[Red de Catequistas] UNICEF pretende utilizar a la Iglesia Católica
UNICEF pretende utilizar a la Iglesia Católica
Fuente: Human Life International
Autor: Jean Guilfoyle
UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, escandaliza a los católicos en todo el mundo al alegar que tiene el apoyo de la Iglesia Católica. Este alegato implica que tiene el respaldo de la Iglesia Católica para los programas de control de la población que promueven el aborto. UNICEF solapadamente proporciona fondos para abortivos y esterilizaciones a través del mundo entero.
UNICEF repite estos alegatos a pesar de que la Iglesia Católica ha condenado específicamente "el imperialismo contraceptivo" en los países del Tercer Mundo, pidiendo "respeto a las culturas tradicionales, en las cuales las mujeres no desean utilizar abortivos, los hombres no quieren que sus hijos sean abortados, y la esterilización es un insulto a la dignidad y la integridad humana, porque destruye la fecundidad de los hombres y las mujeres". (Presentación de la Iglesia Católica a la Conferencia Internacional de Organizaciones de Ciencias Médicas, Tailandia, l988; Human Life International, tomado de L’Osservatore Romano, 19 de julio de l99l.)
Por añadidura, el Arzobispo Renato R. Martino, cuando fue Observador Permanente de la Santa Sede ante Las Naciones Unidas, en una declaración al Comité Ejecutivo de UNICEF en abril de l990 advirtió: "La Santa Sede ve con gran alarma algunas repetidas propuestas en el sentido de que esta agencia de las Naciones Unidas, establecida para el bienestar de la niñez, se involucre en la destrucción de vidas humanas que ya existen, y promueva el aborto en aquellos países cuya legislación soberana no lo permite. La Santa Sede se opone firmemente a estas propuestas no solamente en el terreno moral, sino también porque constituirían una desviación inaceptable de los propósitos formulados por UNICEF en favor de la niñez. Lo que es más, estas proposiciones parecen revelar una forma peligrosa de neo-colonialismo, a la que los países en desarrollo son justificadamente sensibles, y a través de la cual el poderoso tratará de imponer al menos fuerte prácticas contrarias a los valores culturales, sociales, morales y religiosos.
La afirmación de UNICEF de que un donativo de $3,000.00 por parte del Vaticano es un gesto simbólico de apoyo a su programa de control de la población mundial, ha sido contradicha por la declaración del Arzobispo Martino en abril de l990, en la cual él detalla cuidadosamente el propósito limitado del donativo del Vaticano. Explica que dicho donativo está "....destinado al presupuesto de actividades de movilización en relación con el próximo World Summit for Children (Cumbre Mundial para la Niñez), en nombre de la Sociedad Pontificia de la Santa Infancia, una agencia cuyo objetivo es formar en los niños y los adolescentes consciencia y solidaridad por los recursos y las necesidades de otros niños a través del mundo". [Nota del editor: Poco tiempo después de la publicación de este artículo, el Vaticano suspendió sus donativos simbólicos a UNICEF.]
Las redes de UNICEF son un importante vehículo para la presión a favor del aborto, los fármacos y artefactos abortivos, así como las esterilizaciones; todos los cuales son promovidos por el Fondo para Actividades de Población de las Naciones Unidas (FNUAP o UNFPA, por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés). El congreso de Estados Unidos le ha negado fondos al FNUAP por estar involucrado en la dirección y administración del programa de abortos y esterilizaciones forzosas en la China. Tanto el FNUAP como la IPPF, se conocen por sus actividades a favor del aborto. La IPPF ha proporcionado ilegalmente equipos de aspiración al vacío a las Filipinas, Bangladesh, Korea, Singapur, Hong Kong, Viet Nam e India. A pesar de ello, UNICEF le ha proporcionado fondos a ambas organizaciones (The Hastings Center Report, Vol. l0, #.2, abril de l980).
