Mundial ateo y masónico
Mundial ateo y masónico
                     prohiben manifestaciones religiosas de los jugadores 
No porque comparta el confuso ideal de "libertad religiosa" que  campea hoy, sino porque el gesto pone claramente en evidencia el  carácter masónico y ateísta (ya no hay lugar siquiera para el vago  deísmo de la masonería británica) del gran espectáculo universal de  estos tiempos, por eso recomiendo la lectura de esta nota, en particular  la primera parte, que citamos.
La costumbre de no ver televisión aclara la mente y la dispone para  un mejor discernimiento. Al entrar en contacto con la TV, y  particularmente con lo relativo al mundial de fútbol en estos días,  resulta evidente la función masificadora de este show, que apunta no  solo al enriquecimiento de algunos, sino tambien a inclinar los  corazones y las mentes a la idea de un mundo unificado por "el deporte"  en una suerte de hermandad laica, redentora y pacificadora. La paz por  el fútbol... La fraternidad universal. El culto religioso reemplazado  por la liturgia de los fanáticos (nunca más apropiada esta palabra). 
No creo que pase de ser un esfuerzo tan inútil como cualesquiera  otros previos por "unir a la humanidad" (como si pudiera unirse una  abstracción) detrás de algo que no sea la Fe de Cristo. Con todo, lo más  parecido al "Hermano Mayor" que he visto es este culto impersonal pero  celoso, porque no admite competencia, como lo demuestra la prohibición  de realizar gestos religiosos (santiguarse, rezar ostensiblemente, besar  una medalla, exhibir carteles por debajo de la casaca deportiva). El  dios fútbol quiere ser el único verdadero, y por eso el sumo pontífice  Blatter ha excomulgado a los creyentes de otras denominaciones...
Terrible y grotesco, como el demonio que lo inspira.
Dios, fuera del Mundial. Polémica porque la FIFA prohibió las  demostraciones religiosas.
Esta vez nada. No podrán santiguarse, ni elevar las manos al cielo.  Tampoco podrán mostrar la camiseta que llevan bajo el uniforme. Ni  católicos, ni musulmanes, ni hindúes… nada. La FIFA, todopoderosa, ha  expulsado a Dios del Mundial.
Joseph Blatter, heredero de la multinacional que mueve más millones  en el orbe, el jefe de la organización con más estados nacionales  miembros, acaba de decretar “que cualquier manifestación religiosa debe  quedar fuera del fútbol”.
La idea detrás de este “mundial laico” es simplemente “no incitar a  la violencia”, tal como lo dio a conocer Andreas Herren, portavoz de la  FIFA, pero ¿ha habido alguna vez un enfrentamiento en un estadio por un  símbolo religioso?, ¿Cuáles son las verdaderas motivaciones para  convertir los estadios en el nuevo escenario de exclusión religiosa?
La prohibición
En un contexto estrictamente deportivo, esta norma parece integrarse  al paquete de la amonestación por “festejo desmedido”, que recibe quien  celebra un gol quitándose la camisa, o subiéndose a las mallas. Pero  como dice Javier Aguirre, del periódico argentino Página 12, “para  organizadores de eventos costosísimos como un Mundial, la fe resulta una  expresión aun más inquietante que la felicidad”.
Según cuentan diversos medios, la afrenta última que sufrió este  organismo en este ámbito fue a manos de Brasil durante la última Copa  Confederaciones. Los verde amarillos vencieron tres goles por dos a un  inspirado Estados Unidos, luego de estar abajo todo el partido. Pero una  vez que este finalizó, jugadores y miembros del cuerpo técnico formaron  un círculo al centro de la cancha. Abrazados recitaron una oración de  acción de gracias, gesto que provocó un disgusto enorme a Jim Stjerne  Hansen, presidente de la Federación Danesa de Fútbol.
El funcionario consideró “inaceptable” el asunto y escribió una  carta: “la expresión de fervor religioso de los brasileños duró  demasiado tiempo… y provoca una confusión entre religión y deporte”.
Un acto parecido ocurrió en Yokohama, cuando Brasil conquistó su  quinto título mundial en Corea-Japón 2002, y varios jugadores dieron  mensajes religiosos con frases pintadas bajo su uniforme.
La FIFA tiene reglas muy particulares que gobiernan casi todas las  cosas relativas al fútbol. Hasta hace poco, no prohibía los gestos de  religiosidad, pero tiene sanciones para textos inscritos bajo la  camiseta del uniforme sean políticas, personales o religiosas.  Probablemente las camisetas con mensajes cristianos como “Amo a Dios” o  “Pertenezco a Jesús” que mostraron los flamantes campeones al finalizar  el cotejo, no ayudaron mucho en este tema.
Con la carta en la mano y en los medios muchos millones en juego,  Blatter rápidamente acuerpó las declaraciones de Stjerne y envió una  señal inequívoca al equipo brasileño con su severa advertencia. No en  vano el escritor George Orwell alguna vez dijo que el fútbol era una  guerra sin disparos; y aquí los disparos parece que van dirigidos al  cielo. (...)
Costa Rica, (Eco  Católico) 
 Reproducido por El Informador Público
 
 
 
