miércoles, diciembre 26, 2007

Desde el Norte del Burrumayo hasta Recoleta

Gracias REG





Palabras de la Sra Silvia Patricia IBARZÁBAL (En el portón del cementerio de Recoleta, el 19 de diciembre de 2007, luego de la misa por los muertos por el terrorismo subversivo en los intentos de copamiento de las Unidades militares de Azul (Gobierno de Perón), Batallón Viejobueno (Isabel Martínez) y La Tablada (Alfonsín).
En primer lugar, agradezco la invitación que me hicieran para conmemorar los hechos ocurridos en nuestro pasado más reciente … deseando aclarar que estas palabras las hago en forma “personal”, como hija de una víctima directa del terrorismo que agredió a nuestra sociedad y a nuestra Nación, en los años 60 y 70.
Han pasado más de treinta años y AÚN HOY conservo recuerdos muy vívidos… Recuerdo de esa noche los primeros disparos… corridas, confusión… bajar muy rápido las persianas de nuestro departamento… vivíamos en frente del cuartel… apagar las luces y tirarnos al piso… así pasamos toda la noche, arrastrándonos por nuestra casa.
Recuerdo AÚN, el tableteo de las ametralladoras, las detonaciones de las granadas… EL MIEDO.
La noche avanzaba, el fuego era intenso y recuerdo AÚN el motor del helicóptero que bajaba para llevarse los heridos.
Recuerdo EL MIEDO… También puedo escuchar claramente los motores de los tanques que pudieron sacar quienes defendían la Unidad… era muy tarde ya y… EL MIEDO… seguía estando… Luego un silencio abrumador hasta escuchar el último tiroteo… Comenzaba a amanecer y todo parecía volver a la normalidad… solo que las noticias eran muy dolorosas.
Al MIEDO se le sumó la incertidumbre, la espera ETERNA… con el peor final… Asesinados el Cnl Camilo Arturo GAY, asesinada su Esposa Nilda Irma CAZAUX de GAY delante de sus hijos, asesinado el Soldado Conscripto Daniel Osvaldo GONZÁLEZ … varios heridos de gravedad… y mi padre secuestrado…
Debo decir, que con su secuestro no solo se lo llevaron a Él… también se llevaron nuestra niñez, nuestra adolescencia, nuestra juventud…
Con el conocimiento y la actitud moral que tanto a mí como a mi familia nos otorga la experiencia vivida a lo largo de nuestras vidas, creo conveniente ejercitar la memoria y formular algunas breves reflexiones.
La acción fue condenable, y condenada expresamente, como surge de algunos párrafos pronunciados por el entonces Presidente de la Nación Juan Domingo PERÓN, el día 21 de enero de 1974, en mensaje público dirigido al pueblo argentino, por toda la cadena de radio y televisión, en su doble carácter de Presidente Constitucional, elegido democráticamente por abrumadora mayoría, y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.
PERÓN, entre otras cosas, dijo entonces:
“Hechos de esta naturaleza evidencian elocuentemente el grado de peligrosidad y audacia de los grupos terroristas que vienen operando en la Provincia de Buenos Aires, ante la evidente desaprensión de sus autoridades. El gobierno del pueblo, respetuoso de la Constitución y la ley, hasta hoy ha venido observando una conducta retenida frente a los desbordes guerrilleros que nada puede justificar en la situación que vive la República.”
Continúa diciendo: “Nuestro Ejército, como el resto de las Fuerzas Armadas que han demostrado su acatamiento a la Constitución y a la Ley en provecho de una institucionalización, no merecen sino el agradecimiento del pueblo argentino que, frente a lo ocurrido, debe sentirse herido en lo más profundo de sus sentimientos patrióticos.”
“Ya no se trata sólo de grupos de delincuentes sino de una organización que, actuando con objetivos y dirección foráneos ataca al Estado y a sus Instituciones, como medio de quebrantar la unidad del pueblo argentino y provocar un caos que impida la reconstrucción y la liberación en que estamos empeñados. Es la delincuencia asociada a un grupo de mercenarios que actúan mediante la simulación de móviles políticos tan inconfesables como inexplicables.”
Y agrega “El aniquilar cuanto antes éste terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una Patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar. Sin ello, ni la reconstrucción nacional ni la liberación serán posibles”…
