EL PEQUEÑO DIOS DIEGO ARMANDO MARADONA
LA REVISTA DEL FORO
SUPLEMENTO ESPECIAL
martes, 15 de septiembre de 2009
COLUMNISTA
DR. ABELARDO PITHOD
EL PEQUEÑO DIOS DIEGO ARMANDO MARADONA
La Dra. Inger Enkvist, especialista sueca en educación, que ha visitado Mendoza recientemente, se ha ocupado detenidamente del caso Maradona. El gran enigma de este icono –afirma– está en su propia mente. No terminó la escuela primaria y a esa edad era ya un niño prodigio del fútbol. A los 16 años jugaba en primera división y a los 17 se discutía si se lo incorporaba o no a la selección nacional. Fue un éxito prematuro que afianzó sus defectos, a lo que contribuyó la prensa, con títulos como: “Maradona es Gardel”.
Maradona fue siempre un impulsivo, anota nuestra autora: “siempre ha sido absolutamente impredecible, tanto en su vida personal como en la profesional”. Impulsividad y megalomanía lo llevan a cometer graves errores.
El pase de Maradona al Barça marca el punto de inflexión de un ídolo de 20 años, y el comienzo de una vida desordenada de juergas y droga. Maradona jamás aprendió de sus fracasos y por eso jamás maduró.
La pintura que hace la Dra. Enkvist no solo retrata a Maradona sino al fútbol de hoy, al fútbol-espectáculo, que Umberto Eco llamó el deporte cháchara, el deporte hablado no practicado, la cháchara de la cháchara.
Cuando es suspendido y multado por consumo de drogas, el ex presidente Menem envía una carta de cinco páginas intercediendo por él, cosa nunca vista en la FIFA. Y hablando de brasileños, si se compara la estatura moral de otro icono del fútbol, Pelé, y nuestro Maradona, la diferencia a favor del primero es impresionante. Ambos hijos de la calle, Pelé aparece como un ejemplo de humildad y sensatez. El argentino, al contrario, es un concentrado de soberbia, indisciplina e infantilismo. Pese a todo, los dirigentes del fútbol argentino insisten en depositarle confianza (seguramente movidos por la avaricia, pues el astro parece que todavía reditúa) y lo convierten ahora en director del equipo nacional de fútbol. Esos mismos directivos, Julio Grondona al frente, ahora quieren endosarnos a los contribuyentes –vía Kirchner– 500 o 600 millones para seguir con su circo cuando a millones de argentinos les falta pan.
Como se ve, el problema no es solo Maradona. Es el contexto social argentino que engendra maradonas. “El psicoanalista argentino Bernstein, comenta: “Maradona es nuestro referente... Argentina es Maradona, Maradona es Argentina”. Lloremos por ella.