Sarmiento y la religión
" ¿ Què se puede esperar de este
Masòn...?-¿Recordais sus escritos en el " Mercurio " de Chile, entregando la
Patagonìa, a los que nos traicionaron el 2 de abril ?.¿ Y sus debates con
las famosas rèplicas de Pedro Goyena ?.."
EL DIRECTOR
Sarmiento y la religión
Ese buen escritor de convicciones y conductas abominables
Los textos que se pueden leer a
continuación son todos hijos de la reputada pluma de Sarmiento. Por
supuesto que siempre es necesario recordar nuestra historia...
“Los sacerdotes son de baja
extracción. Hay exceso, por lo que habrá que matarlos y
expatriarlos”.(tomo 9 de sus Obras Completas)
(Las misiones jesuitas fueron)
“misiones de maldición”.(tomo 38 de sus Obras Completas) “El
catolicismo es cruel, rencoroso, tiránico, perseguidor, expoliador y
opresor de los débiles”.(tomo 48 de sus Obras Completas)
“Los milagros son un cuento del
tío, se hacen siempre en la campaña entre gentes rudas y ante chicuelos
que suelen ser tan taimados como los que acompañan a los rateros en
Lourdes”.(tomo 48 de sus Obras Completas)
“Abajo el matrimonio católico, romano,
bárbaro”. (“La Nación Argentina”, 7 de julio de 1867, haciendo
referencia a una carta aparecida en “El Mercantil” de La Plata)
“Se están introduciendo de Europa
compañías de mujeres [N. de la R.: se refería a las Hermanas
Educacionistas] para explotar comercialmente el ramo de la educación. Mi
deber es indicaros ese peligro que amenaza esterilizar las escuelas
normales. Estas congregaciones docentes son la filoxera de la educación,
y el cardo negro de la pampa que es necesario extirpar. ¿Qué vienen a
enseñar a nuestras niñas estas figuras desapacibles, hermanas de caras
feas, aldeanas y labriegas de su tierra? ¿Qué pueden enseñarles a
nuestras niñas estas ignorantes? Así se mata la civilización. Aquellas
formas de mortaja no pueden servir para educar damas y señoritas. Vienen
de todos los rincones de Europa, donde están barriendo y echando a la
calle las basuras”. (Conferencia pronunciada en la Escuela Normal de
Mujeres de Montevideo, en el año 1883)
...los gauchos “Tengo odio a la barbarie popular... La
chusma y el pueblo gaucho nos es hostil... Mientras haya un chiripá no
habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y
legitimidad? El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y
forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los
cristianos se degraden... Usted tendrá la gloria de establecer en toda
la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de
las masas”. (Carta a Batolomé Mitre, del 24 de septiembre de 1861)
“En las provincias viven animales bípedos de tan perversa condición que
no sé qué se obtenga con tratarlos mejor”.(Informe enviado a Mitre en el
año 1863)
...los paraguayos
“Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas
guaraníes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de
razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos
perros ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil. Su
avance, capitaneados por descendientes degenerados de españoles, traería
la detención de todo progreso y un retroceso a la barbarie... Al
frenético, idiota, bruto y feroz borracho Solano López lo acompañan
miles de animales que le obedecen y mueren de miedo.Es providencial que
un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaraní. Era preciso purgar
la tierra de toda esa excrecencia humana: raza perdida de cuyo contagio
hay que librarse”. (Carta a Mitre, año 1872)
...los argentinos “(son) una dañosa amalgama de razas
incapaces e inadecuada para la civilización”. “Los argentinos somos
pobres hombres llenos de pretensiones y de inepcia, miserables pueblos,
ignorantes, inmorales y apenas en la infancia. Somos una raza bastarda
que no ocupa, sino que embaraza la tierra”.
“Nuestro pueblo no está preparado sino para degollar, robar, haraganear,
desvastar y destruir”. (De sus Obras Completas SARMIENTO Y EL PUEBLO
“Tengo odio a la barbarie popular… la chusma y el pueblo gaucho nos es
hostil”.(“El Nacional”, 3 de febrero de 1857).
