El PSOE pierde medio millón de votantes católicos respecto a 2004
El PSOE pierde medio millón de votantes católicos respecto a 2004
M. CALLEJA. MADRID.
El PSOE sigue empeñado en buscar el enfrentamiento con la Iglesia católica, como se ha visto en las últimas semanas. El «número dos» de los socialistas, José Blanco, incluso, amenazó con «borrarse» de ser cristiano tras el éxito del encuentro de las familias del 30 de diciembre en Madrid. Ayer, Blanco se defendía y recordaba a los obispos que entre los ministros de Aznar hubo más divorciados que entre los de Rodríguez Zapatero. «Muchos de ellos tienen dinero para pagarse la nulidad, ésa es la diferencia», soltó. El anticlericalismo activo de los socialistas ha acabado haciendo mella en el electorado católico. Según un informe de análisis demoscópico al que ha tenido acceso ABC, y que conocen en la sede nacional del PP, más de medio millón de católicos que votaron al PSOE en marzo de 2004 dejarían de hacerlo ahora.
En las últimas elecciones generales, el PSOE recibió el voto de 1.280.000 católicos que acuden semanalmente a misa, según la encuesta postelectoral del CIS. En la recta final de la legislatura, y con datos que son anteriores a los últimos episodios de enfrentamiento del Gobierno de Zapatero con la Iglesia e incluso con el Papa Benedicto XVI, dejarían de votar a los socialistas dos de cada cinco de los electores de ese sector, es decir 512.000 católicos, siempre según datos cruzados de los barómetros del CIS.
¿Cómo se llega a ese dato? Se trata de observar la fidelidad de voto de los partidos. Entre los católicos practicantes (en las encuestas se engloba en este apartado a los que acuden a misa los domingos y festivos), el PP conserva una fidelidad de voto del 82,4 por ciento. En el caso del PSOE, los electores practicantes que mantienen su intención de volver a dar su confianza a Zapatero se reducen al 60 por ciento. El 40 por ciento restante, el que no se mantiene «fiel» al PSOE, supondrían 512.000 electores, del total de 1.280.000 que dieron su voto a los socialistas.
La caída del voto católico practicante para el PSOE puede relacionarse con la estrategia diseñada en Ferraz para agitar a los votantes de la izquierda y movilizarlos ante las elecciones generales. La participación será un dato fundamental el próximo 9 de marzo, y todo pasará por la capacidad de movilización que tengan los partidos.
Según los datos del CIS (que incorporó en 2005 cuestiones sobre la práctica religiosa de los entrevistados en sus barómetros), el voto católico practicante del PSOE supone un 11,6 por ciento del total de sus votantes, que en 2004 llegaron a 11.026.163.
Más fidelidad en el PP
Si nos detenemos en los datos de fidelidad de voto, según la práctica religiosa de los electores, aparecen algunas pistas interesantes. Entre los católicos practicantes, ya se ha visto que el PP tiene una fidelidad mucho mayor que el PSOE. En cuanto a los que se declaran «algo practicantes», tres de cada cuatro mantienen su intención de votar al PP, mientras que el PSOE conserva al 67 por ciento de sus electores. Entre los no practicantes, la fidelidad está más o menos igualada: tanto el PP como el PSOE conservan siete de cada 10 electores que se declaran de esa manera. Por último, entre los no creyentes, también son más «fieles» los que votaron al PP en marzo de 2004: casi ocho de cada 10 afirman que volverán a votar al partido de Mariano Rajoy, mientras que el porcentaje se reduce a casi siete de cada 10 en el caso del PSOE.
Con los partidos tratando de mover al máximo a sus simpatizantes, hay un dato que puede resultar clave: a mayor práctica religiosa, mayor compromiso democrático. Así se desprende del informe de análisis electoral. En la situación actual, con el Gobierno de Zapatero enfrentado a los obispos, en el momento más bajo de las relaciones entre el Ejecutivo socialista y la Iglesia, es muy llamativa que la predisposición subjetiva para acudir a votar esté fuertemente asociada con la práctica religiosa.
Los católicos y las urnas
Si se toman varios barómetros del CIS y se cruzan sus datos, el resultado sobre la participación política relacionada con la práctica religiosa es muy revelador y llamativo: el 88,3 por ciento de los católicos practicantes manifiestan que han votado en las últimas elecciones generales. En el otro extremo, los no creyentes, el porcentaje de los que aseguran que fueron a votar el 14 de marzo de 2004 desciende al 76,5 por ciento. Dos datos que, a priori, podrían perjudicar ahora mismo al PSOE. De ahí su necesidad de movilizar al electorado situado a la izquierda, para no dar ningún tipo de ventaja electoral a los populares.
Entre los católicos no practicantes, casi ocho de cada diez (el 79,8 por ciento) manifiestan haber votado en las elecciones generales pasadas. Se trata de una participación también superior (algo más de tres puntos porcentuales) a la de los no creyentes. Por último, los que acuden menos a las urnas en jornada electoral, según los datos de participación subjetiva, son los creyentes de otras religiones. Sólo el 55,9 por ciento asegura que en 2004 votó en un colegio electoral o bien por correo.
La movilización de los católicos, no sólo en las urnas, sino también en la calle como se demostró en el famoso acto de la familia de la Plaza de Colón de Madrid, organizado por el Arzobispado de Madrid, ha sorprendido a la cúpula del PSOE. Sólo así podría explicarse la salida en tromba de los dirigentes socialistas contra los obispos tras ese acto. La vicepresidenta De la Vega participó en la ofensiva y advirtió a los obispos que «la sociedad no necesita tutelas morales, como tampoco está dispuesto a aceptarlas el Gobierno».