Noticia de Tucumán
Periodismo          de Verdad: 1 de septiembre de 2010          
   Sucedió en Tucumán, vaya casualidad, CUNA DE LA INDEPENDENCIA Y           ESCENARIO DE LA CRUEL GUERRA DE LOS 70. Esta mañana Victoria Villarruel          (Presidente del CELTYV) que llegó a la provincia para presentar su libro          “Los llaman…jóvenes idealistas”, estuvo junto a Victoria Paz y a María          Fernanda Viola, la hija del Capitán Viola que sobrevivió al atentado,          contando LA VERDADERA HISTORIA, ESA PARTE DE LA HISTORIA QUE LOS JÓVENES          NO CONOCEN, en el Colegio Angel María Boisdron, en Yerba          Buena.          
Una mañana gris y lluviosa despertó a los          tucumanos. Sin embargo, la luz brilló en los corazones de las           integrantes del CELTYV (Centro de Estudios legales de Víctimas del          terrorismo) cuando se enteraron que un Colegio tucumano les abría sus          puertas para que pudieran contar su historia, su dolor, sus ansias de          ponerle garra a la vida a pesar de todo y la importancia de crecer sin          rencores y sin odios para construir una Argentina mejor.          
Las autoridades del colegio las recibieron          con tanto afecto, que ya al llegar se les estremeció el alma, por          primera vez en su país, ellas iban a dar formalmente una charla a los          jóvenes.          
Más de 200 alumnos de los últimos años de          ese colegio y otros tantos del Pablo Apóstol, escucharon absortos la          historia relatada con una claridad absoluta por la Doctora Victoria          Villarruel, que les habló con sencillez, con conocimiento y sin ningún          tinte político en su exposición, limitándose a relatar cuando y cómo          comenzaron a operar los grupos guerrilleros en el país, las diferencias          ideológicas de Montoneros y Erpianos, la idiosincrasia de cada grupo, el          modus operandis.          
Les contó luego que hubo más de 20.000          víctimas del terrorismo entre la población civil y de que manera las          familias de todos ellos son ignorados como si fuesen “los verdaderos          desaparecidos de esta república”.          
Les narró los atentados más paradigmáticos,          les contó cuando se creó la Cámara Federal Penal para juzgar atentados          terroristas y cómo luego una amnistía dejó a todos en libertad y las          víctimas totalmente indefensas.          
Fue clarísima y contundente, habló sin          retaceos pero con mucha altura y respeto, haciendo tomar conciencia de          que la historia está formada por hechos que nadie hubiese querido pero          que todos deben conocer, porque ha habido cosas brutales.          
Terminó con un video con imágenes de          atentados, cifras, cadáveres mutilados, la cara del horror. Los chicos          miraban atentamente, no volaba una mosca en el salón del Colegio          Boisdron.          
Luego presentaron a María Fernanda Viola,          quien cuando tenía 5 años, sobrevivió al atentado en el que murieron su          padre, el Capitán Humberto Viola, y su hermana María Cristina de tan          sólo 3. Fernanda nunca había hablado en público y no sabía que hoy le          tocaría hacerlo. Subió al escenario ante el pedido de todos y entre          sollozos contó su historia, provocando sollozos y aplausos. Narró lo que          había vivido durante ese atentado atroz y lo que fueron sus años a          partir de allí, con tantísimas limitaciones que le dejaron sus 9          operaciones en la cabeza si bien hoy es una señora mamá de dos          lindísimos hijos y declaró que “No deja de dar gracias a Dios por          haberle permitido vivir, soy un milagro” dijo mientras la concurrencia          aplaudía sin parar.          
Cuando terminó Fernanda, fue el turno de          Victoria “Marujita” Paz, la hija del industrial azucarero José María          Paz, a quien ella definió como un “pacifista, un conciliador, un tipo          sumamente alegre, sumamente trabajador”. Muy emocionada habló de la          entereza y de la grandeza de su padre, contó los tiempos difíciles que          atravesaron antes del atentado, y de que manera su padre los había          preparado diciendo que “estaba amenazado pero que había dado la orden de          que no se pagara rescate porque él no iba a alimentar a la          guerrilla”…..Marujita contó que  ver a su padre morir asi, tan          joven y lleno de ínfulas fue un dolor inmenso, pero que luego habiendo          visto lo que pasaron otros secuestrados en su calvario, y dio como          ejemplo el horror por el que atravesó otro Tucumán, el Coronel Argentino          del Valle Larrabure, pensó que eso sí ella no hubiese podido          resistir”          
El mensaje más fuerte que dejó Marujita, es          el de la importancia de crecer sin odios, sin rencores, poniéndole garra          a la vida y no imponiendo jamás, bajo ninguna circunstancia, sus ideas          por la violencia, NUNCA, JAMÁS. Dio gracias al ejemplo de su padre que          antes de morir les pidió no odiar ni sentir rencor y dijo que gracias a          Dios no tenía rencor por nadie y hoy podía, muchos años después, estar          trabajando por esta causa en la que ellos se sienten ignorados por el          Estado, por la Justicia y hasta por gran parte de la sociedad.          
