20 de Enero 1974. - 21 hs 03’ “Me dirijo a todos los argentinos frente al bochornosos hecho que acaba de ocurrir en la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Azul, donde una partida de asaltantes terroristas realizaron un golpe de mano, mediante el cual asesinaron al jefe de la unidad, coronel don Camilo Gay, y a su señora esposa, y luego de matar alevosamente a soldados y herir un oficial y suboficial, huyeron llevando como rehén al teniente coronel Jorge Irazábal. Hechos de esta naturaleza evidencian elocuentemente el grado de peligrosidad y audacia de los grupos terroristas que viene operando en la provincia de Buenos Aires, ante una evidente desaprensión de sus autoridades. El gobierno del pueblo, respetuoso de la Constitución y la ley, hasta hoy ha venido observando una conducta retenida frente a estos desbordes que –reitero- nada pueden justificar en la situación que vive la República. Tampoco, desde nuestro movimiento, hemos querido producir un enfrentamiento, desde que anhelamos la paz y propendemos a la unión y solidaridad de todos los argentinos, hoy ocupados en la reconstrucción y liberación nacional. Pero todo tiene un límite: tolerar por más tiempo hechos como el ocurrido en Azul, donde se ataca a una institución nacional con los más aleves procedimientos, está demostrando palmariamente que estamos en presencia de verdaderos enemigos de la patria, organizados para luchar contra el Estado, al que a la vez se infiltran con aviesos fines insurreccionales. Nuestro Ejército, como el resto de nuestras Fuerzas Armadas que han demostrado su acatamiento a la Constitución y a la ley, en provecho de una constitucionalización, no merecen sino el agradecimiento del pueblo argentino, que frente a lo ocurrido debe sentirse herido en lo más profundo de su sentimiento patriótico. Ya no se trata solo de grupos de delincuentes sino de una organización que, actuando con objetivos y dirección foránea, atacan al Estado y a sus instituciones, como medio de quebrantar la unidad del pueblo argentino y provocar un caos que impida la reconstrucción y la liberación en que estamos empeñados. Es la delincuencia asociada a un grupo de mercenarios que actúa mediante la simulación de móviles políticos tan inconfesables como inexplicables. En consecuencia, ni el gobierno que ha recibido un mandato popular, claro y plebiscitario, ni el pueblo argentino, que ha demostrado con creces su deseo de pacificación y liberación, pueden permanecer inermes ante estos ataques, abiertos a su decisión soberana, y tolerar el abierto desafío a su autoridad, que pone en peligro la seguridad de la ciudadanía, cada día expuesta a la acción criminal de estas bandas de asaltantes. No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones; es indudable que ello obedece a una impunidad en que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible. Por lo que sería aún peor si mediara como se sospecha una tolerancia culposa. En consecuencia, el gobierno nacional en cumplimiento de su deber indeclinable, tomará de hoy en más las medidas pertinentes para atacar el mal en sus raíces echando mano a todo el poder de su autoridad y movilizando todos los medios necesarios. El Movimiento Nacional Justicialista movilizará asimismo sus efectivos para ponerlos decididamente al servicio del orden y colaborar estrechamente con las autoridades empeñadas en defenderla. Pido asimismo a todas las fuerzas políticas y al pueblo en general que tomen partida activa en la defensa de la república, que es la atacada en las actuales circunstancias. Ya no se trata de contiendas políticas parciales, sino de poner coto a la acción criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y sus instituciones y que es preciso destruir antes que nuestra debilidad produzca males que puedan llegar a ser irreparables en el futuro. Pido igualmente a los compañeros trabajadores una participación activa en la labor defensiva de sus organizadores, que tanto ha costado llevarlas al momento actual de su magnífico funcionamiento. Esas organizaciones son también objeto de la mirada codiciosa de estos elementos, muchas veces disfrazados de dirigentes. Cada trabajador tiene un poco de responsabilidad en esa defensa, y espero confiado porque los conozco, que la sabrán defender como lo han hecho en todas las ocasiones. Aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que pretendemos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar. Sin ello, ni la reconstrucción nacional ni la liberación serán posibles. Yo he aceptado el gobierno como un sacrificio patriótico y porque he pensado que podría ser útil a la república; si un día llegara a persuadirme que el pueblo argentino no me acompaña en ese sacrificio no permanecería un solo día en el gobierno.. Entre las pruebas que he de imponer al pueblo es esta lucha. Será, pues, la actitud de todos la que me impondrá mi futura conducta; ha pasado la hora de gritar Perón, ha llegado la hora de defenderlo.” Juan Domingo Perón Presidente de la República Argentina Patrióticas palabras del Gral. Perón el 20 enero de 1974, a las 21 horas 3 minutos desde la quinta presidencial de Olivos ante el cobarde y aberrante ataque a la Guarnición de Azul el día sábado 19 de enero por un grupo de sesenta a setenta extremistas, en el mismo murió asesinado el Jefe de la Base Coronel Gay y su esposa, al igual que un soldado y dos de los terroristas. El objetivo era conquistar el depósito de armas del R.10 Un envío de Manuela Lastra |