Habla el policía que interrogaba a los Graiver. Por Horacio Palma
Habla el policía que interrogaba a los Graiver. Por Horacio Palma
Periodismo de Verdad: 31 de agosto de 2010Norberto Cozzani está detenido en el penal de Marcos Paz. Su testimonio abunda en detalles sobre los negocios de los Graiver con los Montoneros y Jacobo Timerman.
En el año 2006, tuve la oportunidad de entrevistar a Norberto Beto Cozzani en el Penal de Marcos Paz. La charla fue extensa y Cozzani habló de todo. “Yo he sido un represor- se presenta- y no me asusta la palabra represión. Y estoy contento en haber contribuido a que la logística de Montoneros se quedara sin dinero. Porque así se salvaron vidas de muchos jóvenes idealistas, que dejaron de tener armas, de tener balas y de tener pastillas de cianuro…”
La mañana no puede ser más espléndida. Un glorioso cielo azul, una brisa fresca que acaricia…y los primeros albores que van encendiendo, desde el horizonte, el paisaje de la ruta. Ya dejé atrás la Autopista del Sol y el Camino del Buen Aire… curioso nombre para un camino rodeado de basurales y rellenos sanitarios.
Ahora desando la ruta 200 a la altura de Marcos Paz, un pequeño pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Un cartel desteñido me avisa que debo dejar el asfalto, lo que el cartel no avisa, es que debo embarcarme en 7 kilómetros tortuosos de ripio. Encaro con paciencia el camino que parece tener algo personal contra las visitas… hasta que por fin distingo, en el medio de la nada, un gigantesco alambrado coronado de gruesas púas, que rodea varios módulos amarillos de techos verdes. He llegado a la Cárcel.
Desde lo alto de las torres, los guardias siguen mi auto con la vista. Estaciono. El sol ha ganando altura, pero es el viento el que reina en el descampado. Sólo el grito de unos teros, y el flamear frenético de una bandera argentina maltratada por los furores del viento sur, rompen el silencio de la mañana.
Hago los trámites de ingreso al Penal (sin revisaciones humillantes), y tras media hora de espera, un colectivo me lleva con desgano hacia el lejano Pabellón 4.
Adentro, en una pequeña sala de visitas, oscura a pesar de la claridad del celeste de sus paredes, Norberto Cozzani y Hugo Guallama realizan la ceremonia de preparar la mesa para el café. Un amigo de ellos que ha venido conmigo, saca de una bolsa dos docenas de medias lunas y varios kilos de comida que los detenidos reciben como un tesoro.
Cozzani es un mastodonte de un metro noventa y más de 100 kilos, Guallama es piel y huesos. Cozzani habla con vozarrón de locutor, Guallama apenas murmura. Cozzani viste con discreta elegancia. Guallama, apenas viste.
GRUPO GRAIVER
Desde los parlantes del Penal, una música de violines suaviza los sonidos severos de rejas que se abren, de candados que se cierran, y de botas que retumban por los pasillos.
Cozzani es un ex Cabo de la policía bonaerense, que pidió su retiro en 1.978, tras dos años y dos meses en la fuerza. La particularidad de su historia dentro la policía de Buenos Aires, es haber desbaratado al Grupo Graiver, según Cozzani, “el mayor financista de los Montoneros… eso es lo que no me perdonan, que les haya desbaratado todo el aparato financiero, y que, en una causa donde se incautaron bienes por 74 millones de dólares, no haya faltado ni un encendedor. Al grupo Graiver le incautamos bienes por ese monto, y luego toda la causa fue investigada por jueces de la democracia, y por quienes quedaron a cargo de manejar la sucesión de María Sol Graiver. Y no faltó un solo dólar…” Cozzani habla con pasión y recuerda con envidiable memoria. Y fuma también con pasión, como casi todos allí adentro. Dice con soltura, aunque hace silencios, como buscando palabras adecuadas. Aplasta con fuerza lo último del cigarrillo contra el cenicero, y sigue: “Para nosotros, encontrar a los Graiver fue fruto de una casualidad, así, tal