Es evidente que para todos aquellos identificados con el rencor, el crimen, el odio y el proyecto político foráneo que denunciaba Perón, la guerra continúa. Por eso rechazan toda idea de finalización del conflicto y, en cambio, alientan y movilizan su perpetuación, envenenando a las nuevas generaciones con falsificaciones históricas, mistificaciones jurídicas e ideologías incompatibles con la Constitución, la Historia y las Tradiciones Nacionales.
No hay hoy institución basal de la Argentina que no sea hostilizada, atacada y vilipendiada, tanto por integrantes del gobierno, como por representantes de ámbitos no gubernamentales a los cuales éste protege, alimenta y proporciona fondos. Iglesia, Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Familia, todo, todo, está siendo blanco de ataque en orden a su deliberada y sistemática destrucción. ¿Para reemplazarlas por qué otras instituciones?. ¿Por las del socialismo chavista, nueva cara del comunismo en Iberoamérica?.
Y esta realidad no solo es observable por quien así lo desee ver, sino que progresa sobre la base de un pueblo en buena parte desmemoriado y casi totalmente anestesiado por la desinformación y la deformación ideológica de la propaganda oficial.
La mentira, la venganza y el resentimiento sin fin, y un proyecto político foráneo, y extraño a nuestra Nación, son el motor que alimenta este contexto.
Contexto en el cual se olvida la advertencia sobre el valor prioritario de la paz vertida por el Papa Pío XII en su Radiomensaje ‘Urbi et Orbi’ – al que denominó ‘La Paz y la Iglesia’- de la Navidad de 1950: “Si dirigimos ahora nuestra mirada hacia lo futuro, la paz interna de cada pueblo se presenta como el primero y más urgente problema”.
La paz interna, dijo el Sumo Pontífice, rescatándola como supremo valor. La paz …, que es condición del progreso de los pueblos. La paz …, que ciertamente no se logra con actitudes facciosas, ni con una falsedad sin igual. Debemos emprender el camino de la memoria completa, la verdad y la justicia, para lograr la paz.
Resulta más que absurdo y alarmante que socios ideológicos de los terroristas (JÓVENES CAMPORISTAS de aquellos años), expertos en secuestros y pedidos de rescate, entre otras tantas barbaridades…, hoy pretendan ser posibles mediadores en la tragedia Colombiana... ¿No es ésto burlarse del dolor de MILES de Víctimas del terrorismo y de sus respectivas familias?...
Para valorar la “intervención” que hoy pretenden… hay que recordarles sus actos de ayer: cómo pedían el canje de sus víctimas rehenes por distintos terroristas. En el caso de mi padre… por ejemplo, pretendieron canjearlo por el Sr. Hernán INVERNIZZI, el cual hoy se desempeña como empleado en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Para valorar su búsqueda de memoria hay que recordarles en que condiciones lo tenían… me refiero a las condiciones humanas … me refiero a los DERECHOS HUMANOS de mi padre, … al que asesinaron con 3 disparos … estando amordazado… dentro de un armario metálico … con 30 kg menos de peso. A los derechos humanos de su esposa, de sus hijos, de su familia, MI familia…Y los derechos del pueblo que él, como militar, defendió hasta ofrendar su vida, como hicieron también muchos otros, hoy olvidados hasta por sus instituciones.
Y en este derrotero de Memoria, Recuerdos y Reflexiones, vienen a mi mente un par de estrofas de un verso escrito por Él en cautiverio para mi hermano:
…“Ruego entonces que tus pasos se encaminen
por la senda del honor y la decencia
y le pido a Dios que te ilumine
para que puedas resolver sin mi presencia”…
…“Todo tiene su final en este mundo,
incluida la injusticia, la opresión y el desatino
lo importante es tener Fé en lo más profundo
en que habrá de cambiar nuestro destino” …
…“Tienes toda la vida por delante,
sed decente, sed honrado y sed HUMANO
y recuerda que jamás podrás saber
las cartas que Dios tiene en sus manos”…
Dios salve a nuestra Patria.
Silvia Patricia Ibarzábal