Fátima llama a oración, penitencia y conversión, recuerda el Papa Benedicto XVI
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VATICANO, 19 May. 10 / 09:31 am (ACI)
En  la Audiencia General de hoy que presidió en la Plaza de San Pedro ante  miles de fieles, el Papa Benedicto  XVI recordó su reciente viaje a Portugal, en donde rezó a los pies  de la Virgen  de Fátima acompañado de medio millón de personas, en ocasión  del 10° aniversario de la beatificación  de los pastorcitos Jacinta y Francisco, dos de los videntes de la Madre  de Dios en la Cova de Iría. El Santo Padre recordó que desde este lugar María  anima a la oración, la  penitencia y la conversión.
El Santo Padre afirmó que a lo  largo de todo su viaje se sintió "sostenido espiritualmente"  por su predecesor Juan  Pablo II, "que visitó Fátima tres veces, dando las gracias a la  "mano invisible" que lo liberó de la muerte durante el atentado del 13  de mayo, aquí en esta misma Plaza de San Pedro".
Durante la Misa en  Lisboa, la capital "de la que partieron a través de los siglos  tantos misioneros para llevar el Evangelio a muchos continentes",  el Papa animó a los diversos componentes de la Iglesia local a  "una vigorosa acción evangelizadora en los distintos sectores de la  sociedad, para ser sembradores de esperanza en un mundo marcado a menudo  por la desconfianza" y en particular, exhortó a los creyentes a "anunciar  la muerte y resurrección  de Cristo, corazón del cristianismo, fulcro y apoyo de nuestra fe y  causa de nuestra alegría".
Benedicto XVI  se refirió después a su  encuentro con los representantes del mundo de la cultura en Belém,  donde resaltó "el patrimonio de valores con que el cristianismo ha  enriquecido la cultura, el arte y la tradición del pueblo portugués.  En esta noble tierra, como en cualquier otro país profundamente  influenciado por el cristianismo, se puede construir un futuro de  entendimiento fraternal y cooperación con las otras instancias  culturales, abriéndose recíprocamente a un diálogo sincero y  respetuoso".
En Fátima, "una ciudad  marcada por una atmósfera de misticismo genuino en la que se siente de  forma casi palpable la presencia de la Virgen", el Papa fue "un  peregrino con los peregrinos" y depositó en la Cova de Iría ante María  "las alegrías y esperanzas y también los sufrimientos del mundo  entero".
Asimismo, el Papa recordó  las vísperas celebradas con los sacerdotes, religiosos, religiosas y  diáconos de Portugal en la iglesia de la Santísima  Trinidad, a quienes dio las gracias "por su testimonio a menudo  silencioso y no siempre fácil y su fidelidad al Evangelio y a la  Iglesia", invitándoles a seguir, con fidelidad y en este Año Sacerdotal, el  "luminoso ejemplo del cura de Ars".
Durante el rezo del Rosario con  cientos de miles de personas en la noche del 12 de mayo, víspera de la  primera aparición de la Virgen, el Santo Padre observó que "esa  oración tan querida por el pueblo cristiano ha encontrado en Fátima un  centro propulsor para toda la Iglesia y el mundo". "Podríamos decir  que Fátima y el Rosario son casi sinónimos", agregó.
En la  solemne Misa del 13 de mayo, celebrada en la explanada de Fátima y a  la que asistieron medio millón de personas, el Papa reafirmó que  "el mensaje de Fátima, comprometido y al mismo tiempo consolador, está  cargado de esperanza. Es un mensaje centrado en la oración, la  penitencia y la conversión que se proyecta más allá de las amenazas, de  los peligros y horrores de la historia, para invitar a la humanidad a  confiar en la acción de Dios, a cultivar la gran Esperanza, a  experimentar la gracia del Señor para enamorarse de Él, fuente del  amor y de la paz".
A  las organizaciones de pastoral social, Benedicto XVI propuso "el  estilo del Buen Samaritano para salir al encuentro de las necesidades de  los hermanos más necesitados y para servir a Cristo promoviendo el bien  común" y les recordó la urgente necesidad de defender la vida contra el aborto y el  verdadero matrimonio  formado por un hombre y una mujer.
En la Eucaristía  celebrada en Oporto, "la Ciudad de la Virgen", el Papa "recordó el  compromiso de testimoniar el Evangelio en  todos los ambientes, ofreciendo al mundo a Cristo resucitado para  que toda dificultad, sufrimiento o miedo se transforme por el Espíritu  Santo, en ocasión de crecimiento y de vida".
Finalmente el  Santo Padre señaló que "Sabiduría  y Misión ha sido el lema de mi viaje apostólico a Portugal, y en  Fátima la Virgen  María nos invita a caminar con gran esperanza, dejándonos llevar por  la sabiduría que viene de las alturas, que se ha manifestado en Jesús,  la sabiduría del amor para traer al mundo la luz y la alegría de  Cristo".
Más información sobre el viaje del Santo Padre en: http://www.aciprensa.com/benedictoxvi/viajes/portugal10/  
 
 
 