cual. Tuvimos suerte. Nosotros detuvimos a todos, secuestramos todos los bienes, demostramos que eran quienes manejaban las finanzas de Montoneros, y pudimos cortarles todos los circuitos financieros que habían organizado a nivel internacional. Todos los bienes los entregamos a la CONAREPA -Comisión Nacional de Recuperación Patrimonial- (después, en el gobierno de Alfonsín, se les devolvieron los bienes, más los intereses). Recuerdo especialmente el caso de Francisco Fernández Bernárdez, un hombre muy conocido en el mercado de divisas en Buenos Aires de David Graiver desde 1.974. El era quien manejaba el 100% de los movimientos clandestinos de divisas hacia el exterior, y preparaba los billetes que mensualmente entregaban el Dr. Rubinstein y la Sra. Fanjul (otros de los detenidos del Grupo Graiver) a la Secretaría Logística de la Organización Política Militar Montoneros, en los alrededores de Plaza Italia. Fernández Bernárdez había renunciado al Banco Galicia, y desde junio del 66 se dedicaba al mercado clandestino de dólares. Nunca se alejó mucho del Banco Galicia, dice Cozzani, de hecho, cuando lo detuvimos, continuaba operando en el subsuelo del Banco, donde disponía de un “especial” tesoro de uso particular. Fue él nuestro principal colaborador a la hora de conciliar cifras. Jamás olvidaré sus condiciones para colaborar y trabajar en el tema durante muchas horas, en el sector de Seguridad donde se encontraba detenido…pollo rostizado, vacío al horno, tortillas, vino blanco de buena marca y whisky escocés, todo eso mandaba a comprar a través del oficial jefe de su lugar de detención, que era el entonces Oficial Principal Darío Delfín Rojas…ese lugar se llamaba Puesto Vasco. Allí también estaban detenidos los Graiver, pero nunca me enteré que los convidara… hasta eso hay que explicarle hoy a la gente, que lo que ahora algunos llaman un centro clandestino de detención, no era tal, sino que tenía una bandera argentina en la puerta y un mástil. Lo que quiero decir, es que no era clandestino sino que estaba bien individualizado, era un lugar transitorio de detenidos”.
Norberto Cozzani fue juzgado en la Causa 44 (Causa Camps). Allí lo condenaron a 4 años y medio por apremios ilegales a 4 personas del Grupo Graiver, en ese juicio, Osvaldo Papaleo, esposo de la actriz Irma Roy y hermano de Lidia Papaleo de Graiver, estuvo a punto de ser procesado por falso testimonio. “Conociendo los jueces que me juzgaron, si me aplicaron cuatro años por cuatro tormentos, un año por Juan Graiver, un año por Isidoro Graiver, un año por Lidia Papaleo de Graiver, y un año por Silvia Cristina Fanjul…deben haberme aplicado malos tratos…”, exclama y sonríe Cozzani. “El colmo de esta persecución judicial, es que ninguno de los cuatro vino a declarar al juicio oral y público. Las dos mujeres declararon desde Roma, por exhorto diplomático. Y los dos hombres declararon por Secretaría, porque no querían verme. Yo pedí un careo con los cuatro a través de mis abogados, y tampoco me dieron lugar.”
OBEDIENCIA DEBIDA, NO TAN IRRESISTIBLE
Mientras cumplía la pena en el Penal de Magdalena, tiempos en que Cozzani recuerda a los Bulgheroni visitando el penal y llevando whisky importado a Videla, que como no tomaba, lo regalaba a los otros detenidos, o a Pérez Companc facilitando su casa para las visitas de los Comandantes detenidos, el gobierno radical impulsó la ley de Obediencia Debida, ratificada luego por el Congreso de la Nación, dicha ley pretendió proteger a aquellos que no tuvieron capacidad decisoria, ni pudieron examinar la legalidad de las órdenes recibidas…pues bien, Norberto Cozzani rechazó dicha ley. Leo el Clarín del sábado 16 de mayo de 1.987: “El cabo de la Policía de Buenos Aires, condenado por violaciones a los derechos humanos durante la guerra contra la subversión, desistió ayer de ampararse en el principio de la Obediencia Debida…”.
