Gira del Papa por Medio Oriente
El papa Benedicto XVI instó al mundo a "jamás negar, desacreditar u olvidar" el sufrimiento de las víctimas del Holocausto frente al Memorial de Jerusalén dedicado a los millones de judíos que perdieron la vida en el genocidio nazi.
"Que los nombres de esas víctimas no mueran. Que sus sufrimientos nunca sean negados, olvidados o despreciados. Que toda persona de buena voluntad vigile para erradicar del corazón de los simples hombres todo aquello que pueda conducir a tragedias similares", dijo el Papa.
"La Iglesia católica (...) siente compasión por las víctimas que aquí recordamos y está al lado de todas las personas perseguidas por su raza, color, condición de vida o religión", dijo.
"La Iglesia se compromete a trabajar sin descanso para garantizar que el odio no reine jamás en el corazón de los hombres", clamó.
Benedicto XVI, en un intento de superar toda polémica política, pronunció un crucial "nunca más" en Israel, con el deseo de sanar heridas con los judíos tras las polémicas que se desataron recientemente por la reintegración de un obispo negacionista.
Benedicto XVI pronunció su discurso desde la cripa de Los Recuerdos del complejo monumental.
El jefe de la Iglesia católica, de nacionalidad alemana y que de joven perteneció a las Juventudes Hitlerianas cuando se hizo obligatorio en 1941, no visitó el museo Yad Vashem, oficialmente porque la agenda estaba muy cargada.
Medios de prensa locales sostienen que fue para evitar la placa contra Pío XII acusado de haber mantenido el silencio frente al Holocausto y que el Papa quiere beatificar.
Durante la ceremonia, el papa Benedicto XVI alumbró la "llama eterna" en honor de las víctimas del Holocausto y se recogió luego con los ojo cerrados en un largo silencio ante los nombres de cientos de personas que perdieron la vida en los campos de exterminio, de detención y por las persecuciones nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Una oración en hebreo seguido por un conmovedor canto recordó los sufrimientos padecidos por las víctimas.
El gran rabino de Israel, Israël Lau, que sobrevivió al campo de Buchenwald, le regaló al Papa una copia de una pintura realizada por el artista judío, Felix Nussbaum, quien murió durante la deportación.
La visita del Papa fue precedida por las polémicas entre el Vaticano e Israel por el perdón en enero a un obispo que niega la existencia de las cámaras de gas nazis.
El Estado judío se opone también a la beatificación de Pío XII acusado de haber mantenido el silencio frente al exterminio de millones de judíos.
El jefe de la Iglesia católica saludó a un grupo de sobrevivientes de los campos de exterminio así como a un Justo, un cristiano que salvó judíos durante la guerra.