“Fue tal el terror que sembramos en toda esa gente —la oposición— con
éstos y otros medios (establecimos en varios puntos depósitos de armas y
municiones, encarcelamos como unos veinte extranjeros complicados en
una supuesta conspiración; algunas bandas de soldados armados recorrían
de noche las calles de la ciudad acuchillando y persiguiendo a los
mazorqueros) que el 29 triunfamos sin oposición [N. de la R.: en las
elecciones del 29 de marzo de 1857]. Los gauchos que se resistieron a
votar por los candidatos del gobierno fueron encarcelados, puestos en el
cepo, enviados al ejército para que sirviesen en la frontera con los
indios y muchos de ellos perdieron el rancho, sus escasos bienes y la
mujer”.(Carta a Domingo Oro, 17 de junio de 1857).
“Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las
casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no
tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga.
Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se
le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede
vivir por sus defectos? Los huérfanos son los últimos seres de la
sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de
comer”.(Del discurso en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, 13 de
septiembre de 1859).
“No trate de economizar sangre de gauchos. Éste es un abono que es
preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla, incivil,
bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”.(Carta a
Bartolomé Mitre, 20 de septiembre de 1861).
Civilización? o barbarie? Siendo Sarmiento director de
la guerra y gobernador de San Juan declara la intervención de las
provincias vecinas. Como no tenía atribuciones para eso, recibe la queja
del ministro Rawson y Sarmiento le contesta al presidente Mitre: “Todo
lo que nos divide es que yo he sido siempre hombre de gobierno y usted
no. Ni quiere, ni acaso pueda serlo”
Sarmiento declara el estado de sitio en las provincias vecinas y se
dedica a confiscar bienes y exterminar opositores y a los que supone
cómplices de los federales. Como Mitre trata de pararlo Sarmiento dice:
“Yo mandé a ejecutar Bouna (estanciero de tradición federal), el
gobernador de Mendoza por mi orden ha hecho ejecutar la sentencia a un
Fonsalida (también estanciero), Sandes (uruguayo al servicio del
ejército de línea) ejecutó a Minuel (un paisano) en las Lagunas”.
Amparado en el estado de sitio manda a matar por abigeato a un pobre
paisano “a la pena ordinaria de muerte que se ejecutará a tiro de fusil
en la plaza principal de la ciudad, debiendo ser descuartizado su
cadáver y puesta su cabeza y cuartos en los diversos caminos públicos”
(J. Victorica) y se jacta ante Mitre “Es de admirar la pasión con que la
chusma ha entrado en el movimiento, fusilaré media docena de pícaros”
Pablo Irrazábal,
uruguayo al servicio del ejército de línea argentino, toma a siete
paisanos partidarios del Chacho Peñaloza, retirado de la lucha, “y acto
seguido se les tomó declaración” en el “cepo colombiano”, que consiste
en poner al hombre en cuclillas y con un fusil al hombro atarlo con
cuero mojado hasta que muere descoyuntado. Seis mueren en el tormento y
el séptimo revela el paradero del Chacho, retirado de la lucha en casa
de una familia. La partida del mayor Ricardo Vera lo sorprende
desayunando con la familia: “¿Quien es el bandido del Chacho?”,
preguntan. “Yo soy el general Peñaloza, pero no soy un bandido”, y
entrega su cuchillo. Sin mediar palabra Irrazábal toma una lanza y la
clava en el vientre del Chacho que se entregaba desarmado en presencia
de la familia y la hijastra menor. Le saca una oreja y se la manda de
regalo a Natal Luna, de La Rioja, le corta la cabeza y la pone en una
pica en la plaza de Olta. Sarmiento premia a Irrazábal y a Vera con un
ascenso. Es tan alevosa la muerte que en Buenos Aires se levanta una
protesta por la forma, pero “el loco” Sarmiento, descontrolado,
refiriéndose a la muerte del Chacho le escribe a Mitre: “he aplaudido la
medida precisamente por su forma” ya que “es legal matar a lanza y
cuchillo” y “sin cortarle la cabeza a aquel inveterado pícaro y ponerla a
la expectación, no se habrían quietado las chusmas en seis meses”
(Sarmiento. Carta a Mitre, 18.11.1862.)