La Corte Suprema de la Nación le dio la razón. Cuando uno le pregunta por qué lo hizo, Cozzani se pone más serio que de costumbre y responde: “Jamás recibí de mis superiores ninguna orden que implicara la ejecución de un plan criminal, jamás fui forzado por ninguna fuerza irresistible, ni engañado por ningún error insuperable para cometer acciones que repugnaran mi conciencia moral…Yo estuve en una guerra, a mí, Carlos Kunkel, Comandante de la Columna 21 de la Organización Montoneros que en los 70 actuaba desde el Puente Pueyrredón hasta la ciudad de La Plata, me persiguió con una Ford F100 en la que había montado una ametralladora con trípode tapada con lonas. Kunkel buscaba la eliminación directa de nuestro grupo…Hoy, él está en la Casa de Gobierno, y yo estoy detenido por una causa inventada, armada con testigos falsos, esperando hace más de dos años un juicio oral. Y encima, tengo que aguantar que un General como Bendini, prohíba en los actos oficiales mencionar la palabra terroristas o Montoneros, y los llame “Atacantes…”, dice Cozzani con una bronca que se le nota.
PAPEL PRENSA
Solo nombro Papel Prensa, y Cozzani comienza a comentar la historia…“Papel Prensa es una operación que la inicia Gelbard. Gelbard tenía una gran preocupación con la prensa. El quería hacer una revolución marxista y sabía que para eso tenía que controlarla de alguna manera. Sobre todo, al Grupo Civita, que era Editorial Abril. Gelbard entonces sacó un decreto aumentando los impuestos para la importación de papel, en el momento en que el Grupo Civita, junto al grupo de Ingeniería Tauro construían Papel Prensa en la localidad de San Pedro. Gelbard entonces manda a David Graiver, su delfín, a negociar. En medio de las negociaciones, Gelbard saca los impuestos a las importaciones de Papel, de manera que podía entrar a la Argentina papel más barato del que se iba a producir en San Pedro, ahí entonces David Graiver cierra las negociaciones y compra su participación en Papel Prensa al Grupo Civita. Grupo que, apretado por decretos presidenciales y por numerosas resoluciones del Ministerio de Economía, decide retirarse del país e instalarse en San Pablo. Curiosamente, muchos años después, los Born, los Pérez Companc y muchos otros, tuvieron que hacer lo mismo con sus respectivas empresas. La Argentina se repite mucho. Así entonces se quedaron con Papel Prensa, volvieron a aumentar los impuestos de importación de papel, y al controlar Papel Prensa, que era la única empresa proveedora de papel de diario en Argentina, tuvieron controlada a toda la prensa escrita, que era la gran preocupación de Gelbard. El que no tenía el papel de Gelbard o de Graiver, no podía publicar su diario en Argentina… así eran las cosas. Con eso, y con más publicidad oficial, pudieron controlar casi toda la prensa… casi lo mismo que ocurre hoy… la Argentina se repite mucho. Ellos le llaman democracia a esto… yo le llamaría autocracia…”
JACOBO TIMERMAN
Como habla de Papel Prensa, yo le pregunto por Jacobo Timerman. Cozzani toma un sorbo de café, saluda al Director del Penal, que por enésima vez pasa por el pasillo, y dice: “El señor Timerman estaba detenido, y no por un capricho como pretende hacernos creer hoy la izquierda. Jacobo Timerman fue un hombre que participó del centro de la derecha de arriba y abajo. Al igual que su hijo, ha sido un comerciante del negocio periodístico. Jacobo Timerman avaló revoluciones en contra de Illia y a favor de Onganía, inventó los cigarrillos 43 70 para que no se funda la fábrica de cigarrillos que estaba en Argentina. Estuvo a favor del Proceso Militar y estuvo en contra del Proceso Militar. Tuvo en su staff periodístico desde terroristas, hasta hombres de derecha. Pero el problema, es que nosotros encontramos que Jacobo Timerman no era el dueño del Diario La Opinión, sino que los dueños eran los Graiver. Era Lidia Papaleo de Graiver. Nosotros secuestramos los títulos al portador del Diario La Opinión, y no solo del Diario La Opinión, sino de las Editoriales donde imprimían el Diario. Así que no fue aquello una cuestión ideológica ni política, era una cuestión de que, si usted se había comprado una casa con dinero producido por los terroristas que habían secuestrado a otros vecinos, entonces, su casa no era suya, y usted tenía que ser detenido porque usted sabía perfectamente de dónde provenía ese dinero. Esta fue la realidad del caso de Timerman. Lo triste del caso Timerman, es que, quien dio la orden de detención del señor Jacobo Timerman, fue el General Harguindeguy. Y detenido el señor Timerman, el diario La Opinión seguía saliendo con un interventor… y el interventor luego, aparecía como el nuevo dueño del diario. Algo, no solo mendaz, sino lamentable. Tiempo después, se produce una reunión entre el embajador argentino en Estados Unidos, el señor Aja Espil, el rabino Marshall Meyer, Nelson Rockefeller y el General Videla. Todos ellos vinieron a Argentina a pedirle a Videla la libertad del señor Jacobo Timerman, que estaba detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Luego de aquella reunión, a Timerman le dan el arresto domiciliario, y poco tiempo después le facilitan la salida del país. Recordemos que luego, el rabino Marshall Meyer integra la CONADEP, Comisión que produce el llamado “Informe Sábato”, y mucho después, termina detenido en Estado Unidos por abusar de menores”.
