"Los Kirchner no pueden dar lecciones de justicia", afirmó la oposición española
"Los Kirchner no pueden dar lecciones de justicia", afirmó la oposición española
El Partido Popular cuestionó la reunión del matrimonio presidencial con el suspendido juez Garzón; también criticó con dureza el nivel de seguridad jurídica en la Argentina
 La presencia de Cristina Kirchner en Madrid, y en particular su reunión  con el suspendido juez Baltasar Garzón, provocó durísimas críticas en el  Partido Popular español, principal oposición al Partido Socialista  Obrero Español (PSOE) de José Luis Rodríguez Zapatero. 
 "Cristina Fernández de Kirchner y su marido son los menos indicados para  dar lecciones de Justicia y de seguridad jurídica a nadie", afirmó la  vocera del PP en el Congreso de los Diputados (la Cámara baja del  Parlamento español), Soraya Sáenz de Santamaría. 
 Según consignaron las agencias EFE y AFP, la portavoz agregó: "Es  intolerable que [Cristina Kirchner] venga de afuera a dar lecciones de  respeto a la Justicia". 
 Tras la dura sentencia, el PP pidió al gobierno español que no permita  que "nadie ponga en entredicho a las instituciones" locales. Completó el  pedido con una crítica directa a la administración de Rodríguez  Zapatero. "Cuando desde dentro del gobierno se debilitan las  instituciones, algunos desde fuera se ven legitimados para hacer lo  mismo". 
 Ayer, Cristina y Néstor Kirchner se reunieron en Madrid con Garzón,  recientemente suspendido por el Tribunal Supremo español que encontró  irregularidades en una investigación sobre las víctimas del franquismo. 
 La reunión no duró más de dos horas, pero fue tiempo suficiente para que  la Presidenta realizara el gesto que esperaba: apoyar a un magistrado  que fue clave en los procesos de enjuiciamiento a militares argentinos  por víctimas residentes en España. 
 Asuntos internos.  La Presidenta se preocupó en aclarar bien  que con esa actitud no quería meterse en los asuntos internos de los  españoles. La aclaración fue necesaria, ya que la suspensión de Garzón  generó una fuerte división en la sociedad ibérica, que incluyó marchas a  favor y en contra del juez. 
 "Me reuní con el juez Garzón para brindarle todo nuestro apoyo. Esto no  es meterse en asuntos internos de un país. Me parece que los derechos  humanos deben ser universales", dijo. "Estamos no sólo preocupados, sino  sorprendidos y dolidos [por la decisión adoptada contra el  magistrado]", completó. 
 
 
 
