La Almudena, la centenaria reliquia que debe su nombre a la ocupación musulmana de Madrid
La presente festividad de La Almudena, 9 de noviembre de 2015, es además la efeméride 930 de esta celebración. Nuestra Señora de La Almudena, patrona de Madrid, lo es desde el año 1085, cuando el rey Alfonso VI encontró la imagen de la Virgen entre la muralla árabe de la ciudad, tiempo después de reconquistarla. De hecho, las raíces de la Madre de los madrileños, venerada durante más de un mileno, remiten a la ocupación musulmana de la capital, entonces Mayrit (Magerit para los cristianos) y sin esta funcionalidad. Su nombre, Almudena, así como la ubicación de la catedral homónima, tienen que ver con aquella pequeña urbe usurpada durante siglos.
Por seguir un orden, empezaremos por la explicación nominal de la advocación y su constitución como patrona, si bien hay diferentes hipótesis al respecto. Su origen es Al-Mudayna, que en árabe significa «la ciudadela». Esto no quiere decir que sea un culto musulmán, sino que su concepción actual tiene que ver con su hallazgo, que fue en los muros que protegían a esa ciudadela: Mayrit. Este perímetro pasaba por el espacio en el que hoy se eleva la Catedral de La Almudena; y a su espalda, todavía hoy, se conservan algunas porciones de la fortificación. Así, una vez descubierta por Alfonso VI, la talla fue rebautizada como Nuestra Señora de La Almudena, antes llamada Santa María la Mayor, siendo configurada entonces como la consideramos en la actualidad.
No obstante, que el monarca diera con la talla, considerada la más antigua de Madrid y reconstruida siglos después, es la consecuencia última de la clandestinidad a la que fue relegada por la presencia árabe en la capital. Si bien esta crónica está a caballo entre la historia y la leyenda, se cree que la imagen de La Almudena (entonces con su nombre primigenio) fue escondida tras la expansión de Al-Andalus, y que fue venerada en secreto, a escondidas de los moros y sin figura, durante generaciones sucesivas; aproximadamente desde el año 700 hasta el descubrimiento definitivo. Igualmente, el mito sobre la Virgen de La Almudena asegura que fue traída a Madrid por un discípulo del Apóstol Santiago (así lo recoge la web Secretos de Madrid) en el año 38, y que desde entonces los madrileños sintieron una devoción única por la reliquia.
Con la idea de que no fuera encontrada por los musulmanes, ante el riesgo inminente de profanación y de muerte para quienes la adoraran, fue escondida en un punto de la muralla de Mayrit. El rey, tras la reconquista, no conocía esta ubicación, por lo que se afanó en recuperarla. Tras múltiples batidas, desesperado, organizó una procesión alrededor de la fortificación, con el objetivo imperturbable de rescatarla y devolverla a los madrileños. Cómo no, el milagro se obró el 9 de noviembre. Así, a la altura de lo que actualmente es la Cuesta de la Vega, dos piedras se precipitaron repentinamente, descubriéndose la imagen de La Almudena. Estaba flanqueada por dos cirios que habían permanecido encedidos durante los dos siglos en los que estuvo oculta; de ahí, dicen, la tez morena de esta imagen.