UNA ARGENTINA VIOLENTA
Cozzani, usted integró la Policía de Buenos Aires en los años setenta, ¿Se vivía entonces un clima de guerra? “En argentina se vivía un clima de guerra desde el 73. Lo que nadie tiene en cuenta, es que en Argentina, el terrorismo asesinaba, fusilaba y torturaba, sistemáticamente. Y todo esto está documentado en todos los medios de la época, y en todos los libros escritos sobre el terrorismo, hasta por los propios terroristas.
Y de otro tema que no se habla, cuando se habla del terrorismo en Argentina, es de las guarderías de chicos que tenían armadas los terroristas. Cuando el ERP arma su Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez para combatir en el monte tucumano, necesitaron armar las guarderías, para dejar los hijos de los combatientes sin levantar sospechas entre los familiares. Estas guarderías eran controladas por gente de la misma organización. Y esos mismos chicos eran usados como escudos de otras parejas que se conformaban para hacer inteligencia sin levantar sospechas. Con los chicos en brazos realizaban chequeos de casas y de barrios para futuras muertes de acción directa. Pero, y de esto tampoco habla nadie, cuando los padres de estos chicos eran abatidos en combate, o eran apresados, ahí, los hombres de la inteligencia terrorista se tomaban el trabajo de ver cuáles eran los riesgos que había en devolverles esa criatura a sus familiares. Si el riesgo era alto, se les cambiaba la identidad. Esto yo lo veía y lo vivía a diario en la guerra que me tocó pelear. Yo estuve en esa guerra, y puedo asegurar que acá no hubo ningún plan sistemático de robos de bebés por parte de las fuerzas que combatieron al terrorismo. Los casos aislados de apropiaciones indebidas de chicos, son casos de delincuentes comunes, pero no se puede generalizar a todas las fuerzas. Pero lamentablemente, por estos delincuentes comunes que hubo en las fuerzas, aparecieron señoras como la Chicha Mariani, fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, peleadas a muerte con falsas abuelas como Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Entonces, todo esto se convirtió ahora en un gran negocio político y económico que tienen que seguir alimentando con las desapariciones de los López, y con la aparición de nuevos testigos que son falsos.” Cozzani hace una pausa, y toma un trago de café, yo aprovecho, ya que lo mencionó a López, para preguntarle por él. ¿Recuerda si López estuvo detenido en los 70? “Yo no lo sé, pero debo creerle a su hijo, que dijo en televisión que iba a visitarlo a la Unidad 9 de La Plata. Lo que sí creo, analizando muy profundamente el tema, es que, si alguien de la policía o de alguna fuerza hubiera pretendido eliminar al señor López, lo hubiera hecho antes que declare y no después. Generalmente, cuando un testigo desaparece después de declarar, se hace para que ese testigo no declare dos veces. Y en esto, los Organismos de Derechos Humanos en Argentina, tienen una triste experiencia en el Juicio a los Comandantes, que es el caso de Julio Emmed, un ex policía detenido por delitos comunes (disfrazado de policía detenía vehículos en la Ruta 6 para robarlos). Emmed les vende una declaración a dos abogados de la CONADEP en la Cárcel de Devoto. Pero en el momento de declarar en el juicio, y como no le habían pagado, Emmed se arrepiente y dice la verdad ante la Cámara Federal en un juicio oral y público. Recuerdo que también Emmed en ese momento fue presentado ante el Tribunal, como un testigo clave, igual que López. Recordemos que las declaraciones de Emmed ante la CONADEP, sirvieron para enjuiciar, entre otros, al padre Christian Von Wernich… otro caso es el de Orestes Vaello, ese señor es un vendedor de información, un actor. Un cabo talabartero del Ejército que sólo le interesa vender la información que no tiene. Repito, esto se está moviendo como un gran negocio. Pero sin que descubran que ese negocio nos está llevando a una situación similar a la del 73. Cualquier Presidente, de cualquier ideología, sabe que cuando llega al gobierno debe dejar de lado sus ideologías extremas en la puerta de entrada y gobernar para todos. Lo hicieron en España, y lo hicieron en muchos otros países.
