El Papa y los líderes judíos de EE.UU. restablecen la paz rota por Williamson
Viernes, 13-02-09
El caluroso aplauso de los presidentes de las principales organizaciones judías norteamericanas a Benedicto XVI confirmó ayer el restablecimiento de la armonía rota el pasado 24 de enero, cuando el Papa levantó la excomunión a cuatro obispos lefebvrianos incluido Richard Williamson, que negó el Holocausto. En un encuentro muy cordial, el Papa reafirmó que «la Shoah fue un crimen contra Dios y contra la humanidad. Toda negación o minimización de ese terrible crimen es intolerable y completamente inaceptable».
Tanto el Papa como sus visitantes -encabezados por el rabino Arthur Schneier, quien recibió a Benedicto XVI el pasado mes de abril en su sinagoga neoyorquina de Park East, y por Alan Solow, presidente de la Conferencia de Presidentes de Grandes Organizaciones Judías Americanas- confirmaron la visita del Santo Padre a Israel el próximo mes de mayo, en la que depositan grandes esperanzas de concordia.
Además del Monumento de Yad Vashem, Benedicto XVI visitará una sinagoga en Jerusalén, y quizá se incluya un momento de plegaria como hizo en la Mezquita Azul de Estambul para disipar definitivamente el resquemor de los musulmanes por el discurso en la Universidad de Ratisbona.
Al término del encuentro, celebrado ayer en la elegante Sala del Consistorio, donde se reúne la plenaria de los cardenales, el caso del obispo cismático que enturbió gravemente las relaciones cristiano-judías, parecía haber pasado a la historia. En su emotivo discurso de saludo, el rabino Arthur Schneier, quien se presentó como «superviviente del Holocausto», agradeció al Papa «su reiterada solidaridad con nosotros cuando hacemos frente a la nueva plaga de antisemitismo y quema de sinagogas».
Según Schneier, presidente de la organización interreligiosa Appeal of Conscience Foundation, «nuestra relación, basada en el sólido fundamento del Vaticano II, puede sobrevivir contratiempos e incluso salir fortalecida para cooperar más ante los enormes desafíos a nuestra civilización».
El Papa reiteró en su discurso de ayer que «la Iglesia está profunda e irrevocablemente decidida a rechazar todo antisemitismo y a construir buenas relaciones duraderas entre nuestras dos comunidades». En un pasaje especialmente emotivo, Benedicto XVI repitió como suya la plegaria de Juan Pablo II ante el Muro Occidental de Jerusalén en la que pedía perdón a Dios por las ofensas del pasado contra los judíos.
Tranquilizar a Merkel
Nadie hubiese podido pedir más, y estaba claro que las aguas volvían a su cauce después de que el Papa haya dado las explicaciones pedidas en público no sólo por las organizaciones judías sino también por varios cardenales y por la canciller alemana, Angela Merkel, preocupada por el deterioro de las relaciones entre cristianos y judíos en su país.
El Gran Rabinato de Israel, que llegó a interrumpir sus relaciones con el Vaticano a raíz del «caso Williamson» y a cancelar todas las reuniones conjuntas, confirmó ayer que el próximo encuentro teológico tendrá lugar el 12 de mayo. Según Oded Weiner, director general del Gran Rabinato, «nosotros nunca tuvimos una querella con el Papa sino con el obispo que redujo el alcance del Holocausto».