Los esfuerzos de organización y colaboración del UNICEF en el Tercer Mundo ponen fuertes presiones sobre los programas de cuidado de supervivencia que son tan necesarios, para que éstos acepten fármacos y artefactos abortivos, así como esterilizaciones. Los "motivadores" de los poblados y las personas que atienden partos, adiestradas con fondos del UNICEF, llevan su propaganda directamente a la población rural y a las mujeres embarazadas. Es común la intervención entre miembros de la familia en estos programas, en lo que respecta a la promoción de estos métodos de control natal.
En sorprendente contraste con su récord públicamente establecido, UNICEF niega que promueve ningún tipo de métodos de "planificación familiar" en particular o el aborto, y alega que tampoco proporciona los fondos para contraceptivos ni programas de esterilización. De hecho, UNICEF dice que "no promueve ninguna opinión particular sobre cual método de planificación familiar se debe utilizar", pero sí promueve todos los métodos indiscriminadamente.
Por añadidura, UNICEF trata de evadir la cuestión alegando que tiene las "manos limpias", mientras proporciona fondos a las clínicas, llena los anaqueles, entrena a las comadronas y los trabajadores de salud de los pueblos, (que imitan a los "médicos descalzos" de los programas de la China), y usa solapadamente los fondos del Banco Mundial y del FNUAP para pagar por los vehículos que recorren las zonas rurales de las naciones en desarrollo, esterilizando a la gente. El público tiene acceso a los datos que proporcionan una crónica clara de las operaciones de lavado de dinero del UNICEF, mediante las cuales proporcionan fondos para anticonceptivos y esterilizaciones.
UNICEF no pierde ocasión para esconderse detrás de la reputación de la Iglesia Católica, para imitar y explotar un ambiente religioso y cultural que habla a las personas en un lenguaje en el cual ellas confían. Como organización que llega a grandes números de personas, la Iglesia Católica ofrece oportunidades fáciles para diseminar influencia y recaudar fondos entre aquellas congregaciones, que naturalmente quieren promover el bienestar de los niños.
Complicando esta situación está el hecho de que los recursos médicos y del cuidado de la salud, son propiedad casi exclusiva de las principales naciones industrializadas. Son estas naciones las que proporcionan fondos a los gobiernos y promueven metodologías "integradas" de control de la población en los centros de cuidado materno e infantil de UNICEF. En particular, los programas de UNICEF de cuidado materno y de niños, están acribillados por las políticas de los que creen que saben "lo que es mejor para el pueblo", y buscan controlar las poblaciones. No es raro que los funcionarios de la Iglesia Católica, que están tratando de ofrecer cuidados de salud a las madres y a los niños en sus jurisdicciones, se encuentren en la difícil situación de verse atrapados entre las urgentes necesidades de los pobres, y el hecho de que saben que estos estarán expuestos a políticas y prácticas destructivas y manipuladoras.
Estas acciones por parte de UNICEF, revelan una trágica explotación que hace víctimas de los niños, a través de la imposición de programas de control de la población que matan a sus hermanos y hermanas, intervienen en las relaciones familiares y someten a sus padres a intervenciones quirúrgicas, así como a abortivos que pueden poner en peligro sus vidas. UNICEF debe ser instado a dejar de hacer alegatos falsos sobre la Iglesia Católica, alegatos que escandalizan al mundo y que injustamente imponen cargas espirituales a católicos informados y fieles en todas las naciones. Por añadidura, solicitamos que se hagan recomendaciones al Vaticano, para que éste suspenda toda ayuda económica al UNICEF, hasta que dicha organización cese sus actividades a favor de anticonceptivos, abortivos y esterilizaciones, entre los que constituyen el pueblo de Dios.
Este artículo es la traducción al español de "UNICEF Tries to Coopt the Church", por Jean Guilfoyle y publicado en el boletín de Human Life International, HLI Reports, de septiembre de 1992.