En un primer momento, las instituciones de la República intentaron controlar la acción del terrorismo con la ley. Para eso se creó una Cámara Federal Penal, pero el día 25 de mayo de 1.973, otro terrorista, que es el actual Procurador General de la Nación, el Dr. Esteban Righi, dueño hoy de todos los Fiscales Federales colocados para armarnos causas a nosotros con testigos falsos (más una fina pluma como la del Doctor Leopoldo Shiffrin), redactó un decreto que fue una suelta de palomas, y se abrieron las cárceles del país, y fueron liberados todos los terroristas que con mucho sacrificio habían detenido los organismos de seguridad y que los Jueces Federales habían logrado encarcelar. Con esa Amnistía amplia, todos los terroristas recuperaron la libertad, pasaron a la clandestinidad, y al poco tiempo asesinaron al Presidente de aquella Cámara, el Dr. Jorge Quiroga. Es decir, no es que nuestra República no quiso, sino que los terroristas no la dejaron. Y después, con los terroristas sueltos y matando a los jueces, ningún juez se animó a condenar algún terrorista… ni uno. Desde ahí, la forma de combatir al terrorismo y las órdenes de operaciones que bien mostró el Dr. Florencio Varela, en una actitud ejemplar, pues en mi juicio que fue en 1.986, ni un solo general dijo que existían esos Reglamentos de Operaciones… (total, pensaron que con cinco o diez fantásticos en la cárcel, ellos salvaban el pellejo. Hoy, ya somos más de 200 los detenidos) estuvo siempre a cargo de la Junta de Comandantes. Ellos redactaron las órdenes de operaciones.”
“Yo no torturé, te puedo asegurar que con la gente del Grupo Graiver, las cosas se esclarecieron conversando en una mesa. Yo grabé las conversaciones de Jacobo Timerman con Lidia Papaleo, donde discutían los porcentajes y la distribución del dinero. Pero durante 30 años, los generales dejaron, no sé por qué, la ruta liberada. Y en esa ruta quedó la libre circulación de sinvergüenzas como el terrorista Verbitsky, colocador de bombas, y todo un staff de gente con mucha inteligencia y mucho dinero, que han propiciado este momento político. Donde aparece un tipo que fue un mínimo militante del peronismo, pero que dijo en este negocio me prendo porque es un buen negocio, que es el Presidente de la República, que asume la bandera de los Derechos Humanos y que me hace sentir que estoy nuevamente en el 73, pero con 55 años de edad y no con 20. Este tipo me metió en una máquina y me retornó al pasado.” En algún punto, Cozzani se siente traicionado, “Yo no tendría que estar haciendo estas declaraciones, estas declaraciones las tendría que estar haciendo el general Ríos Hereñú, el General Videla y no yo. Yo soy un ciudadano aburrido del maltrato recibido y del silencio cobarde de los estados mayores. Y de la sumisión de un Teniente General como Bendini, que está procesado por un hecho que yo no fui procesado, habiendo secuestrado bienes por 74 millones de dólares, un general que se da el lujo de decir muy suelto de cuerpo que no se le puede decir Montoneros a los Montoneros, y que no permite que los granaderos estén presentes en el acto de homenaje a un teniente que los Montoneros mataron con nueve tiros por la espalda en la puerta de su casa…”
VOLVER A EMPEZAR