Fue una jornada conmovedora y riquísima.          Como tucumana me siento orgullosa de los dirigentes de los Colegios que          hoy invitaron a estas jóvenes mujeres a contar sus historias. Los          abrazos, las lágrimas y los aplausos fueron la constante de esta mañana          diferente que quizás sea el primer paso para que nuestros jóvenes          estudiantes aprendan que ha habido excesos y atrocidades de uno y otro          lado, que hay familias destruidas entre la población civil, que para          ellos no hay Justicia ni hay verdad, como dijo entrecortadamente María          Fernanda Viola.          
Tan fuerte ha sido lo vivido hoy, que el          director de otro colegio de Yerba Buena en Tucumán, el Pablo Apóstol, ha          invitado para mañana a este grupo para que de su testimonio, la misma          decisión ha tomado el Colegio Los Cerros en esta localidad.          
NINGUNO LO HACE CON INTENCIÓN DE DIVIDIR,          MUCHISIMO MENOS CON EL DE HACER POLÍTICA, NADA MÁS ALEJADO, LA ÚNICA          FINALIDAD ES QUE SE EMPIECE A CONOCER LA VERDAD DE LO QUE HA SUCEDIDO,          QUE SE PONGA FRENO A TANTA CENSURA Y A TANTA MANIPULACIÓN DE LA          HISTORIA.          
NOS HEMOS DADO CUENTA TODOS QUE A LOS          JÓVENES HAY QUE FORMARLOS, QUE ELLOS TIENEN QUE SABER EN VERDAD LO QUE          PASÓ Y HABLAR CON UNOS Y CON OTROS. SERÁ LA ÚNICA FORMA DE QUE CADA UNO          CIERRE HERIDAS, FORME CRITERIOS PROPIOS Y SE DE CUENTA DE QUE HAY          ERRORES QUE NO PUEDEN VOLVER A COMETERSE JAMÁS.          
DOY GRACIAS A DIOS POR HABER PARTICIPADO          TAN INDIRECTAMENTE DE TODO ESTO Y HABER SIDO TESTIGO DE ESTE MOMENTO          TRASENDENTAL. NO DUDO QUE HABRÁ UN ANTES Y UN DESPUÉS Y CONFÍO          ABSOLUTAMENTE EN NUESTROS ESTUDIANTES ASI COMO ME SACO EL SOMBRERO COMO          DICEN ACÁ, ANTE LAS AUTORIDADES QUE LO HICIERON POSIBLE, PORQUE ELLOS          TAMBIÉN  SON LOS PROTAGONISTAS DE HOY.          
Por ésas cosas de la vida me tocó estar          ahí, no puedo todavía dejar de recordar cada frase dicha ni de borrar          cada brillo en la mirada de los chicos, ávidos por conocer todo lo que          pasó con el sólo propósito de pacificar, de perdonar, de buscar poner de          pié a nuestra Patria, para lo cual era imprescindible escuchar esa parte          que desde siempre se empeñaron en borrar de sus libros de historia y en          ocultarles bajo la mentira.          
Ahora como dijo Marujita, “a ponerle garra          a la vida”. Han pasado 35 años, los dolores no se borran, es más,          parecería que con la indiferencia de varios sectores ha recrudecido, sin          embargo cabalgan en busca del perdón, del respeto y de la paz y          esta  vez fueron los jóvenes tucumanos los depositarios de esa          verdad. Gracias en verdad a todos lo que lo hicieron posible.          
Esta tarde a las 19.30, en el Hotel Garden          Park de esta provincia, Victoria Villarruel presentará su libro          acompañada de Victoria Paz y del Dr. Javier Vigo Leguizamón, abogado de          las familias Larrabure y Viola. Darán también su testimonio algunas de          las víctimas del terrorismo en esta provincia, todos ellos civiles y          ciudadanos comunes como todos nosotros.          
TUCUMANOS ACOMPAÑEMOS A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO Y ESCUCHEMOS          SUS IMPORTANTES TESTIMONIOS.          
Luz García Hamilton          
Periodista          
Periodismo de Verdad
 
 
 