Doña Victorica Romero
de Peñaloza es llevada encadenada a San Juan y obligada a barrer la
plaza. Luego serían confiscados todos sus bienes. "Necesitamos entrar
por la fuerza en la nación, la guerra si es necesario" (Sarmiento, año
1861). "Los sublevados serán todos ahorcados, oficiales y soldados, en
cualquier numero que sean" (año 1868). "Es preciso emplear el terror
para triunfar. Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los
enemigos. Todos los medios de obrar son buenos y deben emplearse sin
vacilación alguna, imitando a los jacobinos de la época de Robespierre"…
"A los que no reconozcan a Paz debiera mandarlos ahorcar y no fusilar o
degollar. Este es el medio de imponer en los ánimos mayor idea de la
autoridad" (Sarmiento, año 1865).
El prestigioso caudillo sanjuanino Nazario Benavídez fue gobernador de
San Juan. Por ley de 1855 no podía ser reelecto y apoyó la candidatura
de Manuel José Gómez, respetado vecino, quedando él con la comandancia
del ejército. Su ministro liberal Saturnino Laspiur, apoyado a través de
Sarmiento por los liberales de Buenos Aires, derroca al gobernador
Gómez y encarcela a Benavidez. “La Tribuna” y “El Nacional”, redactado
por Sarmiento, instigan la eliminación del “tirano” y simulando una fuga
es asesinado en la cárcel.
La crónica de
Victorica da cuenta que “El general Benavídez, medio muerto fue
enseguida arrastrado con sus grillos y casi desnudo precipitado desde
los altos del Cabildo a la balaustrada de la plaza donde algunos
oficiales se complacieron en teñir sus espadas con su sangre atravesando
repetidas veces el cadáver, profanándolo, hasta escupirle y
pisotearlo”. Sarmiento dirá “es acción santa sobre un notorio malvado.
!Dios sea loado" (El Nacional, 23/10/1858).
"Córteles la cabeza y déjelas de muestra en el camino" (Sarmiento. Carta
a Arredondo, 12/4/1873). "Si el coronel Sandes mata gente (en las
provincias) cállense la boca. Son animales bípedos de tan perversa
condición (esos provincianos que defienden sus autonomías) que no sé que
se obtenga nada con tratarlos mejor" (Informe de Sarmiento a Mitre,
1863)
El fusilamiento en masa de un batallón correntino: "brillante conducta".
A los sublevados entrerrianos en 1868, "Proceda a diezmarlos, pasando
por las armas a los que le toque en suerte".
El degüello de Santa Coloma: "acto de que gusté" (año 1852).
Asesinato del gobernador Virasoro que él instigó desde Buenos Aires:
"San Juan tenia derecho a deshacerse de su tirano" (año 1860).
Aprobó Sarmiento el asesinato en masa en Villamayor el 2 de febrero de
1856 y como presidente ofreció $100.000 por la cabeza de López Jordán y
entre las cabezas valuadas a 1.000 patacones estaba la de José
Hernández, que acababa de publicar el Martín Fierro.
"Tengo odio a la barbarie popular... La chusma y el pueblo gaucho nos es
hostil... Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las
masas la única fuente de poder y legitimidad? El poncho, el chiripá y el
rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad
culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden... Usted
tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase
culta aniquilando el levantamiento de las masas". (Carta de Sarmiento a
Mitre del 24 de Septiembre 1861)
LA RELIGION “Los gobiernos civiles están abandonando
las escuelas y con la introducción de inmigrantes religiosas, hemos de
tener en las provincias las Misiones de Paraguay, gobernadas por los
«reverendos padres» y rehaciendo la barbarie antigua. Las hermanas que
van llegando han dejado de embrutecer chicuelas en las aldeas de
Francia, y vienen ahora a cumplir esta triste misión entre
nosotros”.(“El Nacional”, del 17 de abril de 1883)
“¿Dónde está el criadero de estos enjambres de abejas machorras que
vienen a comerse la miel de la enseñanza?… Banda de mujeres, emigrantes
confabuladas que se apoderan de todas nuestras mujeres. En Francia les
han quitado la enseñanza porque no sabían nada, fuera de bordar
escapularios. Recuas de mujeres contratadas en Europa, hermandades de
extranjeros, de machos y especuladores tonsurados, y de hembras
neutras… Todas estas comunidades deben ser desconocidas por el Congreso y
alejadas de la educación, porque en diez años más estarán en su poder
todas las escuelas del país. Hermanas y hermanos emigrantes, lavanderas y
mozas de labor, enganchadas en Irlanda para venir a enseñar a nuestras
hijas lo que no saben, en lugar de ser mucamas, para lo que tampoco
sirven gran cosa. Las hermanas son intrusas y falsarias; mujeres
colectadas en Europa a pretexto de religión para ganar plata en
América”. (“El Nacional”, año 1883)
MASON INCUESTIONABLE Domingo F. Sarmiento con medallas
masónicas. Gran Maestre grado 33 de la masonería en la Argentina.
