El Itinerario de la Fe en camino a las Indias Orientales y la Argentina – Por Brigadier Gral Eduardo Schiaffino
Desde el Descubrimiento, América se ha desarrollado con luces y sombras, en la Fe en Jesucristo.
Y fue la España vencedora del Islam en 1492, la que sostuvo la Fe, la que se proyectó como una potencia cabal en el Siglo de Oro, la encargada de anunciar la Buena Nueva al territorio descubierto.
Podríamos empezar esta historia en la noche del 2 de enero del año 40 cuando el Apóstol Santiago oyó voces de ángeles que cantaban “Ave María Gratia Plena” y vio a la Santísima Virgen de pie sobre un pilar de mármol que le pedía que construyese una iglesia, con el altar en torno al pilar y le prometía “permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas. Juan Pablo II recordaba en su visita a Zaragoza que “el Pilar ha sido considerado como el símbolo de la firmeza de la fe de los españoles” y que “el amor mariano ha sido en la historia de España fermento de catolicidad” que llegaría al nuevo mundo tras el Descubrimiento. (Juan Pablo II en Zaragoza el 6 de diciembre de 1982).
Luego de la caída de Constantinopla en 1453 por los Turcos Otomanos, la ruta de las especias a la India quedo vedada, había que buscar rutas alternativas por una cuestión de conservación de los alimentos, en Europa no había heladeras.
Colón y sus hombres (70 andaluces, 10 vascos y gallegos y 4 presos en redención de penas) tocaron tierra firme el 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar. En camino de regreso en medio de una gran tormenta hicieron una promesa que cumplen en peregrinación en de 1493, a la Virgen de Loreto- Ancona.
En el segundo viaje llegaron 12 sacerdotes, varios Mercedarios y con ellos comienza la Evangelización: conventos, escuelas donde asisten los naturales. La primera Universidad fue fundada en Santo Domingo en 1538.
En 1510 llegaron los Dominicos a América. Ante denuncias de abusos hecho por los sacerdotes, el Rey Fernando convocó en Burgos una junta de teólogos y juristas para que debatieran sobre la naturaleza de los aborígenes y el trato que se les debía dar. El resultado fueron las Ordenanzas Reales de 1512; constaban de 35 artículos, cuya normativa establecía derechos para los indios, que no existían en la península. Fue la base del Derecho indiano, aunque muchos no la cumplieron. El Teólogo Dominicano Francisco de Vitoria es considerado el fundador del Derecho Internacional Público, dijo que a los indios se los debía considerar súbditos del Rey, como los habitantes de España.
El 01 de abril de 1520 en el actual Puerto San Julián (Santa Cruz), se celebró por primera vez la Santa Misa en territorio nacional, era Domingo de Ramos, la orden la imparte Hernando de Magallanes. Fue celebrada por el sacerdote Español Pedro de Valderrama. (Gallardo, Juan).
Pocos años después de la llegada de los españoles a Méjico, en 1531, la Virgen se manifiesta al indio Juan Diego con el mismo pedido que siglos atrás había hecho al Apóstol Santiago. La imagen de María quedó impresa en la tilna y ha sido venerada desde entonces por millones de católicos.
En la ciudad de Santiago del Estero, al norte de la Argentina, desde 1585 se custodia una copia muy especial del Santo Sudario, cuyo original se expone en la ciudad de Turín, Italia. Fue el Rey de España quien decidió enviar una copia luego del incendio en 1532, a los nuevos territorios y para la evangelización.
Juan de Garay, en 1580 fundó Santa María de los Buenos Aires y en testimonio de su fe católica la puso bajo la advocación de la Santísima Trinidad y le dio por blasón un águila coronada, que empuñaba una cruz roja, semejante a la que llevan en su manto los caballeros de Calatrava. Luego de la segunda fundación de Buenos Aires, según consta en las actas del Cabildo, se eligió a San Martin de Tours en 1582, después de tres votaciones, patrono de la ciudad.
Con referencia a los orígenes de nuestra patria, transcribo las palabras de Alfio Puglisi: “Así como la mítica fundación de Roma reconoce la paternidad de dos hermanos, Rómulo y Remo, tal vez los Argentinos debamos reconocer a otros dos hermanos como fundadores de nuestra Nación”. “Se trata de Fray Fernando de Trejo y Sanabria (1554-1614) y de Hernando Arias de Saavedra, llamado Hernandarias (1560-1631), ambos hijos de María de Sanabria, a su vez hija de Mencia Calderón una de las mujeres más admirables de la Conquista”. (Puglisi, Alfio. Cuando nació la Argentina)
Hernando de Trejo y Sanabria fue el primer Obispo criollo de Córdoba del Tucumán. Convocó los sínodos diocesanos de 1597, 1606 y 1607 para poner en práctica lo expresado en el Concilio de Trento. Promovió el casamiento de indígenas y la vida en familia, creó la defensoría de menores, huérfanos y pobres y la inviolabilidad de la correspondencia.
Autorizó en 1613 la fundación del convento de las Catalinas y la primera escuela de mujeres en Córdoba a instancias de Leonor de Tejeda. Su hermano Juan de Tejeda fundó el de las Teresas en 1628. Ambos eran sobrinos nietos de Teresa de Ávila, otra vez dos hermanos.
En 1613 fundó la Universidad de Córdoba, cuarta de un total de veintisiete universidades fundadas por los españoles de la mano de Dominicos y Jesuitas, entre 1500 y 1750. Las seis estancias jesuíticas que rodean la ciudad de Córdoba contribuían al mantenimiento de la universidad y el Colegio Monserrat. Entre ellas Colonia Caroya, Jesús María, Santa Catalina, la Candelaria y San Ignacio. (Las Misiones J. Salas y Salas).
Como referencia la de Harvard fue fundada en 1636 y la de Moscú en 1755. En Europa las Universidades surgieron de los Colegios a la par de las Catedrales en 1188. (Tomas Woods)
Su medio hermano Hernando Arias de Saavedra fue el primer gobernador criollo y gozó del respeto y adhesión de los pobladores honrados. Por Cédula Real fue nombrado defensor de los indios en 1603. Puglisi afirma que “persiguió sin cuartel a los contrabandistas y a los funcionarios corruptos que negociaban con ellos”.
Con su acuerdo Francisco de Alfaro, visitador de la Audiencia de Charcas, promulgó las ordenanzas de 1612 que prohíben la esclavitud, suprimen el servicio personal y la institución de un Cabildo en cada reducción, como en España.
El Sacerdote Martin del Barco Centenera escribió el poema titulado “La Argentina” en 1602, que dio origen al nombre de la nación. También un criollo y militar, hijo de español y una India, Ruiz Díaz de Guzmán, escribe la primera historia del Rio de la Plata titulado “La Argentina Manuscrita” en 1612. En su dedicatoria se refiere a esta tierra como “fruta primera de tierra tan inculta y estéril y falta de educación y disciplina”.-
Con la llegada de los Jesuitas en 1599 comenzó una obra titánica de educación, defensa y evangelización de los indígenas. Organizaron 30 misiones en lo que llamaron la provincia del Guayra en los territorios de Argentina, Paraguay y Brasil. Enseñaron a leer y escribir, a sembrar y fabricar, desarrollaron una imprenta 80 años antes que de que hubiera una en Buenos Aires, los iniciaron en la música, la escultura y hasta tuvieron un observatorio astronómico con estudios sobre Júpiter y 30 bibliotecas que sumaban 13.000 volúmenes (Las Misiones J. Salas y Salas)
Ante el constante ataque de los Bandeirantes, de incursiones para raptar Indios Guaraníes y venderlos como esclavos (se habían llevado más de 60.000), los sacerdotes Montoya y Díaz Taño con el permiso del Rey Felipe IV y el Consejo de Indias, en 1630, organizaron, les enseñaron el uso de las armas de fuego. Los guaraníes conducidos por los Jesuitas enfrentan a los Bandeirantes en la Batalla de Mborore en febrero de 1641, con arcos, flechas, hondas y 300 arcabuces; la batalla duro una semana; los bandeirantes fueron derrotados y no volvieron. (López, Vicente Fidel. Tomo1). Recordamos que los Jesuitas también desarrollaron una intensa actividad en la provincia de Moxos y Chiquitos, hoy Bolivia; al este de Ecuador y Perú, en el Orinoco como así también en la baja California.
Corría el mes de mayo de 1630 la imagen de la Virgen de Luján llegó a la Argentina, Antonio Farías Sáa, era un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) que quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen. Este hombre le pidió a un amigo que vivía en Brasil que le enviara una imagen que representara la Inmaculada Concepción de María. El amigo le envió dos, La caravana se detuvo a orillas del río Luján a 67 kilómetros de Buenos Aires, en una hacienda, conocida como la estancia de Rosendo, hicieron noche, al día siguiente los carreteros iban a proseguir con el viaje, pero la carreta que llevaba la imagen no se movía, intentaron de todas las formas posibles que caminara, bajaron la mercadería, colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, retiraron una imagen y no se movió, la subieron y bajaron la otra, y la carreta marcho normalmente. La Virgen se quedo allí y a partir de ese momento se inicio una historia de Peregrinación y Milagros.
Por eso el sentido misional de España en América, con sus errores, fue de la más grande obra que haya conocido el hombre.
«Los hispanos y portugueses, cristianos y católicos, han llevado a cabo un sentido colonizador distinto: no sólo comen su pan con los indígenas que han civilizado, sino que se casan con ellos. ¡Dios los bendiga! Si la raza humana alguna vez llega a unirse en una sola familia, será gracias a ellos, no a nosotros» (Arnold Toynbee).
Y fue el Presidente de la Academia de la Lengua Siria y Doctor de la Universidad de Damasco, Habib Estéfano, en su conferencia del 6 de junio de 1925 en Granada, donde dejo sorprendidos a los oyentes: es necesario estudiar la Historia de España para que podamos demostrar a esas Naciones que no creen en la misión de España ni en su labor, lo mucho que ha contribuido ésta en el desarrollo de la civilización humana, al punto que no se entendería la Humanidad, sin la Hispanidad.
Maeztu escribía en 1931: «El 12 de octubre, mal titulado el Día de la Raza, deberá ser en lo sucesivo el Día de la Hispanidad».
La Hispanidad no es una unidad de raza, ni siquiera un idioma común. Lo que da carácter a la Hispanidad, lo que en ella ata y vincula es, sobre todo, un mismo sentido de vida.» (Corts Grau, Profesor).
El espíritu cristiano era el motor que animaba a muchos de esos hombres que los llevaba a preferir el Bien Común antes que el bien individual, desprendidos de los bienes materiales y de sí mismos, donde la divisa era el espíritu de servicio por amor a Dios. Ante este cartabón se encontraron luego los hombres que nos dieron la Independencia y dio pie a El sueño de la Argentina.-
*11 de Noviembre, San Martin de Tours. Patrono de Buenos Aires