Sarkozy en prisión, sospechado de haber recibido dinero de Khadafy
El exmandatario de 63 años, retirado de la vida política activa, pero extremadamente influyente en las filas de la derecha, puede permanecer detenido hasta 48 horas en la sede de la policía judicial de Nanterre, en las afueras de París, antes de ser acusado o exculpado.
Las sospechas que pesan sobre el expresidente comenzaron en mayo de 2012, cuando el sitio de información Mediapart publicó un documento libio que consignaba la financiación de la campaña de Sarkozy por parte del entonces líder libio Muammar Khadafy , que el mismo Sarkozy contribuiría después a hacer caer en 2011.
Desde entonces, las investigaciones en una causa caratulada "corrupción activa y pasiva, tráfico de influencia, falsificación y utilización de documentos falsificados, abuso de bienes sociales, blanqueo y complicidad" avanzaron considerablemente, reforzando las sospechas que pesaban sobre el exjefe del Estado.
En noviembre de 2016, en plenas primarias del partido de Sarkozy, Los Republicanos (LR), un intermediario, Ziad Takieddine, aseguró haber transportado 5 millones de euros en billetes desde Trípoli a París entre 2006 y 2007, y haberlos entregado a Claude Guéant, su jefe de gabinete, y a Sarkozy, por entonces ministro del Interior.
Takieddine terminó siendo acusado por "complicidad de corrupción de agente público extranjero" y "complicidad de malversación de fondos públicos". Sus declaraciones coincidieron con las realizadas en 2012 por Abdallah Senoussi, un exdirector de inteligencia militar del régimen libio ante el procurador general del Consejo Nacional de Transición de Libia.
Eso no fue todo. Los cuadernos de notas del exministro del Petróleo libio -muerto en 2012 en circunstancias sospechosas-, recuperados por la Justicia francesa, también mencionan la existencia de entregas de dinero destinado a Sarkozy. Mientras que Beshir Saleh, exfinancista de Khadafy y hombre muy relacionado con Francia, recientemente baleado durante una agresión en Johannesburgo, también había confiado a la prensa que "Khadafy afirmó que financió a Sarkozy. Sarkozy lo niega. Yo le creo más al primero que al segundo".
En un video en poder de la Justicia, el mismo Khadafy reconoce en una entrevista con el diario francés Le Figaro, que contribuyó "a hacerle ganar la presidencia".
"Estoy defraudado. Si es presidente es gracias a mí. Yo le envié dinero para su campaña", dijo el líder libio seis meses antes de morir, cuando Sarkozy y Barack Obama decidieron lanzar un ataque para desalojarlo del poder.
Derrotado por François Hollande en 2012 y nuevamente vencido en las primarias de la derecha en 2017, el expresidente siempre negó esas acusaciones.
¿Acaso la decisión de detenerlo provisoriamente significa que la Justicia tiene nuevas pruebas de esa financiación ilícita que permitirían acusarlo? Según las informaciones publicadas ayer por el diario francés Le Monde, exdirigentes de la época de Khadafy habrían entregado nuevos elementos que confirman esas sospechas.
Este no es el primer caso de presunta financiación ilegal que salpica a Sarkozy. En febrero de 2017, en plena campaña hacia el Elíseo, un juez decidió sentar al expresidente en el banquillo de los acusados por un delito de financiación ilegal de su segunda campaña, la de 2012: Sarkozy gastó para ella 42,8 millones de euros, cuando el límite legal era de 22,5. Parte de esos desembolsos se ocultó a través de un complejo sistema de facturas falsas.
La noticia de su detención provocó cantidad de reacciones en el mundo político. La mayoría de sus correligionarios de derecha denunciaron un "encarnizamiento judicial".