciencia y responsabilidad moral y cívica.

No detesta a la Iglesia;¡ oh , no ¡, pero su gusto inveterado por la quimera democrática y sus matices liberales a menudo lo hacen sacrificar, sin sentirse culpable, los derechos de Dios y de la Iglesia.No es un enemigo de la Autoridad Romana, pero el no se fía; y cuando tiene ocasión, le enrostra su lentitud en responder a las aspiraciones modernas. En general no se atreve a atacar directamente al Papa, lo compadece de ser un prisionero de quienes lo rodean y aceptar de buen grado a las Congregaciones Romanas. Por otra parte, cuando las circunstancias se prestan, acepta con reconocimiento los favores del poder civil y consentiría sin mucha repugnancia las nuevas “ libertades galicanas “, sobre todo si fueran otorgadas por un gobierno popular llamado “ libre “.

No es un hereje o al menos no lo es todavía, pero su amor por la independencia, su preocupación por tener un espíritu amplio, abierto, su gusto por las novedades, lo ponen en un camino que lleva al abismo.En efecto, es para destacar el hecho que Lamennais hasta nuestros días, la mayor parte de aquellos que han caído en la censura o la condenación de la autoridad eclesiástica, pertenecen a la escuela “ CatólicoLiberal “. La mentalidad de esta escuela constituye el mejor caldo de cultivo para el error, por lo tanto, insistimos insistimos en repetir que es en el espíritu de quienes habían sido infestados por esa mentalidad, donde prendió el éxito, deplorablemente, el americanismo, el modernismo doctrinal, el sillonismo, el modernismo histórico, el jurídico y social, provocando resonates caídas que llegaron a la apostasía. Sin embargo, a menudo esas personas procuran quedarse a medio camino, lo que llaman ellos el justo medio “. Habiendo sido reprendidos con frecuencias se han vuelto prudentes, desconfiados, casi tímidos . Este tipo de de personaje procura evitar el error formalmente caractrizado, pero guarda una debilidad por el error a medias tintas.

Semejante a ese animal que en el agua, desparrama líquido obscuro para no ser visto por el enemigo, el “ Católico-Liberal “ se envuelve en una nube de equívocos y de confusiones que lo ponen , por un momento al menos, a resguardo de la mirada inquisitiva de la autoridad. En una palabra, como lo hemos dicho, carentes de sentido católico, en los temas contravertidos, sus preferencias se dirigen invariablemente hacia el partido menos seguro: el problemita o al menos el laxista en cuanto a doctrina.

En política, no es un demagogo, y no quiere ser anarquista, pero tiene una marcada preferencia por los gobiernos parlamentarios y populares; en este caso, él, el adversario de la ley, se vuelve su idolatría porque ella es la expresión de la voluntad general; secretamente desdeñoso de la tradición, de la costumbre que representa el pasado, prefiere el cambio de leyes, en el gobierno. En general no le gusta que el sacerdote se ocupe en política, aunque fuera para cristianizarla, porque desconfía de lo que llama teocracia, el “ Clericalismo “. Aparte que es un deber estricto para todo católico adherir a la forma de gobierno establecida en un país dado, salvo, puede ser, cuando ella no es democratica y parlamentaria.Hay en efecto, en el “ Católico- Liberal “ una veneración mal disimulada por la soberanía popular; tiene una gran inclinación hacia la libertad revolucionaria; sacrifica sin embargo la libertad civil siempre deseable, a la obsesión centralizadora de la Democracia ,pero protege como a la niña de sus ojos la peligrosa libertad política, lo mismo que a las otras “ libertades modernas “ de conciencia, de pensamiento, de prensa, etc…Amante también de la Igualdad , deplora los privilegios y se llena la boca con el sufragio universal y, sobre un país antes “ erizado de libertades “ pasa con ira el rodillo nivelador del “ Derecho Común “.

Desde el punto de vista social y económico, evita ser “ socialista “,al menos desde que Roma condenó los errores socialistas y comunistas, ya que al comienzo, se decía gustoso “ socialista-cristiano “ y hacía de Jesuscristo el primer socialista. Hoy se inclina al Estatismo por la proliferación de leyes sociales; sinceramente quiere la supresión de la lucha de clases, pero sobre todo suprimiendo clases y llevándolas a una unificación por la organización jerárquica corporativa y la práctica de las virtudes de justicia y caridad; también aspira la abolición del proletariado y extender la cooperación así como la participación de los beneficios y en la gestión empresaria.

Finalmente, no es antipatriota: ama a su país y lo prueba cuando tiene la ocasión. Pero su patriotismo; como el antiguo patriotismo revolucionario, tiene un color un tanto especial ; es idealismo, irreal , lleno de esas nubes con mayúsculas que llamamos Derecho, Justicia, Libertad, Progreso. Desde las alturas llega a considerar con desprecio el humilde “ patriotismo territorial “, y al fanatismo nacionalista y chauvinista va a oponer un internacionalismo amplio y generoso..

Nuestra 15ª Parte tratará sobre: “ LA INCOHERENCIA FUNDAMENTAL DEL “ CATOLICISMO LIBERAL “.-

EL DIRECTOR.