NOTABLE AVANCE CONTRA LA LIBERTAD
POR
CARLOS MANUEL ACUÑA
Todo indica que siempre existió en la intimidad
del kirchnerismo pero que adquirió intensidad a medida que avanza el fracaso. Primero fueron
hechos aislados que en su origen, años atrás, apenas insinuaron una
tendencia, después otras señales más firmes comenzaron a tomar cuerpo a
medida que avanzaba la corrupción que al comienzo se intentó disimular.
Después llegaron las primeras versiones desde Santa Cruz, los negocios
pesqueros, inmobiliarios y los compromisos secretos. El primer gran
escándalo fue el dinero de las regalías petrolíferas, un tema aún no
resuelto pero que habría dejado un interesante saldo de millones de
dólares depositados en el exterior. Más tarde, apareció la primera gran
crisis con la decisión del gobernador Sergio Acevedo - cargo al que llegó
después de dejar la titularidad
de la SIDE - de renunciar al puesto y refugiarse en su ciudad natal,
Caleta Olivia, para no complicarse con los negocios extraños y el
autoritarismo que asomaba. La política adquirió un sesgo comercial y se
desvirtuó en su esencia. A partir de entonces los rumores crecieron y se
instalaron con firmeza en el escenario político; surgieron testimonios
registrables y una convicción se instaló en la vida cotidiana: lejos de
limitarse, ese autoritarismo se hizo evidente y ahora
es imparable. Así nació el miedo.
A partir del jueves 13 algo se quebró y surgió el
primer freno que derivó en la desesperación del oficialismo. Cristina
disminuyó su exposición pública y sus principales colaboradores temieron
por las formas aceptables de una continuidad en el poder. La Presidente
mostraba los alcances de una enfermedad progresiva y se hizo imposible
ocultar la verdad. No obstante, el proyecto de reformar la Constitución
Nacional no se abandonó y se instalaron los esfuerzos por encontrar un
rumbo hacia lo imposible: la reelección. En el camino crecieron las
dificultades económicas: sin liquidez no hay subsidios y sin subsidios no
habrá votos. Entones lo ideológico adquirió más fuerza todavía y se volcó
hacia la reforma del Código Civil y allí, con sutileza, se encontró la
posibilidad de la última gran caja que existe en la sociedad argentina:
los dólares que están en manos privadas como refugio de los ciudadanos que
trabajan y forman esa clase media que llenó las plazas y ciudades del país
en señal de protesta y reclamos.
El gobierno calcula que esos ahorros alcanzarían
la suma de 200 mil millones de dólares, un verdadero sueño económico que
desvela al kirchnerismo. El cristinismo se contentaría con menos y puso la
mirada en las aproximadamente 700 mil cajas de seguridad que custodian los
bancos. ¿Cómo hacerse del ansiado contenido...? Cerradas las vías de la
libertad en el manejo de las divisas, el objetivo kirchnerista quiere
salir del paso como sea. El cepo no alcanza y la AFIP, el instrumento para
presionar, mira hacia los cuatro costados para encontrar falencias
presuntas, verdaderas o inventadas y no duda en intervenir la vida íntima
de aquellos argentinos sospechados de haberse refugiado en divisas fuertes
para evitar la bancarrota o que se esfumen los esfuerzos de toda una vida.
Así, cinco artículos del proyecto de reforma del Código Civil que discute
el Congreso, tiene a partir del numerado 1413, cinco artículos específicos
que regulan el uso de las cajas de
seguridad.