Sarmiento fue el autor intelectual de el genocidio de indios y gauchos
en la Argentina cuyas tierras luego regaló a cambio de favores
políticos, y el autor material de la invasión cultural al poner a
maestras norteamericanas en las escuelas públicas argentinas.
También cedió en forma gratuita todos los ferrocarriles a empresas
inglesas.
La gestión del Ing. Mauricio Macri convirtió en ley para la ciudad de
Buenos Aires, que en las escuelas primarias públicas de toda la ciudad
se entone el himno a Sarmiento todas las mañanas.
¡LA PRIMERA ESCUELA
? • De 1550 a 1700: En los primeros años de
poblamiento del actual territorio argentino, la educación estuvo
centrada en la escolaridad primaria a cargo de las órdenes religiosas
(franciscanos, dominicos y más tarde, jesuitas) y basada en la
evangelización y en el uso del idioma español con carácter obligatorio.
Se cree que quizás haya sido durante la gobernación de Hernando Arias de
Saavedra (Hernandarias) cuando se establecieron las primeras escuelas.
En 1613 se fundó la primera universidad del país: la Universidad de
Córdoba, a manos de jesuitas y dominicos, sustentada en una concepción
filosófica aristotélico–tomista, proponiéndose como objetivos formar al
alto clero y a la burocracia colonial.
Nadie utilizó la violencia civilizadora con más pasión y lucidez que
Sarmiento. Porque Sarmiento no sólo hizo matar a Angel Vicente Peñaloza,
el Chacho, sino que, asimismo, ofreció la más compleja, prolija y, por
decirlo así, obstinada defensa de ese asesinato. Lo hizo en un libro que
llamó El Chacho y que, en uno de sus pasajes, dice: "Las 'guerrillas'
desde que obran fuera de la protección de gobiernos y ejércitos están
fuera de la ley y pueden ser ejecutadas por los jefes en campaña. Los
salteadores notorios están fuera de la ley de las naciones y sus cabezas
deben ser expuestas en los lugares de sus fechorías".
No hay que dudarlo: si uno quiere saber cómo y por qué se mata en nombre
de la civilización... hay que leerlo a Sarmiento. Esa tarea nos
espera.
La civilización ejerce la violencia en nombre de valores que se proponen
como "constructivos". La violencia de la civilización no se piensa a sí
misma como nihilista. Siempre está por construir un mundo.
Y la construcción de ese mundo implica el aniquilamiento de lo que se le
opone, sobre todo si lleva el signo de la Cruz de Cristo.
Y quien como católico, conociendo estos datos, tolere o propicie el
enaltecimiento de tan siniestro y nefasto personaje, sobre todo entre
los más jóvenes e inocentes, no puede hacerlo sin grave traición a la
patria, católica y mariana por esencia.
Un envío de Guillermo Walter Gómez
Comentariio del editor: La personalidad de Sarmiento es
compleja y no es posible negar algunos méritos literarios en su obra y
ciertas virtudes personales. Pero el resto resulta tan abominable que
difícilmente se pueda compensar lo suficiente como para justificar el
alto concepto en el que se lo tiene. En particular la falsificación
sobre la que se ha elevado su pedestal.