RUCCI
José:Ni olvido ni perdón,
este crimen es imprescriptible e iremos por ellos.
1973 – 25 setiembre – 2008.
Porel Arq. Jose MarcelinoGarcia Rozado
Un Crimen de “lesa humanidad”, simplemente porque se acometió desde los sectores encaramados en el poder provincial.
Hantranscurrido 35 años y los peronistas no podemos mirarnos a la cara sin sentir verdadera vergüenza por lo que no supimos hacer. Permitimos que contradiciendo los dictámenes del Tribunal Penal Internacional, nuestra Corte Suprema de Justicia, esa que convalidara la “lesa humanidad” para los crímenes de la dictadura genocida de 1976, declarase que los crímenes de la guerrillaantinacional que se levantase en armas contra el poder constitucional ylegítimamente elegido por el 62% del pueblo argentino hayan prescripto.
Vergüenza por permitirlo, y vergüenza por no hacer nada; algunos se escudan detrás de la falta de poder de aquellos sectores que ayer -1973- supimos enfrentar a a- quellos apátridas y expulsados por Perón de la Plaza y del Movimiento NacionalPeronista; otros porque todavía debaten si es la Corte Suprema o la Corte Penal Internacional quienes tienen razón, como si algo de todo eso fuere razónsuficiente y necesaria para acallar el verdadero sentir popular de honrary recordar a quien terminara siendo el paradigma del “mártir” peronista porexcelencia, sin olvidarnos ni relegar a los caídos en junio y setiembre de1955, y mucho menos aún a los caídos en 1956.
Que sean apenas “algunos gremialistas” quienes consideren que es una “herida abierta que debe investigarse”, es casi ofensivo. Mientras algunos cuasitraidores, se abrazan a los instigadores, cuando no a los mismos ejecutores, de aquel terrible homicidio; el pueblo peronista asiste avergonzado y atónito alas pantomimas de un Estado que dice defender y llevar adelante una políticaseria de
Derechos Humanos. Mientras las comparsas marxistas, esas tancondenadas por la doctrina como las del capitalismo salvaje, realizanverdaderos carnavales de la Justicia donde jueces y fiscales parecieranintegrar una triste comparsa de obsecuentes, acompañando amanuencemente aquienes luego de ser derrotados, vuelven hoy por una revancha plagadas de odio yresentimiento.
Esas bandas de forajidos, verdaderos cobardes que necesitaron del anonimato que les otorgaba el integrarse en verdaderas bandas mafiosas, para golpear a Perón–como otros muy idénticos lo hicieran con Eva Perón para atacar al Líder en los 50- estos traidores a la Nación y la Patria apenas dos días después de que triunfara en las elecciones más limpias, más concurridas y que nos entregaranel más voluminoso y contundente triunfo, asesinaron a quien era el más fiel discípulo y el más leal seguidor.
No necesitamos que ningún periodista nos diga quienes y porqué los “montos”, asesinaron a José Ignacio Rucci. Y mucho menos aún, que aquellos que se abrazancon los Kunkel, los Bonasso, los Urien y tantos otros asesinos y traidores al Movimiento Nacional Peronista, vengan ahora a explicarnos que es desde el Partido Justicialista desde dónde se debe reclamar porque se lo declare como“delito de lesa humanidad”, y por lo tanto no prescriba. Los verdaderosperonistas, esos que no arriamos las banderas de Perón, y mucho menos mancillamos la memoria de los “mártires populares”, abrazando o rindiendo pleitesía a los traidores de ayer y hoy, a los asesinos civiles y militares del52, del 55, del 56 de los 60, los 70, los 80 y los 90. Aquellos que no claudicamosen la lucha legada por Perón de que dejen de existir pobres, y no que haya“menos pobres” como gustan decir éstos obsecuentes; sólo esperamos que llegue al a Patria la “verdadera justicia”, la que se aplique por igual a todos y cadauno de los traidores y asesinos, sean de derecha o de izquierda, civiles o militares, peronistas o no peronistas.
Paseel tiempo que pase, al igual que hoy lo hacen los exponentes del marxismo yayer lo hicieran los de la derecha capitalista, liberal y al servicio del imperialismolos iremos a buscar para ajustar las cuentas que éstos seudo dirigentes no seaniman a realizar.
Deben tener absoluta certeza aquellos que mataron a nuestrosmártires obreros y estudiantes y que hoy escapan arteramente a la justiciapopular, de que el tiempo de la “fiesta de impunidad” se les va a acabar. Y asícomo hace apenas unos días la Justicia Rosarina declarase el crimen del ERPhacia Argentino del Valle Larrabure, como “delito de lesa humanidad”, habrá otros jueces y fiscales patriotas que tomarán la posta, y los veremos desfilara todos y cada uno por los tribunales, no como revancha sino simplemente parahacer justicia, y esta vez completa y no parcial.
La Corte Penal Internacional, es sumamente clara respecto de cuales son los delitosy los delincuentes que se hallan encuadrados en la tipificación de “delitos delesa humanidad”, y mal que les pese a nuestros jueces de la Corte Suprema, elderecho internacional a aclarado perfectamente el tema respecto de las organizaciones guerrilleras como los etarras, el IRA, las FARC y por lo tantolas de los nuestras, como Montoneros, ERP y tantas otras se hallanperfectamente encuadradas en aquella denominación.
Ruccino “resguardaba” a Perón, era mucho más directo y profundo, él protegía a Perón de los traidores, los infiltrados y los obsecuentes; y aquella imagen de éltapando a Perón con el paraguas, es un muy claro ejemplo. Un ejemplo quedecidió a los traidores a ejecutarlo para atacar a Perón, no para matar a un dirigente obrero; eso les importaba poco, era matar a quien estaba al lado del General para apartarlo de traidores y amanuenses. Por eso el crimen y el asesinato, para desguarnecer al Líder.
Ojalá fuera cierto que el movimiento obrero organizado, no cejará en los intentos porllevar ante la justicia nacional y/o internacional a los asesinos y los ideólogos de ese atroz crimen… yo, en lo más profundo lo deseo, pero… luego de convivir con ellos, hoy lo dudo profundamente. Es más estaría dispuesto a acompañarlos en todo si se decidieran a buscar justicia, pero no les veo una real intención de hacerlo. ¿Sino, porque abrazarse a los asesinos y sus instigadores?
Creoque mientras la justicia responda, como lo hace en la actualidad a una parcialidad este crimen no va a ser investigado, o llevado ante los tribunales; porque es innecesario investigarlo, ya que ellos solos se lo han adjudicado. Han confesado abiertamente el haberlo cometido, y hasta nos han dicho quienes lo cometieron. Se sienten tan impunes, que nos dejan sus propias declaracionescomo prueba irrefutable de sus crímenes, el de Rucci y el de tantos otros. Losrealizados por acción, los realizados por connivencia, los ejecutados comocómplices de las bandas militares que necesitaban de sus acciones parajustificar el rompimiento del orden institucional; pero en fin aquellos de losque son responsables.
Disiento con tapar, olvidar o perdonar. La Justicia debe llevarse adelante, que no es odiar, ni ejercer revancha lo que se está exigiendo, sino simplemente llevar lajusticia para todos, los muertos por los militares genocidas y los civiles de ambos sectores la derecha y la izquierda, que masacraron un pueblo y mataron a sus hijos tras oscuros e inconfesables designios.
Aquellosque ayer intentaron vía la muerte de José Ignacio “apretar” a Perón, son los que hoy claman venganza contra los militares, los mismos que trompean al pueblo que no piensa como ellos, los que solicitan “palos y represión” contra las marchas populares que les marcan otro tipo de patria … esos descerebrados que dieron el pie a la dictadura sangrienta del 76, se emparentan directamente conlos “comandos civiles” del 55, por mucho que le pese a Néstor y contra todo lo que dice Cristina.
Perón nunca quiso desalojar a la “juventud maravillosa” de ningún lado, porque esajuventud nunca supo integrar el pueblo peronista, intentó cooptarlo, imponerse a él… y fue entonces que Perón en defensa de su pueblo los caracterizó como lo que eran, “estúpidos imberbes, traidores al Movimiento y a la Patria alservicio de los imperialismos de turno”. Mataron al ejemplo vivo de la lealtad,para señalarle al Conductor y a las masas peronistas que ellos estaban contraél, y por elevación y consecuencia “contra el pueblo y la Patria toda”.
Montoneros nunca viró del peronismo al marxismo, simplemente porque “eran marxistas”,disfrazados de peronistas. La Biblia –ese documento interno- era simplemente la comunicación oficial del desembarazarse de la mentira y asumir la “verdad” definitivamente.Y el asesinato era un verdadero mensaje, no sólo para Perón sino para el Puebloy para las organizaciones obreras. Esas organizaciones que nunca clamaron porjusticia, que siempre dejaron pasar, y que últimamente por obsecuencia seabrazan con los enemigos históricos del Pueblo y del peronismo.
Por Rucci, por los masacrados en la Plaza de Mayo durante los bombardeos del 55,por los asesinados en la Penitenciaría Nacional, en los basurales de JoséLeón Suárez y en tantas comisarías del conurbano en el 56, por losdirigentes, delegados y obreros arrestados, torturados, asesinados ydesaparecidos durante la dictadura del 76 … ni olvido, ni perdón … pero no sólo para los asesinos de un solo lado, sino para todos … los que mataron a los militares que defendían el orden constitucional también … para que la impunidadno nos gane la partida.
Justicia para los conscriptos, suboficiales, y oficiales tanto del 55, del 56 y los del 73 al 76 masacrados por los grupos montoneros, erpianos y tantos otros que amparados en el anonimato asesinaron para instaurar el caos que terminó porpermitir el golpe genocida del 76.
Si aquellos dirigentes están dispuestos a pelear por una “justicia verdadera”,“amplia” y “sin sectarismos”, entonces nos encontrarán en la misma vereda, sino nos encontrarán enfrente y reclamando junto al pueblo, a las viudas, las hijas e hijos de aquellos mártires por una cabal justicia.
BuenosAires, 1º de Setiembre de 2008.
Arq.José Marcelino García Rozado.
Mesa Político Sindical José Ignacio Rucci