Tras 17 años de libertad, Norberto Cozzani, ante una noticia aparecida en el Diario La Nación que hablaba de que sería nuevamente detenido para que terminara de cumplir aquella vieja condena, se presenta espontáneamente ante el Dr. Arnaldo Corazza con el bolso ya preparado. El juez le dice que aún no tenía redactada la forma. “Yo entonces le explico -dice Cozzani con cierto dolor- que no quería ningún allanamiento en mi domicilio por respeto a mis hijos, y me fui a vivir a una pensión, y al quinto día el juez me mandó a detener, en una actitud muy caballeresca del Dr. Corazza, porque me mandó un vehículo no identificable y con personal de civil. Así fue la detención. Pero pienso que después de eso, al Dr. Corazza lo coparon los Organismos de Derechos Humanos y las distintas Asociaciones de Víctimas del Terrorismo de Estado de la ciudad de la Plata. Son como 33 organismos distintos que son los que operan, y son los que ordenan a la justicia. Yo lamento que el Dr. Corazza, quien por amistades y allegados, yo soy de Lanús y él de Avellaneda, tengo como antecedentes el mejor de los conceptos, no haya tenido la valentía de renunciar a su cargo de Juez, y no pasar a ser un empleado de estos organismos que sólo están buscando revancha e intentan hacernos volver a la virulencia de otras épocas. Porque antes de cumplir con mi condena, me vuelven a acusar con testigos falsos, y me arman causas nuevas.”
CONCILIEMOS
“Yo estoy convencido que la única solución es la Conciliación -exclama Cozzani-. Yo siento admiración, cuando escucho al Dr. Sacheri, a quien le matan a su padre en su cara cuando él tenía 14 años, ofrecer su mano tendida a los asesinos de su padre. Porque sé que lo hace para que no vuelva a pasar lo mismo. Pero del otro lado, buscan caer en un terreno peligroso. Buscan asustar y acorralar a muchas personas que uno no sabe cómo van a reaccionar. No todos tenemos la misma templanza para aceptar estar preso con causas armadas. ¿Y estar presos hasta cuándo? ¿Y quiénes nos van a juzgar? Yo lo he dicho en un escrito que está en el expediente: Sres. Jueces, asuman que son parte de un tribunal popular, fusílenme mañana en la plaza pública, y se acabó mi historia. Hagan lo que piden las Organizaciones que manejan los juicios, que gritan ¡paredón paredón! Pero no sigan hablando de división de poderes o justicia independiente. Está el caso del Juez Bonadío, a quien el Consejo de la Magistratura le va a iniciar un sumario, porque sin fundamentos detuvo a Vaca Narvaja y a Cirilo Perdía. Que para mí, fueron dos excelentes combatientes del terrorismo, pero no pueden juzgar al juez por detener a Vaca Narvaja y Perdía… entonces, estamos entrando en una Argentina peligrosa. Que yo, desde acá adentro, observo que explota. No sé si hoy, mañana o pasado. Pero explota. No sé cómo ni cuándo, pero algo explota. Porque se está revolviendo mugre e inventando mugre y persiguiendo gente porque sí. Rompiendo las Instituciones de la República, rompiendo con el clero, rompiendo con Uruguay, rompiendo con Chile… si estuviéramos en la cancha, diría: Rompiendo las pelotas sin saber por qué…”
AYUDAR, UN DEBER
Cozzani ya ha escrito 3 libros. El primero “Yo Asumo”, acaba de publicarse…y es imperdible. El segundo tiene título: “Yo Acuso”… y promete más datos para la polémica. “Necesito vender muchos para pagar abogados… así de simple…”
Cerca del mediodía, el colectivo del Penal me devuelve a la entrada. Retiro mis pertenencias de un cofre azul, el portón corredizo se cierra a mis espaldas.
Otra vez el primer silencio, doblegado solo por el grito de unos teros, y el flamear frenético de la bandera argentina maltratada por los furores del viento sur… mmm, aves que gritan lejos de sus huevos, y vientos del sur que maltratan la bandera Argentina. ¡Qué curioso!, la naturaleza, sin saberlo, me acababa de dar la metáfora exacta, de lo que Cozzani intentó decirme durante dos horas de charla… mientras Hugo Guallama, ex chofer de Miguel Etchecolatz, escuchaba en silencio.
Fuente: InformadorPublico.com