LA IGLESIA REFUTA AL GOBIERNO, MÁS DEL 25% DE LA GENTE ES POBRE
La situación social. El presidente del
Episcopado, monseñor José Arancedo, dijo que
“es cierta” la medición de la UCA que registró 27,5% de pobreza. Fue después
que Cristina dijera que era de sólo 5%.
SERGIO RUBIN – DIARIO CLARÍN
El relato oficial de minimizar la pobreza
en el país, que está semana escaló como nunca cuando la presidenta Cristina Kirchner dijo en la
FAO que es del 5 %, y luego el jefe de Gabinete, Aníbal
Fernández, consideró que es incluso menor a la de Alemania, se topó ayer con el
contundente rechazo de la
Iglesia. Fue por boca nada menos que del presidente del
Episcopado, monseñor José María Arancedo, quien
afirmó que aquella “existe” y “se habla que es de dos dígitos
siempre”. Más aún: señaló que para la Iglesia “es cierta” la última
medición del Observatorio para la Deuda Social de la UCA “en torno al 25%”. El dato exacto
de la medición de la
Universidad Católica, para fin de 2013, es de 27,5% (ver infografía en la página 4).
La réplica de Arancedo
sonó más potente luego de que el Papa Francisco recibiera el domingo a la
mandataria argentina, en un nuevo encuentro -el cuarto-, que la Casa Rosada buscó
denodadamente en los últimos meses para fortalecerse políticamente en el tramo
final de su gestión, a dos meses de las elecciones internas y cuatro de las
cruciales presidenciales. Al día siguiente de aquella cita, Cristina estuvo en
la sede de la FAO,
en Roma, y citó un 5% de pobreza del desacreditado INDEC. El jefe de Gabinete
dobló la apuesta con su comparación con Alemania, que fue objetada por el
propio director del INDEC, Noberto Itzcovich, quien dijo que las formas de medir de ambos
países son distintas.
En declaraciones a radio Universidad del
Litoral de Santa Fe, ciudad de la que es arzobispo, Arancedo
fue más allá: cuestionó implícitamente el cálculo del INDEC, al decir que
“necesitamos las estadísticas y tiene que ser una tarea de mucho respeto
elaborar los números objetivos porque son para todos y sirven para planificar
un país”. Con todo, aclaró que estas cifras “son un tema
sociológico y político, pero el pobre es una persona y eso lo convierte en un
tema evangélico. Entonces –puntualizó- ponernos a discutir números y
chicanas es alejarnos de la persona que necesita concretamente”.
La voz del titular del Episcopado no fue
la única que se escuchó ayer desde la Iglesia sobre la problemática de la pobreza. Al
igual que Arancedo –que formuló declaraciones
en el marco de la colecta anual de Cáritas, que se
realizará este fin de semana- también habló con la prensa el presidente de la
institución solidaria católica, monseñor Oscar Ojea. Si bien Ojea evitó
polemizar con el Gobierno, opinó que sigue habiendo “enormes
bolsones” de gente con carencias. A lo que, dijo, deben sumarse
“nuevas formas” de pobreza y el aumento del delito juvenil como
consecuencia del consumo de drogas, otra gran preocupación de la Iglesia.“Si
bien en los últimos años decreció la pobreza extrema, la indigencia, hay
enormes bolsones de gente pobre, déficit habitacional, hacinamiento”,
afirmó Ojea en sucesivas declaraciones radiales.
Y agregó que en la Iglesia “estamos muy
preocupados por nuevas pobrezas, que tienen que ver con las adicciones, la
trata de personas y la violencia”. En ese sentido, detalló que “en
el gran Buenos Aires hay jóvenes que sufren exclusión social, falta de
trabajo, carencias familiares, problemas de educación”. Y redondeó:
“Es una realidad que preocupa mucho, y de allí sale la delincuencia
juvenil”.
Monseñor Ojea coincidió con Arancedo acerca del riesgo de analizar el problema de la
pobreza solo desde la discusión de números como la polémica que dispararon las
declaraciones de la presidenta y comparaciones con otros país como hizo el jefe
de Gabinete. “Cuando escucho eso y discusiones sobre números, pienso que
podemos estar escamoteando el problema real”, dijo. Al respecto, insistió
en que “al estar empecinados en la lucha por tener razón, corremos el
riesgo de escamotear la realidad y la realidad es más importante que la idea,
como dice Francisco”.
La visión de la Iglesia sobre la dimensión
de la pobreza en el país promete escribir un nuevo capítulo dentro de un mes,
cuando el Observatorio de la
Deuda Social de la
UCA difunda su nueva medición, correspondiente a fines del
año pasado. Si bien su nueva estimación se está terminando, todo parece indicar
que sería superior a la anterior del 27,5 %. Ahora, rozaría el 